Este 24 de septiembre se celebra la virgen de La Merced, Patrona de Instituciones Penitenciarias. La Delegación Diocesana para la Pastoral Penitenciaria arranca este nuevo curso con la celebración de La Merced y con la ilusión renovada de poder regresara la normalidad del voluntariado tras la normalización de la pandemia. Hoy a las 11h, en el Centro Penitenciario Castellón I, el Obispo de la Diócesis de Segorbe-Castellón, D. Casimiro López Llorente, presidirá la Eucaristía con motivo de la celebración.
Con motivo de la festividad de hoy, hemos mantenido una entrevista con la Delegada diocesana para la Pastoral Penitenciaria, Sonia Barreda, para hacer balance del trabajo de la Pastoral y conocer los objetivos que se marcan en este nuevo Curso Pastoral.
Con motivo de la festividad de «La Merced» la CEE ha dado a conocer la Memoria de la Pastoral Penitenciaria de 2021 ¿Cuál es el balance en la Diócesis de Segorbe-Castellón?
Muy positivo, en nuestra diócesis la gente es muy generosa. Nuestro proyecto se sustenta económicamente de los donativos que la gente nos hace llegar durante todo el año por Bizum al 01215, y eso nos permite atender a los internos dignamente. Llegamos a poner “peculio” (dinero) a aquellos que no tienen ni un ingreso, pagar viajes, hacer acompañamientos personalizados a las familias que fuera sufren la misma prisión que dentro, etc. Analizando las estadísticas de las que hablas vemos que en casi todos los apartados, nuestra zona está siempre entre las primeras.
Parece que, poco a poco, la pandemia está quedando atrás, ¿cómo se está volviendo a la normalidad en el trabajo que hacen los voluntarios de la pastoral?
Sí, las prisiones que tenemos dentro de nuestra diócesis gestionan a ritmos diferentes la vuelta a la realidad. Albocàsser por ejemplo ya el curso pasado todos los voluntarios se pudieron incorporar con normalidad, en Castellón I lo harán en la totalidad de programas este curso. En cuanto a los permisos ha costado un poco más, y se ha reducido un poquito. Los internos que disfrutan de permiso luego tienen que hacer aislamiento unos días, esto se traduce para los que trabajan en muchos días sin cobrar y como consecuencia algunos todavía se lo piensan.
Arranca ahora un nuevo curso pastoral ¿cuáles son los objetivos de la pastoral en este próximo año?
Nosotros como principal objetivo nos marcamos volver a recuperar todas las actividades que veníamos realizando en ambas prisiones y velar que la pandemia no sea una excusa para reducir nuestra presencia en la prisión. La delegación, cuyo ámbito de trabajo está en un 80% fuera de prisión su principal el objetivo es darnos a conocer, sensibilizar y mostrar que los presos/as también son nuestros hermanos/as y como tales merecen las mismas atenciones que tendrían en una parroquia. Otro de los objetivos es hacer partícipes a internos y voluntarios de nuestro jubileo diocesano para ello planificaremos catequesis y peregrinación.
¿Cuáles son las principales carencias espirituales de la población reclusa?
Desde mi humilde opinión, porque generalizar la respuesta es muy arriesgado, creo que la carencia está en la falta de práctica y conocimientos, quiero decir, que en su mayoría son personas con religiosas y espirituales desde la necesidad, algunos han encontrado a Dios y han visto la iglesia por primera vez cuando han entrado a la cárcel. Por tanto, su espiritualidad queda coja de conocimientos que compensan con creces su fervor a Jesús y a la Virgen que son allí un apoyo muy importante. En las celdas por la noche muchos/as rezan con auténtica devoción.
¿Cómo se mantiene el vínculo que se genera con ellos al salir de la prisión?
A veces es un vínculo de agradecimiento, muchísimas veces el vínculo es un acompañamiento directo e integral para superar todas las barreras que se encuentran. Muchos de ellos dicen que los muros son más altos fuera de la cárcel que dentro. La brecha digital, el estigma que se crea, etc., hacen necesario que el acompañamiento a la salida sea personalizado y muy directo.
En este momento ¿cuál es la realidad de la Pastoral en nuestra Diócesis? (esta pregunta es para que hagas una pequeña radiografía de cuántos voluntarios sois, cuál es su función, ¿y la de los capellanes?… ha habido cambios de capellanes…
En este momento se ha producido la renovación de capellanes en Albocàsser que llegan con la ilusión de aprender y servir en esta encomiable tarea. En cuanto a voluntariado tenemos la suerte que la pandemia no ha generado prácticamente ninguna baja por “apatía” y los mismos que éramos vamos a seguir este curso con el mismo ímpetu. Alrededor de 90 voluntarios entre las dos prisiones son las personas que trabajan por llevar a Dios a los presos y ayudar a mejorar su realidad personal incluso familiar. Lo hacemos mediante talleres de catequesis, ocupacionales, visitas, entrevistas, conversaciones, acompañamientos muy directos etc.