«Por la ordenación seréis desde hoy epifanía de Cristo para los hombres»
David Escoín y Francisco Javier Phuc Pham han estado este sábado en el centro de atención del Pueblo de Dios que camina en Segorbe-Castellón. En una Concatedral de Santa María llena y fervorosa, mons. Casimiro López Llorente les ha conferido la ordenación sacerdotal, un don – como el Obispo afirmaba en la homilía- que hará de ellos “epifanía para los hombres del único sacerdote, que es Cristo”. Centralidad de Cristo, servicio y anuncio de Evangelio son los grandes retos de los nuevos presbíteros.
“Vuestra ordenación sacerdotal es un gran don y un gran misterio”, declaraba el Obispo; Gran don del amor de Dios y, al mismo tiempo, una gracia para “ser siervos de Dios al servicio de Cristo, de la Iglesia y de los hermanos”. Esta tarea solo será posible, advertía mons. López Llorente, si son capaces de “tener una vida de oración fiel, constante, confiada”.
De este modo podrán realizar su pastoral impregnados de tres verbos que caracterizan el estilo de Jesús: Salir donde está la gente para comunicar la alegría del Evangelio, ver al otro con una mirada atenta, sin prisas, capaz de detenerse, escuchar y leer en profundidad, y en tercer lugar sembrar en la situación concreta de cada persona.
El Obispo se ha referido en cuatro ocasiones a la interpelación que esta celebración puede suscitar en los jóvenes, de modo que el ejemplo de Escoín y Pham “aliente también a otros a seguir a Cristo en el sacerdocio”. Las familias de los nuevos presbíteros han seguido con emoción toda la celebración, y mons. López Llorente ha dirigido unas palabras en vietnamita a los parientes de Francisco Javier Phuc Pham Van. Los dos seguirán en las comunidades donde han ejercido su diaconado, ahora como vicarios parroquiales de La Asunción de Onda y Santo Tomás de Villanueva en Castellón.
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