La Diócesis celebra la festividad de San Vicente Ferrer a pesar de las restricciones
El lunes pasado, la parroquia de Nuestra Señora de la Asunción de Llucena celebró con gran solemnidad su fiesta en honor a San Vicente Ferrer. Decenas de fieles participaron activamente en la procesión y misa en honor al santo dominico, cumpliendo con los protocolos sanitarios establecidos y con las respectivas autorizaciones tanto por parte de la Vicaría General como por parte de la Subdelegación del Gobierno y el ayuntamiento local.
Los actos fueron presididos por nuestro Obispo, D. Casimiro, y concelebrados por varios sacerdotes del arciprestazgo, entre ellos el párroco, Héctor Gozalbo. Comenzaron con la procesión desde la ermita con la imagen de San Vicente y un relicario datado de 1.611, con restos óseos del santo hasta la parroquia, donde el Obispo presidió la solemne Eucaristía, acompañada por el guitarrista Juan Bautista Valverde, y después bendijo las obras de reforma de los salones parroquiales, que concluyeron hace algunas semanas.
Durante la homilía, el Obispo destacó la figura de San Vicente Ferrer, afirmando que fue “un santo, un evangelizador y un pacificador; que nos llevó a vivir la vocación de ser amados y amar como Jesús nos amó”.
También recordó que el santo visitó “in situ” el municipio y que “anunció a Jesucristo resucitado con su ejemplo de vida”. Concluyó recordando que su ejemplo de vida nos enseña a “ser promotores de la paz y concordia, promoviendo la unión frente a la división y el odio».
Cabe destacar la gran devoción que los vecinos del pueblo sienten por la figura de este santo, que como da cuenta de ello un azulejo en la plaza del ayuntamiento, predicó en el municipio con gran fruto y dedicación.
También fue un día grande en la parroquia de Nuestra Señora de La Asunción de La Vall d´Uixó, aunque en esta ocasión, a causa de la pandemia se tuvieron que suspender todos los actos externos de las fiestas patronales, para evitar aglomeraciones.
El fin de semana, la parroquia permaneció abierta en un horario previamente establecido, para que las familias pudieran realizar la tradicional ofrenda a la Virgen, y tener así un momento de oración y de intimidad con ella.
El lunes a las 12 h. tuvo lugar la Misa solemne en honor a San Vicente Ferrer, presidida por el párroco, Marc Estela. Y a las 19:30 h., aunque no se pudo celebrar la procesión, la imagen del santo fue trasladada por el pasillo central hasta la puerta del templo en un emotivo acto de oración y de recuerdo, en especial por todos los fallecidos a causa de la Covid-19 y por los enfermos.
Posteriormente, San Vicente volvió a entrar, pidiendo los fieles su amparo e intercesión ante Dios en estos momentos de sufrimiento, siendo modelo de santidad ante la dificultad. Además, en medio de la oscuridad, los feligreses portaron velas encendidas, símbolo de la luz de la fe que ilumina nuestro camino en el peregrinar por este mundo.
En La Llosa también se pudo celebrar, con una procesión y Misa solemne, la festividad del santo. Además, el párroco, Antonio Sanfélix, bendijo un estandarte aportado por los clavarios.
En Borriol se suspendió la tradicional Romería, pero sí que se celebró la Misa solemne, al igual que en Onda, en San Vicente de Piedrahita, en Chilches, en la parroquia de San Vicente Ferrer de Almassora, y en la parroquia de San Vicente Ferrer de Castellón.
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