D. Casimiro llama a seguir el ejemplo de los santos: “La santidad es una invitación que todos recibimos”
A pesar de la lluvia y de las tristes noticias que llegan desde Valencia, esta mañana se ha celebrado en el cementerio de San José de Castellón la Eucaristía por la solemnidad de Todos los Santos. La ceremonia ha sido presidida por el Obispo de la Diócesis, D. Casimiro López Llorente, y ha contado con la concelebración de varios sacerdotes de la ciudad, entre ellos el capellán del cementerio, D. Samuel Torrijo, y el Vicario de Pastoral, D. Miguel Abril. La celebración estuvo acompañada también por un diácono y por los seminaristas de la Diócesis.
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En la homilía el Obispo ha resaltado la importancia de este día como una celebración de comunión con los santos, quienes ya disfrutan de la visión de Dios, y de oración por los fieles difuntos. Al dirigirse a los asistentes, ha destacado que esta festividad une a toda la Iglesia en gratitud y esperanza, recordando a quienes han alcanzado la santidad y exhortando a los fieles a seguir el mismo camino.
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Ha subrayado que Todos los Santos incluye a “esa multitud incontable” descrita en el Apocalipsis: “personas de toda raza, nación y lengua que ya han lavado sus vestiduras en la sangre del Cordero”. En ella no solo se incluyen a los mártires, confesores y vírgenes, sino también a personas sencillas que vivieron la fe con fidelidad: padres y madres, esposos y esposas, quienes, a través de la vivencia de su fe supieron “llevar a sus hijos al encuentro con el Señor” y vivir las Bienaventuranzas como un programa de vida. “Son aquellos que, confiando en Dios y no en sus propias fuerzas, caminaron hacia la santidad amando a Dios y al prójimo, incluso en las pruebas de la vida”, ha añadido.
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Asimismo, D. Casimiro ha recordado que la llamada a la santidad es universal: “La santidad no es una vocación reservada para unos pocos ni está reñida con la felicidad; más bien es sinónimo de ella”, y ha invitado a los fieles a vivir esta vocación en sus diversas profesiones y circunstancias, siguiendo el ejemplo de los santos y viviendo con humildad, mansedumbre, y pureza de corazón. En este sentido, ha hecho referencia a las Bienaventuranzas, señalando que “bienaventurados los pobres en espíritu, bienaventurados los misericordiosos, bienaventurados los que trabajan por la paz”, enfatizando que estas actitudes son la esencia del Reino de Dios.
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Concluyó con una invitación a no olvidar la importancia de la esperanza cristiana, especialmente al recordar a quienes han fallecido: “nada, ni siquiera la muerte, podrá separarnos del amor de Dios manifestado en Cristo Jesús”. Y ha animado a los presentes a vivir esta esperanza y a mantener la certeza de que, más allá de la muerte, “nos encontraremos con los brazos amorosos de Dios para disfrutar eternamente de su rostro”.
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El Obispo llama a la solidaridad con las víctimas de la DANA en Valencia
Finalmente, D. Casimiro ha dirigido sus oraciones hacia los fallecidos a causa de la DANA, y por tantas familias que “lo han perdido todo y tendrán que empezar de nuevo”. En este sentido, ha recordado la labor de Cáritas y la movilización de diversas parroquias de la Diócesis de Segorbe-Castellón que ya han comenzado a ofrecer ayuda. “Seamos solidarios, seamos cristianos de verdad y estemos ahí para nuestros hermanos en este momento trágico”, ha expresado, llamando a los fieles a contribuir a las iniciativas de ayuda como un gesto de amor cristiano hacia quienes están atravesando momentos difíciles.
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