Año de San José. Un intercesor, un apoyo y una guía en tiempos de dificultad
Hoy es 19 de marzo, solemnidad de San José. Se celebra el 19 de marzo desde que fuera introducido en el Calendario Romano en el pontificado de Sixto IV (1471-84). A partir de ese momento la devoción al santo fue adquiriendo cada vez más fuerza, hasta que se le dio la relevancia actual a partir de su declaración como patrono de la Iglesia Universal por el Beato Pío IX en 1870.
Nos encontramos en pleno Año de San José con motivo del 150 aniversario de esta declaración, después de que el Papa Francisco quisiera destacar su figura en la Carta Apostólica `Patris corde´ (Con corazón de padre). Se inició el 8 de diciembre de 2020 y concluirá el 8 de diciembre de este año.
Francisco indicó que se establece para “que todos los fieles siguiendo el ejemplo de San José, puedan fortalecer cotidianamente su vida de fe en cumplimiento pleno de la voluntad de Dios”. Para poder vivirlo y celebrarlo, Antonio Sanfélix, Delegado de Liturgia y Música Sacra, ha enviado diversos materiales a todos los sacerdotes y parroquias de la Diócesis.
`Patris corde´
El Papa explica en la carta que durante estos meses de pandemia «nuestras vidas están tejidas y sostenidas por personas comunes —corrientemente olvidadas— que no aparecen en portadas de diarios y de revistas, ni en las grandes pasarelas del último show pero, sin lugar a dudas, están escribiendo hoy los acontecimientos decisivos de nuestra historia». Entre otros, habla de todo el personal sanitario, de los empleados de los supermercados, de los transportistas, de los docentes, de las fuerzas de seguridad, de los sacerdotes y de las religiosas.
«Todos pueden encontrar en san José —el hombre que pasa desapercibido, el hombre de la presencia diaria, discreta y oculta— un intercesor, un apoyo y una guía en tiempos de dificultad», añade. El humilde carpintero desposado con María, «nos recuerda que todos los que están aparentemente ocultos o en “segunda línea” tienen un protagonismo sin igual en la historia de la salvación. A todos ellos va dirigida una palabra de reconocimiento y de gratitud».
Los rasgos de su paternidad son los que centran esta carta:
- Padre amado: por su papel en la historia de la salvación, es un padre que siempre ha sido amado por el pueblo cristiano.
- Padre en la ternura: por su angustia pasa la voluntad de Dios, su historia, su proyecto. Nos enseña que tener fe en Dios incluye además creer que Él puede actuar incluso a través de nuestros miedos, de nuestras fragilidades, de nuestra debilidad.
- Padre en la obediencia: en cada circunstancia de su vida supo pronunciar su “fiat”, como María en la Anunciación y Jesús en Getsemaní.
- Padre en la acogida: acogió a María sin poner condiciones previas, ya que confió en las palabras del ángel.
- Padre de la valentía creativa: Dios actúa a través de eventos y personas, y José era el hombre por medio del cual Dios se ocupó de los comienzos de la historia de la redención.
- Padre trabajador: era un carpintero que trabajaba honestamente para asegurar el sustento de su familia. De él, Jesús aprendió el valor, la dignidad y la alegría de lo que significa comer el pan que es fruto del propio trabajo.
- Padre en la sombra: siempre supo que el Niño no era suyo, sino que simplemente había sido confiado a su cuidado.
Indulgencias especiales con ocasión del Año Jubilar de San José
La Penitenciaria Apostólica publicó un Decreto por el que se concede el don de indulgencias especiales concedidas benévolamente durante el Año de San José. Éste se concede en las condiciones habituales (confesión sacramental, comunión eucarística y oración según las intenciones del Santo Padre) a los fieles que, con espíritu desprendido de cualquier pecado, participen en el Año de San José en las ocasiones y en el modo indicado por esta Penitenciaría Apostólica.
Casos para la obtención de la Indulgencia plenaria
- A aquellos que mediten durante, al menos, 30 minutos en el rezo del Padre Nuestro, o que participen en un retiro espiritual de al menos un día que incluya una meditación sobre San José, porque él, como auténtico hombre de fe, nos invita a redescubrir nuestra relación filial con el Padre, a renovar nuestra fidelidad a la oración, a escuchar y responder con profundo discernimiento a la voluntad de Dios.
- A aquellos que, siguiendo el ejemplo de San José, realicen una obra de misericordia corporal o espiritual. El Evangelio atribuye a San José el título de «hombre justo» (cf. Mt 1,19): él, guardián del «íntimo secreto que se halla en el fondo del corazón y del alma»[1], depositario del misterio de Dios y, por tanto, patrono ideal del foro interior, nos impulsa a redescubrir el valor del silencio, de la prudencia y de la lealtad en el cumplimiento de nuestros deberes.
- El aspecto principal de la vocación de José fue ser custodio de la Sagrada Familia de Nazaret, esposo de la Santísima Virgen María y padre legal de Jesús. Para que todas las familias cristianas sean estimuladas a recrear el mismo clima de íntima comunión, amor y oración que se vivía en la Sagrada Familia, por ello se concederá la Indulgencia Plenaria por el rezo del Santo Rosario en las familias y entre los novios.
- A todo aquel que confíe diariamente su trabajo a la protección de San José y a todo creyente que invoque con sus oraciones la intercesión del obrero de Nazaret, para que los que buscan trabajo lo encuentren y el trabajo de todos sea más digno.
- A los fieles que recen la letanía de San José en favor de la Iglesia perseguida ad intra y ad extra y para el alivio de todos los cristianos que sufren toda forma de persecución.
- A los fieles que recen cualquier oración o acto de piedad legítimamente aprobado en honor de San José, por ejemplo «A ti», oh bienaventurado José», especialmente el 19 de marzo y el 1 de mayo, el 19 de cada mes y cada miércoles, día dedicado a la memoria del Santo.
En el actual contexto de emergencia sanitaria, el don de la indulgencia plenaria se extiende particularmente a los ancianos, los enfermos, los moribundos y todos aquellos que por razones legítimas no pueden salir de su casa.
Patrono de los seminarios
El 25 de febrero, D. Casimiro nos dirigía una carta con motivo del Día del Seminario 2021, que en nuestra diócesis se celebrará el 21 de marzo. En ella explica la importancia de san José, “fundamental en la vida de todo cristiano y, en especial, es modelo de entrega para los sacerdotes y seminaristas de todo el mundo”. Nuestro Obispo nos exhorta a pedirle “que vele por aquellos que quieren ser formados según el corazón sacerdotal de Cristo y por sus formadores”. “Nos urge orar con más intensidad, si cabe, para que niños, adolescentes y jóvenes escuchen y acojan la llamada de Dios al sacerdocio”.