Segorbe honra a su Patrona, la Virgen de la Cueva Santa
Con la Eucaristía y la procesión de ayer tarde culminan las celebraciones religiosas en honor a la Virgen
Ayer tarde culminaban las celebraciones religiosas que, desde el pasado miércoles han tenido lugar en Segorbe, en honor a la Virgen en sus advocaciones de la Esperanza, Loreto y la Cueva Santa.
La Santa Iglesia Catedral Basílica acogía la Eucaristía que, presidida por nuestro obispo,. Mons. Casimiro López Llorente, fue seguida por cientos de segorbinos y fieles que con devoción y fervor cantaron a su Patrona, y también de la Dióesis de Segorbe-Castellón, «tu eres el orgullo de nuestro pueblo».
Así lo puso en énfasis nuestro Obispo durante la homilía en la que, destacó que, «de la mano de la Virgen de la Cueva Santa, Madre, Reina y Patrona, la Eucaristía supone un encuentro con el Señor». La celebración de ayer, dijo el Obispo, «lo es en un año muy especial para toda la Iglesia Diocesana de Segorbe-Castellón porque la catedral de Segorbe es la Iglesia Madre donde nació, hace ahora 775 años, la sede y cátedra episcopal y con ello también el origen de los que somos hoy».
La celebración de ayer tarde por tanto, dijo D. Casimiro, «nos invita a la renovación interior de cada uno de nosotros y con ello, a la renovación de las comunidades parroquiales, para ser fieles a la misión que el Señor nos ha encomendado, que no es otra que la Evangelización».
A la luz de la Palabra proclamada, el Obispo de la Diócesis puso de relieve tres aspectos: patrocinio, encuentro y misión.
Patrocinio
Vitorear a la Virgen de la Cueva Santa como se hizo ayer tarde supone, dijo D. Casimiro, supone venerar a la Patrona que «desciende sus brazos para darnos su protección, convirtiéndose en protectora, abogada e intercesora de todos nosotros ante Dios y, sobre todo, guía de nuestro caminar, incluso en los momentos difíciles y de desaliento, para llegar a Cristo que es el camino la verdad y la vida».
Encuentro
La Virgen es la intermediaria de nuestro encuentro personal con su Hijo, sin el cual, dijo D. Casimiro, «nuestra vida de fe se va apagando y muere», por lo que «lo más grande que la Virgen nos ofrece es ese encuentro para que se alegre nuestro corazón y nos dejemos renovar» y, como Ella, puntualizó el Obispo, «seamos cada día más fieles al don que hemos recibido de Dios que es nuestra condición de hijos e hijas de Dios», exhortándonos a «seguir el ejemplo de fidelidad de la Virgen a la Palabra de Dios».
Misión
La proclamación del Magníficat ayer tarde sirvió a D. Casimiro para recordarnos a todos que la Virgen es «la primera misionera y al acoger el anuncio del Ángel, acude presta al servicio de su prima Isabel». Y lo hizo, destacó el Obispo, «sin sopesar las dificultades del camino, y con ese gesto, nos invita a todos nosotros a estar al servicio de todos para que todos se encuentren con el Señor».
En la celebración de ayer participaron cientos de segorbinos, así como las principales autoridades locales, civiles y militares.
También las reinas de las fiestas y sus damas de honor que tuvieron un papel destacado en la Eucaristía, y representantes de otras instituciones y empresas, así como los miles de segorbinos y visitantes que participaron en la procesión posterior por las principales calles del municipio.
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