La Comisión Episcopal para los Laicos, Familia y Vida ha anunciado una nueva sesión de formación online titulada «La cultura vocacional y la vocación laical». Este evento se enmarca dentro de las Jornadas nacionales de delegados y responsables de Apostolado Seglar, así como de Movimientos y Asociaciones.
La conferencia contará con la participación de destacados ponentes, entre ellos Jorge Sierra, Hno. de La Salle y delegado vocacional de su institución en España y Portugal, y Estrella Moreno, directora del Instituto Teológico y Pastoral de Bilbao. La moderación estará a cargo de Sandra Várez, directora de Comunicación de la Fundación Pablo VI.
La cita formativa se llevará a cabo el sábado 26 de octubre, de 10:30 a 13:30 horas, y está dirigida a delegados de Apostolado Seglar de las diócesis, movimientos, asociaciones y vida consagrada, así como a laicos de cualquier edad, sacerdotes y religiosos interesados en el tema.
La participación es gratuita y exclusivamente online, y para inscribirse es imprescindible completar el formulario disponible AQUÍ
Con el inicio del mes de octubre se renuevan las intenciones de oración que propone el Papa Francisco y la Conferencia Episcopal Española. El Santo Padre dirige su intención por el don de la diversidad en la Iglesia: “Oremos para que la Iglesia siga apoyando por todos los medios un estilo de vida sinodal, bajo el signo de la corresponsabilidad, promoviendo la participación, la comunión y la misión compartida entre sacerdotes, religiosos y laicos”.
El título del Congreso habla de la “llamada” a “caminar juntos”, situando el tema en el contexto más amplio de la sinodalidad. El camino que Dios está indicando a la Iglesia es precisamente el de vivir de manera más intensa y concreta la comunión, y caminar juntos. La invita a superar los modos de obrar autónomos o como las vías paralelas del tren, que nunca se encuentran: el clero separado de los laicos, los consagrados separados del clero y de los fieles, la fe intelectual de algunas élites separada de la fe popular, la Curia romana separada de las Iglesias particulares, los obispos separados de los sacerdotes, los jóvenes separados de los ancianos, los matrimonios y las familias poco implicadas en la vida de las comunidades, los movimientos carismáticos separados de las parroquias, por citar sólo algunos. Esta es la tentación más grave en este momento. Todavía queda mucho camino por recorrer para que la Iglesia viva como un cuerpo, como verdadero Pueblo, unido por la única fe en Cristo Salvador, animado por el mismo Espíritu santificador y orientado a la misma misión de anunciar el amor misericordioso de Dios Padre.
Este último aspecto es decisivo: un Pueblo unido en la misión. Y esta es la intuición que siempre debemos custodiar: la Iglesia es el santo Pueblo fiel de Dios, según lo que afirma Lumen Gentium en los nn. 8 y 12; no populismo ni elitismo, es el santo Pueblo fiel de Dios. Esto no se aprende teóricamente, se entiende viviéndolo. Después se explica, como se puede, pero si no se vive no se sabrá explicar. Un Pueblo unido en la misión. La sinodalidad encuentra su origen y su fin último en la misión, nace de la misión y está orientada a la misión. Pensemos en los orígenes, cuando Jesús envió a los apóstoles y ellos volvieron muy contentos, porque los demonios “huían de ellos”; fue la misión la que dio ese sentido eclesial. De hecho, compartir la misión acerca a los pastores y a los laicos, les da un propósito común, manifiesta la complementariedad de los diversos carismas y, por eso, suscita en todos el deseo de caminar juntos. Lo vemos en Jesús mismo, que desde el comienzo se rodeó de un grupo de discípulos, hombres y mujeres, y vivió con ellos su ministerio público. Pero nunca solo. Y cuando envió a los Doce a anunciar el Reino de Dios, los mandó “de dos en dos”. Lo mismo vemos en san Pablo, que siempre evangelizó junto a otros colaboradores, también laicos y parejas de esposos; nunca solo. Y así fue en los momentos de gran renovación e impulso misionero en la historia de la Iglesia. Pastores y fieles laicos juntos. No individuos aislados, sino un Pueblo que evangeliza, el santo Pueblo fiel de Dios.
Por otra parte, la intención de oración de la Conferencia Episcopal Española, por la que también reza la Red Mundial de Oración del Papa, es “por los agentes de pastoral laicos, por el fomento de los ministerios laicales en la Iglesia y por su compromiso en la vida pública”.
Los laicos, desde el bautismo, han recibido una vocación, que los ha de hacer sentirse corresponsables en la vida y misión de la Iglesia. La Iglesia no es una elite de los sacerdotes, de los consagrados, de los obispos, sino que todos formamos el Pueblo santo de Dios. Los laicos no son cristianos de segunda categoría o meros colaboradores de los pastores en la misión salvífica de la Iglesia. Del mismo modo que los pastores, obispos y sacerdotes o la vida consagrada experimentan que su entrega al Señor y a la Iglesia es vocación, necesitamos en la Iglesia que haya laicos por vocación, que descubran esa fuerza de lo alto, esa efusión del Espíritu Santo que los impulsa a la misión.
Es muy importante que los laicos se sientan protagonistas, corresponsables y partícipes de la misión salvífica de la Iglesia (cf. LG n. 33). Los laicos os tenéis que sentir llamados por Jesús y acoger su llamada a ser misioneros en la Iglesia y en el mundo.
Por estar inmersos en las realidades temporales, los laicos estáis llamados, de un modo particular, a ser misioneros en medio del mundo. Os corresponde sobre todo “la evangelización de las culturas, la inserción de la fuerza del Evangelio en la familia, el trabajo, los medios de comunicación social, el deporte y el tiempo libre, así como la animación cristiana del orden social y de la vida pública nacional e internacional” (San Juan Pablo II). Ante el avance del fenómeno de la secularización, estáis llamados a vivir el sueño misionero de llegar a todas las personas y a todos los ambientes.
En el interior de la Iglesia, los laicos estáis llamados por Jesús a participar activamente en tareas como la catequesis, la liturgia, la Eucaristía dominical, las cáritas, los consejos y otras muchas más de la vida y misión de la Iglesia. Os corresponde por derecho propio, y no por concesión de los sacerdotes.
La parroquia de La Sagrada Familia de Castellón acogió anoche la celebración de la “Vigilia Diocesana de Pentecostés”, presidida por nuestro Obispo, D. Casimiro, en el Día de la Acción Católica y Apostolado Seglar, este año bajo el lema “Laicos por vocación, llamados a la misión”.
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La Vigilia estaba enmarcada dentro de un programa, organizado por la Delegación diocesana para los Laicos, con el que celebrar la venida del Espíritu Santo. La jornada comenzaba a las 16 h. con la celebración de un Retiro, animado por el movimiento Renovación Carismática, y a las 19 h. tuvo lugar una Eucaristía.
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Además, después de la Vigilia hubo una cena de sobaquillo y un concierto de Nico Montero, salesiano cooperador que lleva más de 30 años cantando desde la gratuidad con la única razón de llevar al Dios de la Vida a través de su música.
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En su carta de este domingo, D. Casimiro explica que el lema de este año “recuerda que cada fiel laico, por su bautismo, está llamado por Jesús a la misión de anunciar a Cristo Jesús y el Evangelio”, ya que todos los cristianos bautizados “recibimos el Espíritu Santo, somos incorporados a la Iglesia y compartimos la misión que Jesús confió a todos sus discípulos de ser sus testigos hasta el confín de la tierra”.
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“El mismo Espíritu – continua el Obispo – nos da la fuerza para superar el miedo y nos impulsa a proclamar por doquier la buena Noticia de la salvación de Dios en Cristo. Como los Apóstoles y discípulos de Jesús de entonces, también los cristianos de hoy, estamos convocados en esta hora de la historia para decir al mundo que el Señor vive y que fuera de Él no hay salvación ni futuro ni esperanza para la humanidad”.
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Cada cual, según su vocación, es corresponsable en la vida y misión de la Iglesia, formando entre todos el Pueblo santo de Dios, recuerda. Y “los laicos no son cristianos de segunda categoría o meros colaboradores de los pastores en la misión salvífica de la Iglesia. Del mismo modo que los pastores, obispos y sacerdotes o la vida consagrada experimentan que su entrega al Señor y a la Iglesia es vocación, necesitamos en la Iglesia que haya laicos por vocación, que descubran esa fuerza de lo alto, esa efusión del Espíritu Santo que los impulsa a la misión”.
Por ello, “es muy importante que los laicos se sientan protagonistas, corresponsables y partícipes de la misión salvífica de la Iglesia. Los laicos os tenéis que sentir llamados por Jesús y acoger su llamada a ser misioneros en la Iglesia y en el mundo”, recalca.
El día de Pentecostés, Jesús vivo y glorioso junto al Padre, cumple la promesa que hizo a los Apóstoles poco antes de ascender a los cielos: “Recibiréis la fuerza del Espíritu Santo que va a venir sobre vosotros y seréis mis testigos en Jerusalén, en toda Judea y Samaria y hasta el confín de la tierra” (Hechos 1,8).
Con la venida del Espíritu Santo, los Apóstoles y los discípulos comienzan la misión que Jesús les había confiado. Llenos del Espíritu Santo salen por las calles de Jerusalén a anunciar a Jesucristo, muerto y resucitado. Desde entonces, nadie ni nada podrá frenar el ardor evangelizador de Pedro y de los demás discípulos. Lo que ellos han visto y oído, lo que han tocado y experimentado, lo anuncian a todos: Cristo Jesús ha muerto y ha resucitado para que todo el que crea en Él tenga vida eterna: Él es el Mesías y el Salvador de la humanidad. Hay que obedecer a Dios antes que a los hombres, contestan Pedro y Juan a quienes les prohíben anunciar a Jesús (Hechos 4,19).
“Laicos por vocación, llamados a la misión”, así reza el lema del Día de la Acción Católica y del Apostolado Seglar, que celebramos el día de Pentecostés. Este lema recuerda que cada fiel laico, por su bautismo, está llamado por Jesús a la misión de anunciar a Cristo Jesús y el Evangelio. En efecto; todos los cristianos, en el bautismo, recibimos el Espíritu Santo, somos incorporados a la Iglesia y compartimos la misión que Jesús confió a todos sus discípulos de ser sus testigos hasta el confín de la tierra. El mismo Espíritu nos da la fuerza para superar el miedo y nos impulsa a proclamar por doquier la buena Noticia de la salvación de Dios en Cristo. Como los Apóstoles y discípulos de Jesús de entonces, también los cristianos de hoy, estamos convocados en esta hora de la historia para decir al mundo que el Señor vive y que fuera de Él no hay salvación ni futuro ni esperanza para la humanidad.
El papa Francisco nos recuerda que la misión no es un adorno de nuestra existencia de bautizados o algo reservado a unos pocos. No. La misión es algo que no podemos arrancar de nuestro ser de bautizados. Jesús confía la misión a toda su Iglesia; es decir, a todos los bautizados. Todos hemos sido llamados por el Señor, en la Iglesia, para anunciar la buena Noticia del Evangelio: “Id al mundo entero y proclamad el Evangelio a toda la creación” (Mc 16,15). Los laicos, desde el bautismo, han recibido una vocación, que los ha de hacer sentirse corresponsables en la vida y misión de la Iglesia. La Iglesia no es una elite de los sacerdotes, de los consagrados, de los obispos, sino que todos formamos el Pueblo santo de Dios. Los laicos no son cristianos de segunda categoría o meros colaboradores de los pastores en la misión salvífica de la Iglesia. Del mismo modo que los pastores, obispos y sacerdotes o la vida consagrada experimentan que su entrega al Señor y a la Iglesia es vocación, necesitamos en la Iglesia que haya laicos por vocación, que descubran esa fuerza de lo alto, esa efusión del Espíritu Santo que los impulsa a la misión.
Es muy importante que los laicos se sientan protagonistas, corresponsables y partícipes de la misión salvífica de la Iglesia (cf. LG n. 33). Los laicos os tenéis que sentir llamados por Jesús y acoger su llamada a ser misioneros en la Iglesia y en el mundo.
Por estar inmersos en las realidades temporales, los laicos estáis llamados, de un modo particular, a ser misioneros en medio del mundo. Os corresponde sobre todo “la evangelización de las culturas, la inserción de la fuerza del Evangelio en la familia, el trabajo, los medios de comunicación social, el deporte y el tiempo libre, así como la animación cristiana del orden social y de la vida pública nacional e internacional” (San Juan Pablo II). Ante el avance del fenómeno de la secularización, estáis llamados a vivir el sueño misionero de llegar a todas las personas y a todos los ambientes.
En el interior de la Iglesia, los laicos estáis llamados por Jesús a participar activamente en tareas como la catequesis, la liturgia, la Eucaristía dominical, las cáritas, los consejos y otras muchas más de la vida y misión de la Iglesia. Os corresponde por derecho propio, y no por concesión de los sacerdotes.
No olvidemos que es el Señor mismo, quien nos llama a estar con Él y quien nos envía por la fuerza de su Espíritu a ser sus testigos hasta los confines de la tierra. No tengamos miedo. No estamos solos. El Señor resucitado nos precede y acompaña siempre con la fuerza del Espíritu Santo.
La parroquia de la Sagrada Familia de Castellón, acogerá, el sábado 18 de mayo, la celebración de la “Vigilia Diocesana de Pentecostés”, presidia por nuestro Obispo, D. Casimiro, a las 20:15 h.
En la solemnidad de Pentecostés, la Iglesia también celebra el Día de Acción Católica y del Apostolado Seglar, este año bajo el lema “Laicos por vocación, llamados a la misión”, motivo por el que estamos todos invitados a celebrar esta fiesta con alegría y, de forma especial, los movimientos y asociaciones laicales.
La Vigilia está enmarcada dentro de un programa, organizado por la Delegación diocesana para los Laicos, con el que celebrar la venida del Espíritu Santo. La jornada comenzará a las 16 h. con la celebración de un Retiro, animado por el movimiento Renovación Carismática, y a las 19 h. tendrá lugar una Eucaristía.
Además, después de la Vigilia habrá una cena de sobaquillo y un concierto de Nico Montero, salesiano coperador que lleva más de 30 años cantando desde la gratuidad con la única razón de llevar al Dios de la Vida a través de su música.
¿Cuál es el mensaje de los obispos?
La Jornada de este año, explican los obispos de la Comisión Episcopal para los Laicos, Familia y Vida, invita a todos los bautizados a proclamar el Evangelio, a la misión que Jesús encomendó, «que se lleva a cabo con la fuerza del Espíritu Santo”.
Los prelados subrayan en su mensaje que «el envío a la misión procede del Padre, que tanto nos ha ama-do que ha enviado a su único Hijo para que alcancemos la salvación, por su muerte y resurrección. Y es Jesús resucitado el que ha entregado a su Iglesia, a cada uno de nosotros, el Espíritu Santo, que es el alma de la evangelización. Por tanto, es fundamental que descubramos, como miembros del Pueblo de Dios, que tenemos una misión que no es iniciativa nuestra, sino de Dios, que la sostiene y permitirá que perdure por los siglos de los siglos».
En este sentido, el escrito recuerda la celebración del Encuentro sobre el Primer Anuncio, el pasado mes de febrero y la preparación para un Congreso sobre las Vocaciones, que tendrá lugar en Madrid, en febrero de 2025. Con estas dos iniciativas, en el Día de la Acción Católica y del Apostolado Seglar de este año 2024, «queremos que resuene con fuerza esa llamada que la Iglesia ha recibido, como asamblea de convocados, pueblo de Dios unido en la misión, a vivir su vocación, que tiene como horizonte la misión. Y de un modo propio y peculiar, destacamos la vocación laical, que se ejercita en la caridad política, en el anuncio del Evangelio en el corazón del mundo».
Por todo ello, insisten en que «los laicos, desde el bautismo, han recibido una vocación, que los hace sentirse corresponsables en la vida y misión de la Iglesia». «Nuestra primera y fundamental consagración – añaden- hunde sus raíces en nuestro bautismo. A nadie han bautizado cura, ni obispo. Nos han bautizado laicos y es el signo indeleble que nunca nadie podrá eliminar».
Para los obispos de la Comisión Episcopal para los Laicos, Familia y Vida se trata de que «el laico sea laico» por vocación, en todos los ámbitos de la vida. «El laicado vive su vocación encarnado en el mundo, es decir, en los ámbitos de la familia, del trabajo, de la educación, del cuidado de la casa común y, de una manera particular, en la vida pública». Y también se desarrolla en el interior de la vida de la Iglesia, ayudando en la liturgia, en la catequesis, en los grupos parroquiales». Finalmente, desde la Comisión agradecen el servicio de todos y cada uno de los laicos «comprometidos en la misión evangelizadora de la Iglesia».
La Comisión Episcopal para los Laicos, Familia y Vida organiza el Encuentro nacional sobre el Primer anuncio con el lema «Pueblo de Dios unido en la Misión». Este evento reunirá, del 16 al 18 de febrero, en laFundación Pablo VI (P.º de Juan XXIII, 3), en Madrid, a representantes de las diócesis españolas, de la vida consagrada y de los distintos movimientos y asociaciones de laicos.
En el Congreso se propusieron cuatro líneas de acción: primer anuncio, acompañamiento, formación y presencia en la vida pública. A cada tema se le dedicarán de manera consecutiva dos años de trabajo en las diócesis que concluirán con un Encuentro final. Del 16 al 18 de febrero se culmina el proceso del primer tema, centrado en el Primer anuncio.
«Id por todo el mundo y predicad el evangelio»
Tanto en el Congreso de Laicos como en el proceso sinodal se pone el foco en la importancia del Primer anuncio que tiene su premisa en la exhortación apostólica del papa FranciscoEvangelii gaudium (120): “… La nueva evangelización debe implicar un nuevo protagonismo de cada uno de los bautizados” .
Sobre cómo llevar a cabo hoy, especialmente los laicos, el mandato de Jesús: «Id por todo el mundo y predicad el evangelio» se ha trabajado en las diócesis, en grupos de vida consagrada y en las distintas asociaciones y movimientos durante el curso 2022-2023. Con sus aportaciones, se elaboró un documento-síntesis que ha servido como base para el segundo año.
Ahora se llega a estos tres días de encuentro con los objetivos de:
subrayar la comunión de las distintas vocaciones del Pueblo de Dios;
insistir en la vocación bautismal, que nos hace evangelizadores;
tomar conciencia de que todos los ámbitos sociales son espacios privilegiados para el anuncio del Evangelio.
y concretar e impulsar procesos y proyectos para los próximos años que ayuden en la tarea del Primer anuncio y faciliten, a través de la formación y mediante caminos de discernimiento comunitario, la creación de espacios de acogida, escucha, diálogo y acompañamiento en los distintos ámbitos, así como la construcción de estructuras que favorezcan la evangelización.
Programa del Encuentro sobre Primer anuncio
El acto inaugural tendrá lugar a las 18.30 horas con los saludos de un miembro del Consejo Asesor de Laicos, del nuncio apostólico en España, Mons. Bernardito C. Auza, y del presidente de la Conferencia Episcopal Española, cardenal Juan José Omella. Después será el acto de presentación, en el que se hará un recorrido desde el Congreso de Laicos hasta este Encuentro.
El presidente de la Comisión Episcopal para los Laicos, Familia y Vida, Mons. Carlos M. Escribano, presidirá la Eucaristía con la que se abrirá la jornada del sábado 17 de febrero. Durante todo el día, los participantes se dividirán por grupos para ir haciendo un recorrido en cuatro tiempos, denominados «paradas»:
Primera Parada
Primer anuncio en la vida cotidiana: el trabajo, la familia, las relaciones sociales, la educación, en contexto de alejados. Es una llamada a estar presentes en la vida pública.
Tres partes:
Ponencia a cargo del vicario general de Jaén, Juan Ignacio Damas, a cerca de la relevancia del Espíritu en el proceso y los cuatro aspectos necesarios para el Primer Anuncio en la vida cotidiana: presencia, testimonio, diálogo y anuncio explícito.
Presentarán dos experiencias cortas de Primer Anuncio en realidades diferentes que se dan en la vida cotidiana, sobre las que tendremos un breve espacio para compartir los aspectos de Primer Anuncio que se observen o estén ausentes en dichas experiencias.
Trabajo en grupos: cómo evangelizar de «tú a tú» en el día a día.
Segunda Parada
Primer anuncio y comunidad eclesial: vivencias comunitarias en la parroquia, los equipos de evangelización, los métodos e instrumentos.
Mesa Redonda con la participación de:
Miguel Ángel Cerezo Saura, Vicario de Evangelización de Alicante
Clara Arza, responsable de la Delegación diocesana de Anuncio y Catequesis de Bilbao (procesos de conversión pastoral que incluyen el Primer Anuncio a nivel diocesano)
Cristian Camus Soto, proyecto parroquias evangelizadoras (procesos de conversión pastoral que incluyen el Primer Anuncio a nivel parroquial)
Javier Ramos Guardiola, Acción Católica General – Cuatro40 (procesos de conversión pastoral que incluyen el Primer Anuncio a nivel asociación/movimiento)
Durante este tiempo de trabajo el dibujante, Francisco Javier Velasco (Fano), irá realizando una síntesis a través de sus dibujos, que irá realizando simultáneamente con el desarrollo de la misma.
Tercera Parada
El acompañamiento tras el primer anuncio: reflexión a cerca de ese acompañamiento hasta la inserción en la comunidad cristiana, los procesos de fe y las experiencias de conversión.
Se desarrollará en tres momentos:
Presentación teatral de los contenidos de la parada.
Experiencias de acompañados y acompañantes que ponen historia a las representaciones.
Diálogo entre los participantes
Cuarta parada
Procesos formativos en el Primer anuncio: el lenguaje, qué y cómo transmitir, despertar evangelizadores y parroquias evangelizadoras.
También dividida en tres partes:
Dinámica de experiencias
Talleres sobre diversos contextos, ambientes o lenguajes:
“Primer Anuncio y Diálogo con la increencia” (Dr. Josep Otón Catalán, Profesor Instituto Superior Ciencias Religiosas Barcelona)
“Marketing Religioso y nuevos lenguajes en el Primer Anuncio” (Carlos Luna Calvo, Investigador, consultor y divulgador de Marketing religioso)
“Primer Anuncio en el Continente Digital” (P. Damián Montes, sacerdote, misionero redentorista e influencer)
“Primer Anuncio en la Familia” (Propuesta de la Subcomisión Episcopal Familia de la CEE)
“Primer Anuncio y Catequesis” (Hna. María Granados, Secretariado de Catequesis de la CEE)
“Primer Anuncio en el duelo: acompañar experiencias de dolor” (Roberto Pérez, Promotor pastoral en los Religiosos Camilos)
“Claves de la formación en Primer Anuncio: Elementos a tener en cuenta en una experiencia de Primer Anuncio” (Javier García Rodríguez, Delegado de Primer Anuncio de la Archidiócesis de Santiago y miembro del área de Primer Anuncio de la CEE y Yolanda Muñoz, Cursillos de Cristiandad)
“Primer Anuncio y Jóvenes” (Fran Ramírez Mora y Noemí Pinto, Propuesta de la Subcomisión Episcopal Juventud e Infancia de la CEE)
Intercambio y diálogo a partir de estas propuestas.
El domingo, después de la oración, en torno a las 9.45 horas, tendrá lugar la ponencia final. Seguidamente, el arzobispo de Madrid, cardenal José Cobo, presidirá la Eucaristía. A las 13.00 horas será la clausura del Encuentro.
Nuestro Obispo ha remitido una carta a todos los párrocos y sacerdotes de la Diócesis de Segorbe-Castellón solicitando promover una cultura vocacional que lleve al encuentro personal con Cristo.
D. Casimiro expresa su preocupación y el de toda la Iglesia diocesana por escasez de las vocaciones cristianas, tema tratado en las últimas reuniones del Consejo Presbiteral y del Consejo Diocesano de Pastoral. Tal y como explica, la vocación cristiana y la pastoral vocacional en general están muy relacionadas con el Primer Anuncio, tema en el que nos estamos centrando en el presente curso pastoral.
Dicha escasez de vocaciones abarca al sacerdocio, a la vida consagrada, a los matrimonios y al laicado comprometido, indica el Obispo. Aunque muchos son los bautizados, pocos son “los que entienden y viven su condición de bautizados como una llamada a la santidad, a la perfección del amor, en el camino concreto por el que el Señor nos llama”. No hay cristiano sin vocación, explica, pues “cada bautizado tiene de Dios una llamada a vivir su vocación cristiana”.
Ha habido un claro cambio en el estatus cultural anterior, de modo que ahora nuestra cultura “rechaza esta manera de concebir la plenificación humana”. Por ello, “la nueva evangelización debe reanunciar el sentido fuerte de la vida como «vocación», en su fundamental llamada a la santidad”.
En estos momentos, tal y como recordó el Papa Francisco en el reciente encuentro con los obispos españoles, es “urgente promover una cultura vocacional”, por lo que toda acción pastoral debe estar orientada a “desarrollar una atmósfera en la que los niños, jóvenes y adultos puedan disponerse a discernir con cuidado y abrazar libremente la propia vocación como forma permanente de vida a la que están llamados por el Señor en la Iglesia”, señala D. Casimiro.
Para ello, la pastoral vocacional debe entenderse y desarrollarse como “un verdadero itinerario de fe que lleve al encuentro personal con Cristo”, y debe estar en estrecha relación con la pastoral ordinaria, en especial con la pastoral de la iniciación Cristiana, de la infancia y juventud y con la pastoral de la familia.
Por ello, como un primer paso en la creación de esta necesaria cultura vocacional, y de acuerdo con el Delegado diocesano para la pastoral vocacional, D. Juan Carlos Vizoso Corbell, el Obispo ha encargado a la Hna. Catalina Nowak, de las Hermanas de la Sagrada Familia de Nazaret de Benicàssim, “que se ofrezca para ir a parroquias y otras realidades eclesiales a hablar de esta cuestión”, con quien se puede contactar a través del teléfono 680 563 596.
Las Jornadas de delegados de Apostolado Seglar y responsables de movimientos y asociaciones tendrán lugar en Madrid, los días 21 y 22 de octubre, en torno al tema «El Primer Anuncio como centro de nuestra acción pastoral». Concretar el discernimiento realizado sobre el Primer Anuncio en las distintas realidades eclesiales y así dar pasos que ayuden a ponerlo en el centro de la acción pastoral; diseñar una hoja de ruta hacia ese encuentro y dar continuidad al proceso de Congreso de Laicos, son los 3 objetivos de esta jornada.
Desarrollo del encuentro de Apostolado Seglar
La Comisión Episcopal para los Laicos, Familia y Vida organiza este encuentro que inaugurará el sábado 21 de octubre Mons. Carlos Escribano Subías, presidente de esta Comisión, junto con la presidenta del Foro de Laicos, Dolores García Pi.
A continuación, comenzará la ponencia «El Primer Anuncio como centro de nuestra acción pastoral» a cargo de Juan Ignacio Damas López, vicario general de la diócesis de Jaén y anterior responsable del Área del Primer Anuncio de la CEE, y Josep Otón Catalán, doctor en historia, catedrático de enseñanza secundaria y profesor en el Instituto Superior de Ciencias Religiosas de Barcelona. Va a ser la moderadora la directora de Religión del grupo Ábside Media, Irene Pozo Hernández. La sesión de la mañana se podrá seguir también online.
El domingo 22 por la mañana, se realizarán las aportaciones para el Encuentro de Laicos sobre el Primer Anuncio. Después, el sacerdote Luis Manuel Romero, director del secretariado de la Comisión Episcopal para los Laicos, Familia y Vida de la CEE, y Eva Fernández Mateo, presidenta de la Acción Católica General, hablarán de la XVI Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos sobre la Sinodalidad.
Con el inicio del mes de agosto se renuevan las intenciones de oración que propone el Papa Francisco y la Conferencia Episcopal Española. El Papa dirige su intención por la Jornada Mundial de la Juventud: “Oremos para que la Jornada Mundial de la Juventud en Lisboa ayude a los jóvenes a ponerse en camino, dando testimonio del Evangelio con su propia vida”.
Una vez más quisiera tomarlos de la mano para continuar juntos la peregrinación espiritual que nos conduce hacia la Jornada Mundial de la Juventud de Lisboa en el 2023.
Cuando un joven cae, en cierto sentido cae la humanidad. Pero también es verdad que cuando un joven se levanta, es como si se levantara el mundo entero. Queridos jóvenes, ¡qué gran potencialidad hay en sus manos! ¡Qué fuerza tienen en sus corazones!.
Por eso hoy, una vez más, Dios le dice a cada uno de ustedes: “¡Levántate!”. Espero de todo corazón que este mensaje nos ayude a prepararnos para tiempos nuevos, para una nueva página en la historia de la humanidad. Pero, queridos jóvenes, no es posible recomenzar sin ustedes. Para volver a levantarse, el mundo necesita la fuerza, el entusiasmo y la pasión que tienen ustedes. […]
“¡Levántate y da testimonio!”
Al abrazar la vida nueva que nos fue dada en el bautismo, recibimos también una misión del Señor: “¡Serás mi testigo!”. Es una misión a la que dedicarse, que lleva a cambiar la vida.
Hoy la invitación de Cristo a Pablo se dirige a cada una y cada uno de vosotros, jóvenes: ¡Levántate! No puedes quedarte tirado en el suelo sintiendo pena de ti mismo, ¡hay una misión que te espera! También tú puedes ser testigo de las obras que Jesús ha comenzado a realizar en ti. Por eso, en nombre de Cristo, te digo:
— Levántate y testimonia tu experiencia de ciego que ha encontrado la luz, que ha visto el bien y la belleza de Dios en sí mismo, en los otros y en la comunión de la Iglesia que vence toda soledad.
— Levántate y testimonia el amor y el respeto que es posible instaurar en las relaciones humanas, en la vida familiar, en el diálogo entre padres e hijos, entre jóvenes y ancianos.
— Levántate y defiende la justicia social, la verdad, la honradez y los derechos humanos; a los perseguidos, a los pobres y los vulnerables, a los que no tienen voz en la sociedad y a los inmigrantes.
— Levántate y testimonia la nueva mirada que te hace ver la creación con ojos maravillados, que te hace reconocer la tierra como nuestra casa común y que te da el valor de defender la ecología integral.
— Levántate y testimonia que las existencias fracasadas pueden ser reconstruidas, que las personas que ya han muerto en el espíritu pueden resurgir, que las personas esclavas pueden volverse libres, que los corazones oprimidos por la tristeza pueden volver a encontrar la esperanza.
— ¡Levántate y testimonia con alegría que Cristo vive! Difunde su mensaje de amor y salvación entre tus coetáneos, en la escuela, en la universidad, en el trabajo, en el mundo digital, en todas partes.
El Señor, la Iglesia, el Papa confían en ustedes y los constituyen testigos para tantos otros jóvenes que encuentran en los “caminos de Damasco” de nuestro tiempo. No se olviden: «Si uno de verdad ha hecho una experiencia del amor de Dios que lo salva, no necesita mucho tiempo de preparación para salir a anunciarlo, no puede esperar que le den muchos cursos o largas instrucciones. Todo cristiano es misionero en la medida en que se ha encontrado con el amor de Dios en Cristo Jesús» (Exhort. ap. Evangelii gaudium, 120).
Por otra parte, la intención de oración de la Conferencia Episcopal Española, por la que también reza la Red Mundial de Oración del Papa, es “por la Iglesia en España, y particularmente por los laicos, para que, con talante sinodal, descubran su vocación de ser luz, sal y fermento en medio del mundo.”
La misión de la Iglesia corresponde a todos los bautizados según el carisma, el ministerio y la función que cada uno ha recibido. Las palabras de Jesús “Id al mundo entero y proclamad el Evangelio a toda la creación” (Mc 16, 15), se dirigen a todos los bautizados. Ya el Concilio Vaticano II nos enseñó que también los fieles laicos, incorporados a Cristo y a la Iglesia por el bautismo, están llamados a participar, según su condición, en la misión evangelizadora de todo el pueblo de Dios. No es una concesión de los pastores, sino un don y una llamada, que han recibido del mismo Señor en el bautismo. Es más; sin la implicación efectiva de los laicos no será posible la urgente tarea de la nueva evangelización de nuestra Iglesia y comunidades y menos aún de nuestra sociedad. Es la hora de los laicos.
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