Eucaristía de Acción de Gracias por las Hermanas de la Consolación en la Diócesis
Desde hace 159 años, la Congregación de las Hermanas de la Consolación están dando su vida gratuitamente a los enfermos en la Hospital Provincial de Castellón. Ahora solo quedan dos Hermanas que han de dejar el centro. El Obispo, Mons. Casimiro López, presidirá mañana, a las 19h en Hospital Provincial, una Eucaristía en Acción de Gracias por la labor e historia en la Diócesis de Segorbe-Castellón de esta Congregación y para despedir a estas Hermanas. El Voluntariado Consolación continúa su labor en el hospital aunque ya no estén presente las Hermanas.
Hace nueve años celebraban con una Eucaristía los 150 años de presencia en la Diócesis de Segorbe-Castellón en la que, el Obispo, Mons. Casimiro López, les agradecía «todos los bienes recibidos» y especialmente su ayuda a los enfermos y sus familias: «La historia y el presente de nuestra Iglesia son ya impensables sin las Hermanas de la Consolación y sin vuestra dedicación permanente en la pastoral de la salud, amén de vuestro trabajo en el ámbito de la educación y de la pastoral parroquial y vocacional», les decía el Sr. Obispo.
Historia de la Congregación en Segorbe-Castellón
El 23 de agosto de 1859 llegaron siete Hermanas al Hospital Provincial de Castellón respondiendo a la llamada del Ayuntamiento, para establecerse con la misión de aliviar a los enfermos pobres de esta población. Es la primera fundación que María Rosa Molas abre fuera de Tortosa. Aquí, de forma totalmente gratuita y sin vacaciones, las Hermanas se instalan en el mismo hospital para comenzar su misión: consolar al prójimo.
Aunque las Hermanas fueron obligadas a dejar el hospital el 14 de agosto de 1936, siempre estuvieron preparadas para regresar en cuanto les fuera posible. De hecho, el 13 de junio de 1938 cesó la guerra en Castellón y tres días después estaban de vuelta. Durante estos largos años han ocupado distintos quehaceres en el hospital, desde la administración al cuidado de enfermos de toda clase de dolencias y, sobre todo, han cuidado de la salud espiritual de los enfermos.
En 1939 era tal la cantidad de enfermos que las Hermanas dejaron sus dependencias para acoger más cantidad de necesitados. El Hospital Provincial ha sido una de las casas de la Congregación con mayor número de religiosas, llegando a ser en algún momento hasta 40 Hermanas. Han dejado huellas de entrega y santidad.
Todos los años, al llegar el mes de diciembre, se preparaban bonitos belenes por toda la casa. Llamaba la atención los del pabellón de los niños y de los militares. Muestra de ello es el “Belén” conocido por todo Castellón que se abre cada año en Navidad.
Y ha sido aquí, en el Hospital Provincial de Castellón, y por intuición de las Hermanas, donde nació el Voluntariado Consolación. Hoy está presente en todas las casas socio-sanitarias de la Congregación y en otras realidades sociales. A través de este servicio de voluntariado, personas de todas las edades son hoy instrumentos de consolación.
“Consolar al prójimo” fue y sigue siendo el carisma de esta Congregación tras las huellas de la santa Madre, Mª Rosa Molas. Ella supo llevar a Cristo a los enfermos y a los sanos, en su trabajo, su entorno y su ambiente; en una palabra, ella supo evangelizar. «Este carisma es una inspiración del Espíritu Santo, un don de Dios a la Iglesia a través de vuestra hermana fundadora», les apuntó D. Casimiro López.
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