El Consejo Diocesano de Pastoral aborda la necesidad de «crear una cultura vocacional»
Esta mañana se ha celebrado la primera reunión del Consejo Diocesano de Pastoral del presente curso, que se ha celebrado en el Seminario Diocesano Mater Dei a partir de las 10:30 h de la mañana.
La sesión comenzaba en la Capilla en oración ante el Santísimo Sacramento y el rezo de la hora intermedia. A continuación, el Obispo de Segorbe-Castellón, Mons. Casimiro López, iniciaba la sesión con una reflexión respecto al asunto principal que figuraba en el orden del día: la preparación de la Diócesis de cara a nuestra participación en el Congreso Nacional de Vocaciones que ha convocado la Conferencia Episcopal Española y que se celebrará en Madrid en febrero de 2025.
Como introducción, D. Casimiro ha recordado que ya el pasado curso pastoral, nuestra Diócesis comenzó el tranajo preparatorio pues encargó personalmente a la Hermana Catalina Nowak, Superiora de la Congregación de las Hnas. de la Sagrada Familia de Nazaret en Benicàssim, y también Subdelegada de la Pastoral Vocacional,que se ofreciera a los arciprestazgos y parroquias, así como a las diferentes realidades eclesiales, para abordar la cuestión vocacional, porque es necesario comenzar a abordar el tema a nivel conceptual, ha dicho el Obispo.
En este sentido, ha citado el magisterio de San Juan Pablo II para recordar la exhortación apostólica Pastores Dabo Vovis de 1992 en la que ya entonces afirmaba que «la dimensión vocacional es esencial y connatural a la pastoral de la Iglesia» y ha advertido que «la vocación define en cierto sentido el ser profundo de la Iglesia, incluso antes que su actuar».
En su reflexión, D. Casimiro ha matizado que «en el mismo vocablo de Iglesia-Eclesia se indica su fisonomía vocacional íntima, porque es verdaderamente convocatoria, es decir, la Iglesia es la asamblea de los llamados», y ha recordado que ya en el Congreso Europeo sobre Vocaciones que se celebró en 1997 «ya se intentó profundizar en la propuesta del Papa San Juan Pablo II.
El Obispo se ha referido a que en la respuesta que hoy los jóvenes realizan respecto a su futuro «no hay una apertura al misterio ni al matrimonio como una llamada de Dios». Los jóvenes de hoy en día, ha advertido D. Casimiro, «ven un futuro centrado en sus propias ideas y en función de unos intereses personales dirigidos a la autorrealización y una lógica que reduce el futuro a la elección de una profesión y su independencia económica». En este sentido se ha referido a las conclusiones de aquel Congreso Vocacional Europeo de finales del siglo pasado que ya advertían «de una cultura antivocacional y un hombre sin vocación».
¿Qué es la cultura Vocacional?
En su reflexión, el Obispo, ha justificado «la necesidad de hablar de nuevo sobre la vocación y crear una cultura vocacional» que ha definido como aquella que «se abre al misterio, se abre a la trascendencia, se abre a la posible llamada de Dios». Es decir, «una cultura donde tienen relevancia valores como la gratitud, la aceptación del misterio, el sentido de lo infinito que es el hombre y la mujer; una cultura que pregunta por la vida y no promueve la muerte; que promueve la confianza en sí mismo pero también en el prójimo; una cultura que tiene libertad y, sobre todo, gratitud ante lo que ha recibido: la vida, y gratitud ante el afecto, la comprensión o el perdón».
Sin eso, ha afirmado D, Casimiro «una posible llamada de Él cae en saco en el vacío y lleva a la satisfacción sentimental afectiva dentro de horizontes que de hecho reducen la voluntad de libertad y las posibilidades de la persona a proyectos limitados con la ilusión de ser libres».
A partir de esta base conceptual, nuestro Obispo ha afirmado que «sí es posible plantear la vocación de todo ser humano y las vocaciones específicas en la Iglesia» que incluyen tanto el sacerdocio y la vida consagrada como el matrimonio porque «todo ser cristiano es vocación pues la vida humana que recibimos ya es, en si misma, una vocación porque somos fruto de Dios que nos da la vida».
D. Casimiro ha concluido exhortando a la alegría con la que se vive y se manifiesta la propia vocación, para acompañar a aquellos otros que se encuentran en proceso de discernimiento.
Pastoral Vocacional
El Delegado para la Pastoral Vocacional, D. Ion Solozabal ha presentado los objetivos del Congreso Nacional de Vocaciones. En este sentido ha explicado que a partir del Congreso se muestre a la Iglesia como “asamblea de llamados”. Un encuentro eclesial que, con su preparación y acogida posterior, ayude a reconocer que el Señor sigue llamando -a la vida, a la fe y a la misión- y, por ello, la vida cristiana es vocación en cuanto se vive como respuesta a una llamada.
Del mismo modo, ha animado a los miembros del Consejo Diocesano de Pastoral para impulsar y consolidar en nuestra diócesis un servicio «que anime la vida vivida como vocación y promueva los distintos caminos vocacionales».
Trabajo en grupos
Los miembros del Consejo Diocesano de Pastoral se han puesto hoy mismo a trabajar en la preparación de nuestra participación en el Congreso Nacional de Vocaciones. Para ello se han presentado tres fichas de trabajo sobre las que han reflexionado por grupos para:
- reconocer la llamada vocacional
- interpretar la llamada vocacional
- elegir la vocación
Finalmente, el Vicario de Pastoral, ha presentado el documento de la CEE que bajo el título «Comunidades acogedoras y misioneras. Identidad y marco de la pastoral con Migrantes» se ha elaborado tras un proceso de escucha y reflexión que, a modo de exhortación formula una pastoral transversal con personas migradas, en una Iglesia en salida donde cabemos todos. La base de esta pastoral son los dos grandes retos que planteó el papa Francisco en su mensaje para la Jornada Mundial del Migrante y Refugiado de 2021.