El Obispo anima a los jóvenes a «compartir juntos la alegría de ser cristianos»
V Encuentro Diocesano de Jóvenes en proceso de confirmación
Tras dos años consecutivos sin poderse realizar debido a la pandemia, se ha retomado este año, el Encuentro Diocesano de jóvenes en proceso de confirmación que, en su quinta edición, se ha celebrado hoy en el Seminario Diocesano del Mater Dei. La jornada ha estado presidida por el Obispo de la Diócesis, Monseñor Casimiro López Llorente quien ha invitado a los adolescentes y jóvenes confirmandos a «compartir juntos la alegría de ser cristianos y de ser amigos de Jesús».
El Encuentro ha comenzado a primera hora de la mañana con la acogida de los participantes. La jornada ha continuado con la oración inicial en el salón de actos y las palabras de acogida de nuestro Obispo.
D. Casimiro ha vivido este Encuentro con especial entusiasmo y gozo, por ser una oportunidad, tal como les ha trasmitido, para «escuchar vuestros anhelos y esperanzas, pero también las dificultades y peticiones a nuestra iglesia diocesana, para poder ser y vivir como cristianos». En su mensaje a los jóvenes ha querido enfatizar respecto a la importancia del proceso que están viviendo como bautizados, en el que se están preparando para recibir su confirmación «acogiendo personalmente la gracia y la vida que Dios os da, primero en el bautismo y la primera comunión, y una vez finalice este proceso de iniciación cristiana, también en la confirmación». De esta forma se convertirán en «cristianos de verdad», ha recalcado nuestro Obispo,»creyentes en Cristo Jesús y sus amigos discípulos misioneros en el seno de la comunidad de Iglesia».
Durante toda la jornada se ha vivido, como decía el Obispo, «la alegría de la fe» poniendo el acento en que, como rezaba el lema del encuentro «juntos somos Iglesia» y a ellos les ha invitado a sentirse partícipes de la celebración de los 775º años de la creación de la Sede Episcopal en Segorbe, que es – ha insistido – «la Iglesia a la que pertenecemos» y como padre y Pastor de los más de 200 jóvenes que han asistido al encuentro junto a sacerdotes y catequistas, les ha hecho sentirse «parte de esta gran familia que somos todos los bautizados y, como tal hay que, vivirla y sentirla y juntos seguir siendo la familia de los amigos de Jesús».
La intervención de nuestro Obispo ha sido una breve, pero intensa catequesis en la que D. Casimiro ha unido a todos los jóvenes en torno al ejemplo de Jesús «para seguirle como antes lo hicieron sus discípulos». Recordando a los discípulos de Emaús, ha insistido el Obispo, en la necesidad de salir juntos a su encuentro, convirtiéndonos en parte de su familia. ¿Qué ocurre si en una familia cada uno va por su lado?, ha interpelado D. Casimiro, «que la familia se rompe». Así, les ha exhortado a vivir su fe y su crecimiento espiritual en la «familia que formamos todos juntos y que es nuestra Iglesia Diocesana», porque al igual que ocurre en el seno de la familia, «es donde encontramos el cariño, la comprensión, el afecto de Jesús que se hace presente entre nosotros».
Con el objetivo de confraternizar y animar a la participación, los confirmandos de las parroquias de la Diócesis han asistido a la actuación del joven mago David Reolid (miembro de la Parroquia de San José Obrero, en Castellón) que ha cautivado a los participantes con su actuación.
En esta jornada, el Delegado Diocesano de Infancia y Juventud, D. José Miguel Sala, ha explicado «la importancia del Encuentro para conocerse entre parroquias y animarse entre ellos pues no están solos en el proceso de confirmación y son muchas y muchos los adolescentes y jóvenes que necesitan sentirse acompañados, no solo por los catequistas, sino también por quienes están en su misma condición».
Tras estos dos años de pandemia en los que no se ha podido celebrar, el Encuentro de hoy ha servido también a la Delegación de Infancia y Juventud, «para presentar las diferentes actividades organizadas por la Delegación en las que se pueden implicar: vigilias, encuentros de jóvenes, peregrinaciones, etcétera, que sirven para crecer juntos en la fe, pero también para compartir esperanzas y enfrentarse a las dificultades creciendo juntos espiritualmente como Iglesia diocesana».
Para ello se han organizado diferentes dinámicas que han girado en torno al lema «Juntos, somos Iglesia». Los jóvenes tienen mucho que aportar a la Iglesia de Segorbe-Castellón que quiere escuchar su voz para lo que, desde la Delegación diocesana de Infancia y Juventud , se ha adaptado el cuestionario de la reflexión diocesana en el proceso sinodal con preguntas centradas en los temas de la comunión y misión, y acompañamiento. Este acompañamiento es necesario, ha dicho D. José Miguel Sala, máxime en el momento actual «en el que los jóvenes acuden a las catequesis de post comunión con muchísimos interrogantes, dudas e inputs que reciben arrastrados por las modas o las redes sociales».
Eucaristía: centro neurálgico del encuentro con Jesús
Todo ello se ha puesto de manifiesto en la Eucaristía, centro neurálgico del encuentro con Jesucristo, que ha estado presidida por el Obispo. A la luz de la Palabra proclamada, la homilía de D. Casimiro ha puesto el acento en el «amor de Dios». Ya en la primera lectura (Gén 15, 5-12; 17-18)) los jóvenes participantes se han podido sentir parte de la descendencia de «aquel día en que el Señor hizo alianza con Abraham». Sintiéndose parte viva de la Iglesia Diocesana el salmista alababa al Señor que «es mi luz y mi salvación«. La alegría de lo que se ha vivido hoy quedaba reflejada también en la segunda lectura (Flp 3, 17-4,1) en la que se invitaba a los jóvenes a «mantenerse en el Señor». Y de la mano del evangelista Lucas (9,28-36) han subido al monte Tabor, junto a Pedro, Juan y Santiago reviviendo las palabras de Pedro al Maestro: «qué bien se está aquí».
La comida en fraternidad ha sido el prolegómeno de la fiesta final del encuentro, amenizada por Hakuna Group Music, con quienes los jóvenes han podido sentirse «forofos» de Jesús y, a pesar de sentir «vértigo y dudas» quieren abrirle la puerta a Jesús para sentir su «Misericordia». Un amplio repertorio de canciones que han contribuido a sentirse parte de la Iglesia alegre, unida y abrazada por Jesús.
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