La Diócesis de Segorbe-Castellón acoge el Jubileo 2025 como un camino de gracia y de conversión comunitaria
La Diócesis de Segorbe-Castellón ha dado inicio al Jubileo de la Esperanza este domingo, 29 de diciembre, día en que la Iglesia celebraba la fiesta de La Sagrada Familia, con dos solemnes Eucaristías que estuvieron presididas por el Obispo, Mons. Casimiro López Llorente. Este acontecimiento marca el inicio de un tiempo de gracia, reconciliación y renovación espiritual que se extenderá hasta el 28 de diciembre de 2025, en sintonía con el Jubileo Ordinario convocado por el Papa Francisco.
En ambas celebraciones, el Pueblo de Dios de Segorbe-Castellón estuvo representado por el conjunto de los fieles, pero también por los representantes de las principales instituciones políticas, así como por diferentes Cofradías, movimientos de la Iglesia, realidades eclesiales y apostolados parroquiales que hicieron visible la fe de Segorbe-Castellón.
La jornada comenzó en Castellón, con una ‘estación’ a las 11:30 h en la Iglesia de la Purísima Sangre. Desde allí, los fieles participaron en una peregrinación hacia la Concatedral de Santa María, donde se celebró la Eucaristía de apertura. Por la tarde, las celebraciones continuaron en Segorbe, con una ‘estación’ a las 18:00 h en el Seminario y una peregrinación hacia la la S.I. Catedral, culminando con otra solemne Eucaristía. La apertura del Jubileo supone el inicio de un Año Santo, acogido como un don de Dios.
Las celebraciones eucarísticas se configuraron, en ambos casos, como una Misa estacional que incluyó un signo especial: la peregrinación hacia la Concatedral (en Castellón) y hacia la Catedral (en Segorbe), expresando el camino de esperanza del pueblo peregrino tras la cruz de Cristo. Este rito se desarrolló en tres momentos:
- La reunión de los fieles en la Iglesia de la Purísima Sangre de Castellón y en la Capilla del Seminario Diocesano de Segorbe desde donde partieron las peregrinaciones.
- La propia peregrinación, que se celebró bajo la guía de la cruz y en oración, cantando las letanías de los santos.
- La Entrada en el templo, que simboliza a Cristo como única entrada a la salvación.
Previo a la celebración de la Misa como punto culminante del rito de apertura del Jubileo y, una vez alzada la cruz en el umbral de la puerta de la Concatedral y de la Catedral, la comitiva hizo parada en la pila bautismal para celebrar la conmemoración del Bautismo que nos recuerda el momento en el que entramos a formar parte de la vida cristiana. Así, el Obispo de Segorbe-Castellón, roció con agua bendita a los fieles como recordatorio del Bautismo, que nos une a Cristo y nos llama a la santidad.
La celebración de la Eucaristía, centro de toda la vida cristiana para la Iglesia, universal y local, y para todos los fieles individualmente, comenzaba con la entrada solemne del Obispo y sacerdotes concelebrantes, precedidos por la cruz procesional, el evangeliario.
Ya la monición inicial invitaba a los fieles a contemplar el misterio de la Encarnación y a acoger este Jubileo como un tiempo de renovación espiritual y comunitaria. En Segorbe, Iglesia Madre de nuestra Diócesis, el Cristo de la Cofradía de La Santísima Trinidad, presidió la celebración.
Un Año Santo para todos
Tras la litrugia de la Palabra, Mons. Casimiro López Llorente, destacó en su homilía el profundo significado de este Año Santo, invitando a los fieles a un encuentro vivo y personal con Cristo, fuente de salvación, perdón y esperanza.
Siguiendo el deseo del Papa Francisco, el Jubileo será celebrado en todas las iglesias diocesanas, permitiendo que los fieles, incluso aquellos que no puedan peregrinar a Roma, accedan a las gracias jubilares. En este sentido, el Obispo subrayó que este tiempo especial está destinado a revitalizar la esperanza de los cristianos y fortalecer su compromiso con el mensaje del Evangelio.
Un Año Santo para todos
Contemplar, confesar y actuar
D. Casimiro exhortó a los fieles a adoptar tres actitudes fundamentales durante el Jubileo: contemplar a Cristo, confesar su esperanza y actuar con amor. Mons. Casimiro López Llorente recordó la importancia de la contemplación, especialmente durante el tiempo de Navidad, como una oportunidad para renovar la fe al contemplar al Niño Dios en Belén.
Coincidiendo con la Fiesta de la Sagrada Familia, el Obispo resaltó que el nacimiento de Jesús en una familia humana refleja el amor y la comunión divina. En este contexto, enfatizó que la familia, según el plan de Dios, es un icono del amor eterno. También subrayó que la dignidad de todo ser humano se proclama en Navidad, recordando que Dios se hace hombre en Jesús para redimir y dignificar a la humanidad.
Una esperanza activa y solidaria
El Obispo instó a los fieles a ser signos tangibles de esperanza a través de acciones concretas. Pidió especialmente a los fieles a trabajar por la paz, cuidar la vida desde la concepción hasta su fin natural, apoyar a los jóvenes, acompañar a los privados de libertad y a los más necesitados, y practicar las obras de misericordia. «No hay esperanza sin ejercicio concreto de la misericordia», afirmó.
María, Madre de la Esperanza
Mons. Casimiro López Llorente, concluyó su homilía recordando a la Virgen María como modelo de fe y esperanza. «María nos muestra que la fe es nuestra victoria porque todo es posible al que cree», señaló, invitando a los fieles a mirar a María como guía en el camino de conversión y esperanza que el Jubileo propone.
Con esta celebración, la diócesis de Segorbe-Castellón inicia un camino de gracia y renovación, alentando a sus fieles a profundizar en su fe y a ser testigos activos de la esperanza que Cristo trae al mundo.
Templos jubilares y eventos especiales
Durante el Año Santo, tal como dio a conocer nuestro Obispo a través del Decreto sobre las Disposiciones Diocesanas para el Jubileo 2025, publicado el pasado mes de noviembre, se han designado templos jubilares donde los fieles podrán ganar indulgencias: la Catedral de Segorbe, la Concatedral de Castellón, la Basílica del Lledó, la capilla del Centro Penitenciario Castellón I y la capilla del Centro de Acogida San Pascual en Vila-real. Además, se celebrarán eventos especiales, como el Jubileo de la Infancia el 22 de febrero, el de las Familias el 8 de marzo, y el de los Jóvenes el 5 de abril.
Un Tiempo de Esperanza
El Jubileo de la Esperanza es una invitación a reavivar la fe y la confianza en el amor misericordioso de Dios. En un mundo marcado por tensiones y retos, este año santo nos llama a vivir en reconciliación, paz y esperanza. Como dijo el Papa Francisco: “La esperanza no defrauda porque está fundada en el amor de Dios, misericordioso y fiel”. Con este Jubileo, la Diócesis de Segorbe-Castellón se une a la Iglesia universal en un camino de gracia y conversión hacia la Jerusalén celestial.
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