La Delegación Diocesana para la Infancia y Juventud ha anunciado la organización de una Peregrinación Diocesana para participar en el Jubileo de los Jóvenes, que tendrá lugar en Roma del 30 de julio al 4 de agosto de 2025. Este evento está destinado a jóvenes de entre 16 y 35 años, así como a adultos responsables de grupo, sacerdotes y religiosos/as, quienes tendrán la oportunidad de vivir una experiencia única de encuentro y espiritualidad.
La peregrinación incluye dos modalidades:
Opción A: Peregrinación a pie desde el Santuario de Laverna hasta Asís, siguiendo los pasos de San Francisco y el Beato Carlo Acutis, antes de continuar hacia Roma. Tendrá lugar del 23 de julio al 4 de agosto con un precio de 600 euros.
Opción B: Participación directa en el Jubileo de los Jóvenes en Roma del 30 de julio al 4 de agosto, con un coste de 420 euros.
Ambas opciones incluyen transporte en autobús, alojamiento, seguro médico y de viaje, comidas desde la llegada, y un pack del peregrino.
Desde la Delegación se recuerda que las inscripciones deben gestionarse a través de la Conferencia Episcopal Española, como han indicado desde Roma, por lo que, ante cualquier duda o para más información, así como del modo de proceder para realizar las inscripciones, para los plazos de pago y del programa completo de actos, está disponible el correo electrónico infanciayjuventud@obsegorbecastellon.org y el teléfono 601 20 10 98.
La fecha límite de inscripción es el 15 de marzo, mientras que el primer pago de reserva (100 euros) debe realizarse antes del 28 de febrero, y para poder inscribirse se debe completar el formulario disponible en ESTE ENLACE, tras lo cual se enviará la información de pago y confirmación de plaza.
La educación es el mejor servicio que se puede prestar a la sociedad y, de hecho, es la base del progreso humano, tanto personal como comunitario. El mundo avanza cada paso sobre el conocimiento que ha sido recogido y compartido por las generaciones anteriores hasta nuestros días, y ahora somos nosotros los que contribuimos a ese progreso con la educación.
Consciente de su importancia, la Iglesia se implica en el acompañamiento formativo y espiritual desde hace siglos, creando instituciones educativas en todos los niveles, desde la tierna infancia hasta la enseñanza universitaria o profesional y la formación de adultos.
Que importantes son nuestros colegios diocesanos en esta tarea, ya que encuentran su justificación en la misión misma de la Iglesia, proclamando su mensaje evangélico, exponiendo los valores de la educación cristiana, basándose para ello en un proyecto en el que se integran armónicamente fe, cultura y vida.
Del mismo modo los centros docentes católicos, pues numerosas congregaciones y organizaciones de la Iglesia tienen en su carisma la educación en cualquiera de sus formas: salesianos, hermanos de La Salle, Nuestra Señora de la Consolación, carmelitas y un sinfín de otras organizaciones se involucran en la construcción de una sociedad más justa y más fraterna a través de la educación.
Pero tampoco podemos olvidar a los profesores de Religión Católica y a los docentes cristianos que, con gran profesionalidad y dedicación, también llevan de alguna forma al Señor a los alumnos que estudian en centros públicos. Todos ellos, con la ayuda de la Delegación diocesana para la Enseñanza, tienen una apasionante misión que llevar a cabo.
Para la Iglesia, la educación no es simplemente la transmisión de conocimientos pues, desde el humanismo cristiano supone formar a cada persona desde el corazón, desarrollando sus capacidades, su inteligencia y voluntad, promoviendo personas libres, capaces de buscar el bien y de elegirlo para su vida. Asimismo, es muy importante que desde que los alumnos entran en el centro educativo se sientan acompañados en sus problemas y dificultades, también en sus alegrías, y que no pasen desapercibidos o se sientan ignorados.
Pero incluso antes que la escuela, el instituto o la universidad, está la familia. «La familia debería ser el primer espacio de acompañamiento», nos dice Francisco en Christus vivit, pues la familia, a pesar de las dificultades y de los constantes ataques que sufre actualmente, es «el principal punto de referencia para los jóvenes. Los hijos aprecian el amor y el cuidado de los padres, dan importancia a los vínculos familiares y esperan lograr a su vez formar una familia».
También es fundamental aquí la misión de la pastoral juvenil, que siempre debe proponer un proyecto de vida desde Cristo, que para la mayoría de los jóvenes se concretará en el matrimonio. Para otros no, y se definirá en la vida consagrada o en el sacerdocio. En todo caso, es necesario que la pastoral juvenil y la pastoral familiar trabajen de manera coordinada e integrada para poder acompañar adecuadamente el proceso vocacional.
En el caso concreto de la pastoral juvenil, ésta debe ser capaz de «crear espacios inclusivos, donde haya lugar para todo tipo de jóvenes y donde se manifieste realmente que somos una Iglesia de puertas abiertas» (ChV), «que abra puertas y ofrezca espacio a todos y a cada uno con sus dudas, sus traumas, sus problemas y su búsqueda de identidad, sus errores, su historia, sus experiencias del pecado y todas sus dificultades».
De igual modo, la comunidad cristiana juega un papel determinante en el acompañamiento a nuestros niños y jóvenes, pues ésta también «debe sentirse responsable de acogerlos, motivarlos, alentarlos y estimularlos. Esto implica que se mire a los jóvenes con comprensión, valoración y afecto, y no que se los juzgue permanentemente o se les exija una perfección que no responde a su edad». Tienen aquí, sacerdotes y laicos, el deber de prepararse bien en “el arte del acompañamiento”, como dijo el Santo Padre, caracterizándose éste por la delicadeza para acercarse a la tierra sagrada del otro.
Algunas propuestas coordinadas de las delegaciones diocesanas
Jornada de prácticas sobre el Acompañamiento: talleres para acompañar y ser acompañados a familias, padres, adolescentes-jóvenes, comunidades parroquiales. El 26 de octubre de 2024.
Encuentro diocesano de la Infancia. El 22 de febrero de 2025.
Jornada festiva diocesana de las Familias. El 8 de marzo de 2025.
Promover la cultura vocacional en preparación al Congreso Nacional sobre las Vocaciones. Del 7 al 9 de febrero de 2025.
Jornada dedicada a los jóvenes, en clave vocacional. El 5 de abril.
Preparar y vivir el VIII Encuentro Diocesano de Jóvenes como un Encuentro Pre-Jubileo de Jóvenes.
En este nuevo curso estamos llamados a dar prioridad al acompañamiento espiritual, que ayude al crecimiento de la vida cristiana y al discernimiento de la voluntad de Dios para cada uno. De ello os hablaba en mi carta anterior. Hoy me voy a fijar en la necesidad de ofrecerlo a adolescentes y jóvenes; para niños, en general, lo más apropiado será el acompañamiento grupal.
El papa Francisco, en la Exhortación Evangelii Gaudium, indica que a los adultos nos cuesta escuchar a los jóvenes con paciencia, comprender sus inquietudes, y aprender a proponerles la vida cristiana con un lenguaje que ellos entiendan (cf. EG 105). En este sentido, cada día adquiere más protagonismo el acompañamiento personal en la pastoral juvenil. Es la respuesta a la necesidad que tienen adolescentes y jóvenes de personalizar la fe en el contexto actual de secularización y de pluralidad de ofertas. Quienes trabajan con jóvenes están descubriendo la necesidad de ofrecerles acompañamiento personal y sienten la llamada a ayudarles para orientar su vida, mediante una relación personal caracterizada por la acogida, la escucha y la propuesta de medios para el crecimiento en la vida cristiana. El acompañamiento personal es un signo de este tiempo.
Siendo realista hay que reconocer que existen dificultades reales entre nosotros para acoger la llamada de la Iglesia al acompañamiento. Unos no acaban de decidirse por acompañar a otros porque nunca han tenido la experiencia de ser acompañados, otros no se sienten llamados o formados para ello. Hay quien se da cuenta de lo exigente que es esta tarea porque pide una gran madurez de vida cristiana.
Este acompañamiento personal hemos de situarlo en el marco de la Iniciación Cristiana. Recordemos que la Iniciación Cristiana es el proceso que, con la ayuda de la gracia, genera a un cristiano y crea comunidades cristianas. Para ser cristiano, la persona necesita ser iniciada en la experiencia de la fe, porque la fe es fruto del encuentro personal con Cristo vivo. La Iniciación Cristiana representa el marco de referencia del acompañamiento personal.
En el acompañamiento hay que poner a la persona del adolescente o del joven en el centro y ha de ser acompañado en toda su persona, desde sus instancias más exteriores a las más interiores. Es preciso tener una visión integral de la persona humana para ver lo humano y lo espiritual-creyente como un todo. Los bloqueos madurativos dificultan los procesos espirituales. Se debe partir siempre de la persona en su situación actual teniendo en cuenta sus raíces, su historia, sus sueños, virtudes y problemas. El acompañado ha de ser invitado a tomar la vida en sus propias manos, a asumir el riesgo de las propias decisiones y a ser protagonista de la propia historia. De ahí el valor de la escucha paciente, el diálogo sincero y la propuesta de un camino con etapas y metas en el crecimiento de la vida cristiana, así como las actitudes de acogida, cercanía, respeto y apoyo, por pate del acompañante. Debemos estar convencidos de que Dios siempre nos busca allí donde estamos, en nuestra situación concreta.
El acompañamiento personal de adolescentes y jóvenes nos ha de interpelar a todos. Entre otras cosas, para acompañar necesitamos acompañantes. Muchos adolescentes y jóvenes, necesitan ser escuchados y buscan progresar en su vida cristiana, para lo que buscan la ayuda de testigos coherentes, que se conviertan en acompañantes espirituales. Este carisma lo reciben tanto sacerdotes, como religiosos y laicos. La experiencia dice que solo quien se ha dejado acompañar podrá ser un buen acompañante. Por lo tanto, quien sienta la llamada al acompañamiento debe dejarse acompañar.
Para avanzar en esta dirección hemos de ofrecer una buena formación teórico y práctica, pero también espiritual. El arte de acompañar es complejo, se requiere una formación profunda, pero sobre todo es un don de Dios que deja ver la maternidad de la Iglesia.
Y pide, finalmente, que optemos por el acompañamiento personal en nuestros procesos formativos y que propongamos el acompañamiento espiritual personal a nuestros adolescentes y jóvenes. Para ello hemos de motivarles. Nadie es acompañado si no quiere ser acompañado. Les hemos de ofrecer “caminos de crecimiento, despertar el deseo del ideal cristiano, las ansias de responder plenamente al amor de Dios y el anhelo de desarrollar lo mejor que Dios ha sembrado en la propia vida” (EG 171).
Más de 170 jóvenes del Camino Neocatecumenal se reunieron, el pasado miércoles día 1 de mayo, en el Seminario Diocesano Redemptoris Mater con el fin de rezar juntos el Santo Rosario y ofrecerlo por diversas Missio ad gentes en todo el mundo.
Un parte de estos jóvenes eran de la parroquia de la Santísima Trinidad de Castellón, que rezan todos los días por una missio ad gentes de Finlandia; otra parte de Santo Tomás de Villanueva de Castellón, que rezan por otra misión de Ucrania; y otra de Nuestra Señora de la Merced de Burriana, que rezan por una de Hungría. Además, a ellos se les unió en esta jornada un numeroso grupo de Barcelona, que rezan por varias missio ad gentes de Francia, Suiza y Estonia.
Pudieron visitar el Seminario de manos del Rector, D. Pablo Vela, y del Vicerrector, D. Alfonso Velasquez, y conocer a los seminaristas que lo integran. Tras la comida rezaron el Santo Rosario todos juntos, y algunos de ellos dieron su experiencia de la peregrinación que realizaron hace unas semanas a Finlandia para conocer a la Missio ad gentes por la que rezan. También, otros jóvenes hablaron de cómo les ayuda pertenecer a su respectivo grupo de oración del Rosario y como ello les ayuda en su día a día.
Miles de jóvenes de todo el mundo están de camino para participar en la Jornada Mundial de la Juventud, en Lisboa, del 1 al 6 de este mes de agosto. Nuestra Iglesia diocesana estará presente con varios cientos de jóvenes, además de sacerdotes, adultos y de un servidor, como su Obispo y Pastor.
Los jóvenes de las JMJ no son ajenos a lo que viven el resto de los jóvenes; comparten sus esperanzas y sufrimientos, sus decepciones y sus anhelos más vivos y justos. Pero, en la JMJ se respira un aire fresco y una esperanza que nada ni nadie puede arrebatar ni empañar. A veces, cuando se mira a los jóvenes de hoy con sus problemas y fragilidades, hay una tendencia al pesimismo, al desánimo: son, en verdad, los que más padecen, los más afectados por la crisis económica, moral y espiritual, que nos envuelve. Pero no es todo desaliento en la juventud, ni mera resignación o protesta, ni menos aún nihilismo o el vacío de quien no espera nada. Más allá de las apariencias, esos miles y miles de jóvenes, que se reunirán con el papa Francisco en Lisboa, nos trasmiten el mensaje claro de una juventud que expresa un deseo profundo y una búsqueda sincera de los valores auténticos que tienen su plenitud en Cristo.
Las Jornadas son una experiencia inolvidable. El encuentro gozoso con el Señor Jesús junto con tantos jóvenes, el ambiente de oración personal y comunitaria, la celebración gozosa de la fe y del sacramento del perdón, la confraternización alegre y la experiencia de pertenencia a la Iglesia del Señor son elementos fundamentales de estos días. Y esta experiencia marcará el futuro de la vida cristiana de muchos jóvenes. ¡Cuántos jóvenes se han encontrado con Cristo en las Jornadas, cuántos se han reencontrado con la propia fe o han quedado fortalecidos en su vida cristiana! ¡Y cuántos jóvenes han descubierto la llamada del Señor al sacerdocio, a la vida consagrada, al matrimonio cristiano, a un laicado adulto y comprometido con la misión!
La JMJ de Lisboa gira en torno a la frase del Evangelio: “María se levantó y partió sin demora” (Lc 1,39). Es la actitud y el comportamiento de la Virgen María ante las palabras del ángel Gabriel, quien, al final de la anunciación, le comunica que su prima Isabel en su vejez ha concebido un hijo. Porque para Dios nada hay imposible. La Virgen María vio en las palabras del ángel una llamada de Dios a levantarse, a ponerse en camino e ir a ayudar a Isabel. María, recién concebido en su seno al Hijo de Dios, hubiera podido quedarse en casa, atendiendo a las preocupaciones de una joven encinta. Pero no; ella confió plenamente en Dios. Estaba segura que los planes de Dios son el mejor proyecto de vida. No pensaba en sí misma, sino más bien en Isabel: se levantó y partió sin demora. Llevando en su seno al Hijo de Dios, vida, alegría y esperanza para el mundo, se puso en camino para atender a su prima. “María -en palabras del Papa Francisco- se convirtió en el templo de Dios, imagen de la Iglesia en camino, la Iglesia que sale y se pone al servicio, la Iglesia portadora de la Buena Noticia”. Esto vale también y especialmente para los jóvenes.
El encuentro personal y comunitario con el Señor resucitado está siempre en el centro de las Jornadas mundiales: unos quedarán fortalecidos en la fe y vida cristiana, otros se reencontrarán con el Señor y a otros se les invitará a un primer encuentro con Cristo, vivo. Hacer la experiencia de la presencia de Cristo resucitado en la propia vida es la mayor alegría espiritual. Y esta experiencia impulsa, como a la Virgen, a llevar esta noticia a otros, a dar testimonio de la alegría de este encuentro.
María se dejó interpelar por la necesidad de su prima anciana. No se echó atrás, no permaneció indiferente. Este comportamiento de la Virgen interpela a todos y en especial a los jóvenes. Ante una necesidad concreta y urgente, hay que actuar con rapidez. Muchas personas están esperando la visita de alguien que las atienda. Muchos jóvenes están esperando una palabra que dé sentido y esperanza a su vida.
Jesús es la respuesta de Dios a los desafíos de la humanidad en cada época. Y esta respuesta, María la llevaba dentro cuando fue al encuentro de Isabel. El mayor regalo de María a su parienta anciana fue llevarle a Jesús. Ciertamente, la ayuda concreta también es inestimable. Pero nada más podría haber llenado la casa de Zacarías de una alegría tan grande como la presencia de Jesús en el seno de la Virgen,.
Acompañemos con nuestra oración a los jóvenes de la Jornada Mundial, para que sea una celebración de la fe y de la alegría cristiana que les impulse a la misión.
Desde el pasado lunes, 10 de julio, un nutrido grupo de niños y adolescentes de entre 10 y 15 años está participando del campamento de verano que, organizado por Acción Católica General de la Diócesis de Segorbe-Castellón, se está celebrando en Pereroles (Morella).
En este campamento diocesano están participando un total de 84 chavales de las parroquias del Santísimo Cristo (La Vall d’Uixó), La Asunción (Onda), Santos Evangelistas (Vila-real), de Nuestra Señora del Niño Perdido (Alquerías), de las parroquias de San José y San Vicente Ferrer (Almassora), y las parroquias de Santa Joaquina de Vedruna, San Miguel y El Salvador de Castellón. Junto a ellos un equipo de 20 personas entre monitores, catequistas y personas de apoyo, además de varios sacerdotes.
Acción Católica General ofrece la oportunidad de que los niños y adolescentes puedan disfrutar de unos días de convivencia en los que, además de fraguar nuevas amistades, puedan descubrir el estilo de vida que Dios, a través de Jesús, les propone. Tal como explica Mamen Salvador, Presidenta de Acción Católica General, el objetivo del campamento es, entre otros, «presentar a Jesús como el chef experto del corazón, aprender a ser misioneros de Dios sirviendo al estilo de Jesús, profundizar en la Eucaristía, y ver la importancia del fuego del Espíritu como motor y animador del corazón para realizar las tareas de Dios».
Bajo el lema «La receta de tu vida», los participantes van a descubrir una vida llena de color, alegría, reflexión, teniendo también la posibilidad de hablar con Él a través de los momentos de oración. Todo ello combinado con actividades al aire libre, fomentando valores que contribuyen a descubrir cómo la vida, de la mano de Jesús, les ayuda a ser mejores en sus relaciones familiares, con sus amigos, en su escuela, el barrio o la parroquia.
A partir del próximo fin de semana arrancará el campamento para unos 35 niños de 7 a 9 años que estarán acompañados por un equipo formado por unas 15 personas. A esta convocatoria se han apuntado niños de parroquias de Castellón, Alquerías, Onda y La Vall d’Uixó.
VI Encuentro Diocesano de Jóvenes en Segorbe con motivo del Año Jubilar Diocesano
Casi 250 adolescentes y jóvenes confirmandos se han unido hoy a la celebración del Año Jubilar Diocesano durante el VI Encuentro que, organizado por la Delegación para la Infancia y la Juventud, se ha celebrado extraordinariamente en Segorbe.
La S.I. Catedral ha acogido a los peregrinos, procedentes de diferentes comunidades parroquiales de la Diócesis, así como a sus párrocos y catequistas en una jornada que ha sido de júbilo y celebración, pero también de reencuentro con Jesucristo en este proceso de maduración y crecimiento de fe que supone prepararse para recibir el Sacramento de la Confirmación. Han participado las parroquias de San Miguel, San Vicente Ferrer, Santa María y La Sagrada Familia (Castellón); la parroquia de San Francisco, y la Arciprestal San Jaime (Vilarreal): También las parroquias de San Bartolomé de Nules, San Jaime de Oropesa del Mar, San Bartolomé de Torreblanca, Santo Tomás de Benicassin; La Asunción de La Vall d’Uixó, y las parroquias de Betxí, Segorbe y Azúebar. Del mismo modo se han sumado a este Encuentro Casa de Misericordia, Jòvenes en el corazón de Cristo, Juniors el Carmen y Scouts Tramuntana Almassora, entre otros movimientos juveniles de la Diócesis
A primera hora de la mañana se concentraban en la explanada del Santuario de la Cueva Santa, Patrona de la Diócesis de Segorbe-Castellón, y en el interior ha habido una pequeña celebración, con la bendición de los peregrinos y la lectura del Evangelio. Desde allí han emprendido camino a pie hasta Segorbe.
En este especial peregrinaje a la Iglesia Madre de nuestra Diócesis, «hemos considerado muy oportuno hacerlo de la mano de María, que acoge y abraza a todos nuestros jóvenes para llevarlos hasta su Hijo», ha señalado D. José Miguel Sala, Delegado Diocesano para la Infancia y la Juventud.
Con gran entusiasmo y alegría se ha iniciado la jornada «en camino» simbolizando que ellos – los jóvenes – «también lo hacen en comunión con nuestro Obispo para salir a la misión que la Iglesia les encomienda de anunciar la alegría del Evangelio a aquellos otros que están más alejados o que ni tan siquiera conocen a Jesucristo».
Acompañarles en este proceso supone, según advierte el Delegado Diocesano, «compartir sus inquietudes y sus anhelos, escucharles y comprender las dificultades a las que muchas veces se enfrentan en el camino de la vida». De hecho para el Encuentro de hoy, la Delegación Diocesana ha preparado material que les ha ayudado a vivir la jornada de la mano del mejor amigo: Jesús, a través del Sacramento de la Confesión.
Llegados a Segorbe, han sido acogidos en la Capilla del Seminario Diocesano. En procesión se han dirigido a la S.I. Catedral donde, tras cruzar la Puerta Santa, renovar el Bautismo y profesar su fe, han participado en la Santa Misa que ha presidido Mons. Casimiro López Llorente.
Tras la proclamación de la Palabra, D. Casimiro ha agradecido al Cabildo Catedral la acogida y ha mostrado su agradecimiento a los catequeistas y sacerdotes que han acompañado hoy a los jóvenes catecúmenos “por sembrar en ellos la Palabra del Señor y llevarlos hasta el encuentro con Él” por todos los frutos que ello supone.
Durante la homilía, se ha referido a la importancia histórica de la celebración que supone casi ocho siglos de historia de nuestra Diócesis desde que la Santa Sede creara la Cátedra del Obispo en Segorbe, como signo de la sucesión apostólica, que ininterrupidamente, nos remonta a la Iglesia misma de Jesús, por lo que sus primeras palabras han sido para dar gracias a Dios por la Iglesia de Segorbe-Castellón y por los dones concedidos a lo largo de la historia.
Así ha repasado junto a los adolescentes y jóvenes los signos de la celebración jubilar y que, como recordaba “comenzaba en la Cueva Santa para caminar juntos al encuentro con el Señor” resaltado la importancia de “caminar juntos como cristianos tal como lo hacía Jesús junto a sus discípulos” y formar así “la familia de los amigos de Jesús”.
La unión de todos hoy, forma, ha dicho D. Casimiro, una parte del Pueblo de Dios de Segorbe-Castellón, “independientemente de la parroquia a la que pertenecemos o del movimiento de la Iglesia con el que caminamos en la fe, todos formamos parte de la familia de los Hijos de Dios y amigos de Jesús”.
Ha recordado el paso por la Puerta Santa, “signo vivible del mismo Jesús que es la puerta para entrar en su comunidad e ir al Padre, haciendo estación ante la presencia real de él en medio de nosotros a través de la Eucaristía”.
Les ha animado a ser piedras vivas de la Iglesia que camina en Segorbe-Castellón “en comunión con Dios y con los hermanos para salir a la misión y anunciar la alegría del Evangelio”. No ha sido ajeno nuestro Obispo a las especiales dificultades a las que se enfrentan los jóvenes en la sociedad actual y que, en alguna circunstancia provocan consecuencias irremediables haciendo alusión al elevado índice de suicidios entre la gente joven.
En este sentido les ha animado a “mirar a Jesús ante la falta de esperanza, ante el desaliento o el desánimo porque Él es la luz que nos guía en el camino” y hacerlo presente en los demás, sintiéndose siempre “invitados por el Señor a llevar todos juntos la alegría y la esperanza que da su Evangelio bajo la protección de la Virgen de la Cueva Santa”.
La jornada ha continuado con la comida fraterna para participar, ya por la tarde, en tres interesantes talleres que se han organizado pensando, precisamente, en aquellas cuestiones que son más susceptibles de empatizar con ellos y así dar respuesta cristiana a las muchas inquietudes que manifiestan. Así, los influencers católicos Quique y Mery han sido los ponentes del taller sobre el noviazgo; Juan Colomina, psicólogo y experto en adicciones les ha ayudado a conocer pautas y herramientas para evitar caer en este mal que, en diferentes tipologías atrapa a muchos jóvenes. Por último se ha celebrado una charla de series y películas ofrecida por el escritor y director de cine, Diego Blanco.
Los jóvenes confirmandos también han podido celebrar un rato de oración íntima con el Señor a través de la Adoración al Santísimo Sacramento del Altar. Y como no hay encuentro de jóvenes sin música, la Delegación Diocesana ha organizado un concierto con la rapera católica Aisha que ha servido para poner el colofón a un Encuentro en el que los adolescentes y jóvenes de nuestra Diócesis, han ganado también su Jubileo.
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