Cuatro tandas de cinco sesiones cada una en las que cincuenta y tres parejas de novios se han dejado acompañar este curso por sacerdotes y matrimonios que les han recordado que no se encuentran solos ante los desafíos de la vida.
«Cómo establecer compromisos definitivos, asumir la responsabilidad de las decisiones, entender que la plenitud de la propia vida no se descubre verdaderamente sino en una entrega personal, quién soy y quién quiero ser, cuál es el verdadero sentido y significado de la sexualidad» y muchas otras cuestiones importantes para construir bien la vida se han tratado durante estos cursillos.
Los novios han constatado a través de la experiencia de otros matrimonios cómo el amor requiere un esfuerzo constante, cómo deben asumir libremente la intencionalidad afectiva que el enamoramiento ofrece espontáneamente; uno ama aquello por lo que se esfuerza y se esfuerza en aquello que ama.
La respuesta ha sido muy positiva y en el encuentro y acompañamiento se ha generado un diálogo entre los novios sobre cuestiones que nunca antes se habían planteado.
La Delegación tiene como objetivo para el curso que viene continuar consolidando estos cursillos como parte de su oferta pastoral y poder ofrecer un acompañamiento posterior, después del matrimonio.