El pasado sábado 8 de febrero, la Diócesis de Segorbe-Castellón celebró una Vigilia de Oración y Reflexión con motivo de la XI Jornada Mundial de Oración y Reflexión contra la Trata de Personas, organizada por el Secretariado para las Migraciones y la Movilidad Humana junto a Cáritas Diocesana. Esta Jornada, celebrada en toda la Iglesia, coincide con la memoria litúrgica de Santa Josefina Bakhita, una mujer esclavizada que, tras ser liberada, encontró a Jesucristo y dedicó su vida a la lucha contra la trata.
La Vigilia, que tuvo lugar en la Concatedral Santa María de Castellón, fue presidida por D. Juan Crisóstomo Nangagahigo, Director del Secretariado. Durante la celebración, se reflexionó sobre la urgente necesidad de erradicar la trata de personas, un fenómeno complejo que afecta a millones de personas en todo el mundo, especialmente a mujeres y niños, sometidos a explotación sexual, laboral y otras formas de esclavitud.
Bajo el lema «Embajadores de la esperanza: juntos contra la trata de personas», la jornada invitó a todos los asistentes a ser agentes activos en la lucha por la dignidad humana, en sintonía con la llamada del Papa Francisco. El evento se enmarcó en este Año Jubilar “Peregrinos de Esperanza”, cuyo proyecto social para 2025 tiene como eje principal la sensibilización y acción frente a la trata de personas.
La vigilia contó con la participación de fieles de toda la Diócesis, quienes unieron sus voces y oraciones en un acto de solidaridad con las víctimas de la trata. A lo largo de la celebración, se profundizó en la importancia de la oración, la reflexión y el compromiso personal y comunitario en la lucha contra esta grave realidad.
Este año, el proyecto social del Jubileo 2025 continuará enfocándose en la sensibilización sobre la trata de personas, con el objetivo de movilizar a toda la comunidad cristiana para erradicar esta forma de esclavitud moderna y promover un mundo más justo y humano.
El próximo acto, un video-fórum sobre el documental «Irioweniasi. El hilo de la luna», será el próximo miércoles, día 12 de febrero a las 19:00 h. en los salones de Santa María, Castellón.
El jueves 13 de febrero, a las 18 h, la Coordinadora de la Pastoral del Trabajo de las diócesis valencianas organizará la videoconferencia titulada “Jubileo de los trabajadores y trabajadoras: Un tiempo para la esperanza en el mundo del trabajo”, en el marco de los actos programados para el Jubileo de los Trabajadores 2025, bajo el lema “La esperanza no defrauda”.
El evento contará con la intervención de Dr. Gabriele Verga, responsable de la sección de Investigación y Reflexión del Dicasterio para el Desarrollo Humano Integral, quien ofrecerá una ponencia centrada en los desafíos y la esperanza en el ámbito laboral. La moderación de la videoconferencia estará a cargo de Xaro Castelló, militante de la HOAC de la diócesis de Segorbe-Castellón, quien también ha sido copresidenta del Movimiento Mundial de Trabajadores Cristianos y ha participado en la organización de los Encuentros Mundiales de Movimientos Populares con el Papa Francisco.
Se invita a todos los interesados en el tema a participar en esta iniciativa, que busca aportar un tiempo de reflexión y esperanza en un contexto de gran incertidumbre para el mundo del trabajo.
El clero joven de la Diócesis celebró ayer una nueva reunión mensual en Oropesa, acogidos por el párroco, D. José Miguel Sala. El encuentro, organizado por la Vicaría para el Clero y presidido por el Obispo, contó con las palabras del P. Helter Luiz Lara, sacerdote diocesano ordenado en 2007 por D. Casimiro y actual Rector del Seminario Redemptoris Mater de La Paz, Bolivia.
En esta ocasión, el P. Helter centró su intervención en el Jubileo de la Esperanza que estamos celebrando y en la importancia de la esperanza en el ministerio sacerdotal. «La esperanza no es una ilusión pasajera, sino una certeza que brota de la fe en Cristo resucitado», afirmó. Destacó que «el sacerdote está llamado a ser testigo de esta esperanza en medio de las dificultades, confiando siempre en la acción del Espíritu Santo».
Además, subrayó que «la esperanza se cultiva en la oración y en la vida comunitaria, donde encontramos el apoyo y la fortaleza para seguir adelante en la misión». En este sentido, animó a los sacerdotes a no temer las dificultades: «Cada desafío es una oportunidad para crecer en la confianza en Dios y en la entrega generosa al servicio de la Iglesia».
El sacerdote compartió su experiencia misionera en Bolivia, resaltando cómo la esperanza ha sido un motor fundamental en su vida y ministerio. «He visto cómo Dios obra de manera sorprendente cuando nos abandonamos en sus manos con esperanza», dijo, invitando a los presentes a vivir su vocación con alegría y confianza en el Señor.
Tras sus palabras se abrió un espacio de diálogo en el que los participantes pudieron compartir sus inquietudes y reflexionar sobre los desafíos que enfrentan en su ministerio, y el Obispo les animó a mantener viva la esperanza en sus corazones, recordándoles que «Cristo es el fundamento de nuestra vocación y la fuente de nuestra alegría».
El encuentro concluyó con un momento de oración y fraternidad, fortaleciendo los lazos entre los sacerdotes jóvenes de la Diócesis. Estas reuniones mensuales continúan siendo un espacio valioso para el acompañamiento, la formación y el crecimiento espiritual del clero joven, en un ambiente de cercanía y comunión eclesial.
Burriana ha celebrado la festividad de San Blas, su patrón, en el contexto del Año Jubilar 2025, bajo el lema «Peregrinos de esperanza». Durante nueve días, la Iglesia de San Blas acogió un novenario en el que se reflexionó sobre el testimonio de fe y esperanza de los mártires católicos, con especial atención a la figura de San Blas, médico, mártir y obispo de Sebaste, en Armenia.
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El domingo 2 de febrero, coincidiendo con la fiesta de la Presentación del Señor en el Templo, se celebró la última jornada del novenario. Tras la bendición de las candelas y la Eucaristía en la Iglesia de San Blas, la imagen del santo fue trasladada en procesión a la Basílica de El Salvador, donde tuvo lugar la Vigilia de la Fe.
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El lunes 3 de febrero, día de la festividad de San Blas, se celebró la Misa solemne presidida por D. Pedro Miguel Cid, prior de la Basílica de Burriana, y concelebrada por sacerdotes del arciprestazgo y otros presbíteros invitados. Por la tarde, la imagen del santo recorrió en procesión las calles del centro histórico, acompañada por numerosos fieles que manifestaron su devoción y tradición en honor a su patrón.
Este Domingo, dos de febrero, es la fiesta de la Presentación del Señor o de las Candelas. Cuarenta días después de Navidad, Jesús fue llevado al Templo por María y José para ser ofrecido y consagrado a Dios. El cumplimiento de la ley mosaica se convirtió en el encuentro de Jesús con el pueblo creyente y gozoso. Jesús se manifestó así como luz para alumbrar a las naciones y gloria de su pueblo, Israel. En la Misa de este día iremos con candelas al encuentro de Jesús, para tomar de Él la luz que ilumina nuestra vida.
Recordando la consagración de Jesús en el Templo celebramos en este día la Jornada Mundial de la vida consagrada. Las monjas y los monjes de vida contemplativa, los religiosos y las religiosas de vida activa, las vírgenes y todas las personas consagradas que viven en el mundo, todos ellos han escuchado y acogido la llamada amorosa de Dios a seguir las huellas de Cristo obediente, pobre y casto en el carisma propio de su instituto, han consagrado su persona a Dios y han entregado su vida al servicio de la misión de la Iglesia para el bien de la humanidad. La vida consagrada es un don de Dios. En los monasterios de vida contemplativa, en la enseñanza, en la atención de las personas mayores y más desfavorecidas o en las parroquias son signo visible de la presencia de Dios en medio de nosotros. Su testimonio en la Iglesia y en el mundo sigue siendo muy necesario para sentir la cercanía del amor de Dios en medio de nosotros. Hoy damos gracias a Dios por este don, rezamos por todos ellos y pedimos a Dios que no nos falten vocaciones a la vida consagrada.
En sintonía con el Año Jubilar, el lema para este año es “Peregrinos y sembradores de esperanza”. Se pide a las personas consagradas caminar con esperanza y sembrar esperanza. Las dificultades actuales de la vida consagrada como la falta de vocaciones, el envejecimiento, el cierre de conventos y de obras educativas, caritativas y apostólicas, el rechazo o la irrelevancia social podrían llevar a la tristeza, al desaliento o la desesperanza de cara al futuro. Es precisamente en esta situación donde hemos de escuchar la llamada a caminar con esperanza, que brota de la fe confiada en el Señor de la historia. Jesús nos sigue diciendo “No tengáis miedo. Confiad en mi”. El Papa Francisco nos pide permanecer despiertos y vigilantes para no caer en la desesperanza.
De otro lado, con frecuencia encontramos a personas desanimadas, que miran el futuro con escepticismo y pesimismo. Hay quienes han perdido toda esperanza, familias en dificultad, niños abandonados, jóvenes sin futuro alguno, enfermos y ancianos abandonados, encarcelados desesperanzados, ricos hartos de bienes y con el corazón vacío, hombres y mujeres en busca del sentido de la vida y sedientos de lo divino. En estas situaciones, las personas consagradas están llamadas a sembrar esperanza, a poner signos tangibles de la esperanza que no defrauda porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones (cf. Rom 5,5). Es una esperanza que tiene como fundamento a Cristo Jesús, nuestra esperanza, en quien hemos puesto nuestra confianza. Él es la esperanza que no defrauda y que permitirá a la vida consagrada seguir escribiendo una gran historia en el futuro, conscientes de que nos asiste el Espíritu Santo para continuar haciendo cosas grandes con nosotros.
Vivir como consagrados, unidos a Cristo y con Cristo en su Iglesia, implica la misión de llevar esperanza a quienes la han perdido o mantenerla viva en donde se apaga. Llevar la esperanza hasta las fronteras, donde no llega nadie. Llevarla con libertad y disponibilidad, con amor y con ternura, con paciencia y perseverancia. Ser signo de esperanza es también crear relaciones de fraternidad en la propia comunidad o instituto, y vivirlas día a día, siendo fermento de fraternidad en medio de una sociedad fracturada y de un mundo individualista y egoísta.
Queridas monjas de clausura, religiosos y religiosas de vida activa, y consagradas todas que vivís en el mundo. Nuestra Iglesia diocesana se une hoy a vuestra acción de gracias al Señor por vuestra vocación y consagración. Sabéis bien que estáis en el corazón y en la oración de esta Iglesia diocesana. Vivid con radicalidad y con alegría vuestra consagración a Dios y vuestra vida de fraternidad. No os canséis de ser testigos visibles de esperanza. Que nunca os falte la fuerza del amor a Cristo que se hace entrega a los hermanos. Nuestra Iglesia ora por vosotros para que vuestra presencia y testimonio no se apague y para que surjan entre nosotros nuevas vocaciones a la vida consagrada.
Cáritas Diocesana de Segorbe-Castellón continúa denunciando el aumento de la pobreza y la carestía de la vida, así como el encarecimiento del precio de la vivienda y los alquileres.
El director de Cáritas Diocesana de Segorbe-Castellón, Francisco Mir, al enumerar los objetivos y retos para 2025, cita varias problemáticas que la realidad demanda seguir afrontando, en este nuevo año, en la labor prioritaria de la entidad de atención integral a personas en situación de vulnerabilidad y de extrema pobreza.
Por una parte, paliar elaumento de la pobreza y la carestía de vida, provocados por el incremento de los precios de los alimentos, por alquileres desbordados y, además, por un empleo precario.
Por otro lado, abordar elcreciente deterioro de la salud mental, que tiene unas graves consecuencias a nivel familiar y a nivel personal.
Eficiencia y aumento de donaciones y legados
Y, asimismo, Cáritas Diocesana se marca como objetivo ser eficientes en el aprovechamiento de recursos como el Centro de Atención Temporal “Mare de Déu de Lledó” de Castellón y la Casa de Acogida San Pascual “El Pati” de Vila-real.
Todo ello, instando al aumento de donaciones y de las cuotas de donantesperiódicos y la cesión de legados a favor de Cáritas y reiterando la necesidad de un mayor número de personas voluntarias.
Vivienda
En la línea del avance del informe FOESSA, que señala que la vivienda es un problema que afecta a uno de cuatro hogares en España, Francisco Mir, confirma que esa realidad también se constata en Castellón, indicando que el encarecimiento del precio de las viviendas y de los alquileres provoca “unas consecuencias más graves en las familias que se encuentran en situación de exclusión social”.
Aumento de las atenciones en 2024
El director de Cáritas Diocesana, por otra parte, comenta que en 2024 se ha registrado un ligero aumento en algunos de los programas de atención y acompañamiento a personas vulnerables y subraya que crece el número de mujeres jóvenes con niños a su cargo, y, también, el incremento de familias procedentes de países hispanoamericanos y de jóvenes migrantes de países africanos.
Por otra parte, Francisco Mir avanza que obispo de Segorbe-Castellón, Casimiro López Llorente, ha designado, entre otros, como Templo Jubilar la capilla construida junto a la Casa de Acogida San Pascual “El Pati” en Vila real, donde se podrá contemplar una exposición que “señalará el camino y la trascendencia de la esperanza vivida por una persona acogida y acompañada por Cáritas”.
Dana
Por último, desde Caritas Diocesana se sigue en permanente contacto con Cáritas Diocesana de Valencia para colaborar en los programas de ayuda a las personas damnificadas por la DANA.
También se mantienen abiertas diversas cuentas corrientes y el Bizum 05921 para colaborar económicamente y, el próximo 15 de febrero, el teatro del Colegio de la Consolación de Cástellón acogerá un concierto solidario, organizado por la asociación Delwende, cuya recaudación se destinará a los proyectos que impulsa Cáritas Diocesana en favor de las familias afectadas por las inundaciones.
La Diócesis de Segorbe-Castellón ha dado inicio al Jubileo de la Esperanza este domingo, 29 de diciembre, día en que la Iglesia celebraba la fiesta de La Sagrada Familia, con dos solemnes Eucaristías que estuvieron presididas por el Obispo, Mons. Casimiro López Llorente. Este acontecimiento marca el inicio de un tiempo de gracia, reconciliación y renovación espiritual que se extenderá hasta el 28 de diciembre de 2025, en sintonía con el Jubileo Ordinario convocado por el Papa Francisco.
En ambas celebraciones, el Pueblo de Dios de Segorbe-Castellón estuvo representado por el conjunto de los fieles, pero también por los representantes de las principales instituciones políticas, así como por diferentes Cofradías, movimientos de la Iglesia, realidades eclesiales y apostolados parroquiales que hicieron visible la fe de Segorbe-Castellón.
La jornada comenzó en Castellón, con una ‘estación’ a las 11:30 h en la Iglesia de la Purísima Sangre. Desde allí, los fieles participaron en una peregrinación hacia la Concatedral de Santa María, donde se celebró la Eucaristía de apertura. Por la tarde, las celebraciones continuaron en Segorbe, con una ‘estación’ a las 18:00 h en el Seminario y una peregrinación hacia la la S.I. Catedral, culminando con otra solemne Eucaristía. La apertura del Jubileo supone el inicio de un Año Santo, acogido como un don de Dios.
Las celebraciones eucarísticas se configuraron, en ambos casos, como una Misa estacional que incluyó un signo especial: la peregrinación hacia la Concatedral (en Castellón) y hacia la Catedral (en Segorbe), expresando el camino de esperanza del pueblo peregrino tras la cruz de Cristo. Este rito se desarrolló en tres momentos:
La reunión de los fieles en la Iglesia de la Purísima Sangre de Castellón y en la Capilla del Seminario Diocesano de Segorbe desde donde partieron las peregrinaciones.
La propia peregrinación, que se celebró bajo la guía de la cruz y en oración, cantando las letanías de los santos.
La Entrada en el templo, que simboliza a Cristo como única entrada a la salvación.
Previo a la celebración de la Misa como punto culminante del rito de apertura del Jubileo y, una vez alzada la cruz en el umbral de la puerta de la Concatedral y de la Catedral, la comitiva hizo parada en la pila bautismal para celebrar la conmemoración del Bautismo que nos recuerda el momento en el que entramos a formar parte de la vida cristiana. Así, el Obispo de Segorbe-Castellón, roció con agua bendita a los fieles como recordatorio del Bautismo, que nos une a Cristo y nos llama a la santidad.
La celebración de la Eucaristía, centro de toda la vida cristiana para la Iglesia, universal y local, y para todos los fieles individualmente, comenzaba con la entrada solemne del Obispo y sacerdotes concelebrantes, precedidos por la cruz procesional, el evangeliario.
Ya la monición inicial invitaba a los fieles a contemplar el misterio de la Encarnación y a acoger este Jubileo como un tiempo de renovación espiritual y comunitaria. En Segorbe, Iglesia Madre de nuestra Diócesis, el Cristo de la Cofradía de La Santísima Trinidad, presidió la celebración.
Un Año Santo para todos
Tras la litrugia de la Palabra, Mons. Casimiro López Llorente, destacó en su homilía el profundo significado de este Año Santo, invitando a los fieles a un encuentro vivo y personal con Cristo, fuente de salvación, perdón y esperanza.
Siguiendo el deseo del Papa Francisco, el Jubileo será celebrado en todas las iglesias diocesanas, permitiendo que los fieles, incluso aquellos que no puedan peregrinar a Roma, accedan a las gracias jubilares. En este sentido, el Obispo subrayó que este tiempo especial está destinado a revitalizar la esperanza de los cristianos y fortalecer su compromiso con el mensaje del Evangelio.
Un Año Santo para todos
Contemplar, confesar y actuar
D. Casimiro exhortó a los fieles a adoptar tres actitudes fundamentales durante el Jubileo: contemplar a Cristo, confesar su esperanza y actuar con amor. Mons. Casimiro López Llorente recordó la importancia de la contemplación, especialmente durante el tiempo de Navidad, como una oportunidad para renovar la fe al contemplar al Niño Dios en Belén.
Coincidiendo con la Fiesta de la Sagrada Familia, el Obispo resaltó que el nacimiento de Jesús en una familia humana refleja el amor y la comunión divina. En este contexto, enfatizó que la familia, según el plan de Dios, es un icono del amor eterno. También subrayó que la dignidad de todo ser humano se proclama en Navidad, recordando que Dios se hace hombre en Jesús para redimir y dignificar a la humanidad.
Una esperanza activa y solidaria
El Obispo instó a los fieles a ser signos tangibles de esperanza a través de acciones concretas. Pidió especialmente a los fieles a trabajar por la paz, cuidar la vida desde la concepción hasta su fin natural, apoyar a los jóvenes, acompañar a los privados de libertad y a los más necesitados, y practicar las obras de misericordia. «No hay esperanza sin ejercicio concreto de la misericordia», afirmó.
María, Madre de la Esperanza
Mons. Casimiro López Llorente, concluyó su homilía recordando a la Virgen María como modelo de fe y esperanza. «María nos muestra que la fe es nuestra victoria porque todo es posible al que cree», señaló, invitando a los fieles a mirar a María como guía en el camino de conversión y esperanza que el Jubileo propone.
Con esta celebración, la diócesis de Segorbe-Castellón inicia un camino de gracia y renovación, alentando a sus fieles a profundizar en su fe y a ser testigos activos de la esperanza que Cristo trae al mundo.
Templos jubilares y eventos especiales
Durante el Año Santo, tal como dio a conocer nuestro Obispo a través del Decreto sobre las Disposiciones Diocesanas para el Jubileo 2025, publicado el pasado mes de noviembre, se han designado templos jubilares donde los fieles podrán ganar indulgencias: la Catedral de Segorbe, la Concatedral de Castellón, la Basílica del Lledó, la capilla del Centro Penitenciario Castellón I y la capilla del Centro de Acogida San Pascual en Vila-real. Además, se celebrarán eventos especiales, como el Jubileo de la Infancia el 22 de febrero, el de las Familias el 8 de marzo, y el de los Jóvenes el 5 de abril.
Un Tiempo de Esperanza
El Jubileo de la Esperanza es una invitación a reavivar la fe y la confianza en el amor misericordioso de Dios. En un mundo marcado por tensiones y retos, este año santo nos llama a vivir en reconciliación, paz y esperanza. Como dijo el Papa Francisco: “La esperanza no defrauda porque está fundada en el amor de Dios, misericordioso y fiel”. Con este Jubileo, la Diócesis de Segorbe-Castellón se une a la Iglesia universal en un camino de gracia y conversión hacia la Jerusalén celestial.
En la víspera de Navidad, el papa Francisco abría la Puerta Santa en la Basílica de San Pedro en el Vaticano. Comenzaba así el Jubileo ordinario 2025, que durará hasta la Epifanía de 2026. Para que los fieles que no puedan peregrinar a Roma, tengan también la posibilidad de celebrar el Jubileo, el mismo Papa ha dispuesto que en todas las diócesis tengamos una apertura del Año Jubilar con la celebración de una solemne Eucaristía este domingo, 29 de diciembre. Nosotros lo haremos por la mañana en la Concatedral de Santa María en Castellón de la Plana, y por la tarde en la Catedral de Segorbe. Estáis todos invitados.
Este Año Jubilar estará centrado en la esperanza, bajo el lema “Peregrinos de esperanza”. Necesitamos reavivar la esperanza y poner signos de esperanza para tantas personas, que miran el presente y el futuro con escepticismo y pesimismo.
Pero, ¿de qué esperanza se trata? Al hablar de esperanza debemos distinguir entre esperanzas, en plural, y esperanza, en singular. Las esperanzas expresan la tendencia humana a conseguir algo que se desea como un bien. Estas esperanzas. A veces no se cumplen y crean desaliento y desasosiego, Y aun cuando se cumplan, no colmarán totalmente nuestros anhelos; y volveremos a programar nuevos proyectos y a aspirar a nuevas cosas. En cambio, la esperanza, en singular, indica el deseo de conseguir no esto o lo otro, sino el bien total, la plena realización de sí mismo.
A esta esperanza se refiere San Pablo cuando escribe que “la esperanza no defrauda, porque al darnos el Espíritu Santo, Dios ha derramado su amor en nuestros corazones” (Rom 5,5). Es la esperanza cristiana. No defrauda porque no se basa en la debilidad humana ni en la incertidumbre de los acontecimientos, sino que está garantizada por el amor de Dios, que es eternamente fiel. Por eso no puede fallar. Colma plenamente los anhelos del corazón humano y es tan segura como Dios mismo. Es una virtud teologal porque tiene como origen, motivo y meta a Dios. Por ella “aspiramos al Reino de los cielos y a la vida eterna como felicidad nuestra, poniendo nuestra confianza en las promesas de Cristo y apoyándonos no en nuestras fuerzas, sino en los auxilios de la gracia del Espíritu Santo” (Catecismo 1817). Esta virtud “corresponde al anhelo de felicidad puesto por Dios en el corazón de todo hombre; asume las esperanzas que inspiran las actividades de los hombres; las purifica para ordenarlas al Reino de los cielos; protege del desaliento; sostiene en todo desfallecimiento; dilata el corazón en la espera de la bienaventuranza eterna” (Catecismo 1818).
La esperanza cristiana está fundada en la certeza de que nada ni nadie podrá separarnos nunca del amor de Dios, manifestado en Cristo Jesús (cf. Rm 8, 39). He aquí porqué esta esperanza no cede ante las dificultades: se fundamenta en la fe y se nutre de la caridad, y de este modo hace posible que sigamos adelante en la vida, también en la obscuridad, en la adversidad, en la enfermedad e incluso ante la muerte.
Los creyentes en Cristo viven “en paz con Dios” y han recibido la gracia de la salvación, nos dice san Pablo (Rom 5,1-2). Sin embargo no estamos libres de situaciones difíciles y oscuras. No obstante, el cristiano permanece firme, ya que pone toda su confianza en Dios, sabiendo que el mal e incluso la muerte no tienen nunca la última palabra. En tales situaciones se percibe la luz y la fuerza que brotan de la cruz y de la resurrección de Cristo. Esto le lleva a desarrollar la virtud de la paciencia, estrechamente relacionada con la esperanza. Persevera y confía en aquello que Dios nos ha prometido. Aprendamos a pedir con frecuencia la gracia de la paciencia, que es hija de la esperanza y al mismo tiempo la sostiene.
El mundo, tal como existe en el presente, no responde al proyecto de Dios. El mundo nuevo que se ha iniciado con la resurrección de Cristo, un mundo nuevo, liberado y glorioso, está todavía por llegar en plenitud. Vivir con esperanza es tener confianza en Dios y perseverar con fidelidad en la fe. Esperar es tener capacidad para ver, aun cuando nuestros ojos no vean. Es recuperar nuestra capacidad de soñar un mundo mejor para todos, es colaborar activamente para que nazca ese mundo nuevo, el mundo querido por Dios. Esperar es descubrir y acoger cada día la fuerza de vida de Cristo Resucitado, que hace nuevo este mundo con la fuerza de su Espíritu Santo.
Que el Jubileo sea para todos un momento de encuentro vivo y personal con Cristo en la oración y en el sacramento de la Reconciliación. Acojamos la Indulgencia que nos limpia de las huellas que dejan nuestros pecados. Dejemos que se avive nuestra esperanza, que permite vislumbrar la meta: el encuentro definitivo con el Señor Jesús.
La parroquia de Santo Tomás de Villanueva de Castellón celebrará un emocionante Festival de Navidad el próximo domingo día 22 de diciembre, en beneficio de los jóvenes de la parroquia que peregrinarán a Roma con motivo del Año Jubilar 2025 “Peregrinos de Esperanza”. Este evento, que promete ofrecer diversión y alegría para todos, comenzará a las 11:30 h. con una variedad de actividades infantiles.
A lo largo del día, los asistentes podrán disfrutar de la venta de comida y bebida y participar en actuaciones y una rifa programadas para la tarde. A las 16:45 h. se presentará un Belén viviente, seguido de una deliciosa chocolatada a las 17:30 h. La jornada culminará con un concierto del coro juvenil a las 18:00 h. y finalizará con la celebración de la Santa Misa a las 19:00 h.
Además de las actividades programadas, el Festival contará con hinchables, cantina, concursos y sorteos, asegurando un ambiente festivo. La invitación está abierta a toda la comunidad para que se una a esta celebración navideña, apoyando a los jóvenes y disfrutando de la ya cercana Navidad.
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