La Sagrada Familia acoge la celebración de la Jornada Mundial de los pobres
Fue ayer tarde en un ceremonia que presidió nuestro Obispo
La Jornada en nuestra Diócesis estuvo organizada la Pastoral Caritativa-Social de nuestra Diócesis, integrada por todas las entidades que prestan su servicio a los pobres, desfavorecidos y marginados. Fieles a la llamada del Santo Padre de tomar conciencia de la realidad que vive cada persona en situación de pobreza, exclusión y necesidad, al tiempo que que estamos sumergidos en la fase diocesana del sínodo de los Obispos, la Pastoral Caritativa-Social organizó esta Jornada con una celebración Eucarística que se celebró ayer tarde y estuvo presidida por D. Casimiro.
Durante la homilía nuestro Obispo hizo hincapié en el lema de esta Jornada: «a los pobres los tenéis siempre con vosotros” del evangelio de Marcos (14,7). Unas palabras que pronunció Jesús en el contexto de una comida en Betania, en casa de Simón, unos días antes de la Pascua. Una mujer entró con un frasco de alabastro lleno de un perfume muy valioso y lo derramó sobre la cabeza de Jesús. Ante el intento de afear el gesto de la mujer intervino el propio Jesús que reconoció ante todos que aquella mujer había hecho una buena obra con Él. Y D. Casimiro, advirtiendo las palabras del papa Francisco en su mensaje para esta Jornada, tal y como nos indicaba en su carta semanal, nos recordaba que «Jesús es el más pobre de los pobres y el rostro de Dios que Jesús revela es el de un Padre para los pobres y cercano a ellos: un Padre misericordioso que ofrece esperanza sobre todo a los más pobres».
Los pobres, dijo nuestro Obispo «son un signo concreto de la presencia de Jesús entre nosotros ya que Él mismo se identificó con los pobres», tal como nos recuerda el evangelio de Mateo (25,40): “Cada vez que lo hicisteis con uno de estos, mis hermanos más pequeños, conmigo lo hicisteis”.
Para la Pastoral Caritativa y Social, tanto la Jornada Mundial de los Pobres como la fase diocesana del Sínodo de los Obispos son una nueva oportunidad para reflexionar sobre cómo peregrinamos como Iglesia, al tiempo que nos invita a cuestionarnos sobre cuál es el nivel de participación de las personas más pobres en los espacios de reflexión, toma de decisiones y celebración. En un contexto social en el que las personas en situación de exclusión aún viven con mayores dificultades y con un horizonte precario, el papel de la comunidad cristiana es fundamental. Por ello se van a formar grupos de trabajo que se reunirán con carácter mensual y ya en marzo-abril de 2022 celebrarán una jornada de trabajo para poner en común todas las aportaciones.