Los cristianos, una semana unidos en oración por la unidad
“Permaneced en mi amor y daréis fruto en abundancia”
La Iglesia celebra la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos del 18 al 25 de enero. “Permaneced en mi amor y daréis fruto en abundancia” (Jn. 15, 5-9), estas palabras de Jesús a sus discípulos son el lema de este año, que refleja la necesidad de oración, de reconciliación, y de unidad de los cristianos y de toda la humanidad.
Tras la muerte y resurrección de Jesucristo van surgiendo poco a poco pequeñas comunidades cristianas que aceptan el Evangelio anunciado, se bautizan y empiezan a vivir como Jesús les había pedido. Son las primeras iglesias, organizadas por los Apóstoles, entre las que sobresaldría la de Roma gracias a la predicación y al martirio de San Pedro y San Pablo, aunque el conjunto de todas ellas formó la Iglesia Católica.
Sin embargo, la comunión entre las iglesias, entre sus pastores y sus miembros no siempre ha sido fácil, y ya en el S. V surgen importantes divisiones. El Señor funda su Iglesia sobre la debilidad, pero también sobre la fidelidad de los Apóstoles, a los que promete el Espíritu Santo. Y esta desunión, los cristianos la sentimos con mucho dolor, por lo que son constantes los intentos por superarla con el objetivo de lograr la unidad en la Iglesia de Jesucristo.
La Iglesia Católica, del mismo modo que muchas confesiones cristianas, estamos empeñados en trabajar por lograr esta unidad, pero sabiendo que es algo que no se puede lograr sin un trabajo conjunto, pero sobre todo sería algo imposible sin la oración, el perdón y el amor.
Origen de esta celebración
En 1840, el sacerdote anglicano Ignatius Spencer convertido al catolicismo sugiere una «Unión de oración por la unidad». En 1894, el Papa León XIII anima a la práctica de un Octavario de Oración por la Unidad en el contexto de Pentecostés. Pero la primera celebración sería en 1908 por el Padre Paul Wattson, para quien la reconciliación de los cristianos fue el hilo conductor de su vida de fe.
Wattson era un líder episcopaliano, la rama anglicana de los Estados Unidos, que fundó la «Society of Atonement» (Comunidad de los hermanos y hermanas de la Penitencia), una comunidad religiosa bajo la inspiración de San Francisco que tenía como objetivo la unidad de los cristianos y la obra misionera. Finalmente se convirtió al catolicismo junto con los miembros de la comunidad.
En 1964 tuvo lugar un histórico encuentro entre el Papa Pablo VI y el Patriarca Atenágoras I en Jerusalén, en el que se dieron un abrazo y recitaron juntos, en latín y en griego, la oración de Cristo por la unidad: «que todos sean uno» (Jn. 17). Y en 1968, la Semana de Oración se celebra por primera vez sobre la base de unos textos elaborados en colaboración por la Comisión «Fe y Constitución» del Consejo Ecuménico de Iglesias y el Pontificio Consejo para la Promoción de la Unidad de los Cristianos.
Mensaje de los Obispos
Los Obispos de la Subcomisión para Relaciones Interconfesionales y Diálogo Interreligioso, en su mensaje nos indican que “la unidad de la Iglesia no es fruto de nuestros consensos, de los acuerdos que podamos lograr entre confesiones cristianas, aunque esta búsqueda de acuerdo sea asimismo necesaria para acercarnos a la unidad que Cristo quiere para su Iglesia”.
Para lograr la unidad es imprescindible el soplo del Espíritu Santo, “para que estos acuerdos sean eficaces y produzcan fruto es necesario que sean vividos y logrados por sus protagonistas como lo que de verdad son, obra del Espíritu Santo”.
Este es un camino lleno de dificultades, pero necesario, pues “sin esta unidad de todos los cristianos en Cristo no podemos avanzar hacia la unidad plena visible de la Iglesia”, y sin ella, los Obispos remarcan que “cometeríamos el grave error de no hacer justicia a la verdad de la fe que profesamos cada una de las confesiones cristianas”.
“Nos urge orar con intensidad – nos exhortan – y suplicar al Padre unidos, a la poderosa intercesión de Cristo, que antes de padecer oró por la unidad de sus discípulos, y proféticamente había anunciado a Pedro y los Apóstoles que el poder del abismo no podrá vencer a su Iglesia (cf. Mt 16, 18)”.
Octavario de oración
Los ocho días previos a la fiesta de la conversión de San Pablo, el 25 de enero, se celebra el octavario de oración. En esta ocasión, a causa de la pandemia, no va a ser posible la celebración diocesana de oración conjunta que siempre organiza la Delegación de Ecumenismo y Relaciones Interreligiosas, aunque tanto a modo particular como en las distintas parroquias, se propone el siguiente itinerario de oración:
- Día 1 (lunes 18): Llamados por Dios: «No me elegisteis vosotros a mí, fui yo quien os elegí a vosotros» (Jn. 15, 16a).
- Día 2 (martes 19): Madurar internamente: «Permaneced unidos a mí, como yo lo estoy a vosotros» (Jn. 15, 4a).
- Día 3 (miércoles 20): Formar un solo cuerpo: «Amaos los unos a los otros como yo os he amado» (Jn. 15, 12b).
- Día 4 (jueves 21): Orar unidos: «Ya no os llamaré siervos… A vosotros os llamo amigos» (Jn. 15, 15).
- Día 5 (viernes 22): Dejarse trasformar por la Palabra: «Vosotros ya estáis limpios por la palabra…» (Jn. 15, 3).
- Día 6 (sábado 23): Acoger a los demás: «Poneos en camino y dad fruto abundante y duradero» (Jn. 15, 16b).
- Día 7 (domingo 24): Crecer en unidad: «Yo soy la vid; vosotros, los sarmientos» (Jn. 15, 5a).
- Día 8 (lunes 25): Reconciliarse con toda la creación: «Para que participéis en mi alegría y vuestra alegría sea completa» (Jn. 15, 11).
Delegación Diocesana de Ecumenismo y Relaciones Interreligiosas
La Delegación está formada por un equipo de personas, profesionales y comprometidas, que trabajan incansablemente por la unidad:
- D. Miguel Carvalho Vieira, Delegado Diocesano.
- D. Agustin Arteche, Padre Blanco
- D. Jaime Vilarroig.
- Doña Amelia María Vercher.
- Doña Maria José Sevilla.
- Doña Gema Soler.
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