«Tiende tu mano y comprométete»: Memoria 2020 de Cáritas Diocesana
“Tiende tu mano y comprométete” es el lema de la Memoria 2020 de Cáritas Diocesana de Segorbe-Castellón, marcada, sin duda, por la pandemia de la COVID-19 y sus consecuencias sanitarias, económicas y sociales, y que se ha presentado esta mañana en la Casa Sacerdotal «Hogar de Nazaret», en Castellón.
En el acto, presidido por el Obispo de la Diócesis de Segorbe-Castellón, D. Casimiro López Llorente, ha intervenido Juan Manuel Aragonés, Director de Cáritas, y el Delegado Diocesano de Cáritas, Sergio Mendoza.
D. Casimiro ha indicado la íntima relación entre el Corpus Christi y la caridad. «La Eucaristía, que es el centro de la celebración del Corpus Christi, es la fuente, la razón y el envío para vivir la caridad», y por ello, «la Iglesia está en el ámbito caritativo como desarrollo del mandamiento nuevo del amor: que os améis unos a otros; como yo os he amado».
En relación al contexto de la pandemia que estamos viviendo, nuestro Obispo ha recordado las graves consecuencias sanitarias, laborales, sociales, económicas y políticas, y ante ellas ha querido agradecer «la movilización y la respuesta de toda la comunidad diocesana y de otras personas de buena voluntad», tanto por la «implicación personal como por la generosidad económica» en favor de los más desfavorecidos.
También ha recodado y ha agradecido la labor de tantos sacerdotes que desde las parroquias han distribuido alimentos y no han dejado de atender a quienes han necesitado ayuda. En este sentido, ha mencionado el bien que la Iglesia diocesana está haciendo con el Fondo ante el Covid, «pensado para cubrir aquellas necesidades que las parroquias no pueden atender», y que va a permanecer abierto, pues las necesidades continúan llegando.
Memoria de Cáritas Diocesana de Segorbe-Castellón 2020
La respuesta a las situaciones derivadas de la COVID-19 ha marcado la labor de Cáritas en el año 2020 ante una pandemia que ha puesto de relieve lo vulnerables e interconectados que estamos todos. Frente a la cara negativa del virus, que se contagia y propaga causando muerte, dolor, pobreza…, surge la cara positiva de la solidaridad (fraternidad) que hace ver que tenemos capacidad de ayudar con simples y pequeños gestos.
Esta fraternidad ha llevado a Cáritas a atender y acompañar a 16.815 participantes (un 16% más que el pasado año) y a 26.432 personas beneficiarias (un 3,5% más).
La pandemia ha agudizado la pobreza y la vulnerabilidad de los colectivos sociales que ya estaban marginados, y sus consecuencias, sobre todo en materia de empleo, lo que ha supuesto que se hayan incrementado las solicitudes de atención y acompañamiento. Sin embargo, resaltan desde Cáritas, «la cara positiva ha sido una ola de solidaridad, con personas dispuestas a ayudar personal y económicamente». En este sentido, también en Cáritas han tenido que redoblar esfuerzos, centrándose en las personas que sufren, y poniéndose a prueba para adaptar la encomiable labor social que realizan con iniciativas novedosas e imaginativas para no dejar a nadie al margen o desatendido. Entre ellas la de “Entidades con corazón” que lanzó la campaña #LaCaridadNoCierra‐#CadaGestoCuenta y contactó con 600 empresas y entidades cuyas donaciones sumaron 170.464,64€, 63.827,67 € en especie, o el especial acompañamiento y apoyo en la realización de trámites telemáticos en una imparable digitalización de nuestra sociedad.
El coronavirus afectó especialmente a personas sin hogar para quienes se habilitó un nuevo albergue provisional con 45 camas en el polideportivo “Castalia” que dio cobijo a 112 personas sin hogar. Hubo 3.240 pernoctaciones y se sirvieron 9.550 comidas.
La pérdida de empleo ha sido una de las consecuencias de la pandemia para muchas personas. Desde el equipo de Empleo estuvieron muy activos y coordinados con Servicios Sociales recopilando información y buscando nuevas oportunidades de empleo, ayudando en trámites y gestiones, orientando y haciendo seguimiento y apoyo a los participantes con el “Servicio Empleo COVID”.
La brecha digital se ha convertido en un elemento exclusógeno, es decir, es consecuencia y a la vez causa de la exclusión social. Una parte de las personas atendidas en las acogidas de Cáritas están en “apagón tecnológico” al no contar la gran mayoría con conexión, dispositivos electrónicos o competencias suficientes para manejarse en la red.
Una consecuencia del confinamiento para las familias con niños y adolescentes fue la dificultad para no quedarse atrás en el rendimiento escolar, ya que éste, se ha visto afectado tanto por la brecha digital como por la incapacidad de los progenitores para apoyar la realización de las tareas escolares.
La fatiga de la pandemia hace mella en la salud física y psicoemocional como consecuencia de situaciones de estrés y ansiedad provocados por la pérdida de empleos e ingresos y también por la gran cantidad de tratamientos de salud que han sido retrasados.
Se aprecia un agotamiento de la ayuda mutua y un aumento de la soledad. Las familias en situación de exclusión están perdiendo redes de apoyo, es decir, siguen teniendo buenas relaciones, pero la capacidad de apoyo material de estas redes es cada vez menor. Por otro lado, el aislamiento ha afectado especialmente a personas mayores, y aunque no es una realidad nueva, sí se ha visto intensificada.
La COVID ha hecho aflorar la urgencia de un cambio en el acceso a las necesidades más básicas de las personas atendidas. En este sentido, Cáritas apuesta por un modelo centrado en la persona, reconociendo su dignidad, su autonomía y su corresponsabilidad, por ello se ha centrado el esfuerzo en sustituir la ayuda en especie y ofrecer alternativas más dignificantes con una visión más humana de las necesidades básicas.
El desafío planteado ha llevado a Cáritas Diocesana a dedicar el 90 % de sus recursos a los proyectos de Acogida y Acompañamiento, para atender las necesidades básicas y de promoción de una población golpeada por la pandemia y evitar que las personas vulnerables y en riesgo de exclusión quedaran aún más al margen de la sociedad.
En la respuesta a las necesidades de la pandemia han jugado un papel decisivo los voluntarios que han aumentado un 10,5% con 97 nuevas incorporaciones. Sin ellos, la misión de Cáritas no se podría llevar a cabo, al igual que la dimensión social de la generosidad de colaboradores, donantes, entidades y empresas ha sido un valor añadido fundamental que en Cáritas agradecen y aplauden, porque la pandemia nos ha mostrado que una sociedad fraterna, inclusiva, justa y de derechos se construye sobre la roca del bien común.
Memoria Fondo Diocesano ante el COVID-19
El 16 de abril de 2020 nuestro Obispo, D. Casimiro López Llorente, anunciaba la creación del Fondo Diocesano ante el Covid-19. Como en otras ocasiones, nuestra Iglesia diocesana no podía quedar indiferente ante esta situación. Este fondo está destinado a prestar ayuda a las Cáritas parroquiales, arciprestales o interparroquiales que no puedan cubrir con fondos propios las peticiones de personas o familias necesitadas (alimentos, suministros, vivienda, medicamentos…). El total de asignaciones en el 2020 fue de 68.913,45€ y se atendieron las solicitudes de 195 familias.
En Cáritas preocupa, especialmente, el ámbito de la vivienda. De hecho, el 60% de las asignaciones fue para pago de alquileres y suministros, por un total de 41.072,42€. Se ha observado también las dificultades que muchas personas tienen para poder vivir en un hogar con las mínimas condiciones de habitabilidad; personas y familias viviendo en habitaciones, el difícil acceso a alquileres por carecer de nóminas o por no poder adelantar varios meses de fianza, o cortes de suministro por impago de recibos. Teniendo en cuenta que la vivienda y el poder habitarla en condiciones dignas, es un derecho humano, desde Cáritas hacen visible esta realidad para que pueda mejorarse.
Colecta día del Corpus
El Día de Caridad es la jornada en la que Cáritas solicita la colaboración económica de la comunidad cristiana, para sostener su actividad sociocaritativa. Por ello, todas las colectas del día del Corpus, como también las de los primeros domingos de mes, se destinan a las más de 100 Cáritas Parroquiales, 6 Cáritas Interparroquiales y a Cáritas Diocesana de Segorbe-Castellón.
También, comprometidos con la transparencia, las diferentes Cáritas, rinden cuentas ante sus comunidades informando del destino de la colaboración económica recibida y de su gestión en la acogida y el acompañamiento a las personas necesitadas, para que vean reconocidos sus derechos y puedan vivir con dignidad.
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