La Casa Sacerdotal «Familia de Nazaret» acogió este pasado sábado la jornada de clausura del curso pastoral de los diáconos permanentes. En la misma participó el Obispo de la Diócesis de Segorbe-Castellón, Mons. Casimiro López Llorente.
El encuentro comenzaba en oración ante el Santísimo Sacramento y en acción de gracias por los frutos del curso pastoral que ahora finaliza. Acompañándoles en oración, el Vicario para el Clero, D. Marc Estela, fue el encargado de dirigir la meditación en la que les exhortó a poner en el centro de la vida diaconal la intimidad y amor de Dios.
En este sentido expresó que la gente busca personas que muestran la alegría que da el encuentro con Cristo, y así puedan dirigirse hacia Dios mismo y la comunidad eclesial.
En la reunión con el Obispo, D. Casimiro López Llorente, tuvieron la oportunidad de compartir la experiencia de su diaconado durante el curso pastoral. Así explicaron los servicios que prestan en sus respectivas parroquias y el que también llevan a cabo a través de diferentes apostolados, como la catequesis de preparación a diversos sacramentos, la atención a los enfermos, el acompañamiento a personas que viven el duelo, presos, adicciones y asistencia a madres solteras.
Por su parte, Mons. Casimiro López afirmó que «el diaconado es un don de la Iglesia que se ejerce en complementariedad y colaboración con el presbiterado». También insistió en la necesidad de que sean agentes del Primer Anuncio para que la transmisión de la fe se base en el encuentro personal con Cristo. Por último se presentaron diversas propuestas que servirá como eje en las sesiones de formación del próximo curso.