La Comunidad de las Bienaventuranzas celebra el jubileo de sus 50 años de fundación
La Comunidad de las Bienaventuranzas ha celebrado el jubileo por los 50 años de su fundación. El evento se realizó en la capilla del Carmen de Benicasim y combinó momentos de oración, meditación y compartir fraterno entre las personas cercanas a esta realidad eclesial presente en los cinco continentes y que llegó a la Diócesis de Segorbe-Castellón en 2004.
Instalada los primeros años en Atzeneta del Maestrat, puso a continuación su sede en Benicasim. Su labor en la Diócesis se ha centrado en la animación de retiros espirituales (los próximos programados es un fin de semana para matrimonios en septiembre y unos ejercicios con el Padre Jacques Philippe en diciembre) y en un apostolado con jóvenes madres solteras que comenzó hace diez años con la Semana Nazareth y que se ha ampliado desde 2016 con un piso de acogida.
La Comunidad de las Bienaventuranzas nació en Francia en 1973 a partir de la experiencia pentecostal de dos matrimonios. Nacida protestante, enseguida entró a formar parte de la Iglesia Católica y a acoger diversas vocaciones, de modo que con los seglares se unieron personas con el deseo de vivir una vida consagrada. De espiritualidad carismática y carmelita, desarrolla apostolados muy diversos en el ámbito de la espiritualidad, evangelización o obras de misericordia.
El 8 de diciembre de 2020 la Congregación Pontificia para la Vida Consagrada reconoció las Bienaventuranzas como familia eclesial de vida consagrada, una formulación reciente que da cabida a nuevas realidades eclesiales nacidas durante el siglo XX. El 17 de abril el Papa Francisco recibió en audiencia privada al Consejo General de la Comunidad, reconociendo la obra que realiza en los cinco continentes y animando a seguir adelante con valentía y alegría.