«Si el Señor ha querido estar con nosotras, nosotras siempre con Él»
ENTREVISTA – Hermanas de la Congregación ‘Oblatas de Cristo Sacerdote’ del Monasterio de Moncada, Valencia
La Congregación de las ‘Oblatas de Cristo Sacerdote‘ la funda don José Mª García Lahiguera y María del Carmen Hidalgo de Caviedes el 25 de abril de 1938. Cuenta con una fundación en Perú y diferentes monasterios en España: uno de ellos es el de Moncada, de la misma provincia eclesiástica que la Diócesis de Segorbe-Castellón. ¿Su peculiaridad? Rezan 24 horas por la santidad de los sacerdotes de todo el mundo. Mercedes es la Madre superiora de este monasterio, y Mª Celeste, Mª de los Ángeles, Rosa Mª y Concepción son algunas de las hermanitas de este monasterio, al que nos hemos acercado para conocerlas y hacerle algunas preguntas.
¿Cómo organizarse para rezar 24 horas por los sacerdotes?
Madre Mercedes: Si el Señor ha querido estar con nosotras, nosotras siempre con Él. La fundadora no veía el hecho de que llegara la noche y se echara la llave a la puerta de la capilla. Siempre nos quedamos una de guardia, en representación de todas, rezando por los sacerdotes, y esto es muy hermoso. Todas sabemos cuándo nos toca nuestro turno de oración, y cuando suenan las tres campanadas, la hermana deja todo lo que está haciendo y acude al relevo. La hermana que sale y la que rezan juntas en ese momento:
Todas: Padre Santo, por Cristo, con Cristo y en Cristo sacerdote. Por ellos ruego, porque son tuyos. Santifícalos en la verdad. Padre de Cristo sacerdote, ruega por nosotros.
¿Qué pedís para los sacerdotes?
Hermana Concepción: Gracia.
Madre Mercedes: Santidad. Que sean santos. Y eso conlleva perseverancia en la vocación, fidelidad a Cristo, que se llenen de Él.
¿Y para el resto del mundo?
Madre Mercedes: El sacerdote no es para sí mismo, es para los demás. Rezamos por ellos y por la Iglesia. Pedimos por los sacerdotes y por todos los que crean por la palabra de ellos.
Hermana Concepción: Y por los que no creen también.
Madre Mercedes: Para que todos sean de Cristo, y la gracia llegue a todos. Todo lo que hay en el corazón de Cristo, que es muy grande, en nuestra pequeñita capacidad Él lo continúa viviendo.
Hermana Concepción: Ahora el Santo Padre habla mucho de las familias. Por eso también pedimos. Nuestra vida es una totalmente entregada a la santidad, para que llegue a todo el pueblo de Dios. Nuestra vida no es nuestra, la tiene el Señor para esparcirla por ahí.
¿Cómo es vuestra vida aquí?
Madre Mercedes: La gente cree que es inútil y bastante aburrida al estar encerradas. Pero para nada es así. Al tener mucho tiempo de oración tienes que aprovechar mucho el tiempo de trabajo, haciendo las tareas de la casa, por ejemplo. No nos aburrimos en absoluto, ni nos parece una vida monótona.
Hermana Mª de los Ángeles: El encerramiento tampoco es para nosotras mismas.
Madre Mercedes: Todo lo contrario. La clausura es para estar más entrañadas en el corazón de Cristo, prescindir de los que no es necesario y te distrae, para dejar que el Señor te comunique lo que es realmente importante, lo que lleva en el corazón. Y dar la vida por lo mismo que la dio Él.
Hermana Concepción: Esto, viviéndolo, llena una vida. Él no se queda corto, ¿sabes? Él te desborda, y puedes tener una vida trascendente, para darla a los demás.
Madre Mercedes: Cuando os falten fuerzas, sabed que nosotras estamos rezando por vosotros.
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