Miguel Salas, natural de Castellón, se ordena sacerdote
El pasado sábado 9 de junio, Miguel Salas Pérez, hijo de la ciudad castellonense, se ordenó sacerdote en el Seminario Mayor Diocesano de Orense.
Fue el Obispo Lemos Montanet quien le ordenó presbítero de la Iglesia. Miguel ha estado 10 años formándose en el Seminario Redemptoris Mater, seis de ellos en el de Segorbe-Castellón. Hijo de una familia en misión que estuvo 11 años en Kazajistán, ha resaltado su alegría y gratitud a Dios, destacando «la fidelidad y misericordia que ha tenido durante todos estos años».
Asimismo, señala la importancia que han tenido la Iglesia en general y sus catequistas y formadores del Camino Neocatecumenal en particular para poder llegar donde está. El nuevo sacerdote incardinado en Orense ha quedado «maravillado porque Dios haya luchado tanto por su vocación a pesar de los pecados cometidos».
Para él, su ordenación ha bebido de dos etapas fundamentales: primero «saber que no me conocía ni tampoco conocía a Cristo en mi vida», y segundo «descubrir su amor y responderle con gratitud y bendición«.
La familia al servicio de las vocaciones
La ordenación de Miguel, y la alegría vocacional que ello le ha supuesto, se suma a toda una serie de carismas suscitados en el seno de su misma familia, por ejemplo al de su hermano José, seminarista del Redemptoris Mater de Segorbe-Castellón. Es Cecilia Pérez, su madre, quien asegura que llegar a la confirmación de la vocación conlleva un proceso previo de descubrimiento del amor de Dios, también manifestado en la misión. También argumenta que las vocaciones sacerdotales suscitadas en su familia son muy importantes, pues sus dos hijos «van a estar con lo más santo, a tocar cosas sagradas».
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