1. Como Obispo de Segorbe-Castellón comunico a todos y denuncio públicamente que ayer, martes 9 de mayo, descubrimos una grave profanación del Santísimo Sacramento de la Eucaristía en la iglesia parroquial de la localidad de Teresa. En el trascurso de un robo perpetrado en la iglesia fueron abiertos el Sagrario y los copones, y las especies eucarísticas fueron esparcidas por el altar y por el suelo.
2. Con el deseo de reparar este acto sacrílego celebraré una Santa Misa de desagravio en la misma iglesia de Teresa el domingo próximo, día 14 de mayo, a las 12:00 horas a la que invito a todos los católicos de la Diócesis de Segorbe-Castellón, sacerdotes, religiosos y laicos, acompañando a los fieles de esta parroquia en este momento doloroso de su historia local.
3. Este hecho nos duele profundamente. Se trata de un acto sacrílego contra el mayor tesoro que tenemos los católicos: la Santísima Eucaristía. Por ello, como Obispo pido a los sacerdotes que en todas las parroquias se lleven actos de desagravio y de reparación sea con la celebración de la Eucaristía o con la exposición prolongada del Santísimo Sacramento con turnos de adoración.
4. Este suceso nos permite reflexionar sobre lo que supone que el Señor se haya quedado presente entre nosotros bajo las especies eucarísticas. Él no dudó ni un momento en cumplir su promesa: «Yo estaré con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo». Si el Señor, a pesar de todos los riesgos y peligros, mantiene hoy su voluntad de permanecer entre nosotros, es una señal inequívoca de que los bienes que se desprenden de su presencia son infinitamente más grandes que los males que se puedan derivar.
5. Exhorto a los todos fieles católicos a aprovechar lo acontecido para renovar nuestra devoción eucarística. Detrás de este suceso se esconde una llamada a la conversión dirigida a cada uno de nosotros. Hagamos de este agravio una oportunidad de desagravio. Que esta ofensa sea ocasión para suscitar y manifestar nuestro amor hacia Jesucristo, presente en la Eucaristía.
6. Finalmente quiero manifestar a la opinión pública que este acto sacrílego es, por desgracia, un episodio más de una espiral que atenta impunemente al legítimo ejercicio de la libertad religiosa de los católicos y la libre predicación del Evangelio en una sociedad plural.
Castellón de la Plana, 10 de mayo de 2017.
+ Casimiro López Llorente
Obispo de Segorbe-Castellón