Iglesia por el Trabajo Decente celebra una Eucaristía: “hay que trabajar para que sean decentes, saludables y acordes a la dignidad humana”
La parroquia de San Pedro del Grao de Castellón acogió ayer por la tarde la Eucaristía por la celebración de la Jornada Mundial por el Trabajo Decente (7 de octubre), presidida por nuestro Obispo D. Casimiro, y a la que se sumaron los miembros de varias entidades y organizaciones católicas que promueven la iniciativa Iglesia por el Trabajo Decente (ITD).
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Es el octavo año que se celebra en la Diócesis de Segorbe-Castellón, y está coordinada por: Cáritas Diocesana, la Conferencia Española de Religiosos y Religiosas (CONFER), la Fraternidad Cristiana de Personas con Discapacidad (FRATER), la Hermandad Obrera de Acción Católica (HOAC), el Secretariado Diocesano de Pastoral del Trabajo, el Secretariado Diocesano de Migraciones y el Secretariado del Apostolado del Mar Stella Maris.
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“Un Trabajo Decente tiene que ser un Trabajo Saludable”. Este es el lema de este año, en el que la Iglesia pretende hacer un llamamiento a todos los agentes que participan en la legislación y organización del trabajo, a reflexionar y a tomar las medidas necesarias para que el trabajo decente sea un trabajo saludable, llamando la atención de la importancia que tiene la seguridad en nuestros lugares de trabajo.
Puedes leer el manifiesto AQUÍ
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En la homilía, el Obispo dio “gracias a Dios por todos aquellos que tienen un trabajo”, e invitó a orar por aquellos que no lo tienen, pero también “hay que trabajar para que sean decentes y saludables, acordes a la dignidad humana”.
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“No somos una realidad política – recordó – sino que somos una comunidad eclesial que centra nuestra mirada en Dios, que es la fuente de todo lo bueno que tenemos”. Por ello exhortó a no olvidar, en el bienestar material, de donde nos vienen los bienes: “del trabajo humano, pero sobre todo son dones de Dios”.
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Advirtió además de que “el afán de tener y de poseer lleva al expolio de la naturaleza y a muchas injusticias sobre aquellos que trabajan”. Ante ello debemos “dejarnos reconciliar con Dios, con los hermanos y con la creación”, decía animando a leer la nueva exhortación apostólica «Laudate Deum» del Papa Francisco.
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Todo ello para que “aquel que trabaja tenga un trabajo acorde a la dignidad humana, que en cada trabajador se vea que está hecho a imagen y semejanza de Dios”. Debe ser decente y saludable, tanto en la dimensión física, como en la mental y en la espiritual, apuntó D. Casimiro.
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En ello juega un papel muy importante la oración. “Orar para que tengamos los dones de Dios suficientes para vivir, para crear una sociedad cada vez más justa, más fraterna y más humana, pero también para que a través de aquellos que os habéis comprometido en esta tarea del trabajo decente, la sociedad tome conciencia del valor que tiene para salvaguardar y garantizar la dignidad de la persona”.
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