“Amor que salva”
Queridos diocesanos, y queridos confirmandos y jóvenes
El próximo sábado, 16 de marzo, celebraremos el séptimo Encuentro diocesano de confirmandos, a partir de los 12 años, y de jóvenes. Será en nuestro Seminario diocesano Mater Dei, en Castellón. Es una buena ocasión para conocernos y compartir juntos la alegría de ser amigos de Jesús. Personalmente me alegro de poder compartir este día con vosotros, escuchar vuestros anhelos, esperanzas y dificultades en el seguimiento de Jesús, así como vuestras peticiones a nuestra Iglesia para poder ser y vivir como cristianos hoy. Es nuestro deseo también ayudar a los confirmandos a preparar su confirmación.
El lema elegido para el Encuentro es Amor que salva. Es el amor de Dios, el Amor de Cristo vivo. Este es el contenido del Primer Anuncio, al que nos estamos dedicando de modo especial en la Iglesia diocesana en este curso pastoral. Se trata de un Anuncio dirigido a cada uno de nosotros. En palabras del papa Francisco se trata de anunciar a todos y escuchar por todos: “Jesucristo te ama, dio su vida para salvarte, y ahora está vivo a tu lado cada día, para iluminarte, para fortalecerte, para liberarte” (EG 164). Cada uno ha sentirse interpelado por este Anuncio, escucharlo e interiorizarlo hasta saberse y sentirse amado para siempre por Cristo vivo.
El Señor Resucitado nos ama, viene a nuestro encuentro y desea que nos dejemos encontrar o reencontrar por Él. Sin este encuentro personal con Jesus vivo no se puede ser cristiano ni perseverar en su amistad. Nos lo recuerda con frecuencia el papa Francisco, citando unas sabias palabras de Benedicto XVI: “No se comienza a ser cristiano por una decisión ética o una gran idea, sino por el encuentro con un acontecimiento, con una Persona, que da un nuevo horizonte a la vida y, con ello, una orientación decisiva” (Deus caritas est, 1).
A veces nos quejamos de que nuestros confirmandos se alejan, una vez han recibido el sacramento de la confirmación. Puede que el principal motivo sea que les falta esta experiencia del amor de Jesús por cada uno de ellos. Si queremos que la acción del Espíritu Santo en su confirmación caiga en tierra buena, el primer objetivo de su preparación ha de ser ayudarles a tener o avivar la experiencia del encuentro personal con Cristo vivo. Es decir, ayudarles a descubrir que Jesús los ama, sana y salva para dejarse encontrar personalmente por Él como Alguien vivo. Así será posible su adhesión de corazón a Cristo y su seguimiento para ser sus testigos valientes en el mundo con la fuerza del Espíritu Santo que reciben en su confirmación. Hacia esto debería dirigirse en primer lugar la pastoral de la confirmación.
Pero, ¿cómo provocar el deseo de encuentro con Jesucristo vivo en aquellos que, habiendo sido bautizados de niños y habiendo recibido la primera comunión, no han crecido en la fe y han vivido distanciados de la comunidad eclesial? Contando siempre con la ayuda de la gracia, hemos de tener en cuenta varias cosas. En primer lugar se trata de invitar a cada confirmando a decidirse personalmente por Cristo para vivir unido a Él y seguirle; para ello es necesario cuidar el Primer Anuncio que suscite o avive el encuentro personal con el Señor y la fe en Él, el deseo de conocerle, amarle y seguirle en la comunidad de la Iglesia. Además es necesario el acompañamiento personal de cada confirmando, lo que no excluye la reuniones y actos catequéticos en grupo; pero cada uno ha de ser acompañado personalmente en su proceso de crecimiento en la fe y de vida cristiana (escucha de la Palabra, oración personal y comunitaria, participación en la Eucaristía dominical y en la Penitencia) así como en la maduración en su vida moral. Y, finalmente, este proceso ha de llevarse a cabo dentro de la comunidad cristiana parroquial; y no sólo porque han de participar asiduamente en la vida de la comunidad sino también porque la misma comunidad está concernida: son sus confirmandos.
El amor de Cristo nos salva, cura nuestras heridas y nos libera de nuestros egoísmos y esclavitudes: el amor de Cristo nos enseña a amar de verdad, como solo Él nos ha amado buscando siempre el bien del otro. Por ello, en nuestro Encuentro tendremos un tiempo para hablar con los jóvenes de las heridas del amor verdadero y de la teología del cuerpo. Se trata de saber valorar el cuerpo para respetar el propio y el ajeno, para crecer en la afectividad y en la correcta comprensión de la sexualidad.
Padres, catequistas y sacerdotes: animad a nuestros confirmandos y jóvenes a participar en el encuentro. Os espero. Muchas gracias.
Con mi afecto y bendición,
+ Casimiro López Llorente
Obispo de Segorbe-Castellón