Las Misioneras Dominicas de Burriana reciben la visita de su superiora general
La comunidad de las Misioneras Dominicas del Rosario de Burriana han recibido esta semana la visita de la superiora general, la hna. María Raquel Gil Mas (dcha.), acompañada por la secretaria general, la hna. María Trindade Rafael. Este año la congregación celebra el centenario de su fundación, impulsada por mons. Ramón Zubieta y la beata madre Ascensión Nicol Goñi en Perú. Están presentes en 22 países de los cinco continentes comprometidas en la evangelización a los más pobres en las situaciones donde la Iglesia las necesite. Su carisma presta una atención especial a la mujer y su promoción.
Como congregación específicamente misionera, realizan su labor promoviendo programas de desarrollo en educación o sanidad – la misma hna. Gil ha pasado 16 años en un dispensario de Mozambique, gracias a su formación médica. Su actividad se realiza en colaboración con diversas entidades humanitarias, pero son muy conscientes de su identidad específica: “Cuando damos nuestro testimonio, a veces nos preguntan por qué no hacer lo mismo sin ser monjas. Pero creo que los religiosos respondemos a una vocación de permanencia, y eso es fundamental para las personas que con las que compartimos la vida”.
La superiora general recuerda el testimonio de las cuatro mártires con las que cuenta la congregación. Fueron asesinadas en República Democrática del Congo en 1964 porque, pudiendo irse, decidieron quedarse: “Creo que hoy en día esta vocación de permanencia y solidez cuestionan. La gente sencilla se da cuenta y sabe distinguir lo que es trabajo y misión, que la misionera no tiene horarios ni está ahí por un salario”.
Como la mayoría de congregaciones, las Misioneras Dominicas se enfrentan a la escasez de vocaciones, al menos en Europa. La hna. Mª Raquel Gil recuerda la video conferencia que tuvieron los religiosos españoles con el Papa Francisco en abril: “Nos dijo que no podemos quedarnos en la lamentela de que no hay vocaciones, ni buscar la solución como si se tratara de hacer campañas de marketing, porque la llamada de Dios no tiene pautas comerciales. Hay que ir por la persona de Jesús. Que primero los jóvenes queden cautivos por el Maestro y el resto vendrá por añadidura. Lo importante es que conozcan a Jesús y lo sigan, desde donde sea”.
Casi 60 años en la Diócesis
Las Misioneras Dominicas del Rosario están presentes en la Diócesis desde 1959 gracias al concurso de un dominico de Burriana, el padre Monserrat. Comenzaron con una “casa hogar” en la que enseñaban labores domésticas. En respuesta a las peticiones que recibían crearon el colegio Villa Fátima, que han dirigido hasta el 2006, cuando cedieron su funcionamiento a la entidad Gestión de Centros Católicos de Enseñanza.
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