El Obispo, D. Casimiro, crea una Comisión diocesana para coordinar la ayuda de la Diócesis a Ucrania y a los refugiados
Como ya anunció nuestro Obispo, D. Casimiro, el pasado sábado en el XXXII Pregón Diocesano de Semana Santa, ha promulgado hoy un decreto para la creación de una Comisión diocesana de ayuda a Ucrania y a los refugiados.
Tal y como indica, se crea como resultado de «la extrema gravedad de la situación en Ucrania, provocada por la invasión de este país por Rusia y la guerra consecuente». Ello está provocando muerte y destrucción, pero también «el mayor movimiento migratorio en Europa después de la II Guerra Mundial».
Todo ello nos ha de interpelar «como católicos y como Iglesia Diocesana», dice el Obispo, con el deber de ejercer la caridad y de poner en práctica las palabras del Señor: “Os aseguro que cuando lo hicisteis con uno de estos mis hermanos más pequeños, conmigo lo hicisteis” (Mt 25, 40).
Además de rezar por la paz en Ucrania, también Cáritas y otras entidades de la Iglesia han hecho un llamamiento a colaborar con este país mediante donativos y entregando productos. Pero también, «ante la magnitud del problema y para mejor coordinar las acciones de nuestra Iglesia diocesana y todas sus entidades he decidido crear una Comisión Diocesana de ayuda a Ucrania y a los refugiados», explica D. Casimiro.
Dicha Comisión va a estar presidida por el Vicario General, D. Javier Aparici, y se encargará de su gestión el Delegado Episcopal en Cáritas Diocesana, D. Sergio Mendoza, junto al Director de Cáritas Diocesana, D. Juan Manuel Aragonés. También estará formada por el Director del Secretariado diocesano para las Migraciones, por la Hna. Presidenta de CONFER Diocesana, por el Responsable de las Hijas de la Caridad en Castellón, por el Delegado diocesano para las Relaciones Interconfesionales y el Diálogo Interreligioso, y por el párroco para la comunidad greco-católica ucraniana en las diócesis de Segorbe-Castellón y de Tortosa.
Entre sus funciones está potenciar y coordinar todas las acciones de ayuda, «como son la recogida y el envío de ayuda económica, de medicinas, comida y otros artículos de primera necesidad», así como «acoger, estudiar y dar respuesta a las peticiones de personas desplazadas y refugiadas poniendo a su disposición vivienda así como los medios y recursos necesarios para su nueva vida en nuestro país».
Del mismo modo, el Obispo ha realizado un llamamiento a todos los católicos y a las personas de buena voluntad para que pongan «a disposición de esta urgente causa las viviendas de su propiedad en las que puedan ser acogidas las personas y familias refugiadas, así como para que ofrezcan donativos y otros recursos necesarios para este fin».
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