D. Casimiro hace llegar el abrazo misericordioso del Padre a los peregrinos de la Diócesis de Segorbe-Castellón
El programa de la peregrinación de la Hospitalidad Diocesana de Lourdes ha incluido esta tarde, en la Capilla de Santa Bernardita, la celebración de una penitencial en la que ha participado la totalidad de peregrinos, tanto enfermos como hospitalarios.
Misericordia Señor, hemos pecado
Así reza el Salmo que se ha pronunciado tras la Liturgia de la Palabra (2 Cor, 5, 17-21). Previamente, el Obispo de Segorbe-Castellón ha introducido a los penitentes, reunidos en el Santuario y unidos en esta peregrinación «como Iglesia Diocesana que para el encuentro con el Señor de las Manos de María». Así se ha hecho patente la devoción del pueblo peregrino de Segorbe-Castellón, especialmente la de los enfermos que son acogidos por la Madre de Dios, invitándonos a todos a confiar.
D. Casimiro ha exhortado a «abrirse a la gracia de Dios» a partir de la lectura del Evangelio teniendo muy presente, ha dicho el Obispo, «las palabras que la Virgen María dijo a Bernardita: penitencia, penitencia, penitencia» y siguiendo esa llamada maternal, los ha invitado a vivir la celebración.
Tras la proclamación de la Palabra, la homilía del Obispo se ha centrado en el amor de Dios. Por puro amor de Dios, ha dicho, «hemos renacido a la vida como hijas e hijos de Dios para que, caminando tras Jesús, y cumpliendo el mandamiento nuevo del amor, lleguemos a la perfección del amor, que es la santidad».
Como peregrinos frágiles de esta vida terrenal, ha matizado D. Casimiro, «esta tarde se nos ofrece la posibilidad de reconciliarnos con Él y a abrazar nuestro corazón para que acojamos su amor misericordioso». El Obispo de Segorbe-Castellón se ha referido a los momentos de dificultad que acontecen en nuestras vidas, bien por enfermedad o bien porque nos alejamos de Dios y dejamos de vivir esa relación filial con el Padre y «ofendemos a los demás con palabras, obras o pensamientos». Pero Él, ha remarcado D. Casimiro, «nunca nos abandona y nos espera con su amor misericordioso de Padre».
Y esa misma misericordia a la que hacía alusión D. Casimiro, es la que ha acogido el corazón de todos cuantos han participado del Sacramento de la reconciliación, que ha sido administrado por los sacerdotes diocesanos que desde ayer están participando también en la peregrinación diocesana de la Hospitalidad de Lourdes.
La celebración ha concluido con la acción de gracias «por el don del perdón recibido» y cantando las maravillas que el Señor hace en cada uno de nosotros con el rezo del Magníficat
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