La Universidad CEU y la Asociación Católica de Propagandistas celebran la fiesta de la Inmaculada Concepción
La Universidad CEU Cardenal Herrera de Castellón ha celebrado, esta mañana, la festividad de la Inmaculada Concepción con una Misa que ha presidido nuestro Obispo, D. Casimiro López Llorente. Ha concelebrado el capellán, D. Samuel Torrijo, y el Secretario Particular, D. Ángel Cumbicos.
La Inmaculada es la patrona del campus CEU de Castellón, también de la Asociación Católica de Propagandistas (ACdP). En la homilía, D. Casimiro ha explicado que “María fue preservada de toda mancha de pecado, también de la herida del pecado original”. Además, esta fiesta incluye dos verdades fundamentales, el pecado original y la victoria de Jesucristo sobre el pecado y la muerte.
El pecado original es “una realidad evidente, que constatamos una y otra vez, es la experiencia del mal, que está ahí, incluso está dentro de nosotros, que muchas veces queriendo hacer el bien tenemos una inclinación a hacer el mal”, ha indicado el Obispo, y este mal procede “del padre de la mentira, del demonio, de aquellos ángeles que se rebelaron contra Dios, porque querían ser Dios siendo creaturas”. El diablo “engañó también a los hombres, y les indujo a la rebelión contra Dios y a vivir al margen de Él”.
Gracias a María “se restaurará la relación primera de comunión con Dios, con los hombres y con la creación”. Ella “es pura desde el primer momento de su existencia, fue concebida sin pecado original, y desde el inicio fue llena de gracia, del amor, de la pureza y de la belleza de Dios, para que su Hijo, el Hijo de Dios, tuviera una digna morada”.
D. Casimiro ha puesto de relieve la humildad de la Virgen, exhortándonos a imitarla. “La humildad es reconocernos tal y como somos, con nuestras limitaciones, sabiendo que somos finitos”, y desde ahí “sentirse necesitados de Dios”. “María dejó a Dios ser grande en su vida, y por eso es la más grande de todas las mujeres de la historia”.
Junto a la humildad, el Obispo también ha resaltado otra característica de la Virgen, en la que podemos fijarnos para ir a Dios y a los hermanos. “María es la mujer de la escucha, está atenta a la palabra de Dios”, ha indicado, animando a participar en la Reflexión Diocesana que estamos llevando a cabo en la Diócesis “para salir a la misión, de llevar a las personas al encuentro con el Señor en un mundo que no quiere saber nada de Dios”, también como preparación para celebrar el Año Jubilar Diocesano.
Dejar un comentario
¿Quieres unirte a la conversación?Siéntete libre de contribuir!