El obispo de la Diócesis de Segorbe-Castellón, D. Casimiro López Llorente, ha presidido el acto de presentación del Complejo Santos Evangelistas que impulsa la Diócesis y que incluye la Casa de Acogida San Pascual “El Pati” de Cáritas Diocesana. Esta obra, que cuenta con la colaboración del ayuntamiento de Vila-real, está previsto que se inaugure a principios del próximo año.
En esta presentación, celebrada en el Salón de Actos de la Fundació Caixa Rural Vila-real, D. Casimiro López Llorente ha destacado y apelado a la generosidad de la comunidad diocesana, subrayando la tarea de vivencia de la caridad en la Iglesia y expresando su deseo de que el Complejo Santos Evangelistas pueda abrir sus puertas durante el Año Jubilar Diocesano.
Por su parte, la primera teniente de alcalde de Vila-real, Silvia Gómez, en ausencia del alcalde José Benlloch, quien no ha podido asistir al acto por el repentino fallecimiento de su padre, ha leído unas emotivas palabras escritas por el propio alcalde, en las que ha manifestado su ilusión por este proyecto y ha reiterado el compromiso y total implicación del consistorio con esta obra.
En este acto también han intervenido el delegado episcopal en Cáritas Diocesana, Sergio Mendoza, quien ha explicado detalles sobre los edificios y servicios que se prestarán en el Complejo Santos Evangelistas.
Mientras, el director de Cáritas Diocesana, Juan Manuel Aragonés, ha comentado aspectos concretos de la Casa de Acogida San Pascual “El Pati” y ha solicitado la colaboración de instituciones, empresas y particulares en el mantenimiento y continuidad de este centro asistencial.
También en esta presentación, Domingo, Víctor y Adrián, que fueron residentes, en su momento, en “El Pati” han explicado sus vivencias y experiencias junto con la Coordinadora de Inclusión de Cáritas Diocesana, Minerva Saura, quien ha repasado las diferentes etapas de esta casa de acogida que entraba en funcionamiento en 1992.
En este Año Jubilar Diocesano de celebración por el 775º aniversario de la Diócesis de Segorbe-Castellón, en el que, también, se conmemora el 65º aniversario de Cáritas Diocesana de Segorbe-Castellón, a este acto han asistido representantes de instituciones, empresas, asociaciones, entidades, grupos políticos y diferentes colectivos, tanto de Vila-real, como del resto de la provincia.
Complejo Santos Evangelistas
Este complejo está construido en el solar de la antigua parroquia de los Santos Evangelistas de Vila-real, en la calle Sant Marc, número 2, y tiene por finalidad acoger la celebración de la palabra, la evangelización y la caridad.
Estos tres elementos estarán reflejados en los tres edificios que forman parte del complejo. En el complejo encontraremos la capilla, donde habrá un lugar de oración y celebración de la Fe, a su mano derecha hallaremos el edificio parroquial donde se compartirá la Buena Noticia y a mano izquierda el edificio donde se vivirá el amor preferencial de Jesús por los más pobres, a través de la Casa de Acogida San Pascual “El Pati”.
El complejo contará con dependencias para la parroquia de los Santos Evangelistas, entre ellas una capilla con capacidad para un centenar de personas y salones parroquiales. El bloque dedicado a la casa de acogida consta de cinco plantas, donde se podrá disponer de locales de formación, espacios comunes y 18 habitaciones dobles, 3 de ellas adaptadas para residentes con movilidad reducida, que podrán acoger hasta 36 personas sin hogar.
El obispo de Segorbe-Castellón, Casimiro López Llorente, colocó el 12 de febrero de 2021 la primera piedra de este complejo que está previsto que se inaugure a principios de 2023.
“El Pati”
“El Pati” nació en 1992, a iniciativa del entonces obispo de la Diócesis, D. José María Cases, de la mano de la Fundació Tots Units, como un centro de promoción y acompañamiento a personas en situación de calle, con el objetivo de realizar un itinerario de reinserción de hombres y mujeres sin hogar. A lo largo de todos estos años, se ha acompañado a 500 personas que, en estos momentos, conviven entre nosotros formando parte de la sociedad.
“El Pati” fue para ellas un hogar que les dio la posibilidad de reorganizar sus vidas, cuidar su salud, formarse, integrarse en la sociedad y dotar de “sentido” su proyecto personal de vida.
Diferentes empresas han colaborado, de forma altruista, en la construcción de la Casa de Acogida San Pascual “El Pati” y para su equipamiento y mantenimiento se puede colaborar realizando una donación en la cuenta
Cáritas Comunitat Valenciana y la Fundación FOESSA nos alertaban en febrero de que existe un grave problema de exclusión en nuestra sociedad, apuntando como factores principales al empleo, y a las dimensiones de la salud y de la vivienda.
En el ámbito de la vivienda, la combinación entre altos precios y bajos o inestables ingresos hace que más de 225.000 familias, una vez realizado el pago del alquiler o la hipoteca, queden en situación de pobreza.
Con el fin de mitigar esta problemática y de sensibilizar a la comunidad cristiana de la Diócesis, Cáritas Diocesana de Segorbe-Castellón ha puesto en marcha el “Proyecto de vivienda Betania”. Un proyecto social que nace a petición de nuestro Obispo, D. Casimiro, con motivo del Año Jubilar diocesano que estamos celebrando.
Los objetivos principales son visibilizar el problema existente de vivienda y que la comunidad cristiana ponga en alquiler los pisos vacíos que sean de su propiedad, con el fin de que las familias y personas con recursos económicos suficientes tengan la posibilidad de hacer frente a un alquiler social.
Además, Cáritas Diocesana se compromete a prestar apoyo y acompañamiento a las Cáritas Parroquiales y a sus voluntarios, por ejemplo en la gestión de los contratos de alquiler; así como a aquellas familias que pongan sus propiedades a disposición de este Proyecto, en el caso de que haya que afrontar posibles impagos de alquiler.
Para más información, es posible contactar con Cáritas en el teléfono 617 113 681 o en el correo electrónico m.castello@caritas-sc.org.
Los sacerdotes y diáconos de la Diócesis de Segorbe-Castellón celebrarán una Jornada Sacerdotal, el próximo viernes día 6 de mayo, con motivo de la festividad de San Juan de Ávila (10 de mayo), Presbítero, Doctor de la Iglesia y patrono del clero diocesano español. Será en el Colegio Seminario de Segorbe, presidida por nuestro Obispo, D. Casimiro.
A las 10:30 h. podrán escuchar la conferencia del P. Emilio Lavaniegos, operario y Director de la Residencia Mosén Sol de Alquerías del Niño Perdido, donde la hermandad ofrece acompañamiento a los sacerdotes diocesanos que experimentan diversas dificultades en su vida y su ministerio.
Además, en el marco de la celebración del Año Jubilar diocesano, el presbiterio podrá ganar el Jubileo en la Jornada de este año, y a las 12:15 h. saldrá en peregrinación hacia la S.I. Catedral, donde celebrarán la Eucaristía.
La S.I. Catedral de Segorbe acoge, desde el próximo 24 de abril, la Exposición Histórica “Germen y Diseño” con motivo del Año Jubilar Diocesano por el 775º Aniversario de la creación de la sede Episcopal en Segorbe. Así, el acto de inauguración tendrá lugar el próximo domingo, día 24 de abril, a las 18 h., al que asistirá nuestro Obispo, D. Casimiro López Llorente.
Según ha explicado D. David Montolío, de la Delegación Diocesana de Patrimonio Cultural, la exposición tiene como objetivo “exponer y dar a conocer a todos los visitantes y peregrinos, a través de las piezas artísticas y documentales más destacadas del importante patrimonio religioso diocesano, la efeméride del Año Jubilar, de los 775 años de la Sede Episcopal en Segorbe y de su Catedral”. Es este “un acontecimiento al que nos acercamos con un marcado carácter y sentido pastoral, descubriendo los diferentes elementos que han ido construyendo nuestra diócesis”, añade.
En relación al contenido de la muestra, “trata de acercar el ser, el hacer y la misión de la Iglesia que camina en Segorbe-Castellón”, y “podremos ver y conocer, a través de paneles y la mejor colección de arte sacro de la Catedral y nuestra Diócesis, la narración y el sentido de cómo la Palabra ha sido acogida, difundida y realizada a lo largo de la comunión diocesana durante siglos”.
Está dividida en cinco capítulos, con una introducción y un epílogo, y se podrá visitar en el Museo Catedral, con la entrada del Museo, hasta la finalización del Año Jubilar, en horario de mañana, de 11 h. a 13:30 h., y con entrada libre en horarios de culto. Permanecerá cerrada los lunes, y para concertar visitas se puede escribir al correo electrónico: visitacultural@catedraldesegorbe.com
Domingo de Pascua de la Resurrección del Señor. «Este es el día en que actuó el Señor».
Carta del Obispo, D. Casimiro: “¡Cristo ha resucitado! ¡Aleluya!”.
La Diócesis de Segorbe-Castellón inaugura el Año Jubilar Diocesano con la apertura de la Puerta Santa de la S.I. Catedral de Segorbe.
Entrevista a D. Antonio Sanfélix, Delegado diocesano para la Liturgia y la Espiritualidad, sobre los símbolos y la concesión de gracias otorgada por la Iglesia en este Jubileo.
Segorbe, S. I. Catedral-Basílica, 12 de abril de 2022
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(Is 61,1-3ª.6ª.8b-9; Sal 88; Apo 1,5-8; Lc 4,16-21)
1. «La gracia y la paz de parte deJesucristo, el testigo fiel» (cf. Ap 1,5-6),sea con todos vosotros, hermanas y hermanos en el Señor. Os saludo con emoción y afecto a todos vosotros, queridos sacerdotes, Cabildos Catedral y Concatedral, Vicarios General y Episcopales, diáconos permanentes y seminaristas, religiosos y religiosas, consagrados en general y laicos. Mi saludo agradecido y respetuoso a las autoridades y representaciones que han tenido a bien acompañarnos en un día tan señalado para nuestra Iglesia diocesana de Segorbe-Castellón. Saludo también a cuantos os habéis unido a nuestra celebración a través de la TV, en especial para los enfermos, ancianos e impedidos a salir de sus casas.
Convocados para la Misa Crismal
2. Nos encontramos reunidos en nuestra Catedral diocesana en Segorbe, la iglesia-madre de todas las demás iglesias de la diócesis. Esta es la casa de Dios, la morada visible de Dios entre los hombres; y esta es también la casa de nuestra comunidad diocesana, llamada a ser morada de Dios entre los hombres, presencia transparente de su amor, de su misericordia y de su Salvación para todos.
Hemos sido convocados por Jesucristo en torno a la mesa de la Palabra y la Eucaristía para consagrar el santo Crisma y bendecir los óleos de los catecúmenos y de los enfermos. Recordemos que con el Crisma, aceite perfumado que representa al Espíritu Santo, son ungidos quienes reciben el bautismo, la confirmación y el orden sacerdotal; y con el óleo de los catecúmenos son ungidos quienes reciben el bautismo y con el de los enfermos quienes sufren grave enfermedad o las personas mayores.
Y la apertura del Año Jubilar Diocesano
3. Y con esta Misa inauguramos el Año Jubilar diocesano para conmemorar el 775º Aniversario de la creación de la sede episcopal en esta Ciudad por Inocencio IV tal día como hoy del año 1247, origen de nuestra Iglesia diocesana, hoy de Segorbe-Castellón.
Con profunda alegría nos unimos hoy al salmista para cantar “eternamente las misericordias del Señor” (Ps 88), porque “Dios ha estado grande con nosotros, y estamos alegres” (Ps 125). A Dios le damos gracias porque nos ha elegido para ser su Iglesia diocesana; gracias le damos por todos los dones recibidos a lo largo de estos casi ocho siglos de historia: dones y testimonios de santidad, en algunos casos hasta el martirio; dones y obras de evangelización, de santificación y de caridad hacia los más pobres y necesitados; y obras de patrimonio y de cultura, signos y frutos de la fe cristiana.
Nuestro Jubileo es un Año de gracia de Dios. En este tiempo, Dios derramará gracias especiales y abundantes sobre toda nuestra Iglesia diocesana, en especial, el perdón de nuestros pecados y la Indulgencia plenaria; gracias que Dios nos concede para impulsar nuestra conversión personal y nuestra purificación personal y la de nuestras comunidades, gracias para la renovación pastoral y de conversión a la misión de toda nuestra Iglesia. Sólo abriendo nuestro corazón a Dios y su gracia recuperaremos lo que con nuestras solas fuerzas no podemos alcanzar: la amistad de Dios y su gracia. Esta es la fuente de la que hemos de beber siempre para ser una Iglesia viva, santa y misionera, en sus miembros y comunidades.
¿Cómo vivir este Jubileo? Con fe confiada, humildad agradecida y esperanza renovada, acogiendo la Palabra de Dios que hemos proclamado y el profundo significado de esta Misa Crismal para los bautizados, las comunidades eclesiales y toda nuestra Iglesia.
En el Evangelio de hoy acabamos de escuchar. “El Espíritu del Señor está sobre mí, porque él me ha ungido. Me ha enviado a evangelizar a los pobres, a proclamar a los cautivos la libertad, y a los ciegos, la vista; a poner en libertad a los oprimidos; a proclamar el año de gracia del Señor” (Lc 20,18-19). Estas palabras del profeta Isaías, proclamadas por Jesús aquel sábado en la sinagoga de Nazaret, se refieren, en primer lugar, a Jesús mismo y a su misión mesiánica. “Hoy se ha cumplido esta Escritura que acabáis de oír”, dice Jesús. Y valen también para nosotros. Cristo mismo glorificado a la derecha del Padre sigue enviando el Espíritu Santo sobre las personas, las comunidades y sobre toda la Iglesia. El “hoy” de que habla el Evangelio no pasa, es permanente y siempre actual: porque todos nosotros, los bautizados, hemos sido también ungidos y enviados; somos partícipes de la unción y misión de Cristo. Me detendré en tres palabras del Evangelio: Espíritu Santo, unción y envío.
Dóciles a la acción del Espíritu Santo.
4. En primer lugar, el Espíritu Santo. El Espíritu Santo que está en Jesús de Nazaret y lo ha ungido, este mismo Espíritu desciende hoy de nuevo sobre el óleo perfumado para hacerlo sacramento de la plenitud de vida cristiana para los que serán bautizados y confirmados. El Espíritu Santo desciende así hoy de nuevo también sobre toda nuestra Iglesia diocesana.
El Espíritu Santo es el principio de vida de cada bautizado y de toda nuestra Iglesia. Él es quien nos perdona los pecados y por el que renacemos a la Vida misma de Dios por Cristo. Él es quien nos convierte, renueva y santifica; quien crea y fortalece nuestra unión con Dios y con los hermanos. El es quien nos incorpora a la Iglesia, a esta Iglesia diocesana y nos hace sentirla como propia, como nuestra familia, como la familia de los hijos e hijas de Dios que peregrina en Segorbe-Castellón. El Espíritu Santo es el creador de la unidad y de fraternidad. Distribuye ministerios y carismas distintos para el bien de todo el pueblo de Dios. El Espíritu es quien nos alienta y nos muestra los caminos en nuestra misión de evangelizar y de santificar; quien nos impele a mostrar el amor y la misericordia de Dios a todos, en especial a los más débiles y necesitados. El poder del Espíritu fecunda y alienta hoy de nuevo a esta Iglesia nuestra en su vida y su misión. Seamos dóciles a la acción del Espíritu Santo en cada uno nosotros y en nuestra Iglesia diocesana.
Como bautizados: ungidos y consagrados por el Espíritu Santo.
5. En segundo lugar, la unción. Jesús de Nazaret es el Ungido por el Espíritu Santo, por excelencia y sin parangón, porque, como Hijo de Dios, está unido desde la eternidad al Padre y al Espíritu Santo. También los bautizados somos ungidos en nuestro bautismo por el Espíritu Santo con el Crisma, y consagrados como “templos del Espíritu Santo”. El Espíritu habita en nosotros. Como ungidos y consagrados, todos los cristianos estamos llamados a dejar que la fe y la nueva vida de Dios, recibidas en el Bautismo, exhalen el perfume de un vida santa por el buen olor de las buenas obras. Toda nuestra Iglesia, todos los cristianos, de cualquier estado o condición, estamos llamados a la santidad, es decir, a la plenitud de vida cristiana y a la perfección del amor (LG 40). Todos los cristianos, por el bautismo, participamos del sacerdocio del Señor y estamos llamados a ofrecernos con él, a ofrecer nuestra persona y nuestra existencia por la salvación del mundo. En nuestro bautismo hemos sido ungidos y consagrados como casa espiritual y sacerdocio santo para ofrecer, a través de las obras propias del cristiano, sacrificios espirituales.
Si somos humildes y sinceros, reconoceremos que, de un modo u otro, todos alguna vez no hemos correspondido a esta llamada amorosa de Dios a ser sus hijos, a ser piedras vivas de su templo, de su Iglesia. El Jubileo es una ocasión para recuperar la frescura de nuestra unción bautismal y la belleza de nuestro bautismo. Estamos llamados a ser piedras vivas de este templo de Dios vivo, que es nuestra Iglesia y que el Espíritu va edificando en medio del mundo. Como criaturas nuevas, somos convocados a vivir la belleza de una vida auténtica en el seguimiento de Jesús, a dejarnos purificar de todo pecado, de toda mundanidad, de toda tibieza. Dejémonos encontrar o reencontrar por el Señor Jesús; dejémonos renovar por el Espíritu Santo; vivamos con alegría nuestra condición de cristianos y nuestra pertenencia a esta Iglesia de Jesús de Segorbe-Castellón.
Para salir a misión
6. Y, por último, el envío y la misión. Las palabras de Isaías que Jesús lee en la sinagoga de Nazaret y esta Misa tocan el corazón mismo de nuestra Iglesia diocesana, que ha sido convocada para ser enviada a la misión. El Crisma con el que somos ungidos en el bautismo nos recuerda que todos los bautizados participamos de la unción del Señor y que todos estamos enviados como él a evangelizar, a llevar al mundo la vida, el amor y la misericordia de Dios. Nuestra unción bautismal es para la misión. La consagración hoy el santo Crisma, nos ofrece la oportunidad de recordar la unción en nuestro bautismo. Le pedimos al Señor que avive en nosotros la consciencia de que hemos sido ungidos y enviados a anunciar el Evangelio a los pobres de pan, de cultura y de Dios: a abrir los ojos a los ciegos en el espíritu, a curar los corazones desgarrados, a liberar a los cautivos, a anunciar el año de gracia del Señor. Un don precioso y una tarea hermosa. Seamos discípulos misioneros del Señor; pero no en solitario, sino caminando juntos como Iglesia del Señor.
Sabemos que hoy son muchos los desafíos y las dificultades para la evangelización; el mundo actual es cada día más refractario a Dios, a Cristo y al Evangelio. Pero los desarrollos tecnológicos y sociales plantean posibilidades que no logramos aprovechar. Los destinatarios de la evangelización se multiplican dentro y fuera de nuestra Iglesia. La mies es mucha; la mies es cada vez mayor. Pero pensemos en nosotros llamados con urgencia a evangelizar. La pregunta sobre cómo evangelizar, cómo transmitir la fe hoy, se convierte en una pregunta sobre nuestra Iglesia. El Señor nos pregunta esta mañana: ¿Qué dices de ti, Iglesia de Segorbe-Castellón? ¿Cómo estás viviendo tu ser ‘morada de Dios entre los hombres? ¿Cómo te sitúas hoy en el contexto social y cultural que te toca vivir? Urge interrogarnos juntos y con sinceridad, entre otras cosas, si estamos evangelizando; si somos capaces de salir de nosotros mismos y conectar con el mundo con nuevas actitudes, con un estilo nuevo y con un renovado ardor; y si estamos convencidos de que anunciar a Jesucristo y el Evangelio es el mejor regalo que podemos hacer a los hombres y mujeres de hoy y a la sociedad. Al salir a la misión hemos de respaldar nuestra palabra con el testimonio humilde de unas comunidades fraternas y de un presbiterio fraterno; y mostrar que es posible amar con un amor verdadero y con la alegría que brota del encuentro con el Resucitado. El Espíritu del Señor está en nosotros y nos alienta y urge a salir a la misión. Dejémonos conducir por el Espíritu Santo.
Los sacerdotes: Ungidos para ser servidores del Pueblo de Dios
7. Queridos sacerdotes: las palabras que estamos meditando conciernen a todos los bautizados, pero resuenan en nuestro corazón de modo específico y personal. El día de nuestra ordenación recibimos una unción especial, para ser pastores, en nombre y representación de Jesús, el Buen Pastor. El nos llama a ser servidores del Pueblo de Dios que peregrina en Segorbe-Castellón. Estamos llamados a servir a todos los bautizados para que vivan su unción y su envío bautismal. Ellos necesitan y reclaman nuestro testimonio y apoyo para hacer de su vida una ofrenda a Dios y una entrega a los demás en la vocación concreta de cada uno; en una palabra, estamos llamados a servir para que nuestros bautizados sean discípulos misioneros del Señor, para que toda nuestra Iglesia diocesana, en sus miembros y comunidades sea misionera.
En breves momentos vamos a renovar nuestras promesas sacerdotales. Para ser servidores de la unción bautismal de los fieles, los pastores debemos dar un testimonio coherente de vida, de fraternidad sacerdotal y de comunión en la fe y la misión con toda nuestra Iglesia diocesana. Evitemos caer en el individualismo, la rutina, la mediocridad o la tibieza, que matan toda clase de amor. Estemos atentos a las necesidades de cada comunidad cristiana y seamos fieles a la misión de anunciar a todos el Evangelio.
8. Acojamos y vivamos con gratitud este Año de gracia que Dios nos concede para nuestra renovación personal y comunitaria. Que Dios nos conceda la gracia de crecer en comunión para salir a la misión. Así se lo pido al Señor por intercesión de nuestros santos Patronos, la Virgen de la Cueva Santa y San Pascual Bailón. Amén
Hoy se cumplen 775 años de la creación de la Sede Episcopal en Segorbe, concedida por medio de la Bula Pie Postulatio de Inocencio IV. Así, desde primera hora de esta mañana, en los alrededores del templo, empezaban a acudir fieles procedentes de diferentes arciprestazgos, así como una importante representación política, militar, empresarial y social de nuestra Diócesis.
A las 11.00 h., Segorbe ha acogido la celebración del Rito de apertura de la Puerta Santa de la S.I. Catedral y la Santa Misa Crismal, uniendo ambas celebraciones por el profundo significado que tiene esta Misa para la Iglesia diocesana. Tal como avanzó nuestro Obispo en su carta semanal, publicada del pasado Domingo de Ramos, la Misa Crismal supone la reunión de la comunidad diocesana en la Catedral, como Iglesia Madre, haciéndolo en torno a la mesa de la Palabra y de la Eucaristía, para consagrar el santo Crisma y bendecir los óleos de los catecúmenos y de los enfermos, que se usarán en los sacramentos del bautismo, de la confirmación y del orden sacerdotal.
La Catedral de Segorbe, como sede de la cátedra del Obispo y signo de su sucesión apostólica, es la casa de toda la familia diocesana formada por todos los bautizados. En la Santa Misa Crismal, presidida por D. Casimiro, se han hecho presentes las distintas vocaciones que conformamos la Iglesia del Señor de Segorbe-Castellón: sacerdotes, diáconos, consagrados, laicos, matrimonios y las familias, estando todos llamados a «crecer en la comunión para salir a la misión«, tal como reza el lema de este Año Jubilar.
Poco antes de las 11 h. daban comienzo los prolegómenos en la Iglesia del Seminario Menor Diocesano de Segorbe. Nuestro Obispo se ha dirigido a la asamblea en el inicio – ha dicho – «de esta peregrinación a la Santa Iglesia Catedral, como lo harán a lo largo de este año los fieles de nuestras comunidades, guiados por la Palabra de Dios e invocando la intercesión de los santos». Tras la oración inicial en la que D. Casimiro ha invocado a Dios Padre que conceda a su Pueblo «la alegría del Espíritu y acoja con esperanza renovada la proclamación de este año de gracia». Se ponían así, «en camino en el nombre de Cristo», dando inicio a la solemne procesión hacia la Catedral, precedida por el turiferario, la cruz y los ciriales, fieles laicos, seminaristas, el diácono con el Evangeliario, los presbíteros y, finalmente el Obispo, mientras se cantaban las letanías de los santos hasta llegar ante la Puerta Santa.
Apertura de la Puerta Santa
Al llegar a la Puerta Santa D. Casimiro se ha dirigido al Pueblo para anunciar la inauguración del Año Jubilar Diocesano que será, para toda la Iglesia diocesana, «una experiencia particularmente profunda de gracia y de misericordia divina que se prolongará hasta su clausura el 16 de Abril de 2023».
Abridme las puertas de la salvación.
Y entraré para dar gracias al Señor.
Este es el día en que actuó el Señor.
Sea nuestra alegría y nuestro gozo.
Esta es la puerta del Señor.
Los vencedores entrarán por ella.
Antes de cruzar la Puerta Santa, mientras el júbilo de la celebración se hacía patente con el repicado de las campanas, el Obispo de Segorbe-Castellón, ha orado de rodillas unos minutos para, a continuación elevar el Evangeliario, tras lo que ha dado comienzo la procesión hacia el Altar mientras se interpretaba el Himno del Año Jubilar: He aquí la morada de Dios» de la mano de la Capilla Musical de la Catedral y el Coro del Santo Ángel de La Vall d´Uixó, acompañados por una orquesta creada «ad casum» y el organista de la Catedral.
Liturgia de la Palabra
El Señor me ha ungido y me ha enviado para dar la buena noticia a los pobres, y darles un perfume de fiesta.
Tras la antífona de entrada se daba paso a la primera lectura. A través del profeta Isaías (61, 1-3a. 6a. 8b-9), los participantes en la celebración advertían la importancia de la celebración para los sacerdotes, a quienes el Señor «ha ungido», siendo enviados «para dar la buena noticia (…), para proclamar un año de gracia del Señor», siendo llamados «Sacerdotes del Señor», tras lo que se ha entonado el Salmo (88, 21-22. 25 y 27): «Cantaré eternamente tus misericordias, Señor».
Nos ha hecho reino y sacerdotes para Dios Padre
El Libro del Apocalipsis (1,5-8) concedía «la gracia y paz de parte de Jesucristo, el testigo fiel, el primogénito de entre los muertos, el príncipe de los reyes de la tierra» (…) y ha precedido la Proclamación de la Palabra según san Lucas (4,16-21), que anticipaba la renovación de las promesas de los sacerdotes que se iba a producir a continuación en el diálogo que ha establecido nuestro Obispo con los presbíteros, uniéndose así más fuertemente a Cristo, renunciando a sí mismos y reafirmando la promesa de cumplir los sagrados deberes que, por amor a Cristo, aceptaron el día de su ordenación sacerdotal para el servicio de la Iglesia.
Convocados por Jesucristo
Con estas palabras ha dado comienzo la homilía de nuestro Obispo en este día de especial alegría para toda la Iglesia diocesana, en que reunidos «en torno a la mesa de la Palabra y la Eucaristía», acudimos a la casa de Dios, «nuestra Catedral diocesana en Segorbe, madre de todas las demás iglesias de la Diócesis» que es «presencia transparente de su amor, de su misericordia y de su Salvación para todos», ha resaltado D. Casimiro. Y hemos sido convocados para «para consagrar el santo Crisma y bendecir los óleos de los catecúmenos y de los enfermos (…) e inaugurar el Año Jubilar diocesano».
Las palabras del Obispo lo han sido para expresar el sentimiento de «profunda alegría» que se ha hecho patente al cantar «eternamente las misericordias del Señor» junto al salmista. Palabras de agradecimiento «a Dios porque nos ha elegido para ser su Iglesia diocesana», poniendo especialmente en valor, «los dones recibidos a lo largo de estos casi ocho siglos de historia». Igualmente se ha referido a «las obras de evangelización, de santificación y de caridad hacia los más pobres y necesitados».
En respuesta a todo ello, el Jubileo, ha resaltado D. Casimiro, «es un Año de gracia de Dios» y un tiempo en el que el Señor «derramará gracias especiales y abundantes sobre toda nuestra Iglesia diocesana, en especial el perdón de nuestros pecados y la Indulgencia plenaria». Un tiempo de gracia, ha dicho, «para impulsar nuestra conversión y purificación personal y de nuestras comunidades».
Vivir el Jubileo
El Obispo de Segorbe-Castellón nos ha exhortado a vivir el Año Jubilar desde «a Palabra de Dios y desde el profundo significado de esta Misa Crismal», enfatizando las palabras del Evangelio proclamado que «hoy es permanente y siempre actual: porque todos nosotros, los bautizados, hemos sido también ungidos y enviados; somos partícipes de la unción y misión de Cristo».
Tres han sido las palabras que han resonado con fuerza en la homilía de D. Casimiro: «Espíritu Santo, unción y envío». El mismo «Espíritu Santo» que ha ungido a Jesús de Nazaret, «desciende hoy de nuevo sobre el óleo perfumado para hacerlo sacramento de la plenitud de vida cristiana para los que serán bautizados y confirmados y también sobre toda nuestra Iglesia diocesana», ha dicho el Obispo. Es el Espíritu Santo, ha proseguido, «quien nos incorpora a esta Iglesia diocesana y nos hace sentirla como propia, como nuestra familia (…) y distribuye ministerios y carismas distintos para el bien de todo el pueblo de Dios (…) nos alienta y nos muestra los caminos en nuestra misión de evangelizar y de santificar». Así nos ha exhortado a «ser dóciles a la acción del Espíritu Santo» que con su poder «nos alienta a mostrar el amor y la misericordia de Dios a todos».
La «unción» del Espíritu Santo, se extiende sobre los bautizados, ha resaltado nuestro Obispo, y «consagrados como templos del Espíritu Santo que habita en nosotros» estando llamados «a dejar que la fe y la nueva vida de Dios, recibidas en el Bautismo, exhalen el perfume de un vida santa por el buen olor de las buenas obras». Porque todos los cristianos «estamos llamados a la santidad, la plenitud de la vida cristiana y a la perfección del amor». De esta forma nos ha invitado a ser «humildes y sinceros» reconociendo nuestra falta de correspondencia a la llamada de Dios y así aprovechar el Jubileo «para recuperar la frescura de nuestra unción bautismal para ser piedras vivas de su templo (…) dejándonos encontrar o reencontrar por el Señor Jesús y renovar por el Espíritu Santo para vivir con alegría nuestra condición de cristianos y nuestra pertenencia a esta Iglesia de Jesús de Segorbe-Castellón».
Retomando las palabras del profeta Isaías, como Padre y pastor, nuestro Obispo nos ha recordado que la Iglesia diocesana ha sido convocada para ser enviada a la «misión». De esta forma, «con el Crisma con el que somos ungidos en el bautismo participamos de la unción del Señor y todos estamos enviados como él a evangelizar, a llevar al mundo el amor y la misericordia de Dios», invitándonos a ser «discípulos misioneros del Señor caminando juntos como Iglesia».
No ha sido ajeno a «los desafíos y dificultades» a las que nos enfrentamos en el tiempo actual en que los destinatarios de la evangelización se multiplican dentro y fuera de nuestra Iglesia. Y siendo «la mies cada vez mayor», nos ha interpelado sobre «cómo evangelizar y transmitir la fe hoy», invitándonos a hacerlo «juntos y con sinceridad» siendo capaces «de salir de nosotros mismos y conectar con el mundo con nuevas actitudes, con un estilo nuevo y con un renovado ardor (…) estando convencidos de que anunciar a Jesucristo y el Evangelio es el mejor regalo que podemos hacer a los demás».
También ha tenido palabras para los sacerdotes llamados «a ser servidores del Pueblo de Dios que peregrina en Segorbe-Castellón» y que, tras la homilía, han renovado sus promesas sacerdotales, estando «llamados a servir para que nuestros bautizados sean discípulos misioneros del Señor, para que toda nuestra Iglesia diocesana, en sus miembros y comunidades sea misionera», les ha anticipado D. Casimiro. También les ha exhortado a «dar un testimonio coherente de vida, de fraternidad sacerdotal y de comunión en la fe y la misión con toda nuestra Iglesia diocesana» evitando «caer en la rutina, la mediocridad o la tibieza, que matan toda clase de amor» y estando «atentos a las necesidades de la comunidad cristiana y fieles a la misión de anunciar a todos el Evangelio».
Las palabras finales de nuestro Obispo lo han sido de invitación al conjunto de los presentes y a aquellos que han seguido la ceremonia a través de los canales de televisión que la han retransmitido (Trece Tv, La 8 Mediterráneo y Medi Tv) para acoger y vivir «con gratitud este Año de gracia que Dios nos concede para nuestra renovación personal y comunitaria» pidiendo a Dios «la gracia de crecer en comunión para salir a la misión».
Liturgia Eucarística
Tras la renovación de las promesas sacerdotales se ha dado paso a la procesión de ofrendas de las vasijas del óleo de los catecúmenos, el óleo de los enfermos y el óleo del crisma, a lo que seguía el pan y el vino para la celebración de la Eucaristía, que han sido recibidos y bendecidos por el obispo para que «aquellos, cuyos cuerpos van a ser ungidos con él, sientan interiormente la unción de la bondad divina y sean dignos de los frutos de la redención».
La celebración ha continuado como de costumbre hasta los ritos finales en los que se ha rezado la Oración del Año Jubilar:
Señor, Padre de misericordia, te damos gracias
por el don de pertenecer a la Iglesia de Jesucristo, nuestro Dios y Señor,
en nuestra diócesis de Segorbe-Castellón.
Y por todas las gracias recibidas en estos siglos de fe cristiana,
de manera singular, por tantos testimonios heroicos de santidad
y de fidelidad a la fe hasta el derramamiento de la sangre.
Te pedimos perdón
por no haber sabido responder siempre a tu Palabra
en el seguimiento de tu Hijo Jesucristo
y en el servicio a nuestros hermanos.
Envía tu Santo Espíritu sobre esta Iglesia,
para que este Año Jubilar
sea un tiempo de gracia,
de memoria agradecida del pasado,
de purificación y renovación personal y pastoral,
y de crecimiento en la comunión,
que nos anime en la esperanza
y nos aliente a salir juntos a la misión
de llevar a todos la alegría del Evangelio.
Te lo pedimos por intercesión de María,
la Virgen de la Cueva Santa, nuestra madre piadosa
y de san Pascual Bailón, nuestro patrono,
testigo vivo de amor a la Eucaristía,
fuente y cima de la vida de la Iglesia.
Que por tu misericordia lleguemos un día
a contemplarte eternamente en tu Reino. Amén.
Bendición Apostólicacon indulgencia plenaria
La ceremonia ha finalizado con la Bendición Apostólica de manos de D. Casimiro quien, por la gracia de Dios y de la Sede Apostólica, como Obispo de la Santa Iglesia de Segorbe-Castellón, en nombre del Romano Pontífice ha impartido la bendición con indulgencia plenaria a todos los presentes que hayan manifestado verdadero arrepentimiento, se hayan confesado y hayan recibido la Sagrada Comunión.
La ceremonia ha sido retransmitida en directo por Trece Tv, La 8 Tv y Mediterráneo Tv, así como por el canal de YouTube de la Diócesis. De esta forma, tal y como está establecido los fieles, que por edad o enfermedad, no hayan podido acudir a la celebración, podrán haber alcanzado la indulgencia plenaria en su propia casa habiendo cumplido los requisitos:
están arrepentidos de los pecados cometidos y tienen sincero deseo de no pecar más;
han cumplido con las 3 condiciones generales (confesarse, comulgar y rezar por las intenciones del Papa) ;
se han unido espiritualmente a la celebración y peregrinación jubilar, ofreciendo a Dios sus oraciones y sufrimientos.
Programación del Año Jubilar Diocesano
Arranca hoy un año de júbilo y celebración. Un año de agradecimiento al importante legado histórico de fe, pero también para mirar al presente, como ha dicho nuestro Obispo, y dejarse renovar y purificar, a nivel personal, comunitario y pastoral «que nos aliente a salir a la misión, con la fuerza del Espíritu Santo, para llevar a todos la alegría del Evangelio”. Por todo ello se ha organizado una amplia programación de actividades cuya próxima cita será el próximo domingo, 24 de abril, coincidiendo con el Domingo de la Misericordia, con la inauguración oficial de la Exposición Histórica «Germen y Diseño» que se ubicará en el Museo de la misma Catedral y se podrá visitar desde el día de su inauguración hasta la finalización del Año jubilar.
Este «lunes Santo», el Obispo de la Diócesis de Segorbe-Castellón ha invitado a todos los diocesanos a participar en la apertura del Año Jubilar Diocesano que se celebrará mañana, en la S.I. Basílica Catedral de Segorbe a las 11.00 de la mañana. Lo ha hecho en el transcurso de la entrevista que ha concedido al director de la Cadena Cope de Castellón, Raul Puchol.
Mañana se cumplen 775º años de la creación de la Sede Episcopal en Segorbe, concedida por medio de la Bula Pie Postulatio de Inocencio IV. D. Casimiro ha explicado que, pese a que habitualmente la Misa Crismal se celebra cada año el Lunes Santo, este año, «por la cercanía de la efeméride y por el significado de la Misa Crismal, se decidió unir ambas celebraciones». Así, mañana a las 11.00 h., la Catedral de Segorbe acogerá la celebración del Rito de apertura de la Puerta Santa de la Iglesia Catedral y la Santa Misa Crismal, durante la cual se consagra el santo Crisma y se bendicen los óleos de los catecúmenos y de los enfermos, que se usarán en los sacramentos del bautismo, de la confirmación y del orden sacerdotal.
A lo largo de la entrevista, D. Casimiro, respondiendo a las preguntas de su interlocutor, ha valorado también la importancia de la participación en los actos litúrgicos que se van a celebrar a partir del próximo Jueves Santo. Estos días previos, ha dicho, «nos llevan a la celebración del Triduo Pascual» que comenzará con la Misa vespertina del Jueves santo para rememorar la institución de la Eucaristía, para celebrar la «pasión y muerte del Señor el Viernes Santo, llegar al Sábado Santo en una jornada que lo es de silencio y oración hasta la celebración de la «Vigilia Pascual en la víspera de la Pascua de Resurrección».
También ha habido tiempo para valorar la «importante labor» que está realizando la Comisión de ayuda a Ucrania creada por el propio Obispo tras la invasión de Rusia a Ucrania y que de momento ha hecho posible que se hayan hecho dos envíos considerables (uno desde la Cáritas Interparroquial de Burriana y otro desde Cáritas Diocesana) de material sanitario, alimentos de primera necesidad, ropa y calzado. Del mismo modo ha agradecido los donativos que se han hecho llegar a las cuentas bancarias que gestiona Cáritas Diocesana y que son muestra de «la caridad y humanidad de la Diócesis para socorrer a los más necesitados que, en estos momentos, están sufriendo las consecuencias de la guerra».
La entrevista completa en este enlace de Cadena Cope
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