La Vall d´Uixó celebra el XXV aniversario de la beatificación de Recaredo Centelles y compañeros mártires
El 1 de octubre de 1995, el Papa San Juan Pablo II beatificaba en Roma a Recaredo Centelles y ocho compañeros sacerdotes de la Hermandad de Operarios Diocesanos del Corazón de Jesús, que fueron asesinados durante la persecución religiosa desatada en España durante la Guerra Civil (1936-39).
La parroquia del Santo Ángel Custodio de La Vall d´Uixó, que desde el año 2012 acoge los restos mortales del Beato Recaredo Centelles, organizó una serie de celebraciones para dar gracias a Dios por esta efeméride. Así, desde el jueves 22 hasta el sábado 24 se celebró un Solemne Triduo en honor del beato, con la adoración eucarística y la celebración de la Santa Misa, pidiendo especialmente por las vocaciones al ministerio sacerdotal.
El domingo 25, día de su martirio, comenzó la jornada las 8’00h. de la mañana con el Rosario de la Aurora, que tradicionalmente se realiza todos los domingos de octubre y de mayo. A las 11’00h. tuvo lugar una catequesis para todos los niños y jóvenes de la parroquia, en la que el párroco, Mosén Vicente Borja, les explicó la vida y el testimonio de este ejemplar sacerdote, y a continuación se celebró la Misa de las familias.
Ya por la tarde, a las 19’00h., se culminó la jornada con una Solemne Eucaristía de Acción de Gracias, presidida por Mosén Vicente, y a la que fueron invitadas todas las parroquias y sacerdotes del arciprestazgo de La Vall d´Uixó, así como los familiares del Beato Recaredo. El Coro parroquial del Santo Ángel solemnizó la celebración con cantos del Beato José María Peris, compañero del Beato, finalizando con el himno de la Hermandad de Sacerdotes Operarios “Falanges josefinas”, fundada por el Beato Manuel Domingo y Sol, a la que pertenecían este grupo de sacerdotes.
San Juan Juan Pablo II, durante la homilía de la Eucaristía de la Beatificación decía de estos mártires:«Entregados desde una honda espiritualidad sacerdotal al fomento de las vocaciones, como continuadores del celo apostólico del Beato Manuel Domingo y Sol, su vida, coronada con la palma del martirio, nos recuerda la urgencia de este apostolado».
Pedimos al Beato Recaredo Centelles y compañeros mártires que bendigan nuestra Iglesia diocesana con abundantes y santas vocaciones al sacerdocio, y que sigan intercediendo por nosotros para que perseveremos con fidelidad a Cristo en las pruebas de la vida y nos mantengamos firmes en la Fe.