Este Domingo comienza el tiempo litúrgico del Adviento. La palabra latina “adventus” significa “venida”. En el lenguaje cristiano se refiere a la venida de Jesucristo. La Iglesia da el nombre de Adviento a las cuatro semanas que preceden a la Navidad, como oportunidad para prepararnos con las buenas obras a la llegada del Señor. Este tiempo de espera y de esperanza mira al pasado, al presente y al futuro.
Al pasado porque Jesús, el Mesías anunciado por los profetas y esperado por el pueblo de Israel, ya ha venido en la debilidad de nuestra carne; el Adviento nos prepara para celebrar con gozo la Navidad, la entrada en nuestra historia del Hijo de Dios en Belén; es su “primera” venida. El Adviento mira también al futuro, hacia la ‘segunda’ venida de Jesucristo en gloria y majestad al final de los tiempos en que llevará a total cumplimiento su obra de salvación y reconciliación de toda la creación. Nos recuerda así el decisivo encuentro personal con el Señor en la hora de nuestra muerte, en que cada uno será examinado y juzgado del amor o de la falta de amor hacia El y, en Él, hacia el hermano pobre y necesitado.
Pero el Adviento mira además al presente. Ya en la primera antífona de las Vísperas del primer Domingo de Adviento decimos: “Anunciad a todos los pueblos y decidles: Mirad, viene Dios, nuestro Salvador”. Al inicio de un nuevo año litúrgico, la antífona invita a toda la Iglesia a renovar el anuncio de la venida del Salvador a todos los pueblos y que resume en dos palabras: “Dios viene”. No se usa el tiempo pasado ni el futuro sino el presente: “Dios viene”. Se trata de un presente continuo, es decir, de una acción que está ocurriendo constantemente, que ocurre ahora y ocurrirá también en el futuro. En todo momento “Dios viene” a nosotros. Dios es un Padre que nunca deja de pensar en nosotros y, respetando totalmente nuestra libertad, desea encontrarse con nosotros y visitarnos; Dios viene y quiere vivir en medio de nosotros, permanecer en nosotros. Viene porque desea liberarnos del mal y de la muerte, de todo lo que impide nuestra verdadera felicidad: Dios viene a salvarnos.
Dios viene constantemente a nuestro encuentro en su Palabra, en sus Sacramentos -en especial en la Eucaristía y en la Penitencia-, en el prójimo, en el pobre y necesitado, en los acontecimientos de la vida y en su Iglesia, en cada comunidad cristiana. Por esta razón, en la oración colecta del primer domingo de Adviento rezamos a Dios, que avive en nosotros el deseo de salir al encuentro de Cristo que viene.
Vivir en cristiano el Adviento comporta, en efecto, mirar más allá de las apariencias, abrir nuestra mirada y nuestro corazón a Dios, dejar que se despierte en nosotros el deseo de dejarnos encontrar personalmente por Dios en su Hijo Jesucristo. Este encuentro avivará nuestra alegría y nuestra esperanza. Para ello hemos de vivir atentos ante la venida del Señor Jesús para acoger y vivir en el día a día la novedad de la vida bautismal, nuestra condición de cristianos y las exigencias de nuestro seguimiento fiel del Señor en el seno de su familia, de su Iglesia, que es nuestra Iglesia diocesana.
En nuestra condición de peregrinos, la vigilancia y la esperanza son pilares imprescindibles de la vida cristiana, de nuestra Iglesia y de cada uno de sus fieles. La vigilancia pide una conversión constante a Dios en Cristo Jesús e intensificar la vida de oración, la escucha de la Palabra de Dios, la participación en la Eucaristía, la revisión de nuestra caridad y compromiso cristianos, y acoger el amor misericordioso de Dios en el Sacramento de la Reconciliación. La esperanza en el triunfo definitivo de Cristo nos ayuda a avivar nuestra fe en la vida eterna y en la resurrección de la carne, y, además, a no perder la paz ante las insidias de los poderes de este mundo.
El Adviento en este Año Jubilar nos exhorta a dejarnos encontrar por el Señor para crecer en comunión y salir a la misión para que todos puedan encontrarse con Cristo y para que el Amor de Dios, que nos salva, llegue a todos. El hombre de hoy busca ansiosamente la felicidad; con frecuencia la busca lejos de Dios y se siente cada vez más lejos de la felicidad anhelada. En Jesucristo es donde el hombre y la mujer descubren su verdadera imagen, su verdadero destino y su pertenencia a un mundo nuevo. Dios viene para todos.
La Virgen María encarna perfectamente el espíritu del Adviento, hecho de escucha de Dios, de deseo profundo de hacer su voluntad, de alegre servicio al prójimo. Dejémonos guiar por María también en este tiempo, a fin de que el Dios que viene no nos encuentre cerrados o distraídos ante su venida.
Como una ayuda para situarse en el tiempo que estamos viviendo, y en actitud de espera para la venida del Señor, dando paso a la Navidad, los jóvenes de Acción Católica General (ACG) en la Diócesis de Segorbe-Castellón celebraron, el viernes pasado, una Vigilia de Adviento en la parroquia de San Francisco de Castellón.
Lo hicieron en oración y meditando junto al Delegado diocesano de Infancia y Juventud, D. José Miguel Sala, de la Presidenta de la ACG en la Diócesis, Mamen Salvador, y de las acompañantes del grupo, Isa y Virginie.
Los jóvenes siguieron el método ver-juzgar-actuar, y realizaron una reflexión basada en los materiales que ACG ha preparado para vivir y celebrar el Adviento, “Salir, Acoger, Discernir, Integrar… porque viene el Señor”, verbos que atraviesan la Biblia y que el Papa Francisco ha refrescado.
El pasado sábado, los grupos de catequesis de confirmación de la Parroquia de Santa María (Castellón) celebraron una convivencia preparatoria de la Navidad. Junto al sacerdote, D. Ángel Cumbicos y los catequistas, pasaron el día en la Cruz del Bartolo. El entorno del Desierto de las Palmas, es un enclave geográfico, que está alejado del foco poblacional y dispone de una riqueza natural que ayuda al encuentro con Dios, a la contemplación, a la meditación y a la reflexión.
De hecho, los 24 jóvenes participantes, disfrutaron del paraje natural recorriendo a pie el entorno, hasta culminar la Cruz del Bartolo. También, a través de las actividades propuestas por los catequistas, trabajaron, partiendo del tiempo de Adviento, la preparación para la Navidad. De esta forma, se les ayudó en la reflexión respecto a cómo vivir el tiempo de Navidad y a celebrarlo con la alegría desbordante que supone acoger a Dios hecho hombre entre los hombres.
Este tiempo de Adviento los cristianos lo vivimos como un tiempo de oración y de reflexión que se caracteriza, fundamentalmente, por ser un tiempo de espera vigilante, un tiempo de arrepentimiento, de perdón y de alegría que lo es también de esperanza y de vigilia.
Así lo han vivido los jóvenes de la Parroquia de San Pedro, en Segorbe quienes, junto al párroco, D. Federico Caudé, sus catequistas y sus familias celebraron una vigilia el pasado viernes para poner de relieve el verdadero significado de la Navidad que no es otro que Dios se hace hombre a través del Niño Jesús.
La meditación a través de la Palabra, sirvió de fundamento para la reflexión del verdadero Misterio de la Navidad. Dios, que podría haberse reservado para Él mismo su divinidad, por un designio de amor que sobrepasa la comprensión humana, se nos revela regalándonos su propio corazón y nos envía a su Hijo para que compartamos su vida.
La Concatedral de Santa María de Castellón acogió ayer por la tarde la celebración de recepción y reparto de la Luz de la Paz de Belén, una de las actividades más importantes del curso para los scouts de la Diócesis, y que este año se celebra bajo el lema “El resurgir de la Luz” tras la oscuridad y la tristeza en la que la covid-19 ha sumido al mundo.
Como cada año, el Movimiento Scout Católico se suma a esta iniciativa que se lleva a cabo desde 1986, y que se inicia cuando un niño austriaco recoge la luz, que es prendida en la gruta de la Natividad, y se distribuye desde Viena por las diferentes diócesis de Europa en las semanas previas a la Navidad.
Nuestro Obispo, D. Casimiro, fue quien repartió la luz en una emotiva ceremonia a los diferentes grupos scout presentes en la Diócesis de Segorbe-Castellón: Antares, Belcaire, Espadà, El Millars, Sant Vicent, Tramuntana, Fadrell y Sant Pere. Fue tras la llegada de la luz, que ilumina en medio de la oscuridad, y dirigirles unas palabras.
Uno de los momentos más emotivos de la celebración fue cuando se recordó y se rezó por el sacerdote Domingo Galindo, que falleció la semana pasada. Cabe indicar que fue miembro fundador y scouter del Grupo Scout Belcaire.
«Vosotros sois la luz del mundo» (Mt. 5, 14)
Acoger esta luz significa acoger a Jesús que nace en Navidad, les indicó el Obispo, “porque nació hace 2001 años para traernos la luz que ilumina nuestra vida, nuestro camino, nuestras oscuridades, también en este tiempo de pandemia”.
“«Vosotros sois la luz del mundo» – dijo citando al Evangelio proclamado – y sois la luz de este mundo porque le acogéis a Él y a la luz que nos trae, el Mesías, el Señor, que es el Hijo de Dios”, que también viene “para traernos el motor de nuestra vida, que es el amor de Dios”.
Porque lo que Dios quiere “es llevarnos a la plenitud de esta vida, a lo que todos llevamos en nuestro corazón, que es amar y ser amados”, pero “a veces perdemos el sentido de nuestra vida – continuó – y no hay nada más triste que no amar ni ser amados”. Esto es lo que celebramos, “la llamada de Dios a acoger el amor de Dios”.
“Jesús se hace pobre, humilde, sencillo… y solo los humildes y los sencillos le acogen a Él, como aquellos pastores que en medio de la noche fría saben acoger el mensaje del ángel: «hoy, en la ciudad de David, os ha nacido un Salvador, el Mesías, el Señor»” (Lc. 2, 11).
«El pueblo que caminaba en tinieblas vio una luz grande» (Is. 9,1)
“Acojamos esta luz”, exhortó D. Casimiro, “que es la luz de Jesús, que es la Buena Noticia de Jesús para los hombres, Él os quiere ayudar a caminar por esta vida con esperanza, ante las dificultades, porque nada ni nadie nos podrá separar del amor de Dios manifestado en Cristo Jesús” (Rm. 8, 39).
También a ser testigos de la luz y de la esperanza “con nuestras buenas obras, con nuestra forma de ser y de actuar”, “ante tantos que se sienten abandonados, o que están enfermos, o en la cárcel, o que han perdido el sentido de su vida”.
Tras la celebración de la Eucaristía, los seminaristas, formadores y personal de apoyo de los Seminarios diocesanos felicitaron el miércoles la Navidad a nuestro Obispo, D. Casimiro López Llorente.
En la homilía, el Obispo indicó que el “Adviento es un tiempo litúrgico fuerte, que la Iglesia nos ofrece para prepararnos para la venida del Señor, para nuestro encuentro definitivo con Él, porque nuestro mundo, nuestra historia, nuestra existencia personal no termina en la nada, sino que va caminando al encuentro del Señor”.
Dios es el creador de todo, de la naturaleza y del ser humano, y nos envía la salvación por amor. Este “es un tiempo de conversión”, recalcó, en el que debemos “ponerle a Él en el centro de nuestra vida, preparando el camino del Señor que viene a nuestro encuentro, para celebrar la Navidad, la natividad del Hijo de Dios”.
Mañana, 17 de diciembre, la Luz de la Paz de Belén brillará de nuevo en nuestra Diócesis. Será en una celebración que acogerá la Concatedral de Santa María de Castellón,a las 18:30 h., y que presidirá nuestro Obispo, D. Casimiro, en la que los Grupos Scout Católicos recibirán esta Luz que llega a todos los rincones del mundo desde la Basílica de la Natividad de Belén.
Bajo el lema “El resurgir de la Luz”, el Movimiento Scout Católico quiere vivir en este Adviento la preparación de la venida de la Luz de la Paz de Belén y crear un estilo para vivir esta Navidad. Están siendo tiempos difíciles, pero precisamente en estos tiempos necesitamos LA LUZ. La luz que es Cristo: “Yo soy la luz del mundo” (Jn. 8, 12), pero a la vez Jesús nos dice “vosotros sois la luz del mundo” (Mt. 5, 14).
El escultismo católico quiere ser un mensaje de esperanza para este mundo que necesita ver resurgir la Luz, una Luz abierta a todos y que ilumina todas las oscuridades, exhortándonos a no dudar de que Cristo vuelve a nacer y nos invita a ser luz de todos los que nos rodean, a no rehuir de nuestra misión de llevar luz a todos los rincones de nuestro entorno social y familiar.
Son los Scouts y Guías de Austria quienes, con la colaboración de Scouts de diferentes países de Europa y otros continentes, reparten la Luz de la Paz encendida cada año por un niño o niña austriaco en la cueva del Nacimiento de Jesús en Belén. La distribución de la Luz de la Paz a todos los países participantes se realiza desde Viena. Allí, unas semanas antes de Navidad, se reparte la Luz a todas las delegaciones asistentes para que la hagan llegar a sus respectivos países con un mensaje de Paz, Amor y Esperanza. Posteriormente, los Scouts y las Guías la distribuyen por Diócesis, parroquias, hogares particulares, hospitales, residencias de ancianos, prisiones y otras asociaciones de sus respectivos pueblos y ciudades.
Los jóvenes en proceso de Confirmación de la parroquia de Santa Joaquina de Vedruna de Castellón, tres de ellos ya confirmados, han realizado una convivencia de Adviento en la ermita Virgen de Gracia de Vila-real.
Estuvieron reflexionando, a través de dinámica, los cuatro domingos de este tiempo de Adviento. El párroco, D. Juan Crisóstomo, ha explicado que, además, “en esa convivencia tuvimos la oportunidad de estar acompañados por cuatro jóvenes de la parroquia Santos Evangelistas de Vila-real que forman parte del grupo de Jóvenes en Acción Santos Evangelistas (JEA),que nos explicaron como nacieron como grupo, y que actividades realizan en la parroquia”.
“Concluimos nuestra convivencia con una Eucaristía en la ermita, y con una merienda que trajeron los padres”, indica. Además, “cabe agradecer el Ayuntamiento de Vila-real por la ayuda que sigue aportando a nuestra parroquia, para poner tener un espacio para realizar sus actividades”. Por otra parte, D. Juan Crisóstomo ha adelantado que “la idea de ir formalizando un grupo parroquial va teniendo forma y pronto tendremos novedades”.
Los sacerdotes de la Diócesis de Segorbe-Castellón, junto a nuestro Obispo, D. Casimiro, han participado esta mañana en el retiro de Adviento, organizado por la Vicaría para el Clero. Celebrado en el Centro Sagrada Familia de Castellnovo, en esta ocasión ha predicado Mons. José Vilaplana Blasco, obispo emérito de la Diócesis de Huelva, que ha realizado dos meditaciones centradas en la esperanza y en la motivación pastoral.
D. José ha advertido a los sacerdotes presentes sobre la crisis de la esperanza, la acedia espiritual y sobre la superficialidad al no ir al fondo de las cuestiones. Ante ello, ha exhortado a meditar sobre el lugar en el que ubicamos el cimiento de nuestra esperanza, indicado que éste no debe ser uno mismo, sino Dios, pues Él es el protagonista y fundamento de nuestra esperanza. “El Señor no defrauda a quienes ponen en Él su esperanza”, ha dicho recordando lo que nos dice el Señor en Ez. 37, «Infundiré mi espíritu en vosotros y viviréis». “El auténtico creyente sabe que Dios siempre lleva adelante su historia de salvación”, ha recordado, y debemos estar agradecidos al Señor “porque nos ha elegido en nuestra debilidad para hacerle presente a Él en medio de este mundo”.
También ha animado a dejarse sorprender por el Señor. “No sé si nosotros esperamos mucho o poco del Señor – ha dicho –, pero Él si que espera de nosotros”, porque “se fía de ti y te hace capaz”. Ha puesto como ejemplo a Zaqueo, que al conocer a Jesús se deja sorprender por su persona y decide cambiar de vida, y a San Pedro, “que mete la pata hasta el fondo, pero se deja sorprender por la mirada del Señor”.
En este Adviento, D. José ha exhortado a los sacerdotes a preparar el corazón para acoger al Señor, que “debe estar limpio, ordenado y habitado por el Señor, el más fuerte”, pues “el que tiene la casa defendida por el más fuerte es el que gana”. Para ello ha citado una homilía de San Macario: «¡Ay del alma por la que no transita el Señor ni ahuyenta de ella con su voz a las bestias espirituales de la maldad! ¡Ay de la casa en la que no habita su dueño! ¡Ay del alma en la que no habita Cristo, su Señor!».
En la segunda meditación ha tratado el tema de la falta de motivación pastoral, consecuencia de la falta de esperanza. Ha citado como ayuda a la Primera Carta de San Pedro: «Apacentad el rebaño que Dios os ha confiado y cuidad de él no a la fuerza, sino de buena gana, como Dios quiere; no por una vil ganancia, sino con generosidad; no como dictadores, sino como modelos para el rebaño.»
Ha destacado también tres puntos como apoyo a la reflexión sobre la motivación pastoral. En primer lugar, ha indicado la necesidad de “tomar conciencia siempre de quien nos envía”, sabiendo “que somos enviados”. Para ello es necesario huir de la tentación de encerrarse, de centrarse en la propia debilidad y en la complejidad de la situación, pues a pesar de ello el Señor sigue sosteniendo, se hace presente y sigue enviando a la misión, enviando su Espíritu Santo, que capacita.
En segundo lugar, una motivación muy importante es la necesidad de las personas, ya que “el mundo está tan necesitado porque le falta el fundamento”, y “aunque el hombre no lo sepa nos está pidiendo ver a Jesús”. Como ha explicado, existen dos anhelos fundamentales en el corazón de todo hombre: “el amor infinito, que es el que puede curar un sufrimiento infinito”, y “la comunión fraterna, de sentirnos acogidos, acompañados y queridos por los hermanos”.
Y la tercera motivación es la comunión con los hermanos y con la Iglesia, pues “no hay misión sin comunión”. “Debemos tener pasión por la unidad, reconociendo los diferentes carismas”, no como elementos destrucción, sino de construcción y de complementariedad, que nos enriquezcan mutuamente. En este sentido ha recordado el Proceso Sinodal que estamos viviendo en la Iglesia, como “una oportunidad más que el Señor nos da, un camino que nos abre para caminar juntos”, porque “estamos llamados a ser guías en una sociedad desorientada, desvinculada y dispersa”, a ser “generadores de comunión”, y a ser “testigos de misericordia en una sociedad herida, necesitada de iconos de la misericordia del Padre”, y para ello “tenemos un mensaje precioso que ofrecer”.
Esta web utiliza 'cookies' propias y de terceros para ofrecerte una mejor experiencia y servicio. Pulsando en "aceptar" consientes el uso de todas las cookies, pero puedes cambiar la configuración de 'cookies' en cualquier momento.
Como la mayoría de los servicios en línea, nuestro sitio web utiliza cookies propias y de terceros para varios propósitos. Las cookies de origen son principalmente necesarias para que el sitio web funcione correctamente y no recopilan ninguno de sus datos de identificación personal.
Las cookies de terceros utilizadas en nuestros sitios web se utilizan principalmente para comprender cómo funciona el sitio web, cómo interactúa con nuestro sitio web, mantener nuestros servicios seguros, proporcionar anuncios que sean relevantes para usted y, en general, brindarle una mejor y mejor experiencia del usuario y ayudar a acelerar sus interacciones futuras con nuestro sitio web.
Cookies Necesarias
Algunas cookies son esenciales para que pueda experimentar la funcionalidad completa de nuestro sitio. Nos permiten mantener las sesiones de los usuarios y prevenir cualquier amenaza a la seguridad. No recopilan ni almacenan ninguna información personal. Por ejemplo, estas cookies le permiten iniciar sesión en su cuenta y agregar productos a su carrito y pagar de forma segura.
Respetamos completamente si desea rechazar las cookies, pero para evitar preguntarle una y otra vez, permítanos almacenar una cookie para eso. Puede optar por no participar en cualquier momento u optar por otras cookies para obtener una mejor experiencia. Si rechaza las cookies, eliminaremos todas las cookies establecidas en nuestro dominio.
Le proporcionamos una lista de las cookies almacenadas en su computadora en nuestro dominio para que pueda verificar lo que almacenamos. Por razones de seguridad, no podemos mostrar ni modificar cookies de otros dominios. Puede comprobarlos en la configuración de seguridad de su navegador.
Cookies para Google Analytics
Estas cookies almacenan información como el número de visitantes al sitio web, el número de visitantes únicos, qué páginas del sitio web se han visitado, la fuente de la visita, etc. Estos datos nos ayudan a comprender y analizar qué tan bien funciona el sitio web y donde necesita mejorar.
Si no desea que rastreemos su visita a nuestro sitio, puede deshabilitar el rastreo en su navegador aquí:
Otros servicios externos
También utilizamos diferentes servicios externos como Google Webfonts, Google Maps y proveedores de video externos. Dado que estos proveedores pueden recopilar datos personales como su dirección IP, le permitimos bloquearlos aquí. Tenga en cuenta que esto podría reducir considerablemente la funcionalidad y la apariencia de nuestro sitio. Los cambios entrarán en vigor una vez que vuelva a cargar la página.
Google Webfont:
Google Maps:
Google reCaptcha:
Vimeo and Youtube videosembeds:
Política de Privacidad
Puede leer sobre nuestras cookies y la configuración de privacidad en detalle en nuestra Página de Política de Privacidad.