Volteo de campanas en todos los templos de la Diócesis el Domingo de Pascua
Queridos hermanos sacerdotes:
La trágica situación y el confinamiento en nuestras casas, que estamos viviendo por la pandemia del coronavirus, nos ha obligado a celebrar la Semana Santa y el Triduo Pascual de un modo excepcional: solos en nuestras iglesias y con el corazón apenado. Esto no nos puede llevar al olvido de que este Domingo, día 12 de abril, celebramos la Pascua de la Resurrección, la victoria de Cristo Jesús sobre la muerte. Esta verdad fundamental de nuestra fe es la razón de nuestra esperanza y el motivo de la verdadera alegría, pues nos sabemos amados y nunca abandonados por Dios. Una verdad que hemos de acoger, anunciar y testimoniar en todo momento, también y especialmente cuando el dolor y el sufrimiento, la tristeza y la angustia nos embargan.