• Plan Diocesano de Pastoral 2023-2027
  • Jubileo 2025
  • Protección de menores
Obispado Segorbe-Castellón
  • Noticias
    • Hemeroteca
    • Noticias por categoría
    • Entrevistas
    • La Hoja
    • Reportajes
    • Colaboraciones
    • Datos de contacto
  • Diocesis
    • Obispo
      • Biografía
      • Cartas
      • Decretos
      • Homilías
      • Agenda Institucional
    • Vicaría General
      • Vicaría General
    • Historia
      • Nuestra história
    • Episcopologio
      • Episcopologio de la Diócesis
    • Curia
      • Curia y Vicarías
    • Consejos Diocesanos
      • Consejos Diocesanos
    • Organización Territorial
      • Cabildos y Arciprestazgos
      • Parroquias y Capellanías
      • Casa Sacerdotal
    • Patrimonio Cultural
      • Patrimonio Cultural
      • Visitas virtuales 360º
      • Diócesis y arciprestazgos
  • Pastoral
    • Delegaciones
      • Vicaría de Pastoral
    • Formación y Educación
      • Escuela de Teología
      • Colegios Diocesanos
      • Centros Docentes Católicos
    • Movimientos y Asociaciones
      • Asociaciones de Fieles Públicas Laicales
      • Ordenes Terceras
      • Asociaciones de Fieles Públicas Clericales
      • Asociaciones de Fieles Privadas
  • Caritativo – Social
    • Cáritas
      • Cáritas
      • Datos de Contacto
    • Pastoral Caritativa-Social
      • Pastoral Caritativa – Social
      • Entidades
  • Vocaciones
    • Sacerdocio
      • Seminario Mayor Diocesano Mater Dei
      • Seminario Mayor Diocesano Internacional y Misionero “Redemptoris Mater”
      • Seminario Menor Diocesano “Mater Dei”
    • Diaconado Permanente
      • ¿Qué es?
      • Comisión para el Diaconado Permanente
      • Noticias
    • Vida Consagrada
      • Vida Activa
      • Vida Contemplativa
    • Familia
      • ¿Os queréis casar?
      • Recursos para las familias
      • Delegación Diocesana de Pastoral Familiar y de la Vida
    • Laicado
      • ¿Qué es el laicado?
      • Congreso Nacional de Laicos
      • Plan Diocesano del Postcongreso de Laicos
      • Movimientos y Asociaciones de Apostolado Seglar
      • Noticias
  • Archivo
  • Participación y Transparencia
    • Dono a mi iglesia
    • xtantos
    • Organigrama
      • Organigrama
    • Memoria de Actividades
    • Estatutos y Reglamentos
      • Estatutos y Reglamentos
    • Subvenciones y Convenios
      • Subvenciones y Convenios
    • Información Económica
      • Normativa Económica
      • Información Económica
      • Manuales de buenas prácticas
    • Protección de menores
      • Oficina de protección de menores
      • Decretos
      • Protocolo de la Diócesis
      • Protocolos de la CEE
      • Vademecum
    • Protección de datos
      • Oficina de protección de datos
      • Nombramiento del Delegado diocesano
      • Decreto general de la CEE
      • Política de privacidad
  • Click to open the search input field Click to open the search input field Buscar
  • Menú Menú

La fe: don gratuito de Dios

14 de octubre de 2012/0 Comentarios/en Cartas 2012/por obsegorbecastellon

Queridos diocesanos:

Recién comenzado el Año de fe, que nos invita a redescubrir la fe, es bueno recordar que la fe es un don gratuito de Dios. La fe, en efecto, no se debe a nuestro esfuerzo,  ni es el resultado de nuestra búsqueda. Nosotros anhelamos y buscamos. Pero “creer” es regalo de Dios. La fe nace y se alimenta de su gracia. Dios está ahí desde el comienzo. La persona sólo inicia su movimiento hacia Dios porque, desde el primer momento, Dios está en el fondo de  su ser, atrayéndola hacia su propio Misterio. Es su presencia amorosa la que origina y sostiene su itinerario hacia Dios. Buscamos a Dios, pero él “no está lejos de ninguno de nosotros, pues en él vivimos, nos movemos y existimos” (Hch 17,27-28). Sin su luz, aunque sólo sea bajo forma de preguntas que brotan en el corazón humano, nadie buscaría su rostro. Sin su presencia, percibida oscuramente en el fondo de la conciencia, nadie daría paso alguno hacia Él.

Todos, lo sepamos o no, estamos habitados por esta presencia de Dios. Aun el más indiferente o el más incrédulo, vive envuelto por la gracia de Dios que lo acoge y lo ama sin fin. Dios no fuerza ni coacciona. Sólo se ofrece, sin retirar nunca su amistad. Ni siquiera el pecado destruye su presencia; sólo impide que nos abramos a ella. Dios se ofrece y nos busca permanentemente a través de personas, experiencias y acontecimientos que nos interpelan y nos atraen hacia él.

Por eso, el esfuerzo de la persona que busca la verdad y quiere creer no se dirige a “conseguir” a Dios. Se orienta, más bien, a hacerse disponible, a escuchar y acoger, a sintonizar con la llamada que se le hace, a dejarse encontrar por Dios y su amor. Se trata de reconocer a Dios y su presencia: “Dios estaba ahí, y yo no lo sabía” (Gn 28,16). Quien se orienta hacia Dios vive una experiencia difícil de explicar, pero cada vez más inconfundible. Busca, pero sobre todo es buscado. Llama, pero sobre todo es llamado. Da pasos, pero atraído y conducido por Dios. No es él la fuente de la búsqueda. Lo que mejor define su postura es la acogida.

La fe no es el resultado de nuestras investigaciones, sino que brota siempre de una confianza cada vez más viva que Dios mismo va despertando al revelarse en nosotros. Por eso, para creer, lo importante es ponerse ante Dios, y acoger su amor y su llamada. La fe no es tampoco una decisión que tomamos convencidos por el testimonio o la argumentación de otros creyentes; estos sólo pueden ayudarnos e invitarnos a escuchar al que está ya presente en nosotros. Lo decisivo es el encuentro con Dios en Jesucristo. Este es el camino para despertar y reavivar nuestra fe.

La fe es pues un don gratuito que hemos de agradecer. No es una conquista, algo exigible a lo que tenemos derecho porque nos lo hemos merecido. La fe nos viene dada, es regalo de Dios. Esto no quiere decir que Dios la ofrece arbitrariamente a unos y la niega a otros. Todo hombre ha sido creado por Dios y lleva dentro de sí una llamada a buscarlo y encontrarlo. Sin ese encuentro, no se salva como hombre. Por eso, hemos de decir que Dios, siendo gratuito, es lo más precioso y necesario para el ser humano, pues es su alegría, su plenitud y su salvación. Así nos lo muestran las palabras del Ángel Gabriel a María: “Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo”; y la respuesta de la Virgen: “He aquí la esclava del Señor; hágase en mi según tu palabra” (Lc 1, 28.38).

Con mi afecto y bendición,

 

+ Casimiro López Llorente

Obispo de Segorbe-Castellón

Compartir

En vísperas del Año de la fe

7 de octubre de 2012/0 Comentarios/en Cartas 2012/por obsegorbecastellon

Queridos diocesanos:

Nos encontramos ya en vísperas del inicio del Año de la fe, convocado por Benedicto XVI mediante su carta apostólica Porta fidei (“la puerta de la fe”). El mismo Papa lo inaugurará en Roma el próximo día 11 de octubre para toda la Iglesia Universal. Ya en este día nos uniremos al Santo Padre y a toda la Iglesia mediante la oración. Y tres días más tarde, todos los miembros de la Iglesia diocesana de Segorbe-Castellón estamos convocados e invitados a la inauguración diocesana de este Año de la fe con la solemne Eucaristía concelebrada, que presidiré como vuestro Obispo en la S.I. Concatedral de Santa María de Castellón el domingo 14 de octubre a las seis de la tarde.

Recordemos que el motivo de este Año de la fe es la celebración del cincuenta aniversario de la apertura del Concilio Vaticano II en 1962 y el vigésimo ani­versario de la publicación del Catecismo de la Iglesia Católica. El Concilio Vaticano II es, en palabras del Papa, “la gran gracia de la que la Iglesia se ha beneficiado en el siglo XX”, “una brújula segura para orientarnos en el camino del siglo que comienza” y “una gran fuer­za para la renovación siempre necesaria de la Iglesia”. Y el Catecismo de la Iglesia Católica, por su parte, es “uno de los frutos más importantes del Concilio Vaticano II”, un “subsidio precioso e indispensable, y un verdadero instrumento de apoyo a la fe”. Releer y estudiar los documentos de Concilio nos ayudará a fortalecer nuestra fe.

En efecto: ante el cansancio, el debilitamiento o las dudas de la fe, ante el ambiente de increencia e indiferencia religiosa, el Santo Padre nos llama e invita a una renova­da conversión al Señor Jesús para redescubrir la fe y recuperar la alegría de creer de modo que todos los miembros de la Iglesia seamos para el mun­do actual testigos gozosos y convincentes del Señor Resucita­do, capaces de señalar la “puerta de la fe” a todos en estos tiempos de nueva evangelización. Como dice el libro de los Hechos de los Apóstoles (14, 27), Dios, por medio de la predicación de San Pablo, abre a los gentiles la puerta de la fe. Por la fe, el ser humano es intro­ducido en la vida de comunión con Dios; una vida que comienza en el bautismo y que, si es acogida y vivida con fidelidad, continuará en plenitud más allá del tránsito de la muerte en la vida eterna.

El primer paso con el que se llega a la fe es don de Dios, una gracia de Dios que impulsa a prestar asentimiento de mente y de corazón al Dios que nos habla y a los contenidos de la fe. Así escribe San Pablo: “Con el corazón se cree y con los labios se profesa” (Rom 10, 10).  Por eso, este año es un tiempo de gracia para agradecer a Dio el don de la fe y redescubrir lo que significa creer a Dios así como para conocer mejor los contenidos de la fe en la tradición viva de la Iglesia.

Aprender, recitar y rezar el Credo a solas o en familia, por ejemplo, o el estudio del Catecismo de la Iglesia católica nos ayudarán a profundizar en la fe para confesarla con plenitud y renovada convicción, con confianza y esperanza. Será también una ocasión propicia para intensificar la celebración de la fe en la liturgia, de modo particular en la Eucaristía, y reforzar el testimonio de vida de los creyentes y, en especial, el testimonio de la caridad. La fe sin la caridad no da fruto, y la cari­dad sin fe sería un sentimiento constantemente a merced de la duda.

Abramos nuestra mente y nuestro corazón al Señor, que nos quiere enseñar nuevamente el ‘arte de vivir’ que se aprende en una intensa relación con El, para descubrir la alegría de creer y volver a encontrar el entusiasmo de comunicar la fe.

Con mi afecto y bendición,

 

+ Casimiro López Llorente

Obispo de Segorbe-Castellón

Compartir

San Juan de Ávila, Doctor de la Iglesia

30 de septiembre de 2012/0 Comentarios/en Cartas 2012/por obsegorbecastellon

Queridos diocesanos:

El Papa Benedicto XVI proclamará a San Juan de Ávila Doctor de la Iglesia Universal el próximo 7 de octubre.  Con motivo del Año de la fe es bueno “volver la mirada” hacia este Santo y gran evangelizador; ello nos ayudará a perseverar en la misma fe de la que él fue maestro y difusor incansable. San Juan de Ávila, patrono del clero secular español desde 1946, quizá no sea muy conocido. Por ello es preciso recordar quién es este santo español, resaltar la actualidad de su vida y de su mensaje así como señalar el significado de su proclamación como Doctor de la Iglesia Universal.

Juan de Ávila nació en el umbral del siglo XVI, (1499 ó 1500), en Almodóvar del Campo (Ciudad Real); allí creció y se educó en un ambiente cristiano. Más tarde estudió Leyes en la Universidad de Salamanca, y Artes y Teología en la de Alcalá. Ordenado sacerdote en 1526, celebró su primera Misa solemne en su pueblo natal y lo festejó invitando a los pobres a su mesa y repartiendo entre ellos su cuantiosa herencia. A punto de embarcar para irse a América, el Arzobispo de Sevilla le pidió que se quedase a ejercer el ministerio evangelizador en España. Juan de Ávila recorrió pueblos y ciudades de La Mancha, Extremadura y, sobre todo, de Andalucía, lo que le valió el título de ‘Apóstol de Andalucía’. Tras varios años en Granada pasó los últimos quince años de su vida en Córdoba. Murió en Montilla, el 10 de mayo de 1569. Allí se veneran sus reliquias en el Santuario que lleva su nombre.

San Juan de Ávila fue un enamorado de Dios y de la Eucaristía, fiel devoto de la Virgen, conocedor de los Padres, de los santos y de la teología y cultura de su tiempo, buen consejero y animador de las vocaciones sacerdotales, religiosas y laicales en el camino de la santidad. Vivió en comunión la amistad, la fraternidad sacerdotal y el trabajo apostólico. San Juan de Ávila fue y sigue siendo un referente de santidad para los sacerdotes: un sacerdote que encontró la fuente de su espiritualidad en el ejercicio de su ministerio, configurado con Cristo. Gozó del particular carisma de sabiduría, fruto del Espíritu Santo.

Desprendido, generoso y, sobre todo, enamorado de Dios, Juan de Ávila vivió desposeído de los bienes materiales, pero con el corazón lleno de fe y de entusiasmo evangelizador, dedicado por entero a la oración, al estudio, a la predicación y a la formación de los pastores del pueblo de Dios. Fe maestro y testigo de vida cristiana de muchos santos contemporáneos suyos. San Juan de Ávila fue un gran conocedor de la Sagrada Escritura, a la que siempre remitía y que, según se decía, se sabía de memoria. Y fue también un gran escritor. Entre sus muchos libros, sermones, pláticas y cartas, se encuentra el tratado de vida espiritual “Audi, filia”.

Al declararlo Doctor de la Iglesia Universal, la Iglesia reconoce que San Juan de Ávila ha estudiado y contemplado con singular clarividencia los misterios de la fe, que ha sido capaz de exponerlos de tal modo que les sirvan de guía a los fieles en su formación y en su vida espiritual, y que ha vivido de forma coherente con su enseñanza. Por todo ello, su vida y sus obras siguen vivas y de plena actualidad en este momento crucial en que nos apremia la urgencia de una nueva evangelización. Los verdaderos creyentes como él son siempre contemporáneos. Pidamos al Señor que el Doctor del amor de Dios nos ayude a acrecentar este amor y a fortalecer nuestra fe.

Con mi afecto y bendición,

 

+Casimiro López Llorente

Obispo de Segorbe-Castellón

Compartir

El Vaticano II: brújula en un mar abierto

28 de septiembre de 2012/0 Comentarios/en Cartas 2012/por obsegorbecastellon

Queridos diocesanos:

La conmemoración del 50º Aniversario del Concilio Vaticano II  es una de las razones de la convocatoria del actual Año de la fe. El Concilio, anunciado por sorpresa por el Beato Juan XXIII a inicios de 1959,  supuso no sólo el mayor acontecimiento religioso del siglo XX sino también la reunión más numerosa de obispos en toda la historia de la Iglesia. Desde el anterior concilio, el Vaticano I (1869-1870), había transcurrido casi un siglo y, sobre todo, el mundo había cambiado completamente.

En un contexto de cambio y optimismo, su convocatoria despertó un interés generalizado en la Iglesia y por la Iglesia y su voluntad de renovarse. El cristianismo, que había construido y plasmado el mundo occidental, parecía perder cada vez más su fuerza creativa. Se le veía cansado y daba la impresión de que el futuro era decidido por otros poderes espirituales. El sentido de esta pérdida y de la tarea que ello comportaba se resumía en la palabra “aggiornamento” (actualización). El cristianismo debía estar en el presente para poder forjar el futuro. Esto no significaba que la Iglesia tuviera que someterse al mundo moderno, sino que debía ofrecer una actitud dialogante para presentar el Evangelio según las preguntas profundas del hombre de su tiempo.

La preparación duró casi un cuatrienio. Luego, desde el 11 de octubre de 1962 hasta el 8 de diciembre de 1965, fue el tiempo del concilio, celebrado en los meses de otoño de esos cuatro años. El fruto del trabajo conciliar quedó plasmado en las cuatro grandes constituciones –sobre la Liturgia, la Palabra de Dios, la Iglesia y la Iglesia en el mundo actual-, nueve decretos y tres declaraciones. Pasado medio siglo desde la apertura del Concilio es el momento de su lectura sosegada, para comprenderlo en el plano de la fe y para superar las mitificaciones y los ásperos contrastes en su interpretación histórica y teológica. Esto no favorece ni el conocimiento ni la recepción del Vaticano II. En este momento, cuando el Año de la Fe nos invita a reactivar la fe, la vida y la misión evangelizadora de la Iglesia estamos llamados a leer, estudiar y volver a proponer los grandes textos que dejó el Vaticano II.

El Concilio fue una vuelta al centro de la fe. Buscaba hacer vivir con más vitalidad la Palabra de Dios. También representó una mayor importancia de la liturgia como presencia del Misterio de Dios. Asimismo mostró una comprensión más profunda de la Iglesia y alentó una mayor presencia dialogante de la Iglesia en el mundo actual. Con palabras del Beato Juan Pablo II, el Vaticano II es una “gran gracia” de Dios y una “brújula segura” para la Iglesia actual. Sus documentos son “incluso para nuestro tiempo, una brújula que permite a la nave de la Iglesia avanzar en el mar abierto” (Benedicto XVI).  Por ello es necesario volver a los textos conciliares. Hay muchas publicaciones que a menudo en lugar de dar a conocer los documentos del Concilio, los han ocultado. Su lectura y estudio directo hace posible acercarse a la inmensa riqueza que nos ha legado la asamblea ecuménica, que hemos de leer en continuidad con la tradición viva de la Iglesia.

Para nuestro tiempo, marcado por un olvido de Dios, el Concilio tiene un  mensaje fundamental: “el cristianismo en su esencia consiste en la fe en Dios, que es Amor trinitario, y en el encuentro, personal y comunitario, con Cristo que orienta y guía la vida. Todo lo demás se deduce de ello” (Benedicto XVI).

Con mi afecto y bendición,

 

+Casimiro López Llorente

Obispo de Segorbe-Castellón

Compartir

La puerta de la fe: la oración

23 de septiembre de 2012/0 Comentarios/en Cartas 2012/por obsegorbecastellon

Queridos diocesanos:

El Año de la fe es una ocasión propicia para redescubrir nuestra fe cristiana y la alegría de creer. Este es, entre otros, el deseo del Santo Padre y el motivo de su convocatoria. Ya cercano su inicio nos debemos ir preparando para que este “tiempo de gracia” no transcurra en vano, sino que tenga los frutos espirituales deseados.

En el camino de la fe es imprescindible la oración, que es la puerta que lleva a la fe, la hace crecer, la fortalece y la mantiene viva. La fe, en efecto, no es sólo creer como verdaderas las enseñanzas de Jesús, el Hijo de Dios, ni sólo aceptar la moral que Él nos propone. La fe incluye todo esto; pero es también y antes de nada abrir nuestra mente y nuestro corazón a Jesucristo, en quien Dios viene a nuestro encuentro para darnos su amor. Creer es confiar en Jesucristo, ponerse en sus manos, prestarle la adhesión de nuestra mente y de nuestro corazón, aceptarle como el centro de nuestra existencia. Porque creemos en Él, confiamos en Él y nos fiamos de Él, creemos y acogemos su Palabra como la Verdad y su camino como el camino de la Vida.

La fe brota del encuentro personal con el Dios vivo en su Hijo Jesucristo. El Papa Benedicto VXI nos ha escrito en su primera Encíclica, ‘Dios es amor’, que “no se comienza a ser cristiano por una decisión ética o una gran idea, sino por el encuentro con un acontecimiento, con una Persona, que da un nuevo horizonte a la vida y, con ello, una orientación decisiva” (n. 1). Es, pues, el encuentro personal con Cristo, la experiencia de su amistad y de su amor, lo que hace surgir, crecer y madurar la fe. Para ser cristiano no basta con tener unos conocimientos de Dios o de Cristo, ni unos valores cristianos. Es necesaria una experiencia personal de encuentro con Cristo, que posibilite la adhesión total de mente y corazón a Él y a su Evangelio.

Para que se dé este encuentro personal con Cristo hay que “caer en la cuenta”, del amor de Dios en Cristo, que precede cualquier decisión nuestra, como dice San Juan de la Cruz. Sólo cuando caemos en la cuenta de que Dios nos ama, que nos ha creado y redimido por sí sólo, que nos ha colmado de bienes y que quiere entablar una comunión de vida y de amor con cada uno de nosotros, podemos salir de nosotros y dejarnos encontrar y amar por Él.  El peligro y la tentación por nuestra parte es encerrarnos en nosotros mismos y no dejar lugar a Dios y su amor en nuestra existencia. Nuestro reto es descubrir que el amor de Dios por cada uno nos hace capaces de nuestra respuesta de amor en la fe.

¿Dónde descubrirlo? En la oración personal y comunitaria. Quien reza de verdad y ora con autenticidad se pone en la presencia de Dios, abre su corazón al misterio del amor de Dios, se deja encontrar y amar por Dios. La oración es la puerta para entrar en el castillo interior donde Dios habita (Santa Teresa de Jesús), es la puerta necesaria para creer. No hay otro camino para establecer una relación de amistad con Dios ni para el encuentro con Jesucristo que la oración. Y hemos de orar con constancia e insistencia.

Recuperemos o intensifiquemos la oración en este tiempo de gracia, que nos ofrece el Año de la fe. Demos a Dios cada día algo de nuestro tiempo. Y hagámoslo con fidelidad y en un lugar tranquilo, donde haya algún signo que remita a la presencia de Dios.

Con mi afecto y bendición,

 

+Casimiro López Llorente

Obispo de Segorbe-Castellón

Compartir

Fe y Misión

16 de septiembre de 2012/0 Comentarios/en Cartas 2012/por obsegorbecastellon

Queridos Diocesanos:

El próximo sábado, 22 de septiembre, celebraremos la Jornada Diocesana de inicio del curso pastoral en el Seminario Mater Dei. A ella estáis todos invitados y a todos os ruego que oréis a Dios por sus buenos frutos. Su finalidad es orar y reflexionar sobre la tarea principal de nuestra Iglesia diocesana durante el inminente curso pastoral.

Dos focos, íntimamente unidos y relacionados entre sí, van a vertebrar nuestra atención personal y comunitaria así como nuestra acción pastoral durante este curso: la fe y la misión que no es otra que la evangelización. De ahí que el título de la programación diocesana para este año sea “Fe y Misión”.

Evangelizar, es decir, llevar al encuentro salvador con  Jesucristo, el Evangelio de Dios para toda la humanidad, a cada hombre y mujer es la razón de ser, la dicha y la tarea siempre nueva de nuestra Iglesia diocesana y de cuantos la formamos: personas y comunidades, movimientos, asociaciones y grupos. Quienes acogen de verdad a Jesucristo, la Buena Nueva, se dejan transformar por ella y la hacen  vida: se genera así una comunidad evangelizada que se hace evangelizadora; su vida sólo tiene sentido pleno cuando se convierte en testimonio, anuncio y trasmisión de la Buena Nueva; cada cristiano y cada comunidad necesitan dejarse evangelizar y renovarse constantemente para conservar su frescor cristiano y su vitalidad misionera y transformadora.

En nuestro tiempo constatamos el fenómeno creciente del alejamiento de la fe cristiana. Nuestra sociedad y nuestra cultura, hasta hace bien poco impregnadas por el cristianismo, se alejan cada día más de sus raíces cristianas. La secularización, la indiferencia religiosa, el alejamiento de la fe y de la vida cristiana de muchos bautizados,  la insuficiencia en los procesos de iniciación cristiana de nuestros niños y adolescentes, o la fuerte inmigración son claros exponentes de que nos hemos convertido en ‘tierra de misión’. De ahí la llamada apremiante de los últimos Papas a una nueva Evangelización, nueva, como decía, el Beato Juan Pablo II, por su ardor, por sus métodos y por su expresión.

La tarea de la nueva Evangelización exige y presupone antes de nada una constante renovación en el seno mismo de la Iglesia. Requisito previo e indispensable para llevar a cabo la tan necesaria y urgente nueva evangelización es una Iglesia evangelizada en sus miembros, comunidades, asociaciones y movimientos. Este no es un asunto que se pueda resolver con planes de trabajo ni con reuniones de planificación. El tema capital es la conversión a Dios y al Evangelio, avivar la fe y la coherencia entre fe y vida  de todos los bautizados y de modo especial de los pastores y agentes de la evangelización.

Es necesaria una constante conversión al amor de Dios y al amor de nuestros prójimos alejados, al amor a Jesucristo que murió por ellos y por todos, al amor a los que malviven en las tinieblas del relativismo y del secularismo, condenados a la desesperanza y al vacío del desengaño. Habrá nueva evangelización en la medida en que haya cristianos (laicos, religiosos y sacerdotes) que se abran a la gracia y al Espíritu de Dios y pongan su vida de mane­ra efectiva al servicio de las necesidades del Reino en esta primera línea de la evangelización. Habrá nueva evangelización en la medida que haya verdaderos cristianos: es decir, creyentes, discípulos y testigos del Señor.

Con  mi afecto y bendición,

 

+Casimiro López Llorente

Obispo de Segorbe-Castellón

Compartir

María, modelo de fe vivida

9 de septiembre de 2012/0 Comentarios/en Cartas 2012/por obsegorbecastellon

Queridos diocesanos:

El día once de septiembre celebramos la fiesta litúrgica de la Virgen de la Cuerva Santa, Patrona de nuestra Diócesis de Segorbe-Castellón. En su fiesta, todos  estamos invitados a acudir a su Santuario en la Cueva para rezarla, honrarla y, sobre todo, para contemplar a María como modelo de una fe viva y vivida al servicio de la nueva Evangelización. Cuantos formamos la Iglesia diocesana -cristianos y comunidades- nos sentimos siempre amados y ayudados por la solicitud maternal de Santa María. A ella, la Virgen de la Cueva Santa, le invocamos como Patrona nuestra.

Tener a la Virgen de la Cueva Santa como patrona significa considerar a la Virgen María como nuestra guía, dejarnos conducir por ella escuchando sus palabras y siguiendo sus pasos: ella es la mujer humilde que cree en Dios, que acoge en su seño virginal a la Palabra, el Hijo de Dios, que le sigue como su primera discípula, que aúna a los cristianos en torno a su Hijo y que lo ofrece a todos. Cuantas veces acudimos a la Virgen, ella no deja de decirnos como a los novios de Caná, que se habían quedado sin vino: “Haced lo que Él os diga” (Jn 2,5). María no sólo es la Madre que nos da a su Hijo, el Hijo de Dios, sino que además es siempre camino que nos conduce y muestra a Jesús, fruto bendito de su vientre.

No olvidemos que Cristo Jesús es el centro, objeto y fundamento de nuestra fe. Es el único Mediador: Él es el Camino para volver a Dios y a los hermanos; Él es la Verdad que nos revela el misterio de Dios y nuestro propio misterio –el origen, el sentido y la meta de nuestra vida-; y Él es la Vida en plenitud que Dios nos regala en su cuerpo muerto y resucitado. Nuestra devoción a María es auténtica cuando realmente nos conduce a la fe en Cristo y cuando descubrimos en Ella, la primera discípula, el modelo perfecto de imitación y seguimiento de Jesús.

El cristiano que celebra las fiestas de la Virgen, a la que ama y reza, pero no acaba de hacer de Jesucristo el centro de su vida y de su fe, necesita descubrir a ese Hijo que tantas imágenes suyas nos muestran en sus brazos. El cristiano que, atraído por María, no percibe la necesidad vital de la unión con Dios en la escucha de su Palabra y en la celebración de los Sacramentos, sobre todo el de la Reconciliación y la Eucaristía, en la incorporación a la Comunidad cristiana en la celebración del Domingo, en el testimonio de palabra y en el amor vivido a Dios y los hombres, debe reconocer que su devoción a María es todavía incipiente: porque no acaba de llegar al encuentro personal con Jesucristo, sentido definitivo de nuestra devoción a la Virgen.

Ante el reto de la nueva Evangelización hemos de redescubrir a María como lugar de encuentro personal y comunitario con Dios en su Hijo Jesucristo y con los hermanos. Madre del Hijo, María nos acerca a Jesús. Madre nuestra, nos une a todos. Hija del Padre, la convierte en hermana nuestra. Mujer de este mundo, la hace cercana a nosotros. Amada del Espíritu Santo hace de ella figura ejemplar de los bautizados en Cristo, que acogen y guardan la Palabra, el Evangelio de la salvación, y dan testimonio de palabra y por la fe hecha obras de caridad. Su destino es también el nuestro.

Que la Virgen de la Cueva Santa dirija nuestros pasos durante el curso pastoral que estamos a punto de iniciar.

Con mi afecto y bendición,

 

+Casimiro López Llorente

Obispo de Segorbe-Castellón

Compartir

Vacaciones y fiestas patronales

29 de julio de 2012/0 Comentarios/en Cartas 2012/por obsegorbecastellon

Queridos diocesanos:

Antes de nada permitidme saludar especialmente a los turistas y veraneantes, que nos visitan en este tiempo de verano: Sed bienvenidos a vuestro lugar de reposo y de sosiego, a vuestra casa, que es la Diócesis de Segorbe-Castellón. Como Obispo diocesano os trasmito un cordial saludo personal y de parte de los cristianos y grupos que formamos esta familia. Os deseamos a todos un provechoso descanso y una feliz estancia entre nosotros.

Las vacaciones representan un tiempo oportuno para que el cuerpo se relaje y también para alimentar el espíritu con tiempos más largos de oración y de meditación. Son un tiempo propicio también para cultivar la amistad y la vida familiar, y para compartir, puesto que la caridad no toma vacaciones. No nos olvidemos de vivir la solidaridad. Pensemos en quienes no tienen vacaciones porque ni siquiera tienen el pan de cada día. Este tiempo de descanso puede servir para contemplar la naturaleza y sentir el valor de todas las cosas creadas, quererlas como algo muy precioso y al mismo tiempo comprender y alabar al bondadoso Dios Creador. Este sentimiento nos ha de mover a dar gracias a Dios por el don de la vida.

El testimonio y ejemplo, el de cada uno, ante los demás, también en vacaciones, es importante. Se ha de manifestar la fe. No puede faltar la asistencia a la Eucaristía dominical y se puede aprovechar la presencia de los sacerdotes para realizar una buena confesión sacramental. También en vacaciones, Dios nos sigue hablando y sale permanentemente a nuestro encuentro.

Tengámoslo presente en todo momento y también en la celebración de las fiestas patronales en honor de Cristo, de la Virgen o de los Santos. Cuando se olvida su origen, su raíz y su sentido cristiano, las fiestas patronales se asemejan a unas fiestas paganas; para muchos ya sólo conservan el nombre cristiano.

Sin embargo, celebrar a Cristo o al Salvador es una celebración de nuestra fe en Cristo Jesús, el Hijo de Dios vivo, que se ha hecho hombre, ha muerto y ha resucitado para que en El tengamos vida, la vida misma de Dios. En Cristo, Dios nos habla, sale a nuestro encuentro y nos ofrece su amor, la verdad y el camino de la vida, la esperanza que no defrauda y la vida eterna. Este es el verdadero motivo de nuestra alegría y de nuestra fiesta.

También la celebración de la Virgen y de los Santos es un motivo de gozo y de estímulo para el presente. Tenerlos como patronos es aceptarlos como guías, protectores y ejemplo. En la Virgen María y en los Santos podemos descubrir unas actitudes dignas de ser imitadas. Ellos vivieron abiertos al misterio de Dios y de su amor, y lo acogieron en sus vidas con total disponibilidad. Ellos nos recuerdan que lo que de verdad cuenta en la existencia humana es dejarse amar por Dios y amarle con todo el alma. Cuando dejamos entrar a Dios en nuestro corazón, ‘todo es gracia’, todo es amor y, por lo tanto, todo depende de la fe.  Ellos supieron acoger el misterio de Dios que irrumpía en sus vidas, confiaron en su Palabra, creyeron «contra toda esperanza», aceptando el riesgo que siempre supone la fe, sin verlo todo claro de una vez para siempre, asumiendo con coraje las dificultades y las oscuridades del camino que emprendían. Su confianza en Dios, su disponibilidad a dejarse guiar por El los convierten para nosotros en un modelo, en un punto de referencia. Aprovechemos bien este tiempo de verano.

Con mi afecto y bendición,

 

+Casimiro López Llorente

Obispo de Segorbe-Castellón

Compartir

Gratitud a nuestros abuelos

22 de julio de 2012/0 Comentarios/en Cartas 2012/por obsegorbecastellon

Queridos diocesanos:

La festividad de San Joaquín y Santa Ana, padres de la Virgen, el día 26 de julio, es una fecha muy oportuna para recordar a los abuelos y mostrarles nuestro afecto, reconocimiento y gratitud. Es una fecha propicia para rendir nuestro homenaje a tantos hombres y mujeres que juegan un papel tan importante en nuestras vidas, sobre todo en esta época que nos ha tocado vivir. Ellos nos recuerdan que la familia sigue siendo de lo más grande que tenemos: ella es la base y el cimiento de nuestra sociedad.

Nuestro recuerdo agradecido de nuestros abuelos es ante todo un acto de amor: es una devolución de ternura hacia ellos y, sobre todo, una acción de gracias respetuosa y alegre para hacerles arrancar una sonrisa y para que vuelvan a sentirse protagonistas. El respeto y el cariño hacia nuestros mayores debería ser algo connatural a nuestra sociedad, ya que la figura de los padres de nuestros padres está presente en la memoria de nuestra infancia. Nuestros abuelos no pueden ser arrinconados ni en nuestra sociedad ni en nuestra Iglesia. Ellos son punto de referencia de nuestros primeros pasos, de nuestros primeros juegos, de nuestros primeros actos de toma de conciencia, de nuestras primeras alegrías, de nuestras primeras reprimendas, de nuestros primeros cumpleaños y de tantos y tantos momentos inolvidables en nuestros primeros años de vida.

Los padres muchas veces a causa de sus trabajos encomiendan a los abuelos el cuidado de los niños, el levantarlos, el llevarlos al colegio y recogerles del mismo, el darles de comer o merendar. Infinidad de veces, los abuelos hacen las funciones de padres con todo amor y dedicación: van educando a sus nietos con la ternura que se merecen, a fin de que descubran la vida sin traumas y sin complejos; les ayudan en todo lo que pueden, mejorando, incluso aquellas cosas que saben por experiencia que han de hacer de otra manera, recordando los errores que tuvieron con sus propios hijos. Por todo esto y por mucho más creemos que los abuelos se merecen un sitio especial en los corazones de los hijos, en la familia y en la sociedad.

Y también en nuestra Iglesia. Los abuelos tienen hoy una impor­tancia capital en la delicada y di­fícil tarea de la educación en la fe cristiana y en la transmisión de la fe a las generaciones más jóvenes. Cuando al final de las Confirmaciones felicito a los abuelos y les agradezco haber sido educadores y transmisores de la fe de sus nietos, que han recibido la Confirmación, ellos asienten siempre con satisfacción y alegría.

Por distintos motivos los padres no ejercen siempre su responsabilidad de ser los primeros y principales educadores de sus hijos; de hecho, muchos abuelos se han convertido hoy en los verdaderos educadores en la fe de sus nietos. Muchos niños, adolescentes y jóvenes han sido iniciados en la fe y educados en los valores cris­tianos gracias a sus abue­los. Ellos les han enseñado a rezar de pequeños, les han hablado de Dios, les han acercado a Jesús, a su Evangelio y a la Iglesia, y les han enseñando con su palabra y ejemplo a vivir como cristianos.

Muchísimas gracias, queridos abuelos, por vosotros y por los que hacéis con los nietos. Que San Joaquín y Santa Ana os protejan en esta sublime misión que el Señor también ha dejado en vuestras manos de ser educadores en la fe de vuestros nietos.

Con mi afecto y bendición,

 

+ Casimiro López Llorente

Obispo de Segorbe-Castellón

Compartir

La Virgen del Carmen, Stella maris

15 de julio de 2012/0 Comentarios/en Cartas 2012/por obsegorbecastellon

Queridos diocesanos:

Un año más nos disponemos a celebrar la Fiesta de la Virgen del Carmen. La devoción a María bajo la advocación de la Virgen del Carmen está muy extendida en nuestra Iglesia diocesana, sobre todo en las parroquias del litoral y en las gentes de la mar.

El origen de esta devoción a la Virgen del Carmen está en la nube blanca divisada desde la cumbre del monte Carmelo cuando el profeta Elías suplicaba a Dios que pusiese fin a una larga sequía. Mientras Elías oraba a Dios por la lluvia, mandaba una y otra vez a su criado que subiera a la cumbre del monte. A la séptima vez dice el criado: “Se divisa una nubecilla, pequeña como la palma de la mano de un hombre, la cual sube del mar… Y en brevísimo tiempo el cielo se cubrió de nubes con viento, y cayó una gran lluvia” (1 Re 18, 44). En esa nubecilla, semejante ‘a la palma de un hombre’ y cargada de lluvia, se reconoció la figura de la Virgen. Porque María, dándonos al Salvador al mundo, fue portadora del agua vivificante de la gracia, la nube que da al mundo el Salvador.

María se convierte así en la “Stella maris”: la estrella que guía el rumbo de  nuestra existencia por las difíciles aguas del mar de la vida. Los marineros de antaño leían la posición de las estrellas para marcar su rumbo en el inmenso océano. Así también la Virgen María es la “estrella del mar” que nos guía por las aguas de la vida hacia el puerto seguro que es Cristo. María es la Madre de Dios, que nos da, nos muestra y nos lleva a su Jesucristo, su Hijo y el Hijo de Dios vivo. María es la estrella hacia Dios y el camino para un encuentro nuestro con Cristo Jesús, que avive y fortalezca nuestra fe en Él y renueve nuestra vida cristiana.

Nuestra devoción a la Virgen del Carmen debe estar siempre orientada a Cristo, el centro de la fe cristiana. Cristo Jesús, muerto y resucitado, es el centro y fundamento de nuestra fe: el Camino para ir a Dios y hacia los hermanos, la Verdad que nos revela el misterio de Dios y el misterio del hombre, y la Vida en plenitud y eternidad que Dios nos recupera y regala con su pasión, muerte y resurrección. María es siempre la estrella del mar, el camino que nos conduce a Jesús, fruto bendito de su vientre. Jesús nos invita a acoger a María “en nuestra casa”: es decir, en nosotros mismos, en nuestras familias, en nuestro trabajo y en nuestra sociedad. María dirige nuestra mirada a su Hijo y no deja de decirnos: “Haced lo que Él os diga” (Jn. 2,5). El verdadero cristiano se sabe elegido por Dios y llamado por Jesús para seguirle, y ponerse en camino con El. El cristiano es escogido para ser enviado para ser su portavoz y testigo fiel del Evangelio.

El Señor nos hace capaces de ser, como Él, Buena Noticia para todos y también para el mundo de la mar, a quien recordamos en esta celebración de la Virgen del Carmen. En el sufrimiento, que supone la separación por un tiempo de sus familias, los marineros cuentan con el consuelo del amor de Dios que viene por medio de María y los une con sus familias más allá de la distancia. En las incertidumbres y temporales de la mar tienen, de manos de María, la certeza de que Dios siempre los protege.

Que santa María, faro luminoso en medio del temporal, nos proteja y nos conceda a todos valentía en estos tiempos difíciles por los que nos toca navegar.

Con mi afecto y bendición,

 

+ Casimiro López Llorente

Obispo de Segorbe-Castellón

Compartir
Página 2 de 512345
Search Search
Lo más leído
Lo último
Comentarios
Etiquetas
Lo más leído
  • El Obispo de la Diócesis nos exhorta a «abrir nuestro...16 de octubre de 2021 - 13:25
  • El Obispo inicia mañana, en La Vall d´Uixó, una tanda...18 de octubre de 2021 - 14:13
  • Inscríbete en la Jornada diocesana del Primer Anuncio:...3 de octubre de 2023 - 10:58
  • Ciento cincuenta fieles de nuestra diócesis asisten a la...10 de septiembre de 2019 - 09:53
Lo último
  • La Hoja del 25 de mayo24 de mayo de 2025 - 11:00
  • 1700 años del I Concilio de Nicea24 de mayo de 2025 - 10:00
  • Cáritas Diocesana organiza un Campo de Trabajo de Verano...22 de mayo de 2025 - 10:42
  • Las Monjas Agustinas de Benicàssim avanzan en la renovación...21 de mayo de 2025 - 12:23
Comentarios
  • José Rebollo RamosMi enhorabuena a Augusto Belau, por su concierto en Roma....21 de mayo de 2025 - 08:53 por José Rebollo Ramos
  • José MasipUn placer haber podido ayudar a un gran Párroco, y a una...17 de mayo de 2025 - 22:09 por José Masip
  • EmilioSiempre en comunión con D.Casimiro López Llorente, mis...7 de mayo de 2025 - 17:00 por Emilio
  • AgustinaSiempre por la vida!!! Todo por esos bebés y sus mamás!!! Fuerza...27 de marzo de 2025 - 09:09 por Agustina
Etiquetas
Año jubilar 775 años sede Segorbe carta obispo Castellón catedral de segorbe Concatedral de Santa María Conferencia Episcopal Española coronavirus cuaresma cáritas cáritas diocesana eucaristía Fondo Diocesano ante el Covid-19 La Hoja mater dei navidad Obispo Papa Francisco segorbe Semana Santa vila-real

Siguenos

  • facebook
  • twitter
  • instagram
  • youtube

Diócesis Segorbe-Castellón

Diócesis Segorbe-Castellón
La información más destacada de la Iglesia de Segorbe-Castellon en EL ESPEJO de COPE.
Entrevistamos a Noelia Nicolau, Presidenta de la Hospitalidad Diocesana de Lourdes en los preparativos de la peregrinación de este año
Toda la información de la Iglesia de Segorbe-Castellón en la semana del cónclave y de la elección de León XIV como Papa
Castellón ha vivido un fin de semana repleto de fervor y tradición en honor a su patrona, la Mare de Déu del Lledó, con motivo de su fiesta principal. Los actos litúrgicos y festivos han contado con una alta participación de fieles, entidades sociales, culturales y representantes institucionales de la ciudad, en un ambiente marcado por la devoción mariana y la alegría pascual.
Ver más... Suscribirse

SegorbeCastellón Seguir

•Cuenta oficial de la Diócesis de Segorbe-Castellón •YT https://t.co/X3e2AUwG4v… •IG https://t.co/2WsUUxB95k…

segorbecastello
segorbecastello SegorbeCastellón @segorbecastello ·
12 May 2024

#JornadaMundialdelasComunicacionesSociales

📄✍️ Hoy se celebra la 58º Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales. «#InteligenciaArtificial y sabiduría del corazón: para una comunicación plenamente humana» es el tema que propone @Pontifex_es 💻❤️

Responder en Twitter 1789571078366597300 Retuitear en Twitter 1789571078366597300 Dar me gusta en Twitter 1789571078366597300 Twitter 1789571078366597300
segorbecastello SegorbeCastellón @segorbecastello ·
12 May 2024

#CartaDelObispo #MayoMesDeMaria

💐🙏 El Obispo nos exhorta, en su carta semanal, a contemplar a la Virgen e imitarla en su fe, esperanza y caridad, porque ella dirige siempre nuestra mirada hacia Jesús; y nos ofrece y nos lleva a Cristo ✝️

Responder en Twitter 1789568711168233927 Retuitear en Twitter 1789568711168233927 Dar me gusta en Twitter 1789568711168233927 Twitter 1789568711168233927
Load More

Facebook

Diócesis de Segorbe-Castellón

4 días atrás

Diócesis de Segorbe-Castellón
#ApúntaleAReli #AsignaturaDeReligión 📚 ¿Pero… la clase de Reli sirve para algo?Nueva campaña “Son tantas las razones… apúntale a Reli” para acompañar a las familias en la matrícula del próximo curso.Un vídeo cercano abre el diálogo sobre el valor real de esta asignatura en la formación integral de los hijos.🎥 Descúbrelo en 👉 apuntaleareli.com ... Ver másVer menos

Apúntale a Reli | Apúntale a Reli

apuntaleareli.com

“Pero... ¿la clase de Reli sirve para algo?” Si como padre o madre te haces esta pregunta o no sabes dar respuestas cuando te preguntan, todas estas razones están disponibles para ti.
Ver en Facebook
· Compartir

Compartir en Facebook Compartir en Twitter Compartir en LinkedIn Compartir por correo electrónico

Listado

  • mayo 2025
  • abril 2025
  • marzo 2025
  • febrero 2025
  • enero 2025
  • diciembre 2024
  • noviembre 2024
  • octubre 2024
  • septiembre 2024
  • agosto 2024
  • julio 2024
  • junio 2024
  • mayo 2024
  • abril 2024
  • marzo 2024
  • febrero 2024
  • enero 2024
  • diciembre 2023
  • noviembre 2023
  • octubre 2023
  • septiembre 2023
  • agosto 2023
  • julio 2023
  • junio 2023
  • mayo 2023
  • abril 2023
  • marzo 2023
  • febrero 2023
  • enero 2023
  • diciembre 2022
  • noviembre 2022
  • octubre 2022
  • septiembre 2022
  • agosto 2022
  • julio 2022
  • junio 2022
  • mayo 2022
  • abril 2022
  • marzo 2022
  • febrero 2022
  • enero 2022
  • diciembre 2021
  • noviembre 2021
  • octubre 2021
  • septiembre 2021
  • agosto 2021
  • julio 2021
  • junio 2021
  • mayo 2021
  • abril 2021
  • marzo 2021
  • febrero 2021
  • enero 2021
  • diciembre 2020
  • noviembre 2020
  • octubre 2020
  • septiembre 2020
  • agosto 2020
  • julio 2020
  • junio 2020
  • mayo 2020
  • abril 2020
  • marzo 2020
  • febrero 2020
  • enero 2020
  • diciembre 2019
  • noviembre 2019
  • octubre 2019
  • septiembre 2019
  • agosto 2019
  • julio 2019
  • junio 2019
  • mayo 2019
  • abril 2019
  • marzo 2019
  • febrero 2019
  • enero 2019
  • diciembre 2018
  • noviembre 2018
  • octubre 2018
  • septiembre 2018
  • agosto 2018
  • julio 2018
  • junio 2018
  • mayo 2018
  • abril 2018
  • marzo 2018
  • febrero 2018
  • enero 2018
  • diciembre 2017
  • noviembre 2017
  • octubre 2017
  • septiembre 2017
  • agosto 2017
  • julio 2017
  • junio 2017
  • mayo 2017
  • abril 2017
  • marzo 2017
  • febrero 2017
  • enero 2017
  • diciembre 2016
  • noviembre 2016
  • octubre 2016
  • septiembre 2016
  • agosto 2016
  • julio 2016
  • junio 2016
  • mayo 2016
  • abril 2016
  • marzo 2016
  • febrero 2016
  • enero 2016
  • diciembre 2015
  • noviembre 2015
  • octubre 2015
  • septiembre 2015
  • julio 2015
  • junio 2015
  • mayo 2015
  • abril 2015
  • marzo 2015
  • febrero 2015
  • enero 2015
  • diciembre 2014
  • noviembre 2014
  • octubre 2014
  • septiembre 2014
  • julio 2014
  • junio 2014
  • mayo 2014
  • abril 2014
  • marzo 2014
  • febrero 2014
  • enero 2014
  • diciembre 2013
  • noviembre 2013
  • octubre 2013
  • septiembre 2013
  • julio 2013
  • junio 2013
  • mayo 2013
  • abril 2013
  • marzo 2013
  • febrero 2013
  • enero 2013
  • diciembre 2012
  • noviembre 2012
  • octubre 2012
  • septiembre 2012
  • julio 2012
  • junio 2012
  • mayo 2012
  • abril 2012
  • marzo 2012
  • febrero 2012
  • enero 2012
  • diciembre 2011
  • noviembre 2011
  • octubre 2011
  • septiembre 2011
  • agosto 2011
  • julio 2011
  • junio 2011
  • mayo 2011
  • abril 2011
  • marzo 2011
  • febrero 2011
  • enero 2011
  • diciembre 2010
  • noviembre 2010
  • octubre 2010
  • septiembre 2010
  • julio 2010
  • junio 2010
  • mayo 2010
  • abril 2010
  • marzo 2010
  • febrero 2010
  • enero 2010
  • diciembre 2009
  • noviembre 2009
  • octubre 2009
  • septiembre 2009
  • julio 2009
  • junio 2009
  • mayo 2009
  • abril 2009
  • marzo 2009
  • febrero 2009
  • enero 2009
  • diciembre 2008
  • noviembre 2008
  • octubre 2008
  • septiembre 2008
  • agosto 2008
  • julio 2008
  • junio 2008
  • mayo 2008
  • abril 2008
  • marzo 2008
  • febrero 2008
  • enero 2008
  • diciembre 2007
  • noviembre 2007
  • octubre 2007
  • septiembre 2007
  • julio 2007
  • junio 2007
  • mayo 2007
  • abril 2007
  • marzo 2007
  • febrero 2007
  • enero 2007
  • diciembre 2006
  • noviembre 2006
  • octubre 2006
  • septiembre 2006
  • agosto 2006
Obispado Segorbe-Castellón - Enfold WordPress Theme by Kriesi
  • Link to X
  • Link to Facebook
  • Link to Instagram
  • Link to Youtube
  • Política de privacidad
  • Vaticano
  • Noticias Vaticano
  • Conferencia Episcopal
  • Agencia SIC
  • Caritas
  • Contactar
Desplazarse hacia arriba Desplazarse hacia arriba Desplazarse hacia arriba

Esta web utiliza 'cookies' propias y de terceros para ofrecerte una mejor experiencia y servicio. Pulsando en "aceptar" consientes el uso de todas las cookies, pero puedes cambiar la configuración de 'cookies' en cualquier momento.

Aceptar todasOcultar notificaciónConfiguración

Cookies y configuración de privacidad



Como usamos las cookies
Cookies Necesarias
Cookies para Google Analytics
Otros servicios externos
Política de Privacidad
Como usamos las cookies

Como la mayoría de los servicios en línea, nuestro sitio web utiliza cookies propias y de terceros para varios propósitos. Las cookies de origen son principalmente necesarias para que el sitio web funcione correctamente y no recopilan ninguno de sus datos de identificación personal.

Las cookies de terceros utilizadas en nuestros sitios web se utilizan principalmente para comprender cómo funciona el sitio web, cómo interactúa con nuestro sitio web, mantener nuestros servicios seguros, proporcionar anuncios que sean relevantes para usted y, en general, brindarle una mejor y mejor experiencia del usuario y ayudar a acelerar sus interacciones futuras con nuestro sitio web.

Cookies Necesarias

Algunas cookies son esenciales para que pueda experimentar la funcionalidad completa de nuestro sitio. Nos permiten mantener las sesiones de los usuarios y prevenir cualquier amenaza a la seguridad. No recopilan ni almacenan ninguna información personal. Por ejemplo, estas cookies le permiten iniciar sesión en su cuenta y agregar productos a su carrito y pagar de forma segura.

Respetamos completamente si desea rechazar las cookies, pero para evitar preguntarle una y otra vez, permítanos almacenar una cookie para eso. Puede optar por no participar en cualquier momento u optar por otras cookies para obtener una mejor experiencia. Si rechaza las cookies, eliminaremos todas las cookies establecidas en nuestro dominio.

Le proporcionamos una lista de las cookies almacenadas en su computadora en nuestro dominio para que pueda verificar lo que almacenamos. Por razones de seguridad, no podemos mostrar ni modificar cookies de otros dominios. Puede comprobarlos en la configuración de seguridad de su navegador.

Cookies para Google Analytics

Estas cookies almacenan información como el número de visitantes al sitio web, el número de visitantes únicos, qué páginas del sitio web se han visitado, la fuente de la visita, etc. Estos datos nos ayudan a comprender y analizar qué tan bien funciona el sitio web y donde necesita mejorar.

Si no desea que rastreemos su visita a nuestro sitio, puede deshabilitar el rastreo en su navegador aquí:

Otros servicios externos

También utilizamos diferentes servicios externos como Google Webfonts, Google Maps y proveedores de video externos. Dado que estos proveedores pueden recopilar datos personales como su dirección IP, le permitimos bloquearlos aquí. Tenga en cuenta que esto podría reducir considerablemente la funcionalidad y la apariencia de nuestro sitio. Los cambios entrarán en vigor una vez que vuelva a cargar la página.

Google Webfont:

Google Maps:

Google reCaptcha:

Vimeo and Youtube videosembeds:

Política de Privacidad

Puede leer sobre nuestras cookies y la configuración de privacidad en detalle en nuestra Página de Política de Privacidad.

Política de privacidad
Aceptar la configuraciónOcultar notificación
Open Message Bar Open Message Bar Open Message Bar
Lightbox image placeholder

Previous Slide

Next Slide