«Recuperar a Dios en nuestra vida es humanizar nuestra sociedad», afirma el Obispo en la festividad de San Miguel, patrono de la Policía Local de Castellón
Cada 29 de septiembre, la Iglesia conmemora a los Santos Arcángeles Miguel, Rafael y Gabriel, figuras clave en la historia de la salvación y mensajeros de importantes misiones encomendadas por Dios. En esta ocasión, la Basílica de Ntra. Sra. del Lledó fue el escenario de la Eucaristía presidida ayer por el Obispo D. Casimiro, donde los miembros de la Policía Local de Castellón celebraron la festividad de su patrono, San Miguel Arcángel. Concelebró el Prior, D. Joaquín Guillamón, y el Secretario Particular, D. Ángel Cumbicos.
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La celebración contó con la presencia de destacadas autoridades, entre ellas Francisco Javier Catalán, comisario jefe; Begoña Carrasco, alcaldesa; Antonio Ortolá, concejal de Seguridad; Paula Torres, Reina de las Fiestas 2025; Marta Mateu, Na Violant 2025; y otras figuras representativas de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, así como autoridades locales, provinciales y autonómicas.
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De acuerdo con la tradición cristiana, San Miguel es el Arcángel que encabeza la lucha contra el mal, protegiendo a la fe y a la Iglesia en su batalla contra las fuerzas malignas (Apocalipsis 12,7-8). Su nombre, que en hebreo significa «¡Quién como Dios!», simboliza la omnipotencia divina y la victoria sobre Satanás y los ángeles caídos, reflejando así la infinita justicia y amor de Dios. Más información aquí
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Durante su homilía, el Obispo D. Casimiro subrayó la necesidad de recuperar a Dios en todas las dimensiones de la vida: personal, familiar, social y política, afirmando que su ausencia lleva a la pérdida del sentido del bien y el mal, afectando la dignidad humana. «Sin Dios en el horizonte, se diluye la noción de la dignidad de la vida humana, donde algunos, como los no nacidos o los ancianos, parecen tener menos valor», afirmó.
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Refiriéndose a la lectura del Apocalipsis, destacó el papel de San Miguel como defensor ante el mal y protector de la humanidad. «San Miguel es un signo de esperanza. Nos recuerda que, aunque enfrentemos dificultades y retrocesos, el bien siempre triunfará sobre el mal», señaló. El Obispo también alentó a los policías locales a ser defensores de la justicia, la verdad y la paz en su servicio, destacando que «su labor es fundamental para velar por la convivencia y seguridad de la ciudadanía.»
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Finalmente, pidió a Dios, por intercesión de San Miguel, que continúe protegiendo tanto a la Iglesia como a la sociedad en su conjunto. «Oremos para que San Miguel siga siendo nuestro protector en la lucha diaria contra el mal, y para que os fortalezca a todos vosotros, quienes trabajáis por el bien común», concluyó el Obispo.
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