El Obispo, D. Casimiro, invita en la Fiesta de les Rosarieres a escuchar, creer y acoger a Dios para salir a la misión
Esta mañana, la Arciprestal San Jaime de Vila-real ha acogido la Solemne Eucaristía, presidida por nuestro Obispo, D. Casimiro, en la Fiesta de la Asociación de Hijas de María del Rosario, les Rosarieres.
Todos los años, alrededor de 6.000 asociadas de esta asociación religiosa fundada en 1820 celebran con gran devoción en la primera quincena de octubre sus Fiestas principales. Entre los actos y eventos, llevan a cabo un pregón, Triduo, Rosario, procesiones, ofrenda, certamen literario, Vigilia, poesías, cantos, concurso de dibujo y la fiesta principal para solteras y casadas.
“El Señor nos convoca para unirnos en la oración y honrar a nuestra Madre, la Virgen del Rosario”, decía el Obispo en la homilía, y “lo hacemos celebrando la Eucaristía, que es lo más grande que tenemos”. En ella “le damos gracias a Dios porque nos ha dado a su Madre para que sea también nuestra Madre”, que es quien “guía nuestros pasos” para ser “creyentes, discípulos y misioneros del Señor”.
“Ella guía también los pasos de cada comunidad parroquial”, y “guía los pasos de nuestra Iglesia diocesana” en la llamada a celebrar el Año Jubilar Diocesano para conmemorar el 775º Aniversario de la creación de la sede episcopal en Segorbe y de nuestra Diócesis, así como a participar en la Reflexión Diocesana “para escuchar los caminos que Dios nos propone”, para vivir en comunión y para salir a la misión, un mandato del Señor “que sigue hoy presente y que nos corresponde a nosotros acogerlo y vivirlo”.
D. Casimiro ha destacado cuatro palabras: escuchar, creer, acoger y salir. “María es una mujer que escucha a Dios, cree y confía en Dios, acoge la vocación de ser su Madre, y sale a atender a su prima Santa Isabel”.
“Ella escuchó la llamada del Señor a ser su Madre”, ha dicho exhortando a los presentes a escuchar con atención la Palabra de Dios, porque así escuchamos lo que Él nos quiere decir. Del mismo modo que “María cree en Dios y confía en Él”, también nosotros estamos llamados a creer en el Señor “en las alegrías y en la dificultad, en las penas, e incluso en la muerte, porque nada ni nadie nos podrá separa del amor de Dios manifestado en Cristo Jesús”.
“María acoge a Dios, acoge su voluntad”, ha continuado, invitándonos a acoger el designio de Dios y dejar que Él actúe en nuestra vida, cada uno en su vocación. Y finalmente, “María es una mujer misionera”, ha explicado citando al Papa Francisco, ella “es la primera misionera de la historia” al ir en camino a prisa para visitar a su prima Santa Isabel, “llevando en su seno al Hijo de Dios”. Así también nosotros, “como ella estamos llamados a salir a la misión”, a dar a conocer a Jesús, “para que todo el que crea en Él tenga vida eterna”.
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