El pasado domingo 13 de octubre, los feligreses de las parroquias de La Vall d’Alba, La Barona, La Pelejana, Benlloch y Vilanova d’Alcolea se reunieron en la ermita de Ntra. Sra. del Adyutorio de Benlloch para rezar el Santo Rosario, respondiendo así al llamado de nuestro Obispo, D. Casimiro, a orar por la paz en todas las parroquias, lugares y comunidades la Diócesis de Segorbe-Castellón.
El encuentro formó parte de las actividades que estas parroquias organizan a lo largo del curso para fomentar la fraternidad, compartir experiencias y fortalecer su fe en comunidad. La jornada finalizó con una merienda popular.
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Los feligreses de las parroquias de Onda también respondieron al llamado del Obispo y del Papa Francisco para unirse en oración y ayuno, implorando el don de la paz ante las crecientes tensiones globales. En este contexto, rezaron el Santo Rosario acompañados por la imagen de la Virgen del Rosario.
Mons. Casimiro López Llorente, ha presidido también la Eucaristía en el camposanto
La celebración de la Solemnidad de Todos los Santos se ha trasladado esta tarde a Segorbe. El camposanto de la capital del Alto Palancia ha acogido a primera hora de la tarde el rezo del Santo Rosario.
D. Casimiro, junto al Cabildo Catedral, D. Federico Caudé, el Rvdo. José Manuel Beltrán, y el secretario, D. Ángel Cumbicos, han elevado oración a la Santísima Virgen a través de los Misterios Gloriosos, teniendo muy presentes a los fieles de Segorbe, así como a todos los de la comarca.
El rezo se ha celebrado, como suele ser tradicional, recorriendo todas las calles del camposanto. A continuación, D. Casimiro ha presidido la Eucaristía en la que ha recordado el significado de la celebración hoy, en la que la Iglesia recuerda a todos aquellos que nos han precedido en la santidad, tanto los que han sido reconocidos por la Iglesia, «sino también a tantos y tantos de toda raza, pueblo y nación, que siguiendo las huellas del Cordero han alcanzado la santidad, la perfección del amor para participar del amor que es Dios para siempre».
El Obispo ha recordado que «el Señor está presente como el Señor de vivos y no de muertos, que quiere ofrecernos la vida misma de Dios para participar para siempre del gozo, de la alegría». Así se ha referido a la vida eterna como «una vida para siempre gozando de la visión de Dios, que es amor, que cura todos nuestros deseos, que completan nuestro deseo de ser felices para siempre». «Es el único capaz de colmar esa ansia de infinitud, de felicidad, de plenitud que todos llevamos dentro de nuestro corazón», ha concluido.
El mes de octubre es el mes del Rosario. Hay quien piensa que su rezo es algo trasnochado, quizá por la forma rutinaria, distraída y superficial con que a veces se hace. Cierto que hay que mejorar su rezo, pero nunca dejarlo de rezar, en particular, en comunidad o en familia. Porque su rezo sosegado y atento es una oración que nos lleva a Cristo y a contemplar de manos de Maria el rostro de su Hijo: es una oración eminentemente cristológica.
El Rosario es además una oración sencilla y profundamente evangélica: es un ‘compendio de todo el Evangelio’ (Pío XII). Rezado con fe, devoción y atención nos lleva a conocer a Cristo, sus palabras y sus obras salvadoras a través de los misterios de gozo y de luz, de dolor y de gloria. Desde los misterios del Rosario llegamos al Misterio del Hijo de Dios, encarnado, muerto y resucitado para la Vida del mundo. El rezo del Rosario, bien hecho, es anuncio de Cristo Vivo y nos lleva al encuentro personal y comunitario con Él. Con la Virgen María podemos aprender a contemplar y experimentar la hondura y la anchura del amor de Cristo desde todo el Evangelio. Las mismas oraciones principales están tomadas del Evangelio: el Padrenuestro, la oración que Jesús enseño y mandó hacer a sus discípulos; el Avemaría, con que saludamos a la Virgen con las palabras del ángel Gabriel y de su prima Isabel, y pedimos su intercesión en el presente y en el paso definitivo a la vida eterna. Al finalizar cada misterio, invocamos y alabamos a Dios Uno y Trino, al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo.
El Rosario es fuente de gracia y de santidad para todos. Nos abre y dispone a la gracia de Dios. Es fuente de comunión con Dios mediante la comunión con Cristo en la contemplación de sus misterios; y es fuente de comunión con los hermanos en Cristo al ofrecer su rezo por alguna necesidad propia o ajena.
El Rosario se encuadra perfectamente en el camino espiritual de nuestra Iglesia diocesana, llamada a ser misionera con la mirada y el corazón puestos en el Señor. Nuestra principal tarea en este curso se centra en el Primer Anuncio. Es decir, en anunciar con obras y palabras a Cristo Vivo, que ha muerto y resucitado para que todo el que crea en Él tenga vida en plenitud, la vida eterna. Un Anuncio que invite a cada persona a encontrarse o reencontrase con el amor de Dios, manifestado y ofrecido en Jesucristo; un encuentro que mueva a establecer o fortalecer una relación personal con Cristo Vivo y a orientar la vida según el Evangelio en el seno de la comunidad de los creyentes. Entre todos los bautizados hemos de promoverlo mediante la manifestación explícita de la fe y el anuncio del Evangelio para facilitar a todos el encuentro personal, transformador, liberador y salvador con Cristo.
El Primer Anuncio ha de hacerse a todos, también a creyentes y practicantes. Es el fundamento de la vida de todo bautizado: es el anuncio que siempre hay que volver a escuchar de una forma o de otra a lo largo de la vida de todo cristiano. La base indispensable para ser cristiano es el bautismo, por el que renacemos a la Vida misma de Dios; pero esta nueva Vida pide ser acogida y vivida en el encuentro personal con el Señor resucitado, que vaya transformando el corazón y lleve a una adhesión de mente, de corazón y de vida a Cristo y su Evangelio.
El papa Francisco, citando a Benedicto XVI, nos recuerda: “No se comienza a ser cristiano por una decisión ética o una gran idea, sino por el encuentro con un acontecimiento, con una Persona, que da un nuevo horizonte a la vida y, con ello, una orientación decisiva” (EG 7). Este encuentro personal con Cristo no se da de una vez para siempre, sino que hay que mantenerlo vivo día a día para que no decaiga nuestra condición de bautizados, llamados a ser discípulos misioneros del Señor, cada cual según su vocación, ministerio y carisma: como presbíteros, diáconos, religiosos o seglares, matrimonios o familias cristianas. Este encuentro personal con Cristo vivo irá generando, con la ayuda del Espíritu Santo, comunidades de discípulos misioneros que ayuden a otros a su encuentro con Cristo Vivo.
Son muchos los lugares y ámbitos donde Cristo Vivo es anunciado y sale a nuestro encuentro. Especialmente en la lectura y proclamación de su Palabra, de modo único en la Eucaristía, en la oración personal y comunitaria, en cada hombre y en cada acontecimiento, y en las distintas expresiones de la piedad popular, entre las que destaca el Rosario. Recuperemos su rezo en privado, en comunidad y en las familias.
El pasado domingo 17 de septiembre, los jóvenes del Camino Neocatecumenal procedentes de distintas parroquias de la Diócesis se dieron cita en el Convento de las Hermanas de la Sagrada Familia de Nazaret, en Benicàssim, con el fin de rezar juntos el Santo Rosario por las dificultades que atraviesa la sociedad, las familias, la juventud y las Missio ad gentes.
Un grupo de unos 45 jóvenes de la parroquia de la Santísima Trinidad de Castellón reza por una missio ad gentes de Finlandia, otro de Santo Tomás de Castellón reza por otra misión de Ucrania, y un último grupo de Nuestra Señora de la Merced de Burriana por una de Hungría.
Estos jóvenes rezan el Rosario, de forma individual y diariamente, delante del Santísimo, pero un domingo al mes se reúnen para rezarlo juntos, también ante el Santísimo. En esta ocasión se han reunido los tres grupos por el inicio de este nuevo curso.
Las missio ad gentes
En 2006, Benedicto XVI envió las primeras 7 missio ad gentes. Cada una de ellas está constituida por un sacerdote, acompañado de 4-5 familias con varios hijos. A petición del obispo, la familia recibe el mandato de evangelizar zonas descristianizadas o paganas, con la misión de hacer presente una comunidad cristiana en la que “sean perfectamente uno para que el mundo crea”.
El «Rosario Mundial de Mujeres» que está recorriendo diferentes ciudades en España, ha llegado hoy a Castellón donde al menos 150 personas, especialmente mujeres, se han unido en oración en la plaza Mayor, frente a la Concatedral de Santa María.
La convocatoria ha coincidido con la fiesta de la Virgen de Fátima, que se celebra hoy. Esta iniciativa que hoy ha tenido lugar en Castellón tiene su razón de ser por cuanto, según las organizadoras, en el mundo de hoy «el el relativismo ideológico y la degradación se manifiestan de manera pública y social». Por ello, convencidas de que «la mejor arma para combatir al enemigo es la fe Católica y la devoción ferviente al Santo Rosario» han impulsado y secundan la iniciativa.
Movidas por su fe católica, se unen en oración que les ayuda a mostrar la vocación maternal que Dios les ha otorgado en contraposición «con otras manifestaciones de los derechos de la mujer defendidos por el feminismo, que no sólo no representa a la mayoría de mujeres, sino que hacen creer que la sociedad acepta estos supuestos derechos».
Como mujeres «defensoras de la vida, la familia y la maternidad» se unen «en profunda devoción por el camino trazado por Nuestra Reina celestial, para expresar la libertad de fe y la firme convicción a la que hemos sido llamadas».
El Rosario se ha ofrecido: – Por la Santa Iglesia Católica, por el papa, obispos, sacerdotes y religiosos del mundo para que sean fieles al mensaje de Jesucristo y así muestren a los hombres el camino de salvación. Lo ofrecemos también por el aumento de vocaciones santas. – Por las familias, para que el amor mutuo sea un testimonio del amor de Cristo en medio de ellas. – Por los niños y jóvenes para que encuentren en Jesucristo de mano de María, la Verdad que los guie, el Camino para alcanzar sus ideales más profundos y la Vida para vivirla en plenitud. – Por el fin del aborto y el respeto a la vida desde la concepción hasta la muerte natural. – Por los enfermos para que tengan salud física y espiritual y Dios les conceda fortaleza para superar su prueba – Por la paz en el mundo, en cada hogar y en cada corazón para que todos comprendamos que para lograr la verdadera paz, necesitamos encontrarnos con Jesús. – Por las benditas almas del purgatorio, que brille para ellas la luz perpetua y descansen en la paz de Dios. – Por la conversión de los que rechazan a Dios. – Por nuestra propia conversión y la perseverancia final. – Por el triunfo del Inmaculado Corazón de María y el Sacratísimo Corazón de Jesús
Palabras de Mons. Casimiro López en la Jornada por la Vida
La Virgen Peregrina de los Desamparados acoge la oración por la vida de la Diócesis en la Basílica de Lledó
Ayer tarde, la ciudad de Castellón acogía a la Mare de Déu dels Desamparats coincidiendo con la Jornada Diocesana por la Vida. Además, la celebración de ayer coincidía, en el calendario litúrgico, con la Anunciación del Señor, día de la concepción de la Virgen María, a nueve meses de dar a luz al Unigénito, el Hijo de Dios, el Salvador.
No en vano, la Iglesia celebra en este día la Jornada en defensa de la Vida teniendo como modelo a María, concebida sin pecado original, pura y sin mancha, y elegida por Dios para ser la Madre de su hijo. Tal día como ayer, hace más de dos mil años, todo cambió gracias al «SÍ» de María.
Así lo hizo constar Mons. Casimiro López Llorente, durante la Eucaristía previa a la Vigilia de Oración poniendo a María como modelo en su lucha contra el pecado y la tentación. Ejemplo de santidad y pureza, que llevó a cabo la voluntad de Dios a pesar de las dificultades y desafíos que tuvo que enfrentar.
A las 20h de la tarde daba comienzo la Vigilia de Oración por la Vida que, organizada por la Delegación Diocesana para la Familia y la Defensa de la Vida, unió en torno al rezo del Santo Rosario a diferentes movimientos, asociaciones y fieles.
Cada uno de los Misterios del Rosario estuvo precedido de la correspondiente meditación por parte de representantes de los grupos participantes: Equipos de nuestra Señora , Comunidad de las Bienaventuranzas, grupos de matrimonios, las Hernanas de la S. F. de Nazaret, representantes de 40dias por la Vida, y también de Pro vida. En la Vigilia también participó la Pastoral de la Salud.
Primer Misterio: LA ENCARNACIÓN DEL HIJO DE DIOS.
“Concebirás y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús” Lc. 1, 31
María se turbó con las palabras del Ángel, pero a su vez se fio, y se regocijó por cumplir la voluntad de Dios. Acogió en su seno al Salvador, como toda criatura, que desde el mismo instante de su concepción es una nueva vida creada por Dios, a su imagen y semejanza, creada por amor y para amar.
Eliminar una vida humana, un embrión o feto, es una grave equivocación, nunca es solución para un problema. Las leyes que promueven el aborto, son injustas, puesto que no amparan ningún bien, lo que hacen es legalizar la muerte de personas indefensas e inocentes. El hombre no puede decidir, por sí mismo, quién puede vivir y quién no, no podemos suplantar el acto amoroso de Dios que nos dice: “Antes de haberte formado yo en el seno materno, te conocía, y antes que nacieses te tenía consagrado” (Jr.1,5).
Se rezó, por intercesión de María, para que el Espíritu nos enseñe el valor sagrado de la vida humana desde el instante de su concepción; que las madres gestantes acojan con generosidad la vida naciente y encuentren los medios necesarios para superar aquellas dificultades que encuentren; que los sanitarios cuiden cada vida puesta a su cuidado y tengan la fortaleza de objetar en conciencia para no convertirse en cooperadores de la muerte; que los gobernantes dicten leyes que protejan la vida humana; y que la Iglesia, nuestra Madre, cumpla con libertad su misión de promover el evangelio de la vida.
2º Misterio: LA VISITACIÓN DE NUESTRA SEÑORA A SU PRIMA SANTA ISABEL
“María partió y fue sin demora a un pueblo de la montaña de Judá. Entró en la casa de Zacarías y saludo a Isabel.” Lc. 1, 39-40
Muchas veces las personas tienes que salir de su tierra, por necesidad, por voluntad de conseguir unas mejores condiciones para su familia, para evitar poner en peligro sus vidas, porque son perseguidos. Los inmigrantes y refugiados, deben ser cuidados y acogidos, como hermanos, respetando la propia dignidad vital que nos hace iguales. Como dice el Papa Francisco: “La guerra es el suicidio de la humanidad, porque mata el corazón. La guerra viene del odio, de la envidia, del deseo de poder”, la guerra no soluciona ningún problema, sino que genera sufrimiento y miseria.
La oración, por intercesión de María, se elevó para que nos enseñe a acoger y acompañar a aquellos hermanos que huyen de sus tierras por las presiones políticas, jurídicas, económicas o bélicas; que buscan en una nueva tierra óptimas condiciones de desarrollo; que la prueba a la que se ven sometidos sea superada con la alegría de una buena acogida; que sus ansias de justicia y libertad se vean colmadas con la pronta reconciliación y la paz verdadera; que se ponga fin a todas las causas que obligan a estos traslados, que el Espíritu Santo conquiste los corazones de aquellos que tienen el poder para parar el terrorismo, las guerras, las persecuciones y sean capaces de dialogar y velar por el bien de quienes sufren.
Tercer Misterio: EL NACIMIENTO DEL HIJO DE DIOS EN BELÉN
“Gloria a Dios en las alturas, y en la tierra, paz a los hombres amados por él” Lc. 2, 14
Ayer hace 28 años promulgaba, San Juan Pablo II, la Encíclica Evangelium Vitae, allí nos decía: “el suicidio es siempre moralmente inaceptable (…). La tradición de la Iglesia siempre lo ha rechazado como decisión gravemente mala.(…) el suicidio, bajo el punto de vista objetivo, es un acto gravemente inmoral, porque comporta el rechazo del amor a sí mismo y la renuncia a los deberes de justicia y de caridad. (…) constituye un rechazo de la soberanía absoluta de Dios sobre la vida y sobre la muerte”. ¡Cuánta desolación y tristeza debe pasar por las mentes de aquellos que no ven otra salida más allá de la muerte y deciden suicidarse!. Y ese dolor, se extiende a los familiares y seres queridos, que dejan huella de desolación difícil de borrar, por no haberse dado cuenta de la gravedad de la situación y por ello no haber sido capaces de evitar el desastre.
Se oró, por intercesión de María, por los familiares y amigos de las personas que se han suicidado para que contemplando a Cristo recién nacido, reciban el consuelo y la paz en medio de su dolor; que nuestros jóvenes no vean como salida a su situación, por difícil que sea, el suicidio, sino que nos encuentren abiertos a colaborar y encontrar soluciones a los problemas que les afectan y que no saben como superar; que aquellos que se encuentren en situaciones vitales que no saben como resolver, en la oscuridad, en la tribulación, que la misericordia de Dios les guié a una solución asumible y que encuentren la paz sin necesidad de morir.
4º Misterio: LA PRESENTACIÓN DEL NIÑO JESÚS EN EL TEMPLO.
“Simeón lo tomó en sus brazos y alabó a Dios, diciendo: ”Ahora, Señor, puedes dejar que tu servidor muera en paz, como lo has prometido…” Lc. 2, 28-29
En nuestra sociedad se está empezando a desvirtuar el papel de las personas mayores, estos molestan, se reformula su papel y su importancia, son apartados en muchas ocasiones de los entornos familiares, separados de los suyos. Debemos poner en valor estas vidas, que nos han dado la nuestra, puesto que con su cooperación generosa y fiel en la obra divina nos han transmitido la vida que hemos recibido. Su contribución vital en los ámbitos social y eclesial es fundamental e insustituible, por lo que deben tener un papel protagonista, donde su voz sea escuchada y respetada. Simeón, anciano justo y piadoso, alcanzó su plenitud al tener en sus manos a Jesús, su vida cumplió su finalidad con ello, que nuestros mayores acojan con la misma gratitud el fin de sus días, y que sus familiares estén preparados para vivir esta mudanza de este mundo con la esperanza de un reencuentro en la eternidad.
Se elevó oración, por intercesión de María, para que acojamos a los mayores como tesoros de experiencia y sabiduría, para que ayuden a los jóvenes a mirar el futuro con esperanza y responsabilidad; que las familias tengan el suficiente apoyo, y en su caso, ayudas, para prestar un cuidado adecuado a los ancianos, para que sean atendidos cuidando su dignidad humana; que llegados al fin de sus días sus familiares lo vivan desde la esperanza y no desde la desesperación.
5º Misterio: EL NIÑO PERDIDO Y HALLADO EN EL TEMPLO.
“Al tercer día, lo hallaron en el Templo en medio de los doctores de la Ley, escuchándolos y haciéndoles preguntas. Y todos los que lo oían estaban asombrados de su inteligencia y sus respuestas” Lc. 2, 47-47.
El papa Benedicto XVI subrayó la necesidad de tener “valor para decir con claridad que la eutanasia es una falsa solución al drama del sufrimiento, una solución que no es digna del hombre. La verdadera respuesta no puede ser la de provocar la muerte, por dulce que sea, sino testimoniar el amor que ayuda a afrontar el dolor y la agonía de modo humano”. Es moralmente inaceptable, cualquiera que sean los motivos y los medios, la eutanasia directa poniendo fin a la vida de personas disminuidas, enfermas o moribundas.
Por intercesión de María, se rezó para obtener las fuerzas necesarias para ofrecer el sufrimiento de la enfermedad; que las leyes no impongan ni ofrezcan como derecho y solución la muerte que sólo Dios puede decidir; que valoremos nuestra vida como un don del que no podemos disponer; que los sanitarios no colaboren poniendo fin a la vida humana; que los cuidados paliativos no se conviertan en un ensañamiento terapéutico ni en una eutanasia encubierta; que obremos rectamente al dictar nuestro testamento vital para llegado el momento se actúe en consecuencia con nuestra voluntad.
La Mesa por la Vida organiza un acto «en favor de la vida»
La Iglesia celebra hoy la festividad de los Santos Inocentes. La liturgia del día nos recuerda a través de san Mateo, el hecho violento que desató el nacimiento de Jesús.
Evangelio según san Mateo (2,13-18):
Cuando se marcharon los magos, el ángel del Señor se apareció en sueños a José y le dijo: «Levántate, coge al niño y a su madre y huye a Egipto; quédate allí hasta que yo te avise, porque Herodes va a buscar al niño para matarlo.» José se levantó, cogió al niño y a su madre, de noche, se fue a Egipto y se quedó hasta la muerte de Herodes. Así se cumplió lo que dijo el Señor por el profeta: «Llamé a mi hijo, para que saliera de Egipto.» Al verse burlado por los magos, Herodes montó en cólera y mandó matar a todos los niños de dos años para abajo, en Belén y sus alrededores, calculando el tiempo por lo que había averiguado de los magos. Entonces se cumplió el oráculo del profeta Jeremías: «Un grito se oye en Ramá, llanto y lamentos grandes; es Raquel que llora por sus hijos, y rehúsa el consuelo, porque ya no viven.»
La fiesta popular que se celebra en la actualidad nada tiene que ver con el origen cristiano de esta festividad que narra la matanza de todos los niños nacidos en Belén, menores de dos años con el objetivo de deshacerse de Jesús de Nazaret. La masacre de los Santos Inocentes, de la que hoy guardamos memoria, fue el resultado de que el rey Herodes simplemente no pudo aceptar el nacimiento de Jesús, al que tomó erróneamente por un aspirante a este trono. Tristemente, en el momento actual, el Evangelio sigue siendo incómodo para muchos en el mundo y harían cualquier cosa para silenciar su voz, de hecho la Fundación Pontificia, Ayuda a la Iglesia Necesitada, que apoya a la Iglesia católica en su labor evangelizadora, nos sigue recordando la cantidad de cristianos que son perseguidos en todo el mundo.
Hoy en nuestra Diócesis, la Mesa por la Vida ha organizado un encuentro en la Capilla de la Sangre en favor de la vida. incluye el rezo del Santo Rosario (18.15h), la celebración de una Eucaristía (19h) y un concierto Navideño (20h).
También otras parroquias, como es el caso de El Salvador, frente a la UJI en Castellón, celebrarán una Eucaristía en favor de la vida.
Ante la aprobación de legislaciones que debilitan la defensa de la vida
Con presencia de las diócesis de Segorbe-Castellón, Orihuela-Alicante, Mallorca, Menorca e Ibiza, además de Valencia
Más de 2.000 personas participaron este viernes, 14 de octubre, en el rezo del Santo Rosario a favor de la vida celebrado en la Plaza de la Virgen de Valencia y convocado por los obispos de la Provincia Eclesiástica Valentina, que integra a las tres diócesis de la Comunidad Valenciana y las tres de las Islas Baleares.
El público asistente se mantuvo de pie durante el desarrollo del acto, que comenzó a las 20:30 horas y terminó cerca de las 22 horas, con total devoción a la Virgen de los Desamparados, cuya imagen peregrina presidió la celebración.
En los minutos finales, nuestro Obispo, D. Casimiro López Llorente, en representación de los prelados de la Provincia Eclesiástica y del resto de organizadores, felicitó al cardenal Antonio Cañizares por su cumpleaños, que se celebra hoy sábado, día de Santa Teresa de Jesús en el que cumple 77 años.
Tras la felicitación, tanto el público como los organizadores cantaron el ‘Cumpleaños feliz’ al cardenal, y todos los asistentes le dedicaron un fuerte aplauso. El acto finalizó con el canto del Himno de la Coronación.
Un ámbito de la defensa de la vida para cada diócesis
Durante el rezo del Rosario, cada diócesis se encargó de la defensa de una temática diferente en defensa de la vida. Por ello, cada uno de los cinco misterios se centró en distintos ámbitos como el aborto, la eutanasia, la violencia (ocasionada por la guerra, el terrorismo, los homicidios y suicidios), la vida frente al hambre y las enfermedades que serían curables con nuestra ayuda y no son atendidas, y la formación en la defensa de la vida, en la clase de Religión y Moral Católica.
En la oración, convocada ante la reciente aprobación por el Parlamento de legislaciones que debilitan la defensa de la vida, además de los obispos participaron representantes de las distintas entidades y asociaciones valencianas que trabajan a favor de la vida y de la libertad religiosa. Además, la organización contó con la implicación de las delegaciones de Familia y Vida, Enseñanza y Pastoral de la Salud.
Se celebró ayer tarde en la capilla de Santa Bernardita en el contexto de la peregrinación de la Hospitalidad Diocesana
Hoy, a las 9,30h de la mañana, nuestro Obispo presidirá la Misa Internacional en la Basílica de San Pío X
Ayer tarde se celebró, en la Capilla de Santa Bernardita, en el Santuario de Nuestra señora de Lourdes la eucaristía con «Unción de Enfermos» que, presidida por D. Casimiro, estuvo concelebrada por los sacerdotes de diferentes parroquias de nuestra Diócesis que se han sumando a la peregrinación con sus respectivas hospitalidades.
Enfermos y hospitalarios se sumaron con de y devoción a la Santa Misa y acogieron con esperanza las palabras que pronunció nuestro Obispo en la homilía a la luz de la proclamación de la Palabra de Dios.
Una homilía en la que D. Casimiro les exhortó a acoger la invitación del Apóstol Santiago (5, 14-15) de no abandonar al enfermo: «está enfermo alguno de vosotros? Llame a los presbíteros de la Iglesia, que recen por él y lo unjan con óleo en el nombre del Señor. La oración hecha con fe salvará al enfermo y el Señor lo restablecerá; y si hubiera cometido algún pecado, le será perdonado». Una cita en la que nuestro Obispo puso todo el énfasis por remontarse al mismo Jesús, porque es el reflejo, dijo D. Casimiro, «de la preocupación del mismo Jesús por los enfermos, los débiles y los más frágiles», tal como se acababa de proclamar a través del Evangelio.
A veces nos olvidamos que somos débiles, frágiles y finitos, continuó el Obispo, «algo que es propio de la naturaleza humana y parece que la enfermedad o el dolor aparezcan de repente». D. Casimiro les interpeló preguntando ¿cómo vivir ese dolor que a veces nos desorienta?.
Y es que no siempre sucede cuando nos hacemos mayores, sino que de repente lo vemos en jóvenes o aquellos que aparentemente gozan de buena salud. «La salud no se puede comprar y como Jesucristo, hay que pasar el viacrucis…¿cómo hacerlo?», dijo el Obispo. La respuesta es Jesús, «sabiendo sabiendo que como el Padre se unió a su dolor en la cruz, no nos abandona». Nos exhortó «a seguir confiando en Cristo Jesús porque Él es el camino, la verdad y la vida».
Tanto en la salud como en la enfermedad, «la Iglesia y el Señor nos piden fijar nuestra mirada en Él porque es quien sana, quien consuela y quien alivia». De esta forma, con la Unción de Enfermos que administró el Obispo y los sacerdotes concelebrantes, se oró en comunión «para que el Señor se haga presente en vuestra vida y os de la paz de aquel que se siente siempre amado por Dios y nunca abandonado por el Señor». Ese es el mayor don que puede ofrecer la Iglesia, «sentirse acompañados por el Señor a través de la Iglesia, de los sacerdotes, de las comunidades parroquiales».
Oraron también por la salud espiritual y corporal de los enfermos peregrinos y los de toda nuestra Diócesis que por diferentes circunstancias no han podido viajar hasta Lourdes y que todos se sientan «aliviados en vuestro dolor sabiendo que no estáis solos y que la Iglesia está con vosotros, pues el mayor dolor es el que surge de sentirse solo y abandonado».
Nuestro Obispo puso todo ello «en manos de María, la Virgen de Lourdes, que vela por cada uno de nosotros, que se compadece de nosotros, que sufre por nosotros y, en cualquier caso dirige nuestra mirada a su Hijo que es el camino, la verdad y la vida».
Al finalizar la Eucaristía y antes de dar la bendición, nuestro Obispo ha tenido palabras de recuerdo para todos aquellos que años atrás participaban en la peregrinación y que en estos años de pandemia gozan de la vida eterna, entre ellos el anterior Consiliario de la Hospitalidad Domingo Galindo, y Mosén Joaquín esteve, Párroco de Joaquina Vedruna.
Procesión de las antorchas
Tras la Eucaristía tuvo lugar la cena y a continuación la Hospitalidad Diocesana, con nuestro Obispo a la cabeza como Pastor de nuestra Iglesia y los sacerdotes que participan en esta peregrinación acudieron a la Procesión de las Antorchas y el Rezo del Santo Rosario que se vivió con especial devoción en la explanada del Santuario.
Por ser martes, se meditaron los Misterios Dolorosos:
Primer Misterio Doloroso: La oración en el Huerto
«Entonces Jesús fue con ellos a un huerto, llamado Getsemaní, y dijo a sus discípulos: «Sentaos aquí mientras voy a orar». Y tomando consigo a Pedro y a los dos hijos de Zebedeo, comenzó a sentir tristeza y angustia. Entonces les dijo: «Mi alma está triste hasta el punto de morir; quedaos aquí y velad conmigo». Y adelantándose un poco, cayó rostro en tierra, y suplicaba así: «Padre mío, si es posible, que pase de mí esta copa, pero no sea como yo quiero, sino como quieras tú»» (Mt 26, 36-39).
Segundo Misterio Doloroso: La flagelación de Jesús atado a la columna
«Pilato puso en libertad a Barrabás; y a Jesús, después de haberlo hecho azotar, lo entregó para que fuera crucificado» (Mt 27, 26).
Tercer Misterio Doloroso: La coronación de espinas
«Entonces los soldados del procurador llevaron consigo a Jesús al pretorio y reunieron alrededor de él a toda la cohorte. Lo desnudaron y le echaron encima un manto de púrpura y, trenzando una corona de espinas, se la pusieron sobre la cabeza, y en su mano derecha una caña, y doblando la rodilla delante de él, le hacían burla diciendo: «Salve, Rey de los judío»». (Mt 27, 27-29)
Cuarto Misterio Doloroso: Jesús con la Cruz a cuestas camino del Calvario
«Y obligaron a uno que pasaba, a Simón de Cirene, que volvía del campo, el padre de Alejandro y de Rufo, a que llevara su cruz. Lo condujeron al lugar del Gólgota, que quiere decir de la «Calavera»» (Mc 15, 21-22).
Quinto Misterio Doloroso: La crucifixión y muerte de Jesús
«Llegados al lugar llamado «La Calavera», le crucificaron allí a él y a los dos malhechores, uno a la derecha y otro a la izquierda. Jesús decía: «Padre, perdónales, porque no saben lo que hacen»… Era ya eso de mediodía cuando, al eclipsarse el sol, hubo oscuridad sobre toda la tierra hasta la media tarde. El velo del Santuario se rasgó por medio y Jesús, dando un fuerte grito dijo: «Padre, en tus manos pongo mis espíritu»y, dicho esto, expiró» (Lc 23, 33-46).
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