La Junta de Portavoces del Ayuntamiento de Castellón se reunió ayer en una sesión extraordinaria para debatir la concesión de la Medalla de Oro de la ciudad. Durante la reunión, se aprobó por unanimidad otorgar este prestigioso reconocimiento a la Real Cofradía de Nuestra Señora del Lledó.
Además, se decidió conceder el Corbatín de Honor al Cuerpo Nacional de Policía y al Centro Aragonés de Castellón. Estas distinciones se entregarán el próximo 8 de septiembre, coincidiendo con la celebración del 773º aniversario de la firma del Privilegio de Traslado de la ciudad por el rey Jaime I.
La Alcaldesa de la ciudad, Dña. Begoña Carrasco, ha explicado que “es un orgullo poder reconocer con la máxima distinción de la ciudad a la Real Cofradía de Nuestra Señora del Lledó por el magnífico trabajo realizado durante la celebración histórica del Centenario de la Coronación de la Patrona de Castellón. Un reconocimiento que hacemos extensible a los miembros de la Comisión organizadora del Centenario, pese a estar ya disuelta. Su dedicación plena hizo posible una programación de más de 130 actos con un resultado extraordinario de seguimiento en las calles que desbordó todas las expectativas posibles. Tres palabras resumen su legado: orgullo, castellonerismo y sentimiento, con una ciudad volcada que supo estar a la altura de las exigencias de un hito tan esperado por todos”.
Castellón de la Plana, Plaza de la Independencia o de la “La Farola” 4 de mayo de 2024
Con profunda alegría y emoción estamos celebrando el Centenario de la coronación canónica y pontificia de la Mare de Déu del Lledó tal día como hoy en esta plaza.
Con sus mismas palabras en el Magníficat proclamamos y cantamos la grandeza del Señor porque ha hecho obras grandes en María y, a través de ella, en favor de nuestro pueblo: tú, Virgen Santa, eres la Madre de Dios y Madre nuestra, tú eres nuestra Reina y Señora, tú eres la Patrona de Castellón.
Damos gracias a Dios, Mare de Déu, porque dejaste a Dios ser grande en tu persona y en tu vida, tú la humilde esclava del Señor. Damos gracias a Dios porque nos ha dado a tan buena y tierna madre; una madre que conoce nuestras alegrías y nuestras penas, una madre que atiende siempre nuestras súplicas. Contigo, Virgen María, damos gracias a Dios por poder tenerte como Patrona, que dirige nuestros pasos hacia tu Hijo Jesús, el Camino, la Verdad y la Vida. Gracias damos a Dios por poder aclamarte como nuestra Reina.
Desde aquel 1366, año de la feliz “Troballa” de tu imagen por el labrador Perot de Granyana, tú, Virgen de Lidón, formas parte de la historia de nuestro pueblo. Castellón es tierra de María. Generación tras generación, los castellonenses han sentido tu presencia y tu protección maternal en su vida: en la vida de las personas, de las familias, de las parroquias y de nuestro pueblo entero. Como signo de su gratitud y devoción hacia ti, Madre, este pueblo quiso que fueras su Reina. Hoy recordamos con gratitud especialmente al Obispo de Tortosa, al Alcalde la Ciudad, al Prior de la Basílica y al Presidente de la Real Cofradía, que en 1923 solicitaron del Santo Padre que pudieras ser coronada; hoy recordamos a quienes hace cien años te coronaron en esta misma plaza.
¡Virgen santa de Lidón! El pasado 13 de abril dejaste por unos días tu santuario para venir a la Ciudad, para que te sintiéramos más cerca, si cabe, y pudiéramos venerarte y cantarte, contemplarte y suplicar tu protección. La numerosa y devota acogida de tu imagen coronada en las parroquias de la Ciudad, en colegios, en el albergue, en el centro penitenciario y en la Concatedral, o en los conciertos y en la ofrenda floral nos ha mostrado que la devoción hacia ti, Mare de Déu del Lledó, sigue muy viva en nuestro pueblo. Niños y jóvenes, adultos y mayores, ancianos y enfermos, matrimonios y familias te han acogido con alegría, emoción y devoción. Bastaba contemplar sus rostros, ver sus lágrimas y mirar sus labios. Gracias Mare de Déu por tu visita y gracias también a todos aquellos que han posibilitado tu recorrido por la Ciudad.
Mare de Déu del Lledó. Eres nuestra Reina y queremos que lo sigas siendo hoy y siempre. Te reconocemos como Reina porque eres la Madre de Jesús, el Rey mesiánico, cuyo reino no tendrá fin. Te proclamamos Reina, porque eres la llena de gracia y del amor de Dios y nos llevas a la fuente de la gracia y del amor, que es Dios mismo. Te aclamamos Reina porque participas ya plenamente de la gloria de tu Hijo en cuerpo y alma en el cielo; tú has recibido ya la corona de gloria que no se marchita. Tú, María, eres nuestra alegría, esperanza y consuelo.
Sabes, Madre, que nos toca vivir tiempos recios. En estos tiempos de secularización e indiferencia religiosa, de alejamiento de la fe y vida cristianas, llévanos, Madre, al encuentro personal con Cristo vivo, el fruto bendito de tu vientre, para que se afiancen y aviven la fe y vida cristiana en todos los bautizados (niños y jóvenes, adultos y mayores, matrimonios y familias) y seamos de verdad creyentes en tu Hijo y sus discípulos misioneros en nuestra sociedad.
En un contexto en que se expande la “cultura de la muerte” enséñanos, Madre, a acoger y cuidar toda vida humana desde su concepción hasta su muerte natural; y que, reconociendo a Dios como Creador, trabajemos por una ‘ecología integral’, por el respeto y cuidado de toda la creación, cuyo centro es el ser humano y su dignidad sagrada en toda circunstancia.
En este cambio de época, en que tantas veces andamos desorientados, ayúdanos, Madre, a no perder la brújula en nuestro peregrinaje por este mundo y confiemos siempre en ti y en tu Hijo: que no olvidemos nunca que de Dios venimos y hacia Él caminamos. Tú eres Madre de la esperanza, que nos has dado al Hijo de Dios, la esperanza que no defrauda.
En estos tiempos de dificultad económica de tantas familias y empresas y de dificultad para encontrar trabajo, especialmente los más jóvenes, enséñanos, Virgen santa, a todos y en particular a los gobernantes y responsables de la actividad económica y laboral a trabajar por el bien común: que todos puedan encontrar las condiciones sociales y laborales necesarias para lograr su propia perfección y desarrollo humano y espiritual.
Tú, Virgen María, eres la reina de la paz. Enséñanos y ayúdanos a acoger la paz de Dios en nuestro corazón para ser constructores de la paz en nuestros matrimonios y familias, en la sociedad y en el mundo. Por tu intercesión pedimos a Dios por el cese de la crispación social reinante en España y por el cese de las guerras en el mundo, especialmente en Ucrania, Tierra Santa y Oriente próximo.
Tú, Mare de Déu, eres la salud de los enfermos. A ti te pedimos por nuestros enfermos y ancianos, por quienes los cuidan y por todos los que trabajan en el mundo de la salud.
Te pedimos, Madre, que sigas reinando en nuestros corazones, en nuestras familias, en nuestras comunidades parroquiales y en nuestra Ciudad de Castellón. Que de tus manos volvamos nuestra mirada a Dios en tu Hijo, el único que tiene palabras de vida eterna. Acudamos a María porque ella alumbra nuestro camino terrenal hacia la casa del Padre.
Como la Virgen María abramos de par en par nuestro corazón a Cristo Jesús. La Virgen de Lledó será de verdad Reina nuestra, si su Hijo y su Evangelio reinan en nuestro corazón. Ella ha sido en el pasado signo y medio permanente de la bondad de Dios para con todos. Esta experiencia secular de la cercanía maternal de la Mare de Déu de Lledó fue la que condujo a pedir su patrocinio y su coronación. Esta misma experiencia nos mueve hoy al celebrar el centenario de la coronación de su imagen. A ella le cantamos “de l’amor nostre, Senyora, Mare de Deú del Lledó”.
Mons. Casimiro López Llorente exhorta a profundizar en nuestra relación con Dios, de la mano de la Virgen
Con la emoción contenida por la jornada histórica que ayer vivió la ciudad de Castellón, a las 11.00h de hoy, la Concatedral de Santa María ha acogido la Solemne Misa Estacional en honor a Nuestra Señora del Lledó presidida por el Obispo de Segorbe-Castellón, Mons. Casimiro López Llorente.
A primerísima hora de la mañana el «Vol d’Alba» desde El Fadrí anunciaba la solemnidad del día congregando de nuevo a los fieles en torno a la mesa del Altar, acogidos por «la mareta» para seguir caminando firmes en la fe y en la esperanza.
A la celebración eucarística se han unido el Obispo emérito de Alcalá de Henares, Mons. Juan Antonio Reig Plá, el Cabildo Concatedral, los Priores de la Real Cofradía y de la Basílica, así como una representación de los sacerdotes de la ciudad.
Un día más, el Señor ha llamado al pueblo de Castellón a través de la devoción a su Madre, en este día de fiesta grande que nos recuerda la transmisión de la fe que nos legaron nuestros antepasados y que ha sido transmitida de generación en generación.
La Concatedral de Santa María ha acogido al Presidente, Directiva y Cofrades de la Real Cofradía junto a la Presidenta y Camareras de la Virgen. Junto a ellos, la alcaldesa de Castellón, Dª Begoña Carrasco, que representa al Excmo. Ayuntamiento como Clavario, el concejal de Agricultura y «Perot», D. Vicente Sales, y la concejal procuradora de Ermitas, Dª Noelia Selma, así como el resto de autoridades que se han sumado a la celebración, junto a las reinas de las Fiestas de La Magdalena.
La liturgia de la Palabra (Jn 15,9-17) ha puesto el acento en «el amor infinito y expansivo de Dios». Las primeras palabras de la homilía de D. Casimiro se han dirigido a María, Madre del Hijo de Dios, «mediadora de todas las gracias que nos lleva a su Hijo». Recordando el pasaje evangélico de la Visitación, ha puesto en valor la actitud humilde, servicial y de confianza plena en Dios de María exhortándonos a «abrir nuestra mente y nuestro corazón a la Palabra de Dios de este VI Domingo de Pascua».
Le emotiva reflexión teológica del Obispo de Segorbe-Castellón ha puesto a Dios en el centro y, citando a san Agustín, ha invitado a los fieles a vivir en comunión con Dios dejándonos transformar por el amor recibido de Él e involucrándonos en su lógica de gratuidad.
En este VI domingo de Pascua, D. Casimiro ha recordado la resurrección del Señor «para que todo el que cree en él tenga vida, una vida eterna, plena y feliz: es la vida y el amor mismo de Dios para siempre». Jesús mismo es el amor encarnado de Dios, ha resaltado, y «nadie tiene amor más grande que el que da la vida por sus amigos”. Amar, ha destacado el Obispo, «es servir, es entregarse, es no buscarse a sí mismo» y así se ha referido al «mandato nuevo del amor».
El amor cristiano, ha continuado D. Casimiro, «es activo, servicial, entregado, desinteresado y universal: busca amar de la misma manera que Jesus nos ha amado». Un amor que no es humano y que no nace «de la atracción física, del deseo, de la pasión o de la satisfacción, sino un amor para dar y para darse». Y así, ha exhortado al amor desinteresado que proviene de Dios y se manifiesta en el servicio y la entrega, tal como lo demostraron Jesús y María y, en alusión a la Palabra proclamada nos ha invitado «a volver nuestra mirada y nuestro corazón a Dios, que es amor, y a abrirnos a su gracia».
Ha concluido animando a los fieles a seguir el ejemplo de María, Mare de Déu del Lledó, que nos muestra el camino del amor entregado y el servicio desinteresado para ser testigos del amor de Dios a través del amor al prójimo, convirtiendo las comunidades cristianas en lugares de encuentro con el amor personal de Jesucristo.
La parte musical de la celebración ha estado magistralmente cantada por el Coro y Orquesta del Santo Ángel de La Vall d’Uxó bajo la dirección de Juan Felipe Durá Llopis, y que a petición de D. Casimiro, al final de la celebración, ha merecido un caluroso y prolongado aplauso.
Han interpretado la Misa “Es grande el amor del Señor” de Marco Frisina, acompañados en el órgano por Augusto Belau.
La ceremonia ha finalizado con el canto de los Gozoa y la Salve Popular. Previamente D. Casimiro ha impartido la Bendición con Indulgencia Plenaria concedida con motivo del Año Jubilar Mariano.
Al finalizar se ha disparado una mascletá desde la Plaza Cardona Vives y desde el campanario de la ciudad ha volteado la campana “Omnis ángelis et arcángelis”, seguida del resto de campanas.
Esta tarde a las 17.30 se celebrará el noveno día del Novenario con el rezo del Santo Rosario. Ya a las 18h tendrá lugar la procesión general. Nuestra Señora del Lledó estará acompañada por una comitiva en la que participarán los Santos Patronos y recorrerá las principales calles de Castelló: Plaza Mayor, Plaza de la Hierba, C/ Colón, C/ Enmedio, Puerta del Sol, C/ Gasset y C/ Mayor.
A la llegada de la imagen de la Virgen a la Capilla de la Purísima Sangre, tendré lugar el acto de despedida de la ciudad a su Patrona y su posterior traslado desde la Plaza Mª Agustina a la Basílica del Lledó, por la Avda. Virgen del Lidón.
La Concatedral de Santa María de Castellón ha acogido esta mañana, la Misa Estacional con motivo del Centenario de la Coronación de la Mare de Déu del Lledó, que ha presidido Mons. Bernardito Auza, Nuncio Apostólico de S.S. en España y concelebrada por el Arzobispo de Valencia, Mons. Enrique Benavent, y el Obispo de la Diócesis de Segorbe-Castellón, Mons. Casimiro López Llorente.
Han estado acompañados por Mons. Juan Antonio Reig Pla, por el Obispo de Tortosa, Mons. Sergi Gordo, el Cabildo de la Concatedral de Santa María, y el Cabildo de la Catedral de Segorbe así como una nutrida representación de sacerdotes de la Diócesis de Segorbe-Castellón, seminaristas y diáconos que les han asistido.
Muy significativa ha sido también la presencia de las principales autoridades de la ciudad, máxime, siendo la alcaldesa de Castellón, Dª. Begoña Carrasco, quien representa al Excmo. Ayuntamiento de Castellón, como Clavario de las fiestas del Lledó de 2024 junto al ‘Perot’, que en esta ocasión recae en el edil de Agricultura, D. Vicent Sales.
Junto a miembros de la corporación municipal, han estado también presentes, el President de la Generalitat Valenciana, D. Carlos Mazón, y la Presidenta de las Cortes Valencianas Dª. Llanos Massó, así como otras autoridades civiles y militares.
El templo se ha quedado pequeño ante la solemnidad de la celebración en la que se ha visibilizado el fervor castellonense hacia la Patrona, que justo hace hoy cien años, fue solemnemente coronada, mediante Decreto del Papa Pio XI. El Coro y Orquesta del Santo Ángel de La Vall d’Uixó, bajo la dirección de Juan Felipe Durá Llopis, ha interpretado magistralmente la Misa de la Coronación de Mozart.
La Concatedral lucía esplendorosa ante la Mare de Déu de Lledó, Reina de Castellón, ante quien se han dirigido todas las miradas y vítores, en un día en el que la devoción y el fervor popular también han tenido un especial protagonismo.
La Iglesia: misterio de unidad y comunión enraizada en el misterio de Dios
Tras la proclamación de la Palabra, Mons. Bernardito Auza, ha puesto el énfasis en la celebración del Año Jubilar Mariano, concedido por el Papa Francisco, a petición de nuestro Obispo. Un año, ha dicho, «cuya vivencia ha contribuido a una renovación espiritual de las almas de los fieles de esta Iglesia particular de Segorbe-Castellón, una renovada vida religiosa, una renovada vida de fe, y una renovada devoción a la Santísima Virgen María».
La celebración ha coincidido con el 25 aniversario de la consagración de la Concatedral de Santa María, que el Nuncio Apostólico ha aprovechado para recordar la realidad visible de la Diócesis que se concreta en cada uno de los fieles. Así, ha destacado cómo hoy, se ha hecho presente «la comunión con el sucesor de Pedro», siendo una realidad «tangible y visible por el misterio de la unión de los hombres con Dios».
Y es que Dios, ha resaltado Mons. Bernardito Auza, «ha querido entrar en nuestra historia a través del Misterio de la Encarnación» que ha sonado con gran fuerza durante la proclamación del Evangelio. Un misterio vivo que nos ha dejado el Señor «a través de la oración, la predicación, la celebración de los divinos misterios y, particularmente, en el sacrificio eucarístico».
La Iglesia pues, «no es un armazón vacío, no es un simple fenómeno humano y social, ni es una estructura o una comunidad de gente ilusionada más o menos con una idea». La Iglesia, ha enfatizado Mons. Bernardito Auza, «es un misterio de unidad y de comunión, enraizada en el misterio de Dios».
Unidos a María, por su Hijo
Las palabras del Nuncio Apostólico en referencia a la Mare de Déu del Lledó, han calado hondo en los fieles. Recordando el evento histórico del hallazgo de la «imagen sagrada al abrigo del Perot» se ha referido a María como «Madre que cuida y vela, protege y ayuda a mantenernos unidos a su Hijo, nuestro Señor».
Una unión espiritual, ha proseguido, que «ocurre en el primer instante de su concepción a través de su cuerpo santo e inmaculado y en permanente actitud de escucha de la Palabra, que brilla en su vida de unión con Dios como la perfecta discípula y, como dice del Concilio Vaticano II, la cooperadora del Redentor».
Se ha referido también a la «maternidad de María que perdura fiel a los pies de la cruz junto a su Hijo convirtiéndose en intercesora de los dones de la salvación eterna». Y, en referencia al pasaje evangélico de la Anunciación que se ha proclamado, «María representa la mayor humildad al proclamarse esclava del Señor, una expresión que nos enseña la donación total a Dios».
En este sentido ha recordado las palabras del papa Francisco invitándonos a «la conversión a Dios a través del anuncio de Cristo» en contraposición con un mundo que vive a espaldas de Dios. Ha exhortado a los presentes a concebir la vida cotidiana teniendo presente a Dios para discernir nuestra misión en la Iglesia permitiendo que se forje en cada uno de nosotros el misterio personal que refleje a Jesucristo siendo testimonio vivo de Él en el mundo actual.
Jubileo 2025
Mons. Bernardito Auza ha recordado también que el próximo 9 de mayo, coincidiendo con la Ascensión del Señor, el Santo Padre convocará a la Iglesia Universal a celebrar el Jubileo bajo el lema «Peregrinos de Esperanza».
Se ha encomendado a la intercesión de la Santísima Virgen María, «sierva de su Hijo, discípula perfecta, Madre y Señora» para que sigamos siendo fieles cada día y renovar nuestra ilusión en el amor de su Hijo, que resucitado, ha vencido a la muerte. Y que, «en nuestra peregrinación como pueblo de Dios, con María, no nos cansemos de amar a todos, acompañar a todos y ser testigos de Jesús con la alegría de su Evangelio».
La celebración ha concluido con el rezo de la oración del Año Jubilar Mariano, el canto de los Gozos y la Salve Popular, dando paso a la procesión que, saliendo de la Concatedral de Santa María ha recorrido la C/ Colón y C/ Zaragoza, hasta llegar a la Plaza de la Independencia para conmemorar el Centenario de la Coronación.
Tanto la Misa Estacional como la procesión y el acto conmemorativo del Centenario han estado retransmitidos por varias televisiones, entre ellas La 8 Mediterráneo, Trece TV, A Punt y Televisión de Castellón.
Los jóvenes de la Diócesis fueron los protagonistas del cuarto día del Novenario a la Patrona de Castellón. Convocados por la Delegación Diocesana para la Infancia y la Juventud, los integrantes del apostolado parroquial Effetá (adscrito a la Parroquia de La Santísima Trinidad) fueron los encargados de organizar la celebración.
Comenzaba a las 19h con el rezo del Santo Rosario que dirigieron los propios jóvenes. Arropados por el manto de la Virgen y bajo el lema «Al cielo, en equipo», se encomendaron a la Mare de Déu del Lledó a quien veneraron y honraron como digna Madre de Dios y Madre nuestra. A ellos se sumaron jóvenes de otros movimientos y realidades de la Iglesia de nuestra Diócesis, así como el Presidente de la Real Cofradía del Lledó, la Presidenta de las Camareras de la Virgen y demás integrantes, así como fieles devotos de la «mareta».
La celebración de ayer tarde estuvo presidida por Mons. Casimiro López Llorente, Obispo de Segorbe-Castellón, quien, dentro de la programación del curso pastoral, tal como advirtió, comparte con los jóvenes una vigilia al trimestre que correspondía organizar a los integrantes de Effetá y, en esta excepcional ocasión se sustituyó con su participación en los actos del Centenario de la Coronación de la Virgen del Lledó.
Tras el rezo del Rosario se celebró la Eucaristía presidida por D. Casimiro y concelebrada por el Delegado Diocesano para la Infancia y la Juventud, D. Manuel Díaz; el Prior de la Real Cofradía, D. Miguel Abril; el Prior de la Basílica, D. Joaquín Guillamón; y el Vicario Parroquial de Santa María, D. Ángel Cumbicos, asistidos por los diáconos Álvaro González y Pablo Durán.
La Liturgia de la Palabra dio paso a la homilía de nuestro Obispo que agradeció a los jóvenes su implicación y participación en la Novena y, citando el libro de los Hechos de los Apóstoles, recordó cómo la Virgen «es la mejor intercesora para crear unidad en la Iglesia para, como dice el lema, caminar en equipo hacia el cielo». Ella nos une, nos alienta, y nos lleva hacia la Padre celestial». Precisamente fue esto, lo que ayer pidió D. Casimiro al Señor, «que cree unidad entre nosotros, y que de sus manos, como decía al comienzo, vayamos al encuentro con Cristo».
Habiéndose proclamado el Evangelio de las Bodas de Caná, el Obispo exhortó a «asumir la invitación de María para hacer lo que Él os diga». Porque Ella, continuó D. Casimiro, «es la buena Madre que, como en aquella ocasión en Caná, está en medio de nosotros y sabe lo que necesitamos antes de que se lo pidamos». El vino que falta y al que se refiere el Evangelio, dijo el Obispo, «es lo que nos falta a cada uno en nuestra vida para ser felices, para caminar con sentido en la vida y para dejarnos sanar».
A los que confían en el poder de Jesús y en la intercesión de la Virgen María, les espera el mejor vino, el del amor de Dios y la salvación eterna, vino a decir D. Casimiro explicando el pasaje evangélico. «Ella es la Madre solícita, que preocupada por todos y cada uno de nosotros, advierte a Jesús que ‘falta vino’ y nos invita a ponernos en manos de Jesús para descubrir en Él lo que necesitamos pero, sobre todo, para poner en manos de Él nuestra persona y estar abiertos a la voluntad de Dios en nuestra vida».
El buen vino, advirtió D. Casimiro dirigiéndose a los jóvenes, «es vino en abundancia y signo de la alegría de aquel que se encuentra con el Señor porque también la gracia que viene de Él es sobreabundante». Así les animó a dejarse encontrar con el Señor, llenarse de su gracia y de la alegría que brota de saberse amados personalmente por Dios en Cristo Jesús y de mostrarlo a los demás».
Terminó su exhortación invitándolos a ser discípulos misioneros y «anunciar a Cristo resucitado a tantos jóvenes que han perdido la brújula de su vida o que son esclavos del individualismo, las drogas, el afán del dinero o el poder». Haciéndolo así, «también otros encontrarán un nuevo horizonte y darán sentido a su vida para caminar juntos, como dice vuestro lema, hacia el cielo, hacia la patria celestial, como iglesia peregrina que se sabe, siempre, acompañados por la Madre y bendecidos por el Señor».
La Patrona visita el campus coincidiendo con el 50ª Aniversario del CEU en Castellón
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A la hora del Ángelus llegaba la Virgen del Lledó al campus de la Universidad CEU-Cardenal Herrera de Castellón siendo recibida por el Obispo de Segorbe-Castellón, Mons. Casimiro López Llorente, y las autoridades académicas de la insigne universidad, siendo portada a hombros por alumnos de diferentes grados universitarios.
El Rector, D. Higinio Marín ha dado la bienvenida a todos los presentes, entre quienes se encontraban las principales autoridades locales, civiles y militares, miembros de la Asociación Católica de propagandistas (ACdP), así como miembros de la Real Cofradía del Lledó, alumnos, ex-alumnos y familias que se han unido a esta doble celebración: el 50º Aniversario de la presencia del CEU en la ciudad de Castellón y la visita de la Patrona al centro universitario.
Por su parte, D. José María Mira de Orduña Gil, Director del campus castellonense, representando a toda la comunidad educativa, ha dirigido unas emotivas palabras a la Virgen, destacando que, siendo una universidad católica, a ella se la invoca «como Señora de Sabiduría fijando nuestra mirada en vuestro corazón». Del mismo modo ha advertido que la Universidad CEU Cardenal Herrera necesita a la Virgen «para hacer ciencia y para formar en la ciencia a personas que deben servir a la sociedad desde esa sensibilidad que da respetar, promover y proteger siempre la dignidad infinita del ser humano».
También ha tenido palabras para los estudiantes que han estado presentes en la celebración, invitándolos a que se identifiquen con ella, siguiendo, «como ella hizo, la llamada del Señor a la vocación de servir al prójimo como maestros, enfermeros, médicos, cocineros o deportistas y hacerlo con el amor con el que Dios lo hace, que es el amor con el que la Virgen María lo hizo».
Ofrenda de floresy Eucaristía
A los pies del Altar, instalado en una carpa para la ocasión, la Mare de Déu del lledó ha recibido la ofrenda floral de todos los participantes dando paso a la celebración de la Eucaristía en acción de gracias que ha estado presidida por el Obispo y concelebrada por varios sacerdotes, entre ellos, D. Samuel Torrijo, actual Capellán del CEU y D. Jesús Robledo, vice-consiliario de la ACdP.
Tras la liturgia de la Palabra, D. Casimiro ha dado gracias a Dios por estos 50 años de andadura académica en la ciudad de Castellón y por la obra educativa del CEU, uniendo esta acción de gracias a la visita de la Mare de Déu del Lledó en los actos conmemorativos del Centenario de su Coronación.
El Obispo ha recordado el Evangelio de la Visitación de la Virgen a su prima Isabel para destacar que «ella es el Arca de la Alianza y presencia de Dios en medio de todos nosotros, porque ella nos da al Hijo de Dios y ella sigue siendo su presencia aquí y ahora para nosotros, en un mundo que parece querer olvidarse de Dios».
Ante la presencia de la Virgen, el Obispo ha invitado a los presentes «a recuperar nuestra alegría por creer, pero sobre todo, para recuperar a Dios en medio de nosotros, en las actividades académicas, profesionales, en la familia y en la vida personal de cada cual, sabiendo que Dios está presente».
Del mismo modo ha exhortado a, de la mano de María, ir al encuentro personal con el Señor porque solo así, ha recalcado, citando a Benedicto XVI «solo se empieza a ser cristiano». En este sentido ha explicado que la fe no es una ideología ni un mero código ético. La fe se sustenta, ha insistido, «en el encuentro con el señor resucitado de manos de María». Y a la Virgen ha puesto como ejemplo de confianza en Dios pues «en ella puso Él su vida y siempre estuvo atenta a la escucha para cumplir la voluntad de Dios».
Finalmente, ha exhortado a los presentes a acoger a María y de sus manos unirnos a su hijo para, como ella nos dice, haced lo que Él os diga y cumplir su voluntad».
Mascletá en honor a la Mare de Déu del Lledó
La celebración ha concluido a las puertas del centro universitario junto a la Virgen, en cuyo honor, se ha disparado una mascletá. Así se ha despedido a la Virgen que prosigue su recorrido por las parroquias de Castellón.
La imagen de la Virgen llegaba a primera hora de la mañana a las inmediaciones del Cementerio de San José, en Castellón. A las puertas la esperaba el Capellán, D. Samuel Torrijo y D. Vicent Sales, concejal de Agricultura que representa a Perot de Granyana, que la ha portado en brazos desde la entrada principal hasta la cruz central, acompañada, por el Presidente de la Real Cofradía del Lledó, algunas camareras de la Virgen, y en los cantos, por el coro Pentecosta, así como los fieles que se han sumado a la celebración.
En su intervención, D. Vicent Sales ha recordado que «la mareta» visita hoy «a nuestros antepasados, abuelos, padres y tantos otros familiares que tiempo atrás la veneraron, a quien se encomendaron y transmitieron la fe de generación en generación, así como el fervor y devoción que hoy nosotros sentimos por la Virgen».
A continuación se han rezado los Misterios Dolorosos del Santo Rosario por todos los difuntos y las almas del purgatorio. D. Samuel Torrijo ha recordado los hechos acontecidos en 1366, cuando Perot de Granyana, labrando la tierra halló una pequeña imagen a quien con posterioridad se le rendiría culto y se veneraría. Hoy, representando a Perot de Granyana, D. Vicent Sales, ha referido el Capellán «trae a este santo lugar la imagen de la Mare de Déu del Lledó para recordarnos que debajo de esta tierra y de este santo campo, descansan aquellas gentes, que con el trabajo y el sudor de cada jornada anhelan la vida eterna».
Así, en el marco de la celebración del Centenario de la Coronación de la Patrona de Castellón se ha recordado «a aquellos que vieron este acontecimiento» y más aún, ha dicho D. Samuel Torrijo, «lo plasmaron en sus mentes y en su corazón y vieron coronada a María».
Finalmente ha elevado oración pidiendo a la Virgen que otorgue» el descanso, la esperanza y la purificación a todos cuantos aquí descansan y la salvación para todos aquellos difuntos del olvido», así como aquellos otros que no pudieron conocerla bajo la advocación de Lledó por no haber sido todavía encontrada. La oración ha incluido la petición de salvación para las almas del purgatorio, así como para la concesión de esperanza y consuelo a todas las familias que, habiendo perdido a algún ser querido, aún siguen rotas por el duelo.
Para terminar, se ha procedido a la bendición de una imagen de la Virgen del Lledó, tallada en madera, que ha sido donada por un particular y que se ha ubicado en el Altar de la capilla del cementerio que con el trabajo y el sudor de cada jornada anhelan la vida eterna.
La Mare de Déu del Lledó ha sido trasladada a continuación a la Universidad CEU Cardenal Herrera que visita la institución académica coincidiendo con el 50º Aniversario de presencia en la ciudad de Castellón.
Miles de castellonenses de toda edad y condición veneraron con fe y devoción a la Patrona de Castellón en la ofrenda de flores a la «Madre de Dios y Reina del corazón de todos» tal como expresó Mons. Casimiro López Llorente, Obispo de Segorbe-Castellón al finalizar, en el interior de la Basílica, uno de los actos más emotivos de las fiestas fundacionales de Castellón.
Las camareras de la Real Cofradía de Nuestra Señora del Lledó, vistieron a la Virgen para la gran ocasión luciendo el manto verde, así como la banda de Reina que, a los pies del altar fue recibiendo el cariño del pueblo de Castellón.
Desde primera hora de la tarde, representantes de asociaciones, casas regionales, colegios, corales, Cofradías de Semana Santa, collas, entes vinculados a las fiestas, festes de carrer, y de las 19 gaiatas recorrieron a pie la distancia que separa la Plaza Mayor y la Basílica de la Mare de Déu del Lledó rindiéndose a los pies de la Lledonera como signo de fe y de devoción popular.
El Centenario de la Coronación de la Virgen estuvo muy presente durante toda la tarde. El signo más visible fue el tapiz que, a los pies de la Basílica, se fue creando a partir de los ramos que los castellonenses iban ofrendado y que estaba presidido por un rosetón con el escudo del Ayuntamiento de Castellón, que es el Clavario de este año; y otro con el monograma de la Virgen y que la representa como Madre, Reina y protectora de todos.
D. Casimiro puso en valor la devoción y fervor hacia la Virgen como máxima expresión del amor del pueblo cristiano que se manifestó ayer durante toda la tarde en la explanada de la Basílica y que culminó con la ofrenda de las reinas de las fiestas, Lourdes Climent y Vega Torrejón, así como de la alcaldesa de la ciudad, Dª Begoña Carrasco que representó al Ayuntamiento de Castellón como Clavario de este Año Jubilar Mariano.
El Obispo de Segorbe-Castellón ensalzó la devoción popular a la Mare de Déu del Lledó que es expresión de la fe cristiana que se fortalece y se transmite de generación en generación como quedó demostrado ayer tarde.
Los fieles acudieron masivamente a honrar a la Patrona de la Comunidad, con gran devoción
La Jornada arrancaba a las 18 h de ayer sábado con la acogida de la Virgen Peregrina de los Desamparados que se encuentra, este año, de visita en los principales santuarios marianos de la Comunidad Valenciana, como prolegómeno a la celebración del centenario de su coronación el próximo mes de mayo.
Fervorosa y cálida fue la acogida de la Mare de Déus dels Desamparats, Patrona de la Comunidad Valenciana, máxime por coincidir su visita con la celebración diocesana de la Jornada por la Vida que organizó la Delegación Diocesana para la Familia y la Defensa de la Vida. Mientras la Virgen accedía al templo, la Coral Barreros interpretaba L’Ave María de Lluis Romeu.
«Aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad«
Las primeras palabras de D. Casimiro fueron de agradecimiento al Prior de la Basílica, D. Joaquín Guillamón, también al Rector de la Basílica de la Mare de Déu dels Desamparats, D. Juan Melchor Seguí, así como a los sacerdotes concelebrantes y a los diáconos y seminaristas que asistieron la celebración. Del mismo modo dirigió un afectuoso saludo al presidente de la Real Cofradía de Nuestra Señora del Lledó, así como a la presidenta de la Junta de Camareras, a la Coral Barreros, a los portadores de la Virgen, y al conjunto de fieles que, en la tarde de ayer, con fervor y devoción acogieron con aplausos y vítores a la Virgen Peregrina de los Desamparados que se encuentra de visita durante este fin de semana en la ciudad de Castellón.
Lo hace a petición del Arzobispo Emérito de Valencia, el Cardenal Cañizares que en este año de celebración del centenario de su coronación, está visitando diferentes santuarios marianos.
Durante la homilía, el Obispo afirmó, en nombre de todos, haber “acogido con gozo a la Virgen para pedirle su amparo en estos momentos de confusión, de desaliento y también el dolor por el sufrimiento de los vecinos del Alto Mijares que han sido evacuados” tras el incendio declarado el pasado jueves.
Con la presencia de la Peregrina nos unimos, dijo D. Casimiro, “a los actos de celebración de la coronación de la Mare de Déu como Patrona de la Comunidad Valenciana” recordando también la visita que hizo el pasado verano al Santuario de la Virgen de la Cueva Santa, patrona de toda nuestra Diócesis, en este Año Jubilar de celebración por el 775º Aniversario de la creación de la sede episcopal en Segorbe.
Del mismo modo, tal como advirtió, “la acogemos en la Basílica de la Patrona de Castellón y nos preparamos también para la conmemoración del centenario de la Coronación de la Mare de Déu del Lledó” y celebrar un Año Jubilar en el que, como anunció nuestro Obispo, se ha concedido la Indulgencia Plenaria y así, “a través de María nos acerquemos más al Señor”.
D. Casimiro celebró la visita de la Peregrina “en este día tan especial para la Virgen y para la fe cristiana” pues celebrábamos la Anunciación del Señor y también la Jornada por la Vida. “Momento central de la historia de la salvación a través de la Encarnación del Verbo de Dios en el seno de María”, resaltó el Obispo, pues gracias al ‘Sí’ de María “Dios mismo asumió nuestra propia naturaleza, se hizo como nosotros para hacernos Hijos de Dios y abrirnos al camino de la vida misma de Dios”.
“Alégrate llena de gracia, el Señor está contigo”
Con estas palabras proclamadas en la lectura del Evangelio, la reflexión de nuestro Obispo nos interpeló respecto a la aceptación de María a cumplir con la voluntad del Señor durante toda su vida a pesar de las dificultades por las que tuvo que pasar. Así nos invitó a acoger, en este tiempo de Cuaresma, al Señor, como hizo María, para que, a través de su Pasión, Muerte y Resurrección “todo el que crea en Él tenga vida eterna”.
Por la dignidad de toda vida humana
Se refirió también al Concilio Vaticano II para recordar que a través de la Encarnación del Señor “Dios se ha unido con todo ser humano y eso hace – resaltó – que toda vida humana sea sagrada y tenga una dignidad imborrable e inviolable”.
Los Hijos de Dios y creyentes en Cristo, “hemos de acoger, cuidar, proteger y defender la vida humana en todo momento y en cualquier circunstancia”, decía ante la imagen de la Geperudeta que acoge en su brazos al Hijo de Dios». Palabras que resonaron con fuerza pues, ayer mismo nuestra Diócesis celebraba también la Jornada por la Vida.
Lo hacemos en un momento, como destacó nuestro Obispo, en el que la vida “es olvidada y pisoteada”. Así, se refirió a las leyes que, en estos momentos atentan contra la vida humana: el aborto y la eutanasia, no pasando por alto también el suicidio.
En este sentido señaló que “atentan contra la dignidad de la vida humana y atacan la integridad de la misma”, a pesar de que, como, en el caso del aborto, “se eleva a la categoría de derecho a interrumpir el embarazo, para no herir sensibilidades y acallar conciencias,”. Tal como avala la ciencia, insistió D. Casimiro, “desde el mismo momento de la concepción es un ser humano” y por tanto, “cuando se aborta se mata a un ser humano“ .
“¿Puede haber algo más irracional que llamar derecho a matar?” interpeló el Obispo. En ese sentido exhortó a ayudar y acompañar “a quien se encuentre en una situación complicada a no recurrir a una salida, aparentemente fácil, pero que deja marcas dolorosas en el alma de la persona afectada”. En este sentido este momento “nos urge y nos exhorta a trabajar por la vida”.
Solo Dios “es Señor de la vida y solo Él puede decidir el momento de su muerte”. En este sentido, abordó también la eutanasia y, una vez más, puso en valor “los cuidados paliativos para que al final de la vida la persona la viva con la dignidad propia que le es dada”.
Elevó intención a la Virgen de los Desamparados para “que nos ayude en este desamparo en el que nos encontramos y que toque los corazones de los ciudadanos, de los legisladores y de los jueces para que velen por la dignidad de todo ser humano desde su concepción hasta su muerte natural”. Exhortó a unirse para luchar contra la cultura de la muerte “con aliento y esperanza porque para Dios nada hay imposible”.
La Basílica de la Mare de Déu del Lledó sobrepasó los límites de su capacidad por la gran asistencia de fieles y devotos que acudieron masivamente “a participar en un momento único que no acontece todos los días”, decían quienes al finalizar la celebración se acercaban a inmortalizar el momento a los pies de la Virgen de los Desamparados.
La interpretación musical de la Eucaristía corrió a cargo de la Corral Barreros acompañados al órgano por Augusto Belau. Interpretaron magistralmente varias obras de la Misa ProEuropa de J. Berthier.
Antes de la bendición final, el Prior de la Basílica del Lledó, en nombre de los presentes felicitó a D. Casimiro, quien ayer, celebraba el 22º Aniversario de su ordenación episcopal, siendo entonces nombrado Obispo de Zamora. Lo es desde la Diócesis de Segorbe-Castellón desde abril de 2006.
El primer domingo de agosto es habitual que varios miembros de la Real Cofradía de Nuestra Señora del LLedó suban a la cima del Penyagolosa, el pico más alto de la provincia de Castellón. Así lo hicieron el pasado domingo, día 7 de agosto, tras dos años sin poder hacerlo a causa de la pandemia.
El Prior, D. Miguel Abril, celebró la Santa Misa a 1.814 metros, junto a la imagen allí presente de la Patrona de la ciudad de Castellón. Ya por la tarde, el Prior Emérito de la Cofradía, D. Ignacio Pérez de Heredia, presidió la Eucaristía en el Santuario de Sant Joan de Penyagolosa, saliendo en procesión la Lledonera del santuario.
“Fue un día espléndido, en el que pudimos retomar plenamente nuestras tradiciones y honrar a la Virgen”, indican desde la Cofradía.
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