La Congregación de las Siervas de Jesús de la Caridad acoge a una oriunda de Sueras
El 8 de septiembre, Verónica Sorita – ahora Sor Verónica – de la Congregación de las Siervas de Jesús de la Caridad, profesó los votos perpetuos en Roma. La Hermana, oriunda de Sueras, tiene actualmente 32 años, y este año cumple los diez en la Congregación. Antes de entrar, estudió para ser auxiliar de enfermería, y así conoció a las Siervas de Jesús de la Caridad, trabajando en la residencia Virgen de la Soledad de Nules. Es allí dónde y cuándo descubre su vocación, pero hasta ese momento, asegura que no conocía a Dios: “Mi relación con la Iglesia era nula, ni siquiera asistía a Misa. A Dios ni lo conocía”.
Sor Verónica cuenta que su vocación “es un milagro”. Asegura que era una chica muy normal, con trabajo fijo, el coche de sus sueños, practicaba el deporte que más le gustaba: el fútbol, en un equipo de Almazora, tenía novio, salía con sus amigos los fines de semana… “Pero el 21 de noviembre de hace diez años cambia mi vida”, cuenta. Durante su jornada de trabajo nocturna en la residencia, una Hermana le habla de Jesús, del que ella está completamente enamorada. “Esa apertura de oído por mi parte, Dios la aprovechó, porque desde entonces, empecé a sentir a Dios como alguien que está conmigo”, confiesa Sor Verónica. La Hermana narra que desde ese momento, comienza una lucha muy grande, porque todo lo que tenía y vivía hasta ese momento comienza a perder sentido: su coche favorito ya no le llena, no le apetecía practicar deporte, pierde las ganas por salir los fines de semana, y sin embargo, cada vez tiene más ganas de hablar y pasar más tiempo con las monjas. Hasta el punto que siente una llamada muy fuerte de Dios a “entregarme toda”. Y después de tres años de noviciado en Burgos, y de seis años renovando los votos anualmente de pobreza, castidad y obediencia, celebra la profesión perpetua en Roma.
“La celebración fue muy emocionante”, detalla Sor Verónica. La Hermana la describe como la celebración del Sacramento del Matrimonio de unos novios. La religiosa, delante de todos, pronuncia los votos de pobreza, castidad y obediencia, “para siempre”. Además, pudo vivir este momento tan especial con sus padres y su hermano, así como un grupo de amigos de la familia.
Una Congregación que cuida en la noche
La fundadora de las Siervas de Jesús de la Caridad, Santa María Josefa del Corazón de Jesús, solía salir en la noche a cuidar de los enfermos en sus casas y en los hospitales. Así nace el primer apostolado de esta Congregación, la nota que la caracteriza. Actualmente, tienen varios centros en España de servicio de asistencia nocturna, por el que las Hermanas salen a los domicilios particulares u hospitales para cuidar a los enfermos, durante toda la noche. “No es fácil perder el día y la relación con la gente (porque al estar en vela toda la noche, por el día duermen), pero por otro lado es una gracia muy grande poder estar al lado del enfermo, porque para un enfermo, la noche es muy dura. Somos como la vela en la noche”, asemeja Sor Verónica.
Sueras tiene antecedentes
No es la primera vez – y esperemos que no sea la última – que un oriundo de Sueras siente la vocación de la consagración a Dios. En esta localidad han nacido multitud de vocaciones sacerdotales o religiosas, y de muy diversas órdenes, como el padre José De la Cruz, sacerdote franciscano y misionero en Filipinas; D. José Moliner Montoliu, sacerdote capuchino, el padre Isidro María, terciario capuchino, D. José Baynat Sorribes, D. José Serrano Montoliu, operario diocesano que murió en misión en México, el padre Bernardino Piquer Alonso, salesiano que falleció en Sueras el 5 de enero de 2017, D. Ernesto Montoliu Moliner, que aun vive; Sor Carmen Serrano Montoliu, carmelita teresiana, Sor Pura Serrano Montoliu, carmelita, Sor María Gimeno Macían y Sor Presentación Moliner Pallares, de Ntra. Sra. de la Consolación.
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