El Obispo de la Diócesis eleva un agradecimiento al cielo por Todos los Santos
Monseñor Casimiro López Llorente ha presidido, esta mañana, la Eucaristía en la Solemnidad de Todos los Santos en el cementerio de Castellón
La explanada del Camposanto de Castellón, ha sido el escenario de la celebración litúrgica que ha rendido culto a Todos los Santos. La ceremonia ha estado presidida por el Obispo de nuestra Diócesis y concelebrada por el Vicario de Pastoral, D. Miguel Abril; el Arcipreste de Castellón norte, D. Joaquín Muñoz; y el secretario particular, D. Ángel Cumbicos.
La liturgia de esta Solemnidad lo ha sido de celebración, no solo por los santos conocidos, sino también por todos aquellos anónimos que practicaron silenciosamente la plenitud del Evangelio en la vida cotidiana. La de hoy es una fiesta que, sin duda, nos invita a la esperanza de quienes, aún en esta tierra, nos encomendamos a todos ellos para, que no solo intercedan por nosotros, sino para seguir su ejemplo en nuestro camino a la santidad. Porque como ha resaltado D. Casimiro, «todos estamos llamados a la santidad».
Ya en la introducción de la liturgia se nos invitaba a la reflexión respecto a los santos que, con la misma carne y sangre que nosotros tuvieron la valentía de ser diferentes, de hacer las cosas ordinarias de la vida a la manera extraordinaria de Cristo, de quien toman su valor y a quienes hemos de imitar siguiendo su ejemplo de integridad, de entrega a Dios y a sus hermanos, trabajando por la justicia, la verdad y la paz.
Hay tantos como asegura el vidente del Apocalipsis (7,2-4.9-14) «una gran multitud, que nadie podía contar, de toda nación, raza, pueblo y lengua (…) los que han sobrevivido al tiempo de la gran angustia; han lavado sus ropas y las han blanqueado en la Sangre del Cordero». Frente al pueblo que anhela ver el rostro del Señor, el salmista nos ha recordado quien podrá subir al monte de El Señor y quien podrá estar en su lugar santo, que no será sino aquel cuyas manos están libres de pecado, cuyo corazón es limpio, que no desea lo que es vano.
A través de la Palabra proclamada (1 Juan 3,1-3) nos hemos sentido hijos amados por Dios, lo que viene a refutar la esperanza basada en Él y en que cuando se revele «todo se hace puro como Él es puro». Los santos nos revelan la esperanza cristiana por haberla vivido plenamente en su existencia, entre alegrías y sufrimientos, poniendo en práctica las Bienaventuranzas que Jesús predicó y que hoy han resonado en el Camposanto de Castellón a través del Evangelio de Mateo (5,1-12).
Así lo ha resaltado nuestro Obispo en la predicación de su homilía pues la santidad, ha dicho, «es la búsqueda de la perfección del amor y la felicidad plena que todo ser humano desea y busca y a la que todos estamos llamados». Para lograrlo, ha asegurado D. Casimiro, «no es preciso realizar acciones y obras extraordinarias, ni poseer carismas excepcionales sino acoger en Jesús el amor de Dios y seguirlo por el camino de las bienaventuranzas y de los mandamientos, del servicio y de la entrega de sí por amor a Dios y al prójimo, sin desalentarse ante las dificultades».
Citando a San Bernardo, nuestro Obispo nos ha recordado que el significado real de esta fiesta lo es, no por honrar a los santos, sino porque «su recuerdo y la contemplación de su ejemplo, susciten en nosotros el gran deseo de ser como ellos, de caminar a la patria celestial, felices por vivir para siempre junto a Dios, participando de su amor, de su luz y de su gloria, formando parte de la gran familia de los amigos de Dios».
«No es imposible ser santos», ha dicho D. Casimiro, «porque se nos es dado por la Gracia de Dios a vivir y a participar de su misma vida y amor con nuestra perseverancia, nuestro esfuerzo para no desviarnos del camino que nos muestra Jesús en las Bienaventuranzas». Y hoy estamos invitados, como los apóstoles, «a ir al monte de las Bienaventuranzas y escuchar una vez más a Jesús, que nos llama a los pobres de espíritu y ponen su esperanza en Dios». Porque, recordando el Evangelio, «dichosos son aquellos que saben perseverar en el camino iniciado en el Bautismo pese a la dificultad, la persecución, los insultos, porque saben que están en manos de Dios y que Él camino con ellos con la fuerza del espíritu, y ese el camino para llegar a la santidad, a la perfección del amor, a la plenitud de la vida y a ese encuentro para siempre con Dios», ha enfatizado el Obispo.
La homilía ha finalizado pidiendo la intercesión de la Santísima Virgen María, que siempre acompañó a los discípulos en en el seguimiento de Jesús, «nos guie, nos acompañe y nos lleve también a estar junto a Ella por ser madre asunta a los cielos y coronada como Madre de toda la Creación».
Tras la celebración, el pasillo central del Camposanto ha acogido la procesión hasta el monolito de la Cruz, donde el Obispo de la Diócesis ha rezado un responso en recuerdo de todos los fieles difuntos, a quienes también ha recordado durante su homilía, y cuya festividad conmemora, manaña 2 de noviembre, la Iglesia católica.
Cabe recordar que esta tarde, a partir de las 16.00h, en el cementerio de Segorbe, D. Casimiro presidirá también el rezo del santo Rosario y la cleberación litúrgica de Todos los Santos.
Trackbacks y pingbacks
[…] esta solemnidad, nuestro Obispo, D. Casimiro, ha presidido la Eucaristía en el cementerio de San José de Castellón por la mañana, y en el cementerio de Segorbe por la tarde, donde, como es tradición, ha estado precedida por el […]
Dejar un comentario
¿Quieres unirte a la conversación?Siéntete libre de contribuir!