Los jóvenes de la Diócesis se ponen en camino de la mano de María
Vigilia de Oración presidida por Mons. Casimiro López Llorente
Ayer noche se celebró la última Vigilia de Oración que, organizada por la Delegación Diocesana para la Infancia y la Juventud congregó a cientos de jóvenes en la Basílica de Nuestra Señora del Lledó. El Santuario Mariano de la Capital acogía esta especial celebración dentro de la programación de actos que se van a celebrar para venerar a la Virgen en el Año Jubilar Mariano que comenzaba el pasado 7 de mayo con motivo del Centenario de la Coronación de la Mare de Déu del Lledó.
Por otra parte, tal como afirmó el Delegado Diocesano, D. José Miguel Sala, «no hay mejor manera de concluir este curso pastoral que a los pies de la Madre» y unidos baso el lema «Ponte en camino», en cuya convocatoria ha colaborado el grupo Éfeso de la parroquia de Santo Tomás de Villanueva (Castellón).
La celebración comenzaba con la exposición del Santísimo Sacramento, ante quien se proclamó el Evangelio según san Lucas (1,39-56), que relata la Visitación de la Virgen a su prima Isabel dando paso a las palabras del Obispo de la Dióceis, Mons. Casimiro López.
Inició su reflexión invitando a los jóvenes a vivir este Año Jubilar Mariano dejándose encontrar por el Señor a través de María porque ella, dijo «nos ha dado al mismo Dios». Les recordó que «es un año de renovación y de conversión al Señor» en el que el papa Francisco nos ha concedido el don de la Indulgencia Plenaria. Explicó que a través de este don «el Señor nos purifica del pecado que siempre deja un a huella y una tendencia que nos inclina al mal y a caminar de espaldas a Dios». En este sentido les exhortó a dejarse renovar espiritualmente para encontrarse con el Señor y dejarse alentar como cristianos, tanto a nivel individual como parroquial invitándoles a «no despreciar el amor del Señor y todas las gracias que nos concede».
A través del Canto del Magníficat les ayudó a reflexionar respecto a la «grandeza de María porque ha dejado a Dios ser grande en su vida» tal como se relata en la escena del Evangelio que se proclamó. En clara alusión al lema de la vigilia (Ponte en camino), D. Casimiro puso de relieve «la actitud de María» que tras el anuncio del Ángel se puso en camino, y lo hizo tras «escuchar y acoger la palabra de Dios». Una actitud que ha de servir, dijo el Obispo, «para dejarnos interpelar» y a partir de la escucha de la Palabra, acogerlo en nuestro corazón y aceptar, como María, los planes de Dios para nosotros.
Escuchar, acoger y servir como hizo María, son las actitudes que D. Casimiro animó a los jóvenes a poner en práctica con todos aquellos que salen a nuestro encuentro «los pobres, los necesitados, los desorientados, incluso de aquellos que han perdido la brújula en su vida», del compañero, del compañero de los madres, de los amigos.» Y todos estos encuentros, resaltó el Obispo, «hay que leerlos desde el Señor, desde la fe».
Acogiendo el camino que Dios nos marca, «es lo mejor que nos puede ocurrir para llegar a la grandeza como María». Y con esta actitud de fe «anunciar a Jesucristo a los demás con la misma alegría con que lo hemos recibido». Y así concluyo, poniendo también de relive la actitud de servicio «llevando a otros al encuentro con el Señor», siguiendo el ejemplo de la primera misionera del Señor que fue la Virgen María.
Tras un tiempo de reflexión ante el Santísimo, los responsables de Éfeso, explicaron ante el resto de jóvenes, en qué consiste su actividad parroquial e invitando a todos a participar en los encuentros semanales con el Señor o través de las actividades de voluntariado que realizan con los más necesitados. Elena Llansola insitió en la necesidad de la unión de todos los jóvenes y ponerse en camino para, recordando las palabras de D. Casimiro, facilitar el encuentro con el Señor de tantos jóvenes necesitados de su amor.
Para finalizar la vigilia, se invitó a los jóvenes a realizar una ofrenda a María, entregándole aquella petición que hubiera en sus corazones, formando, entre todos formaron, un manto de flores a los pies del altar.
La vigilia concluyó con la bendición del Santísimo Sacramento, a los jóvenes de la mano de Mons. Casimiro López, y el canto final a la Virgen. En la misma hubo una importante representación de los jóvenes diocesanos de la parroquia San Cristóbal, parroquia de Santa María, parroquia San José Obrero, Grupo Jóvenes en el Corazón de Cristo, Hakuna, Éffeta, Teen Star, Éfeso, Club Moreres y Caudiel, y representantes de Scout MSC.
Finalmente todos juntos pudieron disfrutar en la explanada de la Basílica de una horchata con fartons que preparó la Real Cofradía de la Mare de Déu del Lledó.
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