El Papa Francisco impulsa un “Pacto educativo global” que dé sentido a la historia y la transforme de un modo positivo
“El mundo contemporáneo está en continua transformación y se encuentra atravesado por múltiples crisis. Vivimos un cambio de época: una metamorfosis no sólo cultural sino también antropológica (…) Sin embargo, cada cambio necesita un camino educativo que involucre a todos”. Esta es la razón por la que el Papa Francisco convocó en septiembre pasado un encuentro para promover un pacto educativo común.
La fecha era hoy, 14 de mayo, pero a causa de la pandemia se ha retrasado a octubre, entre los días 11 y 18, según ha informado la Congregación para la Educación Católica. Entonces se podrá responder a la petición de Francisco: “Os invito a promover juntos y a impulsar, a través de un pacto educativo común, aquellas dinámicas que dan sentido a la historia y la transforman de modo positivo”.
El objetivo de esta iniciativa es “reavivar el compromiso por y con las jóvenes generaciones, renovando la pasión por una educación más abierta e incluyente, capaz de la escucha paciente, del diálogo constructivo y de la mutua comprensión”. Y aseguraba que “hoy más que nunca, es necesario unir los esfuerzos por una alianza educativa amplia para formar personas maduras, capaces de superar fragmentaciones y contraposiciones y reconstruir el tejido de las relaciones por una humanidad más fraterna. ”.
El Papa entiende la educación como un factor portador “de una alianza entre todos los componentes de la persona: entre el estudio y la vida; entre las generaciones; entre los docentes, los estudiantes, las familias y la sociedad civil con sus expresiones intelectuales, científicas, artísticas, deportivas, políticas, económicas y solidarias. Una alianza entre los habitantes de la Tierra y la “casa común”, a la que debemos cuidado y respeto. Una alianza que suscite paz, justicia y acogida entre todos los pueblos de la familia humana, como también de diálogo entre las religiones”.
Para ello, serán necesarios diversos pasos, comenzando por “la valentía de colocar a la persona en el centro”. También será necesario invertir las mejores energías con creatividad y responsabilidad, y formar personas disponibles que se pongan al servicio de la comunidad, ya que “el servicio es un pilar de la cultura del encuentro”, asegura.
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