El Obispo D. Casimiro asiste a la Missa d´Infants celebrada el domingo en Valencia
El arzobispo de Valencia, monseñor Enrique Benavent, que presidió la fiesta de la Virgen de los Desamparados, señaló en la Missa d´Infants, “al manifestar com a poble el nostre amor a la Mare de Déu, ens sentim més germans, perquè sabem que tenim una mare que ens unix a tots. La Mare de Déu fa de tots una mateixa família de la fe”.
Fue concelebrada por nuestro Obispo, mons. Casimiro López; el Obispo emérito de Orihuela-Alicante, mons. Jesús Murgui; el Obispo de Málaga, mons. Jesús Catalá; el Obispo de Lleida, mons. Salvador Giménez; el Obispo auxiliar emérito de Valencia, mons. Esteban Escudero y el Arzobispo emérito de Zaragoza, mons. Manuel Ureña.
Al principio de su homilía, el Arzobispo de Valencia saludó a las autoridades eclesiásticas y civiles presentes en la Missa ´Infants. Así se ha dirigió “al Sr. Bisbe de Segorb-Castelló i als altres germans en l’episcopat que, nascuts en la nostra diòcesi, estan exercint o han exercit el seu ministeri en altres diòcesis, als sacerdots, diaques i seminaristes. A les autoritats que representeu a tot el poble valencià: Molt Honorable Sr. President de la Generalitat i membres del consell; a la Delegada del Gobierno; la Presidenta de Les Corts; a la Alcaldessa i al regidors, al President de la Diputació, a les autoritats militars, judicials i acadèmiques”.
Y expresó que “quien mira a Cristo vive en la tierra, ve la degradación en la que podemos caer por el afán de dinero, de placer o de poder” y recordó que “mirar al cielo no es vivir en un mundo irreal: es no absolutizar las cosas del mundo; valorar más las personas que las cosas; reconocer la dignidad de todo ser humano; no someter a nadie a los propios intereses; buscar la justicia y la verdad por encima de todo; no sacrificar a nadie en función de los propios deseos; no justificar la mentira para conseguir ningún objetivo. No es estar parados contemplando la nube en la que entró el Señor. Quien mira al Cielo lucha contra el mal y lo hace con las armas del bien, perdonando y no acusando”.