El pasado sábado 22 fue un día de gozo y alegría para la Iglesia diocesana, para la parroquia y el pueblo de Caudiel y, especialmente para la comunidad de madres Carmelitas porque tres hermanas del Monasterio de Nuestra Señora de  Gracia y San José realizaron su profesión temporal de los consejos evangélicos de castidad, pobreza y obediencia.

Las jóvenes profesas fueron: Mayra Esmeralda Pérez Ibarra, de 30 años, quien tomó el nombre de Hna. María de Jesús Crucificado, Angélica Huincho Huillcas, de 27 años, quien escogió el nombre de Hna. Teresita del Niño Jesús y de la Santa Faz, y Paz Francisca Rivera Rivera, de 33 años, por el nombre de Hna. María Paz del Espíritu Santo.

El Obispo en su homilía evocó la Misericordia divina: “Dios está siempre pendiente de sus hijos e hijas, que se alegra, sufre y se compadece de nosotros. Es un Dios que sale constantemente a nuestro encuentro para que recibamos su amor, su perdón, su misericordia, y es desde el corazón de Cristo, de su misericordia, de donde sale la vocación de las tres profesas”.

El prelado pidió a las religiosas que tomen como modelo a Cristo, que es el consagrado a Dios, quien vivió pobre, casto y obediente. De su ejemplo, tantos santos como Santa Teresa de Jesús y San Juan de la Cruz se abrieron a la gracia de Dios y pudieron seguir a Cristo en el carisma que Dios les había dado. Asimismo, exhortó a las hermanas diciendo que «no se puede ser una religiosa de verdad sino hay un encuentro personal con Cristo resucitado». «Hay que dejarse encontrar por el Señor, pero no un encuentro superficial sino en el corazón para que nos dejemos trasformar por Él, ya que sólo una vida vivida con intensidad y siguiendo la palabra de Dios da alegría a nuestro corazón y se puede anunciar al Señor resucitado”.