El pasado sábado día 14 de diciembre tuvo lugar en el Seminario Mater Dei el Encuentro Diocesano de Preparación para el Congreso Nacional sobre las Vocaciones, presidido por nuestro Obispo D. Casimiro. Se encontraba también el Delegado de Pastoral, D. Miguel Abril, y el Delegado Diocesano para la Pastoral Vocacional, D. Jon Solozábal, quienes acompañaron los participantes en una jornada que tenía como objetivo profundizar en los preparativos para el Congreso Nacional sobre las Vocaciones, que se celebrará en Madrid del 7 al 9 de febrero de 2025.
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Durante la jornada, los asistentes tuvieron la oportunidad de reflexionar y compartir sobre las aportaciones que la Diócesis de Segorbe-Castellón llevará al Congreso, así como de profundizar en los contenidos del documento «Del pienso, luego existo al soy llamado, por eso vivo» y las fichas de trabajo proporcionadas por la Conferencia Episcopal Española, que servirán de guía para este proceso de preparación. Las fichas incluyen reflexiones clave para el discernimiento y la interpretación de la vocación cristiana, que se trabajaron de manera conjunta entre los participantes.
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El encuentro no solo supuso una oportunidad para compartir ideas y recursos, sino también para rezar juntos, buscando fortalecer el compromiso con la Pastoral Vocacional y la importancia de la respuesta individual a la llamada de Dios. En este sentido, se enfatizó la necesidad de acompañar a los jóvenes, niños, familias y toda la comunidad cristiana en su camino vocacional, recordando que la vocación es ante todo una respuesta al don de la vida y una invitación a la santidad.
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Este encuentro diocesano forma parte de la preparación para el Congreso Nacional, que busca reunir a la Iglesia en su conjunto para reflexionar sobre la vocación como respuesta a la llamada de Dios, reconociendo que la vida cristiana es, en su esencia, vocación. La Diócesis de Segorbe-Castellón continúa con este proceso de preparación, comprometida con el fomento de una cultura vocacional en todas sus parroquias, movimientos y grupos.
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El Congreso Nacional sobre las Vocaciones, que tendrá lugar en febrero de 2025, se perfila como un evento clave para la Iglesia española, un espacio para reforzar la llamada a vivir la fe como vocación y para mostrar que, hoy más que nunca, Dios sigue llamando a todos a la santidad y a la misión.
El pasado sábado 30 de noviembre, la ermita de Ntra. Sra. del Adyutorio, en Benlloch, fue escenario de la Exposición del Santísimo y una charla sobre la «cultura vocacional», impartida por la Hna. Catalina Nowak, de las Hermanas de la Sagrada Familia de Nazaret, de Benicàssim.
Organizado por las parroquias de Benlloch, Vilanova d’Alcolea, Vall d’Alba, La Barona y La Pelejana, el acto ofreció una profunda reflexión sobre la importancia de reconocer la vocación a la que Dios llama a cada uno, independientemente de su estado de vida. La Hna. Catalina destacó que el matrimonio, al igual que el sacerdocio y la vida religiosa, son llamadas divinas que nos conducen hacia la santidad.
El evento culminó con un almuerzo fraterno en la explanada frente a la ermita, donde los asistentes pudieron disfrutar de la espléndida mañana en un ambiente de fraternidad y reflexión.
La Diócesis de Segorbe-Castellón se prepara para su participación en el Congreso Nacional sobre las Vocaciones, que se celebrará en febrero de 2025 en Madrid. Con el objetivo de fomentar la cultura vocacional, la Delegación de Pastoral Vocacional y la Vicaría de Pastoral han convocado un encuentro diocesano de preparación, que se llevará a cabo el próximo 14 de diciembre, de 10:30 a 13:00 horas, en el Mater Dei.
Este encuentro reunirá a arciprestes, delegados diocesanos, directores de secretariados, representantes de los consejos arciprestales, sacerdotes y participantes del Congreso Nacional, con el propósito de reflexionar sobre las claves teológico-pastorales que favorecerán la promoción de la vocación en todos los ámbitos de la vida cristiana. Durante el evento, se trabajará el documento “Del pienso, luego existo al soy llamado, por eso vivo”, que resalta la llamada de Dios como un don desde el sacramento del Bautismo y la importancia del acompañamiento y discernimiento vocacional en la vida cristiana.
Además de la reflexión, el encuentro ofrecerá un espacio para profundizar en las fichas de trabajo preparadas para el Congreso Nacional, en las que se abordan temas como el reconocimiento, la interpretación y la elección vocacional. La Diócesis también presentará sus aportaciones y propuestas para el Congreso, con el objetivo de hacer de este evento un verdadero punto de encuentro eclesial que fortalezca la vida vocacional en todos los sectores de la Iglesia.
Congreso Nacional de Vocaciones
Este Congreso se concibe como una “gran fiesta” de la Iglesia, destinada a avivar en el Pueblo de Dios el deseo y la necesidad de las vocaciones. Se plantea con una pregunta fundamental: ¿Para quién soy?, el mismo interrogante que el Papa Francisco lanzó en la exhortación apostólica Christus Vivit, tras la XV Asamblea General del Sínodo sobre el tema: “Los jóvenes, la fe y el discernimiento vocacional”, celebrada en octubre de 2018.
El encuentro busca vivir una experiencia eclesial que permita reconocer que el Señor sigue llamando a la vida, la fe y la misión. Se pretende también impulsar y consolidar en cada una de las diócesis un servicio que anime a vivir la vida como vocación y promueva los distintos caminos vocacionales. Además, se fomentará un ejercicio de sinodalidad, un proyecto compartido entre laicos, matrimonios, consagrados y sacerdotes.
Esta mañana se ha celebrado la primera reunión del Consejo Diocesano de Pastoral del presente curso, que se ha celebrado en el Seminario Diocesano Mater Dei a partir de las 10:30 h de la mañana.
La sesión comenzaba en la Capilla en oración ante el Santísimo Sacramento y el rezo de la hora intermedia. A continuación, el Obispo de Segorbe-Castellón, Mons. Casimiro López, iniciaba la sesión con una reflexión respecto al asunto principal que figuraba en el orden del día: la preparación de la Diócesis de cara a nuestra participación en el Congreso Nacional de Vocaciones que ha convocado la Conferencia Episcopal Española y que se celebrará en Madrid en febrero de 2025.
Como introducción, D. Casimiro ha recordado que ya el pasado curso pastoral, nuestra Diócesis comenzó el tranajo preparatorio pues encargó personalmente a la Hermana Catalina Nowak, Superiora de la Congregación de las Hnas. de la Sagrada Familia de Nazaret en Benicàssim, y también Subdelegada de la Pastoral Vocacional,que se ofreciera a los arciprestazgos y parroquias, así como a las diferentes realidades eclesiales, para abordar la cuestión vocacional, porque es necesario comenzar a abordar el tema a nivel conceptual, ha dicho el Obispo.
En este sentido, ha citado el magisterio de San Juan Pablo II para recordar la exhortación apostólica Pastores Dabo Vovis de 1992 en la que ya entonces afirmaba que «la dimensión vocacional es esencial y connatural a la pastoral de la Iglesia» y ha advertido que «la vocación define en cierto sentido el ser profundo de la Iglesia, incluso antes que su actuar».
En su reflexión, D. Casimiro ha matizado que «en el mismo vocablo de Iglesia-Eclesia se indica su fisonomía vocacional íntima, porque es verdaderamente convocatoria, es decir, la Iglesia es la asamblea de los llamados», y ha recordado que ya en el Congreso Europeo sobre Vocaciones que se celebró en 1997 «ya se intentó profundizar en la propuesta del Papa San Juan Pablo II.
El Obispo se ha referido a que en la respuesta que hoy los jóvenes realizan respecto a su futuro «no hay una apertura al misterio ni al matrimonio como una llamada de Dios». Los jóvenes de hoy en día, ha advertido D. Casimiro, «ven un futuro centrado en sus propias ideas y en función de unos intereses personales dirigidos a la autorrealización y una lógica que reduce el futuro a la elección de una profesión y su independencia económica». En este sentido se ha referido a las conclusiones de aquel Congreso Vocacional Europeo de finales del siglo pasado que ya advertían «de una cultura antivocacional y un hombre sin vocación».
¿Qué es la cultura Vocacional?
En su reflexión, el Obispo, ha justificado «la necesidad de hablar de nuevo sobre la vocación y crear una cultura vocacional» que ha definido como aquella que «se abre al misterio, se abre a la trascendencia, se abre a la posible llamada de Dios». Es decir, «una cultura donde tienen relevancia valores como la gratitud, la aceptación del misterio, el sentido de lo infinito que es el hombre y la mujer; una cultura que pregunta por la vida y no promueve la muerte; que promueve la confianza en sí mismo pero también en el prójimo; una cultura que tiene libertad y, sobre todo, gratitud ante lo que ha recibido: la vida, y gratitud ante el afecto, la comprensión o el perdón».
Sin eso, ha afirmado D, Casimiro «una posible llamada de Él cae en saco en el vacío y lleva a la satisfacción sentimental afectiva dentro de horizontes que de hecho reducen la voluntad de libertad y las posibilidades de la persona a proyectos limitados con la ilusión de ser libres».
A partir de esta base conceptual, nuestro Obispo ha afirmado que «sí es posible plantear la vocación de todo ser humano y las vocaciones específicas en la Iglesia» que incluyen tanto el sacerdocio y la vida consagrada como el matrimonio porque «todo ser cristiano es vocación pues la vida humana que recibimos ya es, en si misma, una vocación porque somos fruto de Dios que nos da la vida».
D. Casimiro ha concluido exhortando a la alegría con la que se vive y se manifiesta la propia vocación, para acompañar a aquellos otros que se encuentran en proceso de discernimiento.
Pastoral Vocacional
El Delegado para la Pastoral Vocacional, D. Ion Solozabal ha presentado los objetivos del Congreso Nacional de Vocaciones. En este sentido ha explicado que a partir del Congreso se muestre a la Iglesia como “asamblea de llamados”. Un encuentro eclesial que, con su preparación y acogida posterior, ayude a reconocer que el Señor sigue llamando-a la vida, a la fe y a la misión- y, por ello, la vida cristiana es vocación en cuanto se vive como respuesta a una llamada.
Del mismo modo, ha animado a los miembros del Consejo Diocesano de Pastoral para impulsar y consolidar en nuestra diócesis un servicio «que anime la vida vivida como vocación y promueva los distintos caminos vocacionales».
Trabajo en grupos
Los miembros del Consejo Diocesano de Pastoral se han puesto hoy mismo a trabajar en la preparación de nuestra participación en el Congreso Nacional de Vocaciones. Para ello se han presentado tres fichas de trabajo sobre las que han reflexionado por grupos para:
reconocer la llamada vocacional
interpretar la llamada vocacional
elegir la vocación
Finalmente, el Vicario de Pastoral, ha presentado el documento de la CEE que bajo el título «Comunidades acogedoras y misioneras. Identidad y marco de la pastoral con Migrantes» se ha elaborado tras un proceso de escucha y reflexión que, a modo de exhortación formula una pastoral transversal con personas migradas, en una Iglesia en salida donde cabemos todos. La base de esta pastoral son los dos grandes retos que planteó el papa Francisco en su mensaje para la Jornada Mundial del Migrante y Refugiado de 2021.
La educación es el mejor servicio que se puede prestar a la sociedad y, de hecho, es la base del progreso humano, tanto personal como comunitario. El mundo avanza cada paso sobre el conocimiento que ha sido recogido y compartido por las generaciones anteriores hasta nuestros días, y ahora somos nosotros los que contribuimos a ese progreso con la educación.
Consciente de su importancia, la Iglesia se implica en el acompañamiento formativo y espiritual desde hace siglos, creando instituciones educativas en todos los niveles, desde la tierna infancia hasta la enseñanza universitaria o profesional y la formación de adultos.
Que importantes son nuestros colegios diocesanos en esta tarea, ya que encuentran su justificación en la misión misma de la Iglesia, proclamando su mensaje evangélico, exponiendo los valores de la educación cristiana, basándose para ello en un proyecto en el que se integran armónicamente fe, cultura y vida.
Del mismo modo los centros docentes católicos, pues numerosas congregaciones y organizaciones de la Iglesia tienen en su carisma la educación en cualquiera de sus formas: salesianos, hermanos de La Salle, Nuestra Señora de la Consolación, carmelitas y un sinfín de otras organizaciones se involucran en la construcción de una sociedad más justa y más fraterna a través de la educación.
Pero tampoco podemos olvidar a los profesores de Religión Católica y a los docentes cristianos que, con gran profesionalidad y dedicación, también llevan de alguna forma al Señor a los alumnos que estudian en centros públicos. Todos ellos, con la ayuda de la Delegación diocesana para la Enseñanza, tienen una apasionante misión que llevar a cabo.
Para la Iglesia, la educación no es simplemente la transmisión de conocimientos pues, desde el humanismo cristiano supone formar a cada persona desde el corazón, desarrollando sus capacidades, su inteligencia y voluntad, promoviendo personas libres, capaces de buscar el bien y de elegirlo para su vida. Asimismo, es muy importante que desde que los alumnos entran en el centro educativo se sientan acompañados en sus problemas y dificultades, también en sus alegrías, y que no pasen desapercibidos o se sientan ignorados.
Pero incluso antes que la escuela, el instituto o la universidad, está la familia. «La familia debería ser el primer espacio de acompañamiento», nos dice Francisco en Christus vivit, pues la familia, a pesar de las dificultades y de los constantes ataques que sufre actualmente, es «el principal punto de referencia para los jóvenes. Los hijos aprecian el amor y el cuidado de los padres, dan importancia a los vínculos familiares y esperan lograr a su vez formar una familia».
También es fundamental aquí la misión de la pastoral juvenil, que siempre debe proponer un proyecto de vida desde Cristo, que para la mayoría de los jóvenes se concretará en el matrimonio. Para otros no, y se definirá en la vida consagrada o en el sacerdocio. En todo caso, es necesario que la pastoral juvenil y la pastoral familiar trabajen de manera coordinada e integrada para poder acompañar adecuadamente el proceso vocacional.
En el caso concreto de la pastoral juvenil, ésta debe ser capaz de «crear espacios inclusivos, donde haya lugar para todo tipo de jóvenes y donde se manifieste realmente que somos una Iglesia de puertas abiertas» (ChV), «que abra puertas y ofrezca espacio a todos y a cada uno con sus dudas, sus traumas, sus problemas y su búsqueda de identidad, sus errores, su historia, sus experiencias del pecado y todas sus dificultades».
De igual modo, la comunidad cristiana juega un papel determinante en el acompañamiento a nuestros niños y jóvenes, pues ésta también «debe sentirse responsable de acogerlos, motivarlos, alentarlos y estimularlos. Esto implica que se mire a los jóvenes con comprensión, valoración y afecto, y no que se los juzgue permanentemente o se les exija una perfección que no responde a su edad». Tienen aquí, sacerdotes y laicos, el deber de prepararse bien en “el arte del acompañamiento”, como dijo el Santo Padre, caracterizándose éste por la delicadeza para acercarse a la tierra sagrada del otro.
Algunas propuestas coordinadas de las delegaciones diocesanas
Jornada de prácticas sobre el Acompañamiento: talleres para acompañar y ser acompañados a familias, padres, adolescentes-jóvenes, comunidades parroquiales. El 26 de octubre de 2024.
Encuentro diocesano de la Infancia. El 22 de febrero de 2025.
Jornada festiva diocesana de las Familias. El 8 de marzo de 2025.
Promover la cultura vocacional en preparación al Congreso Nacional sobre las Vocaciones. Del 7 al 9 de febrero de 2025.
Jornada dedicada a los jóvenes, en clave vocacional. El 5 de abril.
Preparar y vivir el VIII Encuentro Diocesano de Jóvenes como un Encuentro Pre-Jubileo de Jóvenes.
Este fin de semana, el Seminario Diocesano Mater Dei será el escenario del primer encuentro vocacional dirigido a chicas, organizado por el propio Seminario y por la Delegación de Pastoral Vocacional con la colaboración de las Hermanas de la Sagrada Familia de Nazaret.
El evento, programado para los días 28 y 29 de septiembre, tiene como objetivo ofrecer un espacio de reflexión, oración y actividades recreativas, fomentando la amistad y el acompañamiento vocacional para jóvenes desde quinto de primaria hasta bachillerato.
Hasta el momento, 21 chicas han confirmado su asistencia, y se espera que más se unan en los próximos días. Para garantizar una mejor organización, se solicita a las interesadas que notifiquen su participación tan pronto como sea posible.
Los encuentros están planificados con el siguiente calendario:
19-20 de octubre
9-10 de noviembre
14-15 de diciembre
18-19 de enero
8-9 de febrero
8-9 de marzo
12-13 de abril
10-11 de mayo
Cada encuentro comenzará el sábado a las 16:30 h. y finalizará el domingo después de la Misa de 12:30 h. en la iglesia principal del Seminario. Para más información o para inscribirse, las interesadas pueden enviar un correo a convivenciaschicas@gmail.com.
El Seminario Diocesano Mater Dei y la Delegación de Pastoral Vocacional invitan a todas las chicas a participar en esta emocionante experiencia para descubrir el verdadero plan de amor que Dios tiene para sus vidas.
El próximo día 22 de junio, Dios mediante, nuestra Iglesia diocesana contará con tres nuevos sacerdotes. Su ordenación es un regalo de Dios: un motivo de gran alegría para toda nuestra Iglesia, pero, sobre todo, para la acción de gracias a Dios por su benevolencia y grandeza para con nosotros. En momentos de invierno vocacional, Dios nos sigue enriqueciendo con nuevos sacerdotes. Demos gracias a Dios
Cada uno de estos tres jóvenes tiene su propia historia personal, familiar, cristiana y vocacional. Sin embargo, los tres tienen en común haber sentido la llamada de Jesús, el Buen Pastor, a entregarle su vida en el sacerdocio ordenado al servicio de la Iglesia y de nuestras comunidades. Como aquellos pescadores de Galilea, también estos jóvenes se han encontrado con Jesús, se han dejado cautivar por su mirada y su voz, y han acogido su apremiante invitación: “Seguidme, os haré pescadores de hombres”. Jesús les ha llamado a estar con él y a compartir su misión. Los tres han acogido con generosidad y alegría la llamada, que han ido madurando en la oración, en la vida de comunidad, en el estudio y en diálogo abierto con el Señor y sus formadores. Todo un proceso de años, no exento de dudas y dificultades al comprobar su pequeñez ante la grandeza de la llamada de Dios y ante los retos de la misión de la Iglesia hoy entre nosotros y en la misión ad gentes.
Sabedores de su fragilidad, se preguntan cómo podrán acometer esta nueva etapa de su vida cristiana y ser fieles a la tarea que el Señor les encomienda. Nuestros nuevos sacerdotes son muy conscientes de que su ordenación es, antes de nada, un gran regalo de Dios, inmerecido por su parte, y un profundo misterio, porque sólo Dios conoce la razón por la que Él los ha elegido. Por ello la reciben con profunda gratitud y con humilde admiración. Saben muy bien que no son ellos quienes se hacen sacerdotes, sino que es Cristo mismo, Maestro, Sacerdote y Pastor, quien por la ordenación los incorpora al orden de los presbíteros para que hagan las veces de Jesús anunciando la Palabra de Dios, celebrando los Sacramentos y guiando al Pueblo de Dios. Es Cristo mismo quien los configura consigo, Cabeza y Pastor invisible de su Iglesia, y les capacita para representarle y actuar en su nombre, como alguien que está presente en ellos.
Los nuevos sacerdotes saben bien que sin Jesucristo y la acción permanente del Espíritu Santo, nada son y nada podrán hacer. En consecuencia desean vivir su sacerdocio anclados en Cristo, que se alimenta en el encuentro personal con Él en la oración diaria, en la meditación y escrute de la Palabra de Dios, en los sacramentos, especialmente en la Eucaristía, y en su vida pastoral. Saben que el motor de su vida ha de ser un amor apasionado por Cristo, Maestro que enseña, Sacerdote que ofrece y se ofrece hasta el extremo, y Pastor que guía y acompaña con misericordia. Saben que esto les llevará a la verdadera caridad pastoral; es decir, a amar a los hermanos con los mismos sentimientos y la misma entrega de Jesús, el Buen Pastor. De su identificación existencial con Cristo y de su unión vital con Él brotará un amor apasionado por todos los hombres, especialmente por aquellos que Jesús a través de su Iglesia ponga en su camino, para llevarlos a Cristo, el único que puede curar, sanar, cambiar y salvar al ser humano.
Para ser fieles al don del ministerio ordenado deberán estar llenos de Dios, de Jesucristo y de la alegría del Evangelio, y tener una fe viva en Cristo Jesús, muerto y resucitado para la vida del mundo. Es decir, deberán ser sacerdotes enteramente ganados por Cristo vivo que es el Evangelio perenne de Dios a los hombres, tal como se anuncia en la Iglesia católica y apostólica. Por ello deberán ser sacerdotes con un claro sentido eclesial, y vivir en comunión efectiva con la Iglesia en la fe y en la moral, en la disciplina y en la misión. De ellos se espera que crean en la necesidad de su ministerio ordenado para la Iglesia y la sociedad, y lo vivan con verdadera alegría; que en el ejercicio de su ministerio partan siempre del anuncio del kerigma cristiano que lleve al encuentro sanador, transformador y salvador con Cristo; que sean servidores de todas las vocaciones y carismas; que trabajen por generar verdaderas comunidades cristianas, fraternas, corresponsables y misioneras; que cuiden su formación ante la necesidad de revitalizar nuestras comunidades y de evangelizar la cultura; y que sean testigos de Cristo, la esperanza que no defrauda, en un mundo falto de esperanza.
Demos gracias a Dios y oremos por estos tres nuevos sacerdotes, para sean pastores según el corazón de Jesús y fieles al don recibido.
Ayer tarde, los salones de la parroquia de La Santísima Trinidad, en Castellón, acogieron una charla formativa sobre la vocación que ofreció la Hermana Catalina Nowak, subdelegada de la Pastoral Vocacional de la Diócesis de Segorbe-Castellón. Lo hizo ante una treintena de jóvenes del apostolado parroquial Effetá que cada jueves se reúnen en adoración ante el Santísimo Sacramento para después formarse de cara a la preparación del servicio en los retiros de Effetá que se celebran en nuestra Diócesis.
Estas reuniones semanales se conciben también como acompañamiento en el crecimiento de la fe para aquellos que, tras participar en el retiro, tuvieron un encuentro personal con Jesucristo y sienten sed de Dios.
En el amor reside la llamada vocacional porque «hemos sido creados por amor y para amar». La charla partió de esta afirmación para poner el acento en la vocación cristiana que puede derivar en la vocación a la vida consagrada, al sacerdocio o al matrimonio y que, necesariamente. responde a la «llamada de Dios». Muchas fueron las preguntas que lanzó la Hermana Catalina con el objetivo de que los chavales reflexionaran y meditaran respecto a la vocación, que, en el contexto cultural y social actual, puede resultar confusa.
Se habló de la felicidad plena, de la perfección del amor y de la santidad en respuesta al «plan perfecto que Dios tiene para cada uno de nosotros». Implícitamente se habló de la falsa felicidad que promueve el mundo y se les animó a perseverar en su relación con Dios para descubrir que, efectivamente, «Dios nos quiere felices». Lo que más inquietud generó en la mayoría de jóvenes es cómo descubrir a qué les llama Dios.
Los jóvenes visitarán el Convento de las Hermanas de Nazaret este verano para compartir una jornada de convivencia con ellas y seguir profundizando en el tema vocacional y el discernimiento.
La Diócesis de Segorbe-Castellón tiene una cita importantísima el día 22 de junio a las 11:00 horas. Álvaro González, formado en el Seminario diocesano Mater Dei; y Pablo Durán y José Salas, formados en el Seminario diocesano Redemptoris Mater; recibirán el sacramento del orden sacerdotal en una ceremonia presidida por monseñor Casimiro López en la Santa Iglesia Concatedral de Santa María, en Castellón.
“Vocación, ¿te suena?”
Por ello, la Delegación diocesana para la Pastoral Vocacional ha organizado una celebración, en la parroquia de San Miguel Arcángel de Castellón, en la que los tres diáconos darán su testimonio sobre la vocación y sobre cómo, gracias a ella, han visto en sus vidas el amor de Dios. Será el próximo domingo día 9 de junio a las 18:00 h., y comenzará con la oración de las Vísperas y una catequesis. Concluirá con un ágape.
¡Te esperamos!
Desde la Pastoral Vocacional realizan una invitación a quienes estén interesados en conocer más sobre la vocación sacerdotal, en especial a todos los jóvenes de la Diócesis, ya que se trata de una oportunidad única para escuchar los testimonios inspiradores de estos jóvenes diáconos y para reflexionar sobre la llamada de Dios en nuestras propias vidas.
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