La Vilavella acoge la celebración del Viacrucis Diocesano
En el contexto de la Cuaresma, el pasado sábado, se celebró el Viacrucis Diocesano con elevada participación de fieles y de las diferentes Cofradías y Hermandades de Semana Santa de la Iglesia de Segorbe-Castellón.

La Cofradía del Santo Cristo de la Columna de La Vilavella, fue la encargada de la organización, y la imagen de Cristo en la Cruz, muy venerada por los fieles del municipio, protagonista indiscutible de la celebración.

La historia y el compromiso de la Cofradía del Santísimo Cristo de la Columna de La Vilavella emana de la fe y devoción de la familia Alba-Represa. La Cofradía comenzó su andadura con una dimensión familiar, incorporando a hijos, nietos y sobrinos en su devoción.

El Viacrucis partió de la Iglesia de La Sagrada Familia recorriendo todas y cada una de las estaciones. El momento más emotivo fue la bajada de Jesús en la Cruz, imagen que los fieles veneran con devoción y que se ubica en el Sagrario del templo parroquial. Este gesto, solo se ha realizado una vez con anterioridad, coincidiendo con la celebración de la Procesión Diocesana en 1999.

Para la Cofradía organizadora, vivir el Viacrucis es una oportunidad «para reflexionar sobre el sacrificio de Cristo, y comprender y sentir lo que el Señor padeció» y, en esta ocasión ha sido un privilegio, aseguran, «poder contar con la colaboración y el entusiasmo con el que las distintas cofradías de la Diócesis acogieron la convocatoria», participando en este encuentro de oración y reflexión que representa a una Iglesia, la de la Diócesis de Segorbe-Castellón, que quiere ser testimonio vivo de la fe a través de la religiosidad popular.

‘A través de la Cruz, Cristo nos devuelve la vida’
Tras la celebración del Viacrucis diocesano, Mons. Casimiro López presidió la Eucaristía en la Iglesia de La Sagrada Familia. Durante la homilía invitó a los fieles a reflexionar sobre el camino de Cristo hacia la cruz y su significado en la vida de cada cristiano. Destacó que, al igual que Jesús en su peregrinaje, todo creyente enfrenta pruebas y sufrimientos, pero estos no tienen la última palabra, sino que conducen a la gloria de la resurrección.

El Obispo recordó el itinerario de Jesús, y cómo anunció a sus discípulos su pasión y muerte. Señaló, que a que la tentación de evitar el sufrimiento estuvo presente también en Jesús, aceptó la voluntad del Padre y siguió adelante.
D. Casimiro explicó que la transfiguración de Jesús es un anticipo de la resurrección y un recordatorio de que la vida cristiana es un camino de combate. «Nada de lo que hemos celebrado en este Viacrucis tendría sentido si todo terminara en la cruz, pero a través de ella, Cristo nos devuelve la vida».

En su reflexión, el Obispo exhortó a los fieles a prepararse para la Pascua escuchando la voz de Dios y abriéndose a su gracia, tal como se relata en el Evangelio de la Transfiguración: ‘Este es mi Hijo amado, escuchadlo’. «Para revivir nuestra propia Pascua, para recuperar la alegría de nuestra condición de hijos de Dios, es necesario escuchar a Jesús en la oración y en su Palabra», afirmó.
Finalmente, invitó a los presentes a vivir este tiempo cuaresmal como un peregrinaje hacia la Pascua, confiando en la misericordia de Dios a través del sacramento de la reconciliación. «Nuestra patria definitiva es el cielo. Caminamos hacia la gloria de Dios. Dejemos que Él nos transforme y nos prepare para abrazar con alegría la Pascua del Señor», concluyó.
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