El encuentro con Dios, base de la llamada
El fin de semana pasado la Casa de Espiritualidad de Santa Teresa, en el Desierto de las Palmas, acogió un retiro sobre la llamada de Dios a lo largo de la vida, dirigido por sor Elisabeth Senfter, religiosa de la Comunidad de las Bienaventuranzas. La ponente dedicó las primeras meditaciones a explicar que la base para acoger una llamada de Dios es la experiencia del encuentro personal con Cristo y el amor del Padre.
A partir de aquí desarrolló los medios por los que Dios habla en la vida cotidiana, como la propia realidad, los pobres o la liturgia, y advirtió de las dos grandes dificultades para responder: las falsas imágenes de Dios y el miedo. Por último propuso un método para trabajar la escucha continua de Dios en la jornada a partir del evangelio diario de la Misa.
Abundancia de vida
La llamada de Dios se presentó como una palabra dirigida cotidianamente en las diferentes etapas de la vida que ofrece una mayor abundancia de vida y felicidad. Por ello, durante las primeras vísperas de la solemnidad de Cristo Rey se ofreció la posibilidad de “rendir homenaje” a Dios ofreciéndole la determinación de acoger las llamadas percibidas durante el retiro.
El domingo los participantes compartieron la Eucaristía con los siete candidatos al diaconado permanente que también subieron al Desierto para una jornada de retiro en preparación a la admisión que el Obispo presidirá el martes en el Mater Dei.
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