D. Casimiro nos exhorta a ser testigos y compartir la alegría y esperanza de la Resurrección
La S. I. Catedral de Segorbe ha acogido esta mañana la celebración de la Eucaristía de la Pascua de Resurrección que ha presidido el Obispo, Mons. Casimiro López Llorente. Ha estado concelebrada por el Cabildo Catedral. D. Federico Caudé, D. Jose Manuel Beltrán, y el Secretario, D. Ángel Cumbicos, asistidos por los diáconos. El Coro Capilla Catedral, dirigido por D. David Montolio, se ha encargado de la parte musical de la liturgia.
La Vigilia Pascual de anoche anunciaba con alegría y con gozo “el día en que actuó el Señor«. Tras acompañar a Jesús en la Última Cena, en la Cruz y en el sepulcro, la celebración de hoy supone el final de un camino que arrancó en la Cuaresma, y el comienzo de uno nuevo lleno de esperanza. Hoy los fieles de Segorbe han participado, junto a representantes de la Corporación Municipal en la Santa Misa.
Tras la proclamación de la Palabra, D. Casimiro ha centrado la homilía en el potente significado espiritual de la Resurrección de Jesucristo narrada en el Evangelio de anoche (Mc,16,1-7) donde las mujeres, son protagonistas del anuncio de la Resurrección del Señor que nos invita a todos a regocijarnos en esta gran noticia. Hoy es un día, tal como ha señalado nuestro Obispo, en que «el Señor nos llama a abandonar nuestros miedos y dudas, a salir de las tinieblas y a entrar en su luz maravillosa».
D.Casimiro ha presentado la Resurrección de Jesucristo como «la prueba de que Dios ha aceptado su sacrificio en la Cruz por nosotros y por nuestros pecados revelando el verdadero rostro de Dios como amor y misericordia», y ha subrayado que «no es un hecho del pasado», sino que «Jesucristo vive y está presente en la vida de cada persona».
El Obispo se ha servido del Evangelio de san Juan para ensalzar la fe de la Resurrección. De la sorpresa de María Magdalena al ver retirada la losa y comunicar la noticia a Pedro y Juan, D. Casimiro ha afirmado que este «es el primer acto de fe de la Iglesia naciente en Cristo resucitado» en el que «Pedro, cabeza de la Iglesia, y Juan, el discípulo a quien Jesús amaba, tuvieron el mérito de recoger las ‘señales’ del resucitado: la noticia traída por la mujer, el sepulcro vacío y los lienzos depuestos en él».
La Resurrección fue «real y supera las coordenadas del tiempo y del espacio», ha resaltado D. Casimiro, recordando que el mismo Jesús se apareció a sus discípulos saliendo a su encuentro y «se dejó ver y tocar por ellos, caminó, comió y bebió con ellos». Fue un encuentro transformador que cambió todas las dimensiones de su existencia» movilizándolos e impulsándolos a ser testigos y discípulos misioneros, «con valentía, sin miedo a las amenazas, a la cárcel e incluso a la muerte» ha recalcado el Obispo.
El sentido de la gran y buena noticia que resuena hoy es que el mismo Jesucristo «sale como entonces a nuestro encuentro y nos ofrece la posibilidad de dejarnos encontrar y transformar por Él». D. Casimiro se ha referido así al Primer Anuncio, y ha exhortado a sentirnos interpelados «acogiendo con fe la Palabra de Dios» que hoy especialmente «nos invita a creer en Dios y nos llama a fiarnos de su Palabra, a confiar en el testimonio de quienes fueron ante todo testigos de la resurrección del Señor hasta derramar su sangre: un testimonio que nos llega en la cadena ininterrumpida de la fe de la Iglesia».
Participamos de la celebración de la Pascua por el Bautismo quedando unidos a Dios Padre y a la familia de la Iglesia. «Somos ciudadanos del cielo y caminamos hacia el cielo» ha dicho nuestro Obispo invitándonos a la celebrar la Pascua y a «vivir con verdadero gozo y fidelidad nuestra condición de hijos de de Dios, de discípulos de Cristo y de hijos de nuestra madre Iglesia». Y es que, tal como ha afirmado D. Casimiro, «de la fe en la Resurrección surge un hombre nuevo, que ya no se pertenece a sí mismo, sino que pertenece a su Señor y vive para Él».
Tras la Santa Misa, se ha celebrado la procesión del encuentro que representa, simbólicamente la reunión de Jesús, recién resucitado, con su madre María, y que a nivel espiritual representa la reconciliación y la restauración de la humanidad con Dios a través de la Resurrección de Jesús.
A pesar de que la lluvia amenazaba con deslucir la procesión, finalmente se ha celebrado en el claustro de la Catedral, con la participación de las Cofradías y Hermandades de Segorbe: de la Santísima Trinidad, de la Sangre – Cristo de San Marcelo, y de la Verónica. La celebración gozosa de la Pascua se prolonga durante la octava y la cincuentena pascual como si de un solo gran domingo se tratase.
Homenaje a D. Lorenzo Pérez
Al finalizar la Santa Misa, Mons. Casimiro López Llorente, ha dado gracias a Dios por D. Lorenzo Pérez, que asistía emocionado a la celebración junto a su familia. El Obispo ha agradecido la labor y entrega de quien ha acolitado a los largo de los años el servicio en el Altar. D. Casimiro le ha hecho entrega de un plato de cerámica que muestra el agradecimiento a través de una inscripción, así como una placa que acredita su servicio a la Iglesia de Segorbe-Castellón.
Dejar un comentario
¿Quieres unirte a la conversación?Siéntete libre de contribuir!