Los sacerdotes diocesanos inician una peregrinación de varios días con una primera parada en la Basílica de Montserrat
A primera hora de esta mañana, con salida desde el Seminario Mater Dei, partía el autobús en el que viajaban los sacerdotes junto al Obispo de la Diócesis de Segorbe-Castellón para participar en esta peregrinación organizada desde la Vicaria para el Clero. El viaje forma parte de un amplio programa de actividades espirituales y formativas que se va a desarrollar a lo largo del presente curso pastoral en el que, coincidiendo con la celebración del Año Jubilar Diocesano, va a permitir a los sacerdotes diocesanos «volver la mirada y el corazón a Dios para convertirse a Él».
Así lo ha expresado nuestro Obispo, durante la homilía de la Santa Misa de hoy, que se ha celebrado en la Cripta de los Mártires de la Basílica de Montserrat, «lugar donde confesaron su fe con el derramamiento de su sangre». Una ocasión excelente para «de la mano de María, unidos a los apóstoles y al resto de la Iglesia, avivemos nuestra fe».
Durante la predicación ha destacado las virtudes de María que hay que tener presente en todo momento y, sobre todo, en la oración: escuchar, creer, acoger y llevar». Así ha recordado el pasaje evangélico de la «Anunciación» y de cómo la Virgen «estaba recogida en oración escuchando el anuncio de ser la elegida por Dios para ser la Madre de su Hijo». María «cree» en la Palabra , «acepta la voluntad de Dios» y se convierte «en la primera misionera», ha dicho D.Casimiro. En este sentido, el Obispo les ha exhortado a “leer los acontecimientos de la vida a través de la Palabra y fiarnos de Dios para creer su palabra”.
También se ha referido a la fraternidad entre todos pues “somos hermanos por la ordenación que hemos recibido», ha señalado. Y en este año de gracia para la Diócesis de Segorbe-Castellón, ha pedido especialmente «que el Señor nos ayude a crecer en comunión para salir a la misión y que la Virgen de Monserrat nos ayude para que crezcamos en fe, en la esperanza y en la caridad”.
El grupo ha llegado a Montserrat a mitad mañana donde ha visitado la Basílica en la que se conserva la imagen de la Virgen de
Montserrat, conocida popularmente como la Moreneta por el color oscuro de su piel, una talla románica policromada del siglo XII de una gran belleza.
A las 12,00 horas, coincidiendo con la hora del ángelus, se ha celebrado la Eucaristía presidida por D. Casimiro y concelebrada por el resto de participantes en la peregrinación. Se ha vivido un momento de especial recogimiento al participar en el canto del Virolai de la Escolanía.
Por la tarde se trasladaron a Manresa donde visitaron la Cueva de San Ignacio de Loyola, imitando el mismo recorrido que realizó San Ignacio el año 1522.
En Manresa pasó once meses, un tiempo de importancia capital para su vida y para la que más adelante sería la Compañía de Jesús. Su lugar privilegiado de oración fue la Cueva. Se trata de una cavidad sobre el río Cardener, excavada por la erosión fluvial del Terciario, alrededor de la cual se alza el actual Centro de Espiritualidad.
La experiencia aquí vivida por San Ignacio fue el origen de su libro Ejercicios Espirituales. Los sacerdotes se recogieron en oración en este mismo lugar que supuso tanto para el santo.
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