Los profesores de Religión se reúnen con Raquel Pérez, Secretaria de la Comisión para la Educación y Cultura de la CEE
En la tarde de ayer, nuestro Obispo, D. Casimiro, y el profesorado de Religión y Moral Católica de la Diócesis de Segorbe-Castellón, convocado por Mauro Soliva, Delegado diocesano para la Enseñanza, mantuvo un encuentro con Raquel Pérez Sanjuán, Secretaria Técnica de la Comisión de Educación y Cultura de la Comisión Episcopal Española, que habló de la educación y de la enseñanza, así como de la aplicación y el desarrollo legislativo de la nueva Ley Educativa, la LOMLOE en relación a la asignatura de Religión.
Recordando las palabras de Jesús a sus discípulos, «sabed que yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo», D. Casimiro exhortó a los docentes a no desanimarse ante las dificultades, pues “Él ha resucitado y está con nosotros, y la fuerza del Espíritu nos acompaña, nos alienta, nos consuela, nos envía una y otra vez a la misión”.
Para ello, continuó, “hay que caminar juntos y unidos en comunión para la misión, cada uno donde esté”, indicando la necesidad de alimentar constantemente nuestra fe, “para entre nosotros apoyarnos en la dificultad, son tiempos difíciles pero apasionantes si creemos de verdad que el Señor resucitado ha vencido a la muerte y al pecado, y al final triunfará el bien”.
Por otra parte, el Obispo les presentó su Carta Pastoral con motivo del Año Jubilar por los 775 años de la sede episcopal en Segorbe, incidiendo en que “hemos de mirar agradecidos a Dios, que nos ha elegido para ser Diócesis, porción del Pueblo de Dios, sin Él no seríamos nada, sin la presencia del Espíritu no podríamos llevar a cabo la misión que brota de la muerte y de la resurrección del Señor”.
Entrevista a Raquel Pérez Sanjuán, Secretaria Técnica de la Comisión de Educación y Cultura de la Comisión Episcopal Española
¿Cuál es el motivo de la visita a nuestra Diócesis?
Es una invitación de D. Casimiro a través de su Delegado diocesano de Enseñanza, Mauro Soliva, para participar en la Jornada de Formación del Profesorado de Religión. Unas jornadas que, por otra parte, son habituales en todas las Diócesis, de hecho se suelen hacer una vez al trimestre, y en esta ocasión tiene especial interés dado el momento educativo que estamos viviendo con la promulgación de la nueva Ley (LOMLOE) y todo lo que implica respecto a la renovación de los currículos de Religión Católica.
Fundamentalmente, mi participación lo es para compartir el proceso vivido desde la Comisión Episcopal para la Educación y la Cultura, y también poder contar cuáles son los elementos clave de este nuevo currículo de Religión Católica que va a ser dado a conocer en breve.
¿Y se puede adelantar alguno de esos elementos del nuevo currículo?
Sí. Lo que va a ser la estructura del currículo. Va a ser un currículo competencial porque es a lo que nos obliga la legislación y que vemos que es positivo y favorable porque nos permite hacer una aportación de la Religión Católica a ese perfil de salida del alumno y esa estructura básica la vamos a adelantar porque es conocida por cuanto se han difundido ya otros currículos de otras materias de primaria. Se puede decir que va a haber unas competencias específicas, unos descriptores de esas competencias, unos criterios de evaluación, los saberes básicos van a tener contenidos, actitudes y destrezas que van a ir intercalados, así como las situaciones de aprendizaje que están sin desarrollar.
Obviamente tendremos nuestra fuente epistemológica, que va a ser la teología, y ciertamente atenderemos al diálogo con las otras asignaturas, áreas y materias como compromiso que salió del Foro “Hacia un nuevo currículo”, junto con la sostenibilidad, la casa común a la que estamos llamados por “Laudato si” o “Frateli tutti» a
través del Magisterio del Papa Francisco, así como el Pacto Educativo Global que lo tenemos como horizonte eclesial, y también el horizonte civil por lo que marca la LOMLOE hacia el desarrollo sostenible, el trabajo en la mejora y la mirada a un mundo globalizado e interdependiente, también el marco de la Unión Europea y otros documentos de UNESCO y Naciones Unidas, que son en los que nosotros también nos fijamos.
¿Cuál es el estado de ánimo del profesorado de Religión Católica?
Nosotros, desde la CEE no tenemos contacto directo con el profesorado, pero es cierto que las Delegaciones de Enseñanza nos trasladan la incertidumbre del profesorado que lleva muchísimos meses viviendo esta situación. Es verdad que cada reforma legislativa o cada nueva legislación se vive con cierta preocupación, y el proceso vivido estos meses atrás ha sido un poco el mismo que en situaciones anteriores.
Si que es verdad que esta incertidumbre, en ciertos momentos, no ha estado justificada en los elementos reales que se iban promulgando, pero a día de hoy, lo único que conocemos y que está publicado es la LOMLOE, los Reales Decretos no están promulgados, de hecho lo que conocemos son borradores y pueden cambiar, por consiguiente entendemos los momentos de incertidumbre y preocupación pero desde el Secretariado tenemos esperanza y confiamos en el diálogo. De hecho hemos visto hechos reales en que ha habido diálogo en la parte técnica una vez se promulgó la LOMLOE, y habido un trabajo conjunto con la Dirección General de Ordenación Académica y de
Evaluación, hemos trabajado mano a mano con el Ministerio, nos han pasado la documentación que necesitábamos para hacer unos currículos adecuados, y en ese sentido no podemos tener queja ya que el trabajo ha sido grato y de colaboración, por lo que podemos decir que estamos en una buena sintonía, expresada también por la nueva Ministra, Pilar Alegría, y expresado también por las autoridades de la CEE.
¿Cuál es la labor educativa de la Iglesia?
¿Qué no tiene dimensión formativa en la Iglesia?, el quehacer de la Iglesia es educativo, y transformador de la persona y de la realidad, y esa dimensión social y humana siempre van unidas y toda acción de la Iglesia es humanizadora por la llamada al reino de Dios. Más específicamente tenemos colegios de identidad cristiana, algunos de los cuales tienen un carisma específico porque la titularidad es de algún instituto religioso con carisma particular, las Diócesis también titulan colegios parroquiales y diocesanos.
Todo esto es una riqueza porque disponemos de una red de centros educativos donde vivimos un ideario cristiano, y esto es una gran potencialidad para la Iglesia pero lo es también para la sociedad. A nivel de educación superior hay un panorama muy parecido, pues disponemos de más de 30 escuelas de formación del profesorado en el territorio español con identidad cristiana, y tenemos universidades católicas en un número más elevado al que tienen otros países.
Mirando el conjunto la labor educativa de la Iglesia en España es enorme y con un gran potencial que ojalá podamos desarrollar más. A nivel educativo la LOMLOE da libertad a los centros para poder desarrollar líneas y materias específicas, así que nosotros invitamos a aprovechar esta oportunidad, porque ahora sí que podemos poner subrayados y tener acentos propios que nos permite la Ley y que en otros momentos no hemos tenido. Así que aprovechemos la oportunidad para hacer centros más transformadores, más implicados en la realidad, más implicados con las familias, donde los elementos de identidad cristiana a los que estamos llamados en cada contexto se puedan poner de relieve, atendiendo a la realidad concreta.
¿Cuál es el futo a corto medio plazo de la educación en Religión Católica en España?
El deseo, al menos por nuestra parte, es dignificar la asignatura, trabajar para que sea una asignatura con pleno sentido en la escuela, que sea entendida en su dignidad académica, que esté dotada de un buen currículo, de unos buenos profesores, que lo están y además es un colectivo muy motivado a la innovación porque han sufrido muchos cambios y se han ido adaptando plenamente a ellos, y que sea reconocida como una asignatura más en el marco escolar que es a lo que aspiramos y que no sea una asignatura que siempre esté cuestionada o puesta en duda.
Ojalá hagamos un camino de poder demostrar con los hechos que la enseñanza religiosa escolar tiene pleno sentido en nuestra sociedad, y con esa dimensión confesional, porque la confesionalidad no quita ni pone nada más que el poder reconocer que es esa dimensión que no es meramente cultural, sino que hay una comunidad creyente que está sosteniéndola, y además es parte de la formación integral que deseamos para nuestras niñas y niños.