Clausura de la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos
La S.I. Catedral de Segorbe, acogió ayer la oración ecuménica que culminó la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos que se ha celebrado en todo el mundo. El Obispo de Segorbe-Castellón, Mons. Casimiro López Llorente, presidió la celebración de la Palabra en la que participaron las comunidades católicas, ortodoxas y evangélicas. En la celebración participaron también los sacerdotes del Patriarcado de Rumanía, Padre Nicolae, párroco de la parroquia ortodoxa de Castellón y el Padre Augustin, párroco de la parroquia de Segorbe, así como el Pastor Francisco Hilario, del Centro Cristiano de Castellón.
La Palabra de Dios ocupó la centralidad del espacio celebrativo, que fue introducido por Amelia, miembro de la Delegación de Ecumenismo haciendo hincapié en el tema de este año: “Haz el bien; busca la justicia” Isaías 1,17, dando la bienvenida a todos los participantes.
Los seminaristas del Redemptoris Mater en Betxí, fueron los encargados del canto del primer himno a la entrada, acompañando a los representantes de las distintas Iglesias. El frío no impidió la participación conformando una asamblea unida en la fe.
La oración de perdón, inspirada en la Palabra de Isaías (1, 12-18), fue pronunciada por el Pastor Paco Hilario, que vertió agua en una jofaina, como símbolo de la purificación de los corazones por la acción de la gracia de Dios.
Uno de los momentos más significativos fue el testimonio de tres hermanos de las distintas Iglesias. Todos coincidieron en la acción de Dios que opera en el corazón de quién en Él confía. Su testimonio certificó que Dios siempre está presente, sobre todo en los momento de duda, de adversidad y de inseguridad.
La celebración terminó con un himno de acción de gracias, la oración del Padre Nuestro y la bendición de Dios.
La parte musical de la celebración supuso también un signo de unión pues participaron el coro de la Catedral, el coro de la parroquia ortodoxa de Castellón y el seminario Redemptoris Mater.
El encuentro finalizó en el Seminario Diocesano de Segorbe. Allí los 200 participantes se unieron en torno a la mesa de la fraternidad, que es mesa también del pan común, de los que se sienten hijos del mismo Padre y hermanos unos de los otros.
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