«Así os envío yo»
Queridos diocesanos:
El mes de octubre es el mes misionero por excelencia. Comienza el mes con la Fiesta de la Patrona de la Misiones, Santa Teresa del Niño Jesús; esta santa carmelita de Lisieux, sin salir del convento, vivió y entregó su vida contemplativa para que el amor de Dios, mostrado en Cristo, llegase a todos. “En el corazón de la Iglesia, mi madre, yo quiero ser el amor”, escribió Teresita. Y este mes misionero alcanza su punto más álgido en el Domingo del DOMUND, que este año celebramos el próximo día 23.
Las misiones, o mejor, la misión, es una tarea que, con palabras del Papa, “implica a todos, todo y siempre” (Mensaje DOMUND 2011). Estas palabras y el lema de este año nacen de las palabras de Jesús: “Como el Padre me ha enviado, así también os envío yo”. De la misma manera que el Padre envió a su Hijo al mundo para salvarlo, Jesús envía a su Iglesia y a cada uno de los bautizados. La misión, el envío es llevar a todos el anuncio del Evangelio, el poder salvífico de la Palabra de Dios y el poder salvífico del Misterio pascual de Cristo, fuente de Vida y Salvación. Es un envío que implica a todos. Todos los bautizados y todas las comunidades cristianas estamos llamados a vivir la misión salvadora de Dios; todos debemos ser partícipes de la misión ad gentes: obispos, presbíteros, religiosos y religiosas, laicos. Ningún creyente en Cristo puede sentirse extraño a esta responsabilidad y urgencia que proviene de su pertenencia sacramental al Cuerpo de Cristo.
Es un envío que abarca todo y a todos: esta misión está destinada a toda la realidad creada y a todas las actividades humanas; todo ha de ser transformado en Cristo según el plan de salvación de Dios hasta que Dios reine en toda la creación.
Esta misión abarca a todos. Los destinatarios del anuncio del Evangelio son todos los pueblos y todas las personas, pues a todos está destinada la salvación de Dios en Cristo. Especialmente son destinatarios los que aún no conocen a Cristo y su Evangelio, pero también aquellos que se han alejado de la fe. Son cada vez más numerosos aquellos que, aun habiendo recibido el anuncio del Evangelio, lo han olvidado y abandonado, y no se reconocen ya en la Iglesia. Muchos ambientes, también entre nosotros, son hoy refractarios a abrirse a la palabra de la fe. Está en marcha un cambio cultural que lleva a una mentalidad y a un estilo de vida que prescinden del Mensaje evangélico y que exaltan la búsqueda del bienestar material, de la ganancia fácil, de la carrera y del éxito como objetivo de la vida, incluso a costa de los valores morales.
Y, finalmente, el envío de Jesús es un envió que vale para siempre: la misión afecta a toda la humanidad y a todas sus dimensiones; no está limitada por tiempo ni por espacio; vale hasta la plenitud de los tiempos.
Con motivo del DOMUND se nos pide nuestra cooperación espiritual y económica. Se trata de impulsar una corriente de oración y sacrificio en orden a que Dios pueda acercarse al corazón de todo hombre y mujer para hacerle partícipe de su salvación. En unos casos, para cooperar con él en el anuncio del Evangelio; en otros, para abrir la mente y el corazón a la gracia de Dios. A esta cooperación espiritual se suma la económica, ofreciendo nuestra ofrenda evangélica para ayudar a tantos misioneros en la misión. Seamos generosos en la colecta de este día.
Con mi afecto y bendición,
+Casimiro López Llorente
Obispo de Segorbe-Castellón